Coronavirus: Se congelan ingresos en Ciudad y funcionarios donan 25% de sus salarios

22.4.2020

Este miércoles el Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta presentó en conferencia de prensa un paquete de medidas destinadas a fortalecer las “áreas críticas” de la Ciudad en medio de la pandemia por el coronavirus. Además de medidas de financiamiento extraordinario, una Ley de Emergencia Económica y el congelamiento de incorporaciones, se contempla la donación del 25% del sueldo de ministros y secretarios durante tres meses.

“Desde el Ejecutivo, que es nuestro lugar, vamos a hacer un aporte voluntario del 25% de nuestros sueldos por tres meses. En esta misma línea trabajan la Legislatura porteña y el Poder Judicial de la Ciudad”, explicó Larreta, invitando a los otros poderes de la Ciudad a seguir el ejemplo del Ejecutivo. Los representantes del Consejo de la Magistratura, Tribunal Superior de Justicia y los Ministerios Públicos Fiscal, Tutelar y de la Defensa impulsan un proyecto para fijar un ajuste igual en el Poder Judicial, mientras que en la Legislatura porteña los bloques de Juntos por el Cambio, el Frente de Todos, Consenso Federal y GEN acordaron presentar un programa de aportes salariales voluntarios.
El plan anunciado este miércoles apunta a “incrementar y reorientar recursos a las áreas críticas como Salud y Desarrollo Humano y Hábitat, afectadas a la lucha contra la pandemia”, así como a “enfrentar y mitigar la fuerte caída de la recaudación (estimada en $ 40.000 millones), debido a la baja en la actividad económica”. El mandatario también confirmó que se congelan las incorporaciones de nuevos empleos y la paralización del “ambicioso” plan de obras públicas previsto por Ciudad.
Según Larreta, la idea central pasa por “dotar a través de la aprobación de la Ley de Emergencia Económica al Poder Ejecutivo de la Ciudad de una mayor flexibilidad para la reasignación de partidas presupuestarias desde áreas no esenciales hacia sectores prioritarios como Salud y Desarrollo Humano y Hábitat”.
El Jefe de Gobierno porteño incluyó dentro del plan de emergencia dos leyes ya aprobadas: la autorización para solicitar un préstamo por hasta 150 millones de dólares a organismos multilaterales de crédito y la ampliación del bono a proveedores por otros 9.000 millones. También confirmó que se suspenderá “todo gasto, programa o acción que no sea crítica ni indispensable en el marco de la lucha contra la pandemia”, incluyendo “obras varias en subtes y metrobuses, remodelación de comisarías, obras en el Parque de la Innovación, las barreras del Paseo del Bajo, nuevas ciclovías, nueva sede de la Comuna 9 y las obras en Centro De Transbordo de Barracas de Belgrano, entre otras”.
Luego del escándalo desatado por la compra de barbijos con fuertes sobreprecios y de la contratación de un hotel vinculado a familiares de funcionarios, Larreta insistió en que se apunta a profundizar las “medidas de Transparencia”, para lo que se “establecerá un nuevo proceso de coordinación y seguimiento de todas las compras para la pandemia a cargo del Ministerio de Hacienda”.

Bregman: “Rechazamos los anuncios demagógicos y la concentración de poder de Larreta”

22.4.2020

En medio de una pandemia con consecuencias críticas sobre la vida de miles de personas que pierden todo ingreso, áreas del gobierno nacional y de la ciudad de Buenos Aires que deberían atender esas necesidades, se ven golpeadas por fuertes denuncias de corrupción. En ese marco, el jefe de Gobierno aprovechó para hacer anuncios demagógicos y concentrar poder, como hacen todos los gobiernos.

En conferencia de prensa Rodríguez Larreta junto su vice Diego Santilli y los ministros de Hacienda Martín Murúa y Salud Fernán Quirós, anunciaron un paquete de medidas destinadas a enfrentar la pandemia. Entre ellas se incluyen: aporte voluntario de los funcionarios de los tres poderes, congelamiento salarial a los trabajadores de la Ciudad, endeudamiento público para financiar el plan y mayor transparencia en contrataciones. Y como corolario del plan aprobar la Ley de Emergencia Económica, medida que toman todos los gobiernos, concentrar un poder discrecional y sin control al Ejecutivo.
El Gobierno de la Ciudad presentó el nuevo plan de emergencia para enfrentar la pandemia, sin hacer un balance de lo actuado. Desde la Izquierda salieron a denunciar los contratos con familiares, concesionarias de irregular funcionamiento y la desidia ante los trabajadores de la salud, los adultos mayores y los barrios carenciados. A su vez, en contraposición al demagógico plan de Larreta y escuchando los reclamos de la gente, la izquierda propone fortalecer los programas de salud, alimentación e infraestructura sanitaria, financiado con un impuesto a las grandes fortunas.
Un gran ausente en la conferencia, fueron las decenas de denuncias sobre la falta de protección sanitaria de los trabajadores de la salud y por la poca cantidad y la pésima calidad de los bolsones alimentarios para las y los chicos de la escuela pública, entre otras.
Así lo expresó, Myriam Bregman, “Son anuncios al aire y pura demagogia, de un gobierno que tiene diecinueve fallos judiciales en contra, desde que empezó la cuarentena y no cumplió ni uno”.
Y pasó a enumerar: “Como el fallo que logramos por la cantidad y calidad alimentaria para las y los chicos de las escuelas. Semana a semana nos llegan decenas de denuncias de familias, docentes y cooperadoras por la comida que reciben los pibes, así como de trabajadores y trabajadoras de la salud por falta de protección sanitaria y de testeos para los posibles contagiados”.
Alejandrina Barry, compañera de banca del Frente de Izquierda afirmó “Mientras por presión retrocedieron del encierro de los adultos mayores, callan la crítica situación de los geriátricos, donde se conocieron en las últimas horas decenas de casos de infectados entre esta población de riesgo”.
A lo que Barry agregó: “Nosotras venimos trabajando en la problemática de los barrios carenciados y con dolor y bronca vemos pobladores de la Villa 31 con Covid-19, que denuncian vivir hacinados, donde 13 personas tienen que compartir un mismo baño. Allí no llegan los recursos del Estado, mientras por otro lado Larreta hacen negociados con familiares, dueñas de hoteles”.

Sobre el financiamiento y endeudamiento de la Ciudad

Uno de los puntos más críticos en medio de la cuarentena obligatoria, es la caída del 40% en los ingresos de las arcas públicas, por falta de recaudación. Ante esto, el Jefe de Gobierno publicita su medida más demagógica “Que todos los funcionarios de altos sueldos, donen voluntariamente el 25% de sus salarios”. Mientras con el acompañamiento de la “oposición” vuelven a endeudar a la Ciudad.
Myriam Bregman fue categórica: “Los diputados y diputadas del Frente de Izquierda hemos presentado proyectos para que todos los funcionarios y legisladores cobren como una docente. Siempre cajonean nuestros proyectos, en el Congreso Nacional como en las Legislaturas, oficialismo y oposición, son realmente unos caraduras y demagogos”.
Y agregó “Nosotros siempre cobramos como una docente y el resto lo donamos a causas populares y a los fondos de lucha de conflictos de trabajadores. El gobierno arma negociados millonarios para sus familiares, no los veo donando para el hospital de Lugano que nunca terminaron. No dejaremos que sea el gobierno el que reparta nuestra donación”.
Por su parte Alejandrina Barry, recordó la última sesión legislativa, donde con el voto de todos los bloques, menos el del Frente de Izquierda, se resolvió endeudar a la Ciudad en U$S 150 millones. “En medio de esta crisis, no se puede seguir endeudando al Estado porque eso lo paga el pueblo. Fuimos los únicos que votamos en contra de esa nueva carga y como contrapartida propusimos un impuesto a las grandes fortunas instaladas en la Ciudad, empezando por el multimillonario negocio del juego, las grandes inmobiliarias y constructoras, hasta los bancos que son los grandes ganadores de los últimos años y en la ciudad se encuentran el 82% de las casas matrices”.
A lo que agregó: “Todos los demás bloques acompañaron a Larreta en su política de endeudamiento y además aceptaron que las partidas no tengan asignación específica. Un verdadero cheque en blanco es lo que votaron”.
Y ante la posibilidad de que Larreta con la ley de emergencia económica, maneje reasignaciones presupuestarias a su antojo, Barry fue categórica “Vuelven a querer que votemos un cheque en blanco, sobre todo el presupuesto de la ciudad. Para que quiere Larreta manejar a su antojo la reasignación de partidas presupuestarias. Para poder pagar con la pauta publicitaria el silencio de cierta prensa para ahogar las críticas. Para negociados espurios con empresas de amigos y familiares. Y ni hablar el desmanejo presupuestario, como hicieron en marzo en sacarle $65 millones a la Villa 20, para pasarlo al Asentamiento Fraga, cuando el problema habitacional esta en todos los barrios carenciados. Yo pregunto, cual es el criterio de este gobierno. Ya es conocido, así que no cuenten con nuestro voto, cheques en blanco a Larreta, no le votamos”.
Con la demagogia de la donación de parte de los sueldos de funcionarios de alto rango, el gobierno aprovecha para congelar el salario de los trabajadores de la Ciudad, en medio de una escalada inflacionaria. Pretende financiar a la Ciudad sin tocar el bolsillo de los poderosos y menguando el ingreso de los trabajadores, como los contratados que tienen un sueldo de $21.000 menos el monotributo. Una verdadera defachatez.
Ya antes de la pandemia el accionar del gobierno de la ciudad se manejaba de la misma forma, con un financiamiento a través del endeudamiento público, impuestos regresivos sobre las clases medias y sub ejecución de las partidas de las áreas más sensibles. Todo esto para destinar más recursos a mega obras de infraestructura urbana destinadas a las empresas de familiares y amigos y una ciudad para la inversión inmobiliaria y el turismo. Para la pauta publicitaria, donde consigue el silencio cómplice de medios de comunicación para lograr un cerco mediático. Como así también al aprovisionamiento de la Policía de la Ciudad, para perseguir a vendedores ambulantes, desalojar viviendas y reprimir a los que enfrentan su plan.
“Nos quieren hablar de que ahora serán transparentes. Pero en estos días de pandemia, renunciaron dos funcionarios por los casos de sobreprecios en los barbijos a $3000, la contratación de los hoteles de la empresa Midas Hotel Management S.A. de la media hermana de Larreta, que incluso llega a salpicar a Víctor Santamaría del sindicato de encargados de edificios y presidente del PJ porteño. Ese viene siendo el destino que Larreta le da a las arcas públicas.” aseveró Barry.
Y como contrapartida, agregó Bregman, “mientras los insumos sanitarios no llegan a los hospitales de la ciudad, como denuncian los trabajadores de los 33 hospitales porteños. Y los casos de brutalidad policial se multiplican a diario, como denunciamos desde nuestras bancas. El Gobierno gastó $ 656 millones entre motos policiales, pertrechos invernales y municiones anti-protesta. Su preocupación es el humor social igual que el del gobierno nacional. Nuestra preocupación es que esta crisis de nuevo recaiga sobre los trabajadores y sectores populares”.

Obligadas a compartir un baño para 13 personas… ¿cómo podríamos cumplir las normas de prevención?

22.4.2020

La Garganta Poderosa publicó el testimonio de la vecina de la Villa 31, confirmada con COVID-19, desde el Hospital Vélez Sarsfield, que reproducimos a continuación.

“Bueno, ante todo quiero empezar aclarando por qué prefiero resguardar mi nombre, aun cuando todos los registros oficiales ya cuentan con mis datos, porque me encuentro ahora mismo internada. Lamentablemente, hay una inmensa paranoia en los barrios y también mucha falta de información, que se traduce en miedos o en amenazas como las que vengo recibiendo desde que me diagnosticaron coronavirus. Y sí, lógicamente ahora tengo miedo yo también, por mi salud, por el hostigamiento y por la realidad en la que siguen viviendo mis vecinas y mis vecinos de la Villa 31. Para que se puedan imaginar, yo tengo 43 años y vivo en una pieza de 3 metros cuadrados con mi padre y mi madre diabética, que tienen 85 y 84 años. Pero eso no es todo: en el mismo piso viven otras tres familias, obligadas a compartir un baño para 13 personas… ¿Cómo podríamos entonces cumplir las normas de prevención? Y simplemente “un baño” no, un baño que suele quedarse sin agua, frecuentemente.
Sin poder pensar en otra cosa, tengo la sospecha de haberme contagiado en un cajero automático, porque tuve que hacer una cola durante largas horas, una cola peligrosa para mí, porque va mucha gente por día y no se desinfecta permanentemente. Traté de conseguir alcohol más de una vez, pero escasea y cuando conseguimos, vale oro. ¿Quién no quiere cuidarse? Yo me corté dos remeras para usarlas de tapabocas porque no puedo comprar barbijos, necesito esa plata para comer.
El último viernes por la noche comencé a sentir los síntomas y, sin esperar demasiado, me acerqué hasta la salita del barrio, donde me derivaron al Hospital Rivadavia; ahí me hicieron el hisopado, me tomaron la fiebre y me mandaron a un cuarto en el segundo piso, donde estuve hasta el sábado a la noche. Ahí supe que mi análisis había dado positivo y me trasladaron hacia el Hospital Vélez Sarsfield. Ahora estoy internada acá, donde me faltan frutas para comer, pero la atención es buena. Y sí, mi condición es un poco más grave por ser asmática, pero ya no tengo fiebre y me siento mejor.
Hoy, mi mayor impotencia pasa por no poder ayudar a mi familia, que depende íntegramente de mí. Si bien estoy desempleada, hago los trabajos que nuestro hogar demanda todos los días. Y desde el viernes no hablo con ellos, porque no tienen celular. Además, como mi madre sufrió un infarto hace poco tiempo, preferí no decirle que me dio positivo, para que no le diera un síncope; eso la mataría más rápido que cualquier virus. Por eso, mediante mi vecina, le hice saber que sí estoy internada, pero sólo por una dificultad respiratoria.
¿Por qué hablo? Porque me preocupan profundamente mi papá y mi mamá. Si bien ya se les acercaron alimentos y artículos de higiene desde la asamblea barrial de La Poderosa, a esta hora no recibimos todavía ningún tipo de ayuda del Gobierno de la Ciudad, ninguna, aunque la doctora de la salita me dijo que a mi casa llegaría una contribución de comida desde la Secretaría de Integración Social y Urbana. Pues ahora sé que no ha llegado. Es necesario que, al menos, vayan a hacerles el hisopado a mis padres en su propia casa, para no exponerlos, ¡porque todavía no los testearon! Al menos por una vez, nos tienen que escuchar”.

Los médicos porteños insisten en que Larreta no les provee elementos de protección

22.4.2020

La Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires le reclamó hoy, en una carta enviada al ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, «la provisión, administración y entrega, en tiempo útil y oportuna de todos los elementos de protección personal que exige enfrentar» la pandemia de coronavirus.

En la carta, que lleva la firma de Ricardo Solari, Secretario General de la Asociación, y de Jorge Gilardi, su Presidente, se agrega que los elementos de protección «al día de hoy no están disponibles en todos los lugares donde los médicos debemos ejercer nuestra tarea» y denuncian «un errático e irregular déficit en la provisión de elementos de protección personal».
En este sentido, los médicos reclaman «la provisión, administración y entrega, en tiempo útil y oportuna de todos los elementos de protección personal que exige enfrentar la pandemia Covid-19 de acuerdo a los protocolos vigentes».
También piden que «la protección de la salud de los médicos y demás miembros del equipo de salud requiera la realización de los testeos necesarios en forma urgente a dicho grupo».
Los médicos municipales detallan en la carta que ya mantuvieron una reunión con las autoridades sanitarias de la Ciudad de Buenos Aires hace diez días planteando estas necesidades.
«Ratificamos que no aceptaremos que ningún miembro del personal de salud quede expuesto bajo ninguna circunstancia a situaciones de riesgo adicionales a los propios del acto médico», remarcan.
Asimismo, advierten que «de no garantizarse la adecuada provisión de Elementos de Protección Personal (EPP), no se encontrarán reunidos los requisitos sustanciales para llevar adelante» su tarea profesional.

Coronavirus: Reclamos por falta de insumos en hospitales porteños

20.4.2020

En el Ramos Mejía los trabajadores de salud piden barbijos, guantes, camisolines

“Nos están mandando a una guerra sin armas”, advirtió Claudio Gómez, enfermero del hospital Ramos Mejía, en el marco del reclamo que este miércoles por la mañana llevaron a cabo trabajadores de todas las áreas del establecimiento para dar cuenta de la falta de insumos, las malas condiciones de trabajo y la necesidad de incorporar más profesionales al equipo del hospital. “Estamos peleando contra un virus desconocido, necesitamos los elementos necesarios para protegernos”, señaló Gómez. Algunos con barbijos y otros sin, alrededor de las diez de la mañana enfermeros y médicos del hospital se reunieron para manifestarse. “Más insumos y material. Capacitación y licencias por grupo de riesgo”, llevaba escrito uno de los carteles.
“Desde el fin de semana hay 3 pacientes confirmados que tienen el virus, si llegan más no tenemos barbijos para cubrir no sólo a los pacientes sino también a los cuatro turnos de enfermeros que implica su cuidado durante las 24 horas”, aseguró el enfermero del hospital Ramos Mejía. Barbijos N95 y descartables, protectores anti secreciones para los ojos, camisolines, cofias, salas que permitan distancia entre las camas y boxes individuales para el aislamiento, son algunos de los requerimientos que un establecimiento de salud necesita para poder abordar los casos de pacientes que presenten síntomas sospechosos del coronavirus o bien se confirme su diagnóstico. “Se están por inaugurar nuevos consultorios para atender a pacientes febriles en el marco de la pandemia y todavía no han incorporado nuevo personal de enfermería, en lugar de eso, nos informaron que 3 enfermeros de cada turno –mañana y tarde– tendrán que ir a atender a pacientes que se encuentran aislados en camas de hotel”, relató Gómez.
Si bien el hospital cuenta con salas de internación en cada área, su forma “apabellonada” no permite los cuidados necesarios como, por ejemplo, tener los vestuarios junto a la entrada para cambiarse la ropa antes de ingresar. Además, según explican los trabajadores del hospital, “en muchas salas las camas no llegan a estar a más de un metro y medio de distancia, como indica el protocolo para evitar contagios”.
“Apelar a la idea de la vocación es riesgoso: no somos héroes, somos trabajadores precarizados”, advirtió una de las profesionales del centro de salud de atención comunitaria (CeSAC) ubicado en el Bajo Flores, y contó que “todas acá tenemos dos o más trabajos, ya sea en clínicas privadas o en otros sectores públicos, porque no nos alcanza la plata. El bono que nos van a dar ahora justamente habla de esa precarización laboral”. Al igual que otros de sus compañeros, además de ir al CeSAC varios días por semana, ella atiende en un consultorio privado y en el programa de atención domiciliaria de la Ciudad de Buenos Aires. “Nos mandan al epicentro de la pandemia sin las protecciones correspondientes. No necesitamos que nos aplaudan sino que nos traten como personas que somos, con familias, con necesidades, con sensibilidades”, señaló la trabajadora del centro de salud, donde si bien hasta ahora no hubo casos confirmados de coronavirus, “los casos de dengue siguen en aumento, sumado a las problemáticas que nuestro centro tiene por estar cercano a uno de los barrios más vulnerables de la Ciudad”.
La superposición de trabajos es un fenómeno que se repite, no solo en los equipos de trabajo de los CeSAC sino también en los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires. Este miércoles, una de las enfermeras del hospital Ramos Mejía presentó síntomas sospechosos del virus: fiebre y dolor de garganta. Hasta recibir el resultado de la prueba, la trabajadora se encuentra internada y aislada de otros pacientes. Una situación similar ocurrió en el hospital Santojanni, ubicado en Mataderos, donde una enfermera presentó síntomas del virus tras haber atendido a pacientes contagiados en una clínica privada. Después de varios días aislada, la prueba le dio negativo, pero la mayoría de los enfermeros del hospital se encuentran en riesgo por mantener múltiples trabajos en simultáneo. «Lo que muestra la pandemia no es nuevo: en enfermería, el sobrecargo horario y la precarización es algo que ya sucedía desde hace mucho tiempo. Yo, por ejemplo, hoy salgo a las tres de la tarde, a las seis ya estoy corriendo para volver a la guardia», relató Julio, uno de los enfermeros de la Guardia del hospital.
“El riesgo de contagio crece muchísimo al estar saltando de clínica en clínica para poder sobrevivir”, advirtió Celia Benítez, enfermera de neonatología en el Ramos Mejía, que también trabaja como enfermera de terapia intensiva para una empresa de medicina prepaga. “Si vamos a dar la vida por esto, al menos queremos cobrar un salario digno”, señaló. Benítez es enfermera hace ocho años, y ante la medida de aislamiento obligatorio del viernes pasado tuvo que llevar a sus tres hijos, de 7, 9 y 17 años, a la casa de su padre en la localidad de González Catán. “No voy a verlos al menos por un mes, quizás más. Tuve que priorizar su salud sabiendo que yo puedo ser un foco de contagio. Es una decisión muy difícil”, relató.
En el informe de este miércoles del Ministerio de Salud, la Secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizotti, recordó que las personas jóvenes y activas son las que están más expuestas a hacer circular el virus ya que pueden generar un contagio “aunque no sepan que están infectados o no presenten síntomas”. En el ámbito de los trabajadores de la salud, esta condición se agudiza: “estamos en lugares donde potencialmente vive el virus. No podemos estar midiendo los elementos de seguridad según el tipo de paciente que atendemos, deberíamos estar protegidos como cualquier persona que tiene que circular en contexto de cuarentena”, advirtió la trabajadora del CeSAC, y agregó que la semana pasada tuvieron que pedirle barbijos al área de odontología porque en los consultorios de febriles – donde se atienden los pacientes que presentan los síntomas del coronavirus – no quedaban más. “Todas las medidas que tomamos fueron de forma autogestiva, y después los funcionarios de la Ciudad dicen que están orgullosos del sistema de salud que tenemos. No somos soldados de la patria, somos trabajadores”, aseguró. En su centro de salud, días atrás una de las médicas presentó los síntomas y evaluaron cerrar el establecimiento hasta corroborar que no tuviera el virus. “Al final su malestar pasó y comprobamos que no lo tuviera, pero puede pasar en cualquier momento, tenemos que estar protegidos y achicar al máximo la posibilidad de contagio”, señaló.
“Cuando hay una alerta amarilla, cualquier profesional de cualquier sector tiene que estar disponible para atender”, explicó Benítez y detalló que, por eso, todos los médicos y enfermeros que están dentro del grupo de riesgo deberían obtener su licencia. “Si bien el decreto lo indica, en el ámbito de la Ciudad esto queda a decisión de la dirección de cada hospital, y en el nuestro aún hay mujeres embarazadas y trabajadores con enfermedades crónicas que siguen yendo a atender a los pacientes”, señaló la enfermera del Ramos Mejía. En este establecimiento, según Benítez, el 70% de las enfermeras son madres solteras que no cuentan con una ayuda para que alguien cuide de sus hijos: “no solo ponemos en riesgo a pacientes, sino también a nuestras propias familias”, aseguró.

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