Gatillo fácil: declaró Lucas Cabello contra el policía Ayala

4.9.2019
Por Medios de Comunicación Populares

“En la breve audiencia de ayer, los jueces del Tribunal Oral N°1 escucharon el relato de la violencia policial en primera persona: el testimonio de Lucas Cabello data del 8 de octubre de 2018, momento en el que el joven de La Boca estuvo en condiciones de salud para declarar lo que sufrió aquel 9 de noviembre de 2015. Sus palabras fueron incorporadas ayer al juicio luego de transmitir la filmación en la sala de audiencias”.

En la breve audiencia de ayer, los jueces del Tribunal Oral N°1 escucharon el relato de la violencia policial en primera persona: el testimonio de Lucas Cabello data del 8 de octubre de 2018, momento en el que el joven de La Boca estuvo en condiciones de salud para declarar lo que sufrió aquel 9 de noviembre de 2015. Sus palabras fueron incorporadas ayer al juicio luego de transmitir la filmación en la sala de audiencias.
En su testimonio, el sobreviviente al gatillo fácil y querellante en la causa contó con detalles cómo Ricardo Ayala, agente de la ex Metropolitana actualmente en servicio efectivo en la Policía de la Ciudad, le disparó luego de un cruce de palabras. “Me parece que por una discusión verbal no amerita que me disparen en la cara, porque somos todas personas iguales”, analizó Lucas, quien recuerda prácticamente todo lo que pasó ese día: que salió a comprar unos sanguches de milanesa para almorzar con su familia y que Ayala lo miró “mal, de arriba abajo”. En la panadería de la esquina de su casa, en Martín Rodríguez y Aristóbulo del Valle, la panadera le fio uno de milanesa y uno de jamón y queso, y le dio una bolsita con panes saborizados para su hija.
Cuando volvió a su casa empezaron una discusión. Durante los pocos minutos que duró, Lucas recuerda que Ayala no quitó su mano derecha del arma: “En cualquier momento iba a desenfundar y cada vez que me hablaba y me miraba, tenía la mano puesta en el arma”.
Ayala: -Ojo, cuidado con lo que vas a hacer.
Lucas: -¿Ojo con lo que vas a hacer qué?
Ayala: -A mí me dijeron que vos sos conflictivo.
Lucas: -¿Vos cómo me conoces a mí?
Mientras reproduce el cruce de palabras con el policía, Lucas recuerda que habitualmente, a las tres o cuatro de la mañana, los policías tocaban la sirena para avisar el cambio de guardia y despertaban a su nena de entonces dos años. Lucas salía a pedirles que se comuniquen de otra forma.
Ayala: -Negrito de mierda metete para adentro.
Lucas: -Vos no sos policía.
Ayala: -Sí, yo soy policía y peor, puedo hacer lo que quiero.
Lucas: -Si vos fueras policía estarías en la puerta de un banco atrapando a los chorros y no acá en una consigna entre dos mujeres.
No hubo contacto físico y Lucas pensó que la discusión había terminado ahí. Apenas caminó un paso y medio hacia su casa, escuchó en su espalda un paso fuerte. Cuando se dio vuelta sintió el primer disparo en la mandíbula. Cayó al piso, a menos de un metro de Ayala, que estaba parado en el escalón de ingreso. Lucas estaba consciente: “Yo escuchaba y sentía todo”. Su pareja salió, lo agarró del cuello y, según lo que declaró en la audiencia pasada, la joven le gritó: “Hijo de puta, ¿Por qué lo hiciste?”. Lucas, tirado en el piso junto a su pareja y su hija, vio a Ayala ingresar al pasillo, acercarse y disparar dos veces más. No pudo escuchar los tiros ni moverse porque la primera bala ya había tocado su médula ósea: “Quedé petrificado”, dice y el televisor reproduce la voz de Lucas mientras el abogado que defiende al policía envía mensajitos con su teléfono celular sin una mínima mueca que demuestre que lo está escuchando.
En el monitor, Lucas continúa con su relato. “Me subieron a un auto, no sé cómo. Yendo al hospital sentía la brisa en la cara. Quería decirle a mi pareja que la cuide a mi hija y le diga que siempre la quise. Pero no podía hablar, no me salía la voz. Yo sentía que me moría en ese instante y lo único en lo que pensaba era en mi hija, que con solo dos años iba a perder a su padre”. Solo podía escuchar que pedían un camillero a los gritos: “Por favor, rápido, se muere, se está desangrando”. Lo sedaron y recuerda ver a su padrastro, Rubén, cuando despertó. Nada más. Ni nada menos. Vivió para contarlo.
Lucas vestía una remera de River de manga corta, una bermuda clarita y zapatillas nuevas grises con celeste. En ningún momento se sacó la remera, aseguró. El policía Ayala, recuerda Lucas, era morocho y un poco más chico que él de contextura física. Pero no se acuerda de su cara. Y si en ese momento le pidieran reconocerlo, no podría. Es que previo al fusilamiento, dice, sólo lo había visto una vez: la noche anterior. Esa fue la primera y la única. La consigna policial estaba en la puerta de al lado de la casa de Lucas por una pelea entre vecinas: una de ellas pidió botón anti pánico y custodia.
En su testimonio de octubre de 2018, Lucas también relató las condiciones en las que vivía en el conventillo de Martín Rodríguez, un hogar “de tránsito” eterno donde había empezado a independizarse con su hija y su ex pareja. “Recién ahora, por lo que me pasó, me dieron una vivienda digna para vivir con mi familia”, subraya. Con 21 años, Lucas estaba contento con su proyecto. Su mamá Carolina vivía en la habitación de al lado y lo acompañaba. Como ahora, inquebrantable, dándole fuerzas para afrontar el juicio.
Por el conflicto entre las vecinas, la presencia policial en Martín Rodríguez al 500 era permanente. Lucas cuenta que, por momentos, había ocho policías para custodiar a una sola persona. Recuerda que algunos de los oficiales acompañaban a la mujer custodiada a hacer las compras y le llevaban las bolsas. A la noche, desde su casa en la planta baja, los veía y escuchaba cuando, entre dos, tres y hasta cuatro policías, jugaban torneos de PlayStation y pedían pizza con Gancia. “Me parecía una locura que haya esa cantidad de policías para una sola persona”, reflexiona Lucas en su declaración.
“La vida me cambió completamente. Estoy yendo a rehabilitación pero nadie me garantiza que yo pueda volver a caminar. Lo hago con esfuerzo pero hasta el día de hoy no pude levantar a mi hija en brazos. Eso es lo que yo más quiero. La puedo ver, jugar con ella, pero yo quiero levantarla, llevarla a la plaza, tenerla en mis brazos. La vida me cambió, pasé por muchas operaciones, tuve traqueotomía, un montón de cosas. Y hoy estoy acá pidiendo justicia, porque somos todos iguales y por una discusión verbal no amerita que te peguen un tiro en la cara”, termina Lucas con firmeza. Cuando al inicio de su testimonio los jueces le preguntaron por su ocupación, dijo que estaba yendo a rehabilitación. Ayala, en cambio, puede caminar, tomar agua solo, abrazar a su familia.
*FM Riachuelo/FM La Caterva/La Retaguardia/Agencia Paco Urondo/Sur Capitalino/Radio Gráfica/Radio Presente

Ataque a una pareja gay en Almagro: “Nos persiguieron y golpearon por odio”

4.9.2019
Por Santiago Lucas D’Ambrosio

Reyvis Henrríquez y su pareja Luis Martín, fueron agredidos físicamente en el barrio de Almagro, Ciudad de Buenos Aires, al salir de una fiesta el fin de semana.

Reyvis Henrríquez, de 25 años, y su pareja Luis Martín fueron víctimas de un ataque homo odiante a la salida de una fiesta en el barrio de Almagro (CABA) el 31 de Agosto. Reyvis, el joven venezolano que fue violentado, comentó que “Cuando nos dimos cuenta de que nos seguían, quisimos cruzar la calle en la esquina de Bulnes, pero el semáforo estaba rojo así que nos detuvimos a esperar. Ahí fue cuando volteé la cabeza y me llegó una patada en el ojo. Yo quedé en shock y Luis me tomó del brazo para que corriéramos”. Los siguieron hasta Av. Córdoba y Bulnes, donde golpearon a uno de ellos. “Nos insultaron, nos dijeron putos de mierda, entre otras cosas, y dejaron de seguirnos cuando empezamos a correr”, comentó también Luis.
En la Comisaría Nº5 de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires la denuncia fue tipificada como “lesiones leves”, y quieren avanzar en hacer acciones en la Defensoría LGBT. En muchos casos, al hacer la denuncia en las comisarías, los denunciantes se ven doblemente vulnerados o re-victimizados ante los comentarios igual de machistas de las fuerzas de seguridad o desestimando sus denuncias. En este caso, la tipificación del caso hace el ole a sumarse a los casos de ataque por odio a la diversidad sexual que ocurren en esta supuesta ciudad “gay friendly”.
Para que haya libertad sexual, tenemos que ser los sectores más vulnerados y oprimidos los que avancemos junto a la clase trabajadora, conquistando el derecho a tener Educación Sexual Integral en todos los colegios y lugares de educación, teniendo medicamentos y una salud pública no heterosexista garantizada por el Estado, y una juventud que pueda tener trabajo genuino: tan sólo en la CABA el 56% de los jóvenes entre 18 a 24 años tiene trabajos precarios.
Tomás Máscolo, periodista de La Izquierda Diario y candidato a legislador por el Frente de Izquierda – Unidad, dijo: “Debemos tomar las calles como lo hizo la marea verde que fueron protagonistas estos últimos años, no sólo por el gran debate que surgió alrededor del aborto legal, sino también denunciando la violencia que representa este brutal ajuste de Macri y los Gobernadores de la mano del FMI. Organizarnos en cada lugar de estudio y de trabajo, es ya una necesidad. Son ellos o nosotros y nuestras prioridades tienen que estar primero”.
Según un informe del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, se registraron “80 ataques contra personas LGBT que no terminaron en muerte”. Las víctimas de crímenes de odio en Argentina, según este reporte, ascienden a 147. En todos los casos, “la orientación sexual, la identidad y/o la expresión de género fueron utilizadas como pretexto discriminatorio para la vulneración de derechos y la violencia”. Hace pocos días, hubo un caso similar en Quilmes, donde esta vez el que pudo contar la historia fue Xoaquín.
Los crímenes de odio y la violencia machista no sale de la nada: son las Iglesias provida y anti derechos con sus discursos reaccionarios que avanzan en vulnerar los derechos de las mujeres y la diversidad sexual. Son los Gobiernos, como Verónica Magario, actual intendenta de La Matanza que va como candidata junto a Axel Kiciloff para la gobernación de la Provincia de Buenos Aires: abrió la Subsecretaría de Culto la cual es presidida por Gabriel Ciulla pastor de la Iglesia Evangélica “Camino de Vida”.
Es Macri que recorta el presupuesto para la salud pública, dejando a más de 15.000 personas que viven con VIH/Sida sin medicamentos para su tratamiento, para los Gobiernos de turno es más importante pagarle al FMI. Es la maldita Policía que cada vez le dan más dinero para la represión y que se llevó la vida de una persona en la calle al darle una patada. Es todo un mensaje político.
La denuncia y difusión de este caso es también hacerle frente a un discurso de odio, pero ellos vivieron, ellos salieron a enfrentar los prejuicios que aún siguen existiendo hoy y son un ejemplo que demuestra la entereza frente a las adversidades a las cuales está sometida la disidencia sexual.

«No faltan viviendas, faltan derechos»

3.9.2019

Más de 200 casas abandonadas y tapiadas amanecieron empapeladas con afiches que reclaman viviendas accesibles para los vecinos y vecinas que padecen alquileres exorbitantes o que viven a la intemperie en CABA. El grupo de organizaciones sociales denuncia la falta de políticas del gobierno de la Ciudad. Hay más de 130.000 casas ociosas y se calcula que hay más de 7.000 personas viviendo en las calles.

El comunicado emitido por la Consejería de Viviendas, Proyecto 7 y Amigues de la Calle se titula «No faltan viviendas, faltan derechos» y denuncia la profundización de una crisis habitacional que se evidenció este invierno cuando las bajas temperaturas sensibilizaron a parte de la sociedad que vio como vivían familias enteras en las veredas de la ciudad porteña.
Se acaba el invierno y ya fuera de la agenda de los medios hegemónicos, la emergencia persiste. Estas organizaciones señalan que «La crisis habitacional en CABA no es algo nuevo y se agrava por su crecimiento exponencial. Sin embargo, en 2019 el presupuesto para vivienda fue un 8% menor al año anterior, recorte que no sufrieron la publicidad o las fuerzas represivas».
Apuntaron contra los números que informó el gobierno sobre las personas en situación de calle, casi siete veces menos de los datos recabados por el reciente censo realizado por organizaciones populares, «Para Rodríguez Larreta, no es tanta la gente que vive en la calle, sino que muchas y muchos vienen a CABA a «pasar el día». El censo del gobierno porteño dice que son 1.146 personas que viven en las calles, cifra mucho menor a las 7.251 que arroja el 2° Censo Popular de Personas en Situación de calle. Es alarmante saber que de ellxs, 871 son niñas y niños».
Y continúa explicando, «El IVC y el Min. de Desarrollo Humano y Hábitat están lejos de brindar soluciones a esta problemática, no aportan propuestas concretas, por lo que el drama de los desalojos aumenta día a día acrecentado por la crisis económica y la voracidad del mercado inmobiliario. A su vez, la desregularización total de los alquileres y la falta de acceso a la vivienda definitiva, hacen que hoteleros e inmobiliarias planteen sus propias reglas, con el visto bueno del estado. En el marco de la deuda con el FMI, inmuebles y tierras públicas que pudieran tener un fin social, son rematados para obtener las migajas a que los compran los grandes terratenientes urbanos».
La emergencia esta agravada por la creciente crisis económica y social que atraviesa el país. La disparada del dólar arrastra el alza inflacionaria que aumenta semana a semana el costo de vida, las familias con problemas de viviendas son las más afectadas, «Creemos que todo este panorama no hará más que aumentar la población que carece de un derecho tan básico como un techo, y que ya es momento de actuar para revertir estas injusticias. La crisis golpea muy duro a la clase trabajadora, que ve amenazado su trabajo, su salud, su vivienda».
Y prosigue, «Recientemente, el IVC junto a organizaciones, Defensorías y ONGs han relevado 138.328 casas ociosas. Entendemos que es un primer paso para evaluar medidas impositivas que desalienten la existencia de viviendas vacías. Sin embargo, ante el panorama de crisis habitacional que describimos anteriormente, creemos que son necesarias medidas decisivas y urgentes, como pueden ser la expropiación de casas tapiadas y la garantía de su uso social en caso de ser del estado (incluso las de herencia vacante)».
Las organizaciones empapelaron las casas que están inactivas o deshabitadas, algunas desde hace años, y en donde se podría albergar a las miles de familias. Piden que el gobierno tome medidas sobre la crisis social que se agrava día a día, «que no haya ni casas sin gente, ni gente sin casas», proclama el comunicado.
«¿De qué valen sólo las medidas a largo plazo si cada año son más lxs muertxs por el frío, más lxs niñxs en la calle, y se siguen a la intemperie una nueva ola de desocupadxs por la crisis?»
«Por eso consideramos necesario visibilizar la crisis social en la que nos encontramos, en contraste con la disponibilidad de terrenos y casas ociosas ¿Cómo es posible que haya personas sin casa en la misma calle donde hay casas vacías, a la espera de una revalorización de sus precios? Hoy nuestra propuesta es instalar esta reflexión en el ideario común, que todxs empecemos a preguntarnos qué significa el derecho a la vivienda y preguntarnos ¿casas para la gente o casas para el mercado?».
Las organizaciones firmantes se pronunciaron por decisiones que den inmediata solución «Por la expropiación de la vivienda y tierra ociosa, para apostar a un modelo de alquiler y vivienda social, con control popular sobre la regulación de precios de la renta y sobre el destino de la tierra y la vivienda de la ciudad». y piden sumar adhesiones a consejerias.vivienda@gmail.com

Lucas Carrasco a juicio oral

3.9.2019
Por Laura Salomé Canteros

El ex periodista Lucas Carrasco va a juicio oral, acusado de “abuso sexual con acceso carnal” por dos jóvenes que dieron sus relatos ante el Poder Judicial. La genealogía de tres años de denuncias y el ocaso de otro macho público que se cree impune. Otro juicio que marcará una era de liberaciones feministas.

En ocasiones las pibas denuncian con nombre propio pero en otras prefieren aportar a la lucha de liberación feminista ejerciendo su derecho al anonimato. Mañana será otro día de victoria colectiva más allá de la sentencia ya que el Tribunal Oral en lo Criminal N° 9 juzgará a Lucas Carrasco por abuso sexual tras dos relatos que surgieron de un proceso de denuncia y acompañamiento colectivo en 2016 y que fue protagonizado por al menos 20 mujeres. El juicio será el miércoles 4 de septiembre desde las 9 en la calle Talcahuano y podría durar una sola jornada.
El Tribunal estará conformado por la jueza Ana Dieta de Herrero, quien también formó parte del que condenó en julio al ex músico Cristian Aldana, acusado de “abuso sexual agravado”. Lucas Carrasco desmiente los hechos que lo llevaron a juicio oral y alega ser víctima de una persecución política; pero las declaraciones testimoniales son contundentes para el TOC 9 y fue embargado por 300 mil pesos y obligado a presentarse cada mes en el edificio judicial.

La prueba: la palabra de las pibas

La causa es la 46.611/16 y Lucas Carrasco está doblemente acusado de “abuso sexual agravado por haber mediado acceso carnal” por hechos que sucedieron en febrero de 2013 y febrero de 2015 según los Artículos 45, 54 y 119, tercer párrafo del Código Penal de la Nación, que establece que “Será reprimido con reclusión o prisión de seis meses a cuatro años el que abusare sexualmente de una persona cuando ésta fuera menor de trece años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción” y que “La pena será de 6 a 15 años de reclusión o prisión cuando mediando las circunstancias del primer párrafo hubiere acceso carnal por vía anal, vaginal u oral o realizare otros actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías…”.-
La elevación a juicio, pedida el 27 de noviembre de 2018 por la Fiscalía 26, a cargo de Patricio Lugones, encontró sus fundamentos en las declaraciones testimoniales de las dos denunciantes, K. y Sofía, de dos amigues de una de ellas y de los resultados del peritaje psicológico- psiquiátrico del Cuerpo Médico Forense. En la declaración indagatoria, el acusado, Lucas Carrasco, había dado una versión de los hechos que se contraponía con la palabra de K. y de Sofía.
El proceso de denuncia para la sensibilización social sobre las violencias machistas tiene un comienzo y es el de las sobrevivientes rompiendo, de forma organizada y en lucha colectiva, la estructura de silencio y de poder de los agresores. “Más allá del proceso judicial, en lo que respecta a la lucha colectiva, el conocer otras mujeres que han pasado por lo mismo que una, es transformador”. Para Sofía Otero, una de las denunciantes de las violencias de Lucas Carrasco, “el proceso judicial es difícil, complicado, desgastante”, pero necesario para romper con la impunidad.
“Todas en algún momento quisimos desistir porque no sabíamos si íbamos a llegar a algún lado”, afirmó -hace tiempo a este portal-, y agregó Sofía, quien estudia Derecho: “No sé si hay otra forma posible. Cada vez que una se cae estamos para levantarnos, porque esto es así, avanzamos, retrocedemos, nos caemos, nos desanimamos, volvemos a confiar”, dijo. “No me arrepiento un instante de todo lo andado. No soy la misma que antes. Tampoco quiero serlo. Escuché historias, crecí, me dejé conmover por esas historias”, sentenció, con la misma potencia que plasmó su testimonio en la Justicia.

La genealogía de las pibas

Entre diciembre de 2013 y febrero de 2017, al menos nueve jóvenes comenzaron a organizarse para relatar -dentro de los feminismos primero y ante el poder judicial o a la opinión pública después- las agresiones de Lucas Carrasco contra sus cuerpos y subjetividades. Lo acusaron de ejercer, según la Ley 26.485 de Protección Integral, violencias sexual, física, psicológica y simbólica; y cuatro de ellas conformaron, según la Ley 25.087 de Delitos contra la Integridad Sexual, una denuncia colectiva por “abuso sexual con acceso carnal” que fue elevada a juicio admitiendo sólo la mitad de esos relatos.
En junio de 2016 acudieron juntas a la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) dependiente de la Corte Suprema para realizar su primer testimonio y no fueron escuchadas padeciendo violencia institucional. Fue cuando la era del “ya no nos callamos más” comenzaba a dejar su legado a través de historias comunes: se cruzaron con Ariell y otras denunciantes de Aldana, quienes las ayudaron para presentarse ante la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), dependiente del Ministerio Público Fiscal, organismo que intervino acompañando en ambos procesos judiciales.
En febrero de 2017, tras una etapa de intercambios de historias, se publicó una nota en la que varias pibas contaron las agresiones de Carrasco. Inmediatamente se comenzaron a recopilar denuncias -muchas capturas de chats-, donde se evidenciaba un modo de accionar común: acoso en diferentes modalidades, abuso sexual, violencias física y psicológica y privación ilegítima de la libertad. Diez días después, ya eran 20 las denunciantes y varias de ellas analizaban sumarse a la causa que finalmente realizaron cuatro. Aun a pesar de que los índices de condenas a agresores sexuales son muy bajos.
En noviembre de 2017, la Sala 7 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, procesó a Carrasco por el delito de “abuso sexual con acceso carnal”, se le embargaron sus bienes y se le impuso una orden perimetral respecto a una de sus denunciantes. La decisión llegó un mes antes de que Aldana cumpliera un año en prisión por abuso sexual y pedofilia. Fue un evento fundamental para fortalecer las denuncias públicas y las transformaciones sociales que está generando la organización feminista, que de a poco comenzaban a ser reflejadas también en los ámbitos judiciales.

Profeta en su propia tie… En ningún lado

“Lucas Carrasco no es periodista, es operador político”. De esa forma caracteriza una colega en Entre Ríos a Lucas Carrasco, visibilizando el repudio. La sensibilización y el apoyo de les periodistas allí fue fundamental para que la causa se agilizara en la justicia aun a pesar de numerosos sectores que siguieron encubriendo su ejercicio de violencias machistas. Como por ejemplo, la radio La Voz de Paraná (FM 90.1), que continuó un tiempo cediéndole un espacio diario al aire, donde Carrasco hasta se dio el lujo de hablar de una violación sin hacer alusión a la doble causa que tiene en su contra.
En la ciudad donde reside Lucas Carrasco, integrantes del movimiento feminista realizaron varias acciones, pero la primera fue mostrar la solidaridad. Para ésto convocaron a un conversatorio para intercambiar sobre las denuncias, de que no siempre es el camino a seguir, y se organizaron para emitir alertas y cuidarse entre ellas. Se realizaron pegatinas en el centro y en los lugares donde solía ir el acusado, se le pedía que se retire o se tomaba la voz para hacer mención y se enteren de lo que estaba pasando. Lo que pasó generó una cohesión y un salto de organización entre y para les activistas en Paraná; de hecho, luego invitaron a Ariell Carolina Luján para seguir construyendo herramientas autogestivas para la reparación y salir del lugar de víctimas. Entonces, para elles, la denuncia o el escrache quedaron como una opción.
Desde el momento en que el abuso y la tortura sexual se denuncian, se rompe y estalla en mil pedazos el sentido de control que ejercen los machos. Eso convierte a algunas/ es en ejemplos, voces públicas y hacedoras políticas para otras y otres. Es la era que nos toca vivir: la del “ya no nos callamos más” que se abraza a la del “ni una menos” en la lucha por la libertad, el goce y el reconocimiento de nuestras autonomías. Y en ese camino andan estas pibas, aun cuando la justicia es un concepto que sigue presentando incógnitas y desafíos para quienes luchamos por mundos mejores.

III Festival de Arte Trabajador

2.9.2019

Organizado desde Radar de los trabajadores, espacio que nace con el objetivo de poner en red la producción cultural de los sindicatos que lo integran, el festival busca que las/os “afiliados/as puedan experimentar y mostrar sus expresiones artísticas en el marco de las organizaciones sindicales”.

“En un momento histórico donde los espacios de expresión se cierran, o se vuelven inaccesibles, entendemos que somos los sindicatos quienes debemos tomar el rol de facilitadores como forma de resistencia. Recuperar el modelo de lo colectivo en contraposición al modelo del individualismo que tanto pregona el neoliberalismo”, explican los organizadores.
“Buscamos generar un espacio donde los compañeros y compañeras que trabajan en las distintas ramas que nuclea Radar puedan mostrar sus producciones, expresarse desde la sensibilidad artística y encontrarse con pares que también disfrutan del arte sea arriba o abajo del escenario”, agregan.
RADAR es fundamentalmente un espacio de intercambio, articulación y producción para registrar, comunicar, difundir y compartir la enorme y extensa labor que se desarrolla en estas áreas. La ceremonia de apertura tendrá lugar este lunes 2 de septiembre a las 18 hs, en la Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía, San José 225, con la actuación de Camila Carabajal.
El Festival de Arte Trabajador este año tendrá 1.300 artistas participantes, 23 sedes, 12 proyecciones audiovisuales, 32 los grupos y bandas participantes, 4 muestras fotográficas, 1 muestra de artes visuales, 60 compañías escénicas, 8 clínicas, 3 jornadas de poesía, 3 jornadas de debate en torno a la cultura y el trabajo. Y por primera vez la entrega de 12 galardones a la trayectoria a personalidades de la cultura, los derechos humanos y la política nacional.
El festival, al que sus organizadores han evaluado la necesidad incorporar una cláusula general de paridad de género, es una propuesta abierta a toda la comunidad, para chicos y grandes, que se despliega en distintos espacios de la Ciudad de Buenos Aires durante el mes de septiembre. Todas las funciones son a la gorra, porque el Festival nace en el 2017 como grito de resistencia, como una respuesta a distintas necesidades. “Por un lado la necesidad de tener espacios de expresión y por eso abrimos nuestras salas. Por otro lado, la necesidad de momentos recreativos que se han vuelto prohibitivos. Por eso a la gorra, para que todos y todas tengan acceso”.
“Entendemos que los y las artistas son trabajadores, que si bien desde el Festival se garantiza una logística para que la función no les implique incurrir en gastos, han tenido horas de ensayo, gastos de puesta en escena, viáticos, vestuarios, escenografías y una entrega personal que deben ser reconocidos”, explican.
Sedes: Asociación Bancaria Seccional Buenos Aires, dirección: Sarmiento 341, /Asociación Trabajadores del Estado seccional Capital, dirección: Carlos Calvo 1378/UOCRA, dirección: Rawson 42 / UTE, dirección: Bartolomé Mitre 1984/ SADOP, dirección: Juan Domingo Perón 2625/ La Máscara Teatro, dirección: Piedras 736/ El desguace, dirección: México 3694/ Páramo Cultural, dirección: Carlos Calvo 3974/ La Casona del Banade, dirección: Bolívar 1128/ La catedral del tango, dirección: Sarmiento 4006/ CTA, dirección: Entre Rios 488/ Vuela El Pez, dirección: Av. Córdoba 4379/ Caras y Caretas Café Cultural / Teatro, dirección: Venezuela 330/ Caras y Caretas 2037, dirección: Sarmiento 2037/ADEF, dirección: Rincón 1044/ APSEE, dirección: San José 225/ AGTSyP, dirección: Carlos Calvo 2363/CITRA, dirección: Sarmiento 2058/ UMET, dirección: Sarmiento 2037/ UPSA, dirección: Chile 2349 /Universidad Nacional de las Artes, dirección: Bartolomé Mitre 1869/ Complejo Cultural Sanidad – ATSA, dirección: Venezuela 2255/ APL, Combate de los Pozos 230.

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