Legisladora porteña cuestiona el desempeño de La Metropolitana

26.8.2014

Neira: "Lo que esta gestión presentó como una Fuerza modelo, de proximidad, de abordaje territorial no está sucediendo; por el contrario, lo que vemos a diario es una fuerza torpe que se comporta como un elefante en un bazar en cada intervención. 

El PRO tiene que admitir que la Metropolitana es un fracaso" 

 

La diputada del Frente para la Victoria Claudia Neira, Vicepresidente de la Comisión de Seguridad de la Legislatura Porteña, presentó un pedido de informes sobre la gestión de Policía Metropolitana.

 

En el pedido de informes la diputada demanda al Ejecutivo que informe si existe un cronograma o un plan de objetivos para la fuerza durante los próximos años y cuándo planea "asumir plenamente la responsabilidad sobre la Seguridad en la Ciudad".

 

Ante la información presentada por el Jefe de Gabinete sobre la cantidad de efectivos de la fuerza, la diputada demanda información sobre "los 3372 efectivos de la Fuerza que el Sr. Rodríguez Larreta no especifica qué función cumplen en la fuerza" y agregó: 

 

"Lo que esta gestión presentó como una Fuerza modelo, de proximidad, de abordaje territorial no está sucediendo; por el contrario, lo que vemos a diario es una fuerza torpe que se comporta como un elefante en un bazar en cada intervención. El PRO tiene que admitir que la Metropolitana es un fracaso". 

 

A su vez, Neira manifestó que "mientras Rodríguez Larreta insiste en que la responsabilidad de la seguridad de la Ciudad es únicamente de la Policía Federal, nosotros queremos saber, entonces, qué piensa hacer con la Metropolitana, qué función pretende darle" y agregó:

 

"Queremos saber cuándo la Policía Metropolitana planea hacerse cargo de la seguridad de los porteños como lo dicta la Ley de Seguridad Pública (la Ley 2894) que plantea expresamente que la Seguridad es deber 'propio e irrenunciable' del Estado de la Ciudad."

CONVOCATORIA DE LA MULTISECTORIAL POR LA EDUCACIÓN PÚBLICA

26.8.2014

Nos dirigimos a ustedes para invitarlos a participar del “Desayuno de Prensa por la Educación Pública” a realizarse el día 1° de Septiembre a las 9:30 hs en la Escuela N°2 Mariano Acosta sita en la calle Gral. Urquiza 277, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Luego del 1° Encuentro en Defensa de la Educación Pública realizado el 27 de Junio de 2014 en el Club Daom decidimos acercarnos para informarles sobre los datos recabados a lo largo de toda esta lucha colectiva desde septiembre del año 2013, a fin de que toda la sociedad de la CABA tome conciencia que de volver a implementarse dicho sistema sin las modificaciones propuestas por las comunidades educativas y las familias para el ciclo lectivo 2015, no sólo es probable que queden más de 9.000 niños/as y/o adolescentes sin vacantes como sucedió este año, sino que se agudicen también todas las problemáticas que dicha falta de vacantes generó.

Los temas a tratar serán:

      La falta de establecimientos para cubrir la necesidad de vacantes que el sistema online dejo reflejado luego de su implementación para el ciclo lectivo actual.

      Escuelas con problemas graves históricos de infraestructura.

      La instalación en las escuelas de aulas containers o aulas de durlock, fomentando la precarización de la educación pública.

      La implementación de la inscripción en línea que acentuó y acrecentó dichos problemas, cobrando matices dramáticos en términos de falta de acceso al derecho a la educación de niñ@s y adolescentes de la ciudad.

      En zona sur directamente fue imposible aplicarlo, lo que significó que la población no pudo inscribirse en línea, es decir que la medida tal como fue pensada y reglamentada no se implementó.

      La ruptura en el vínculo familia- escuela, extinguiendo la posibilidad de encuentro que estaba garantizada con la inscripción presencial.

      Que arrebaten el derecho de las familias a elegir dónde educar a sus hij@s.

      Que un gran porcentaje de las familias tengan que optar por una educación privada para sus hijos ante su exclusión del sistema público, y lo que ello implica para cada familia (esfuerzos económicos, desgaste emocional, etc.).

      El incumplimiento del reglamento escolar, en relación a los accesos directos, normativas por hermanos, cercanía del establecimiento o ser hijo/a de trabajadores de la misma escuela.

 

Los esperamos a todos/as para brindarles la información necesaria, responder a sus preguntas para que puedan ayudarnos a transmitir esta situación grave que está viviendo la Educación Pública de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


CONVOCAN: "Encuentro del Sur por la Educación Pública", Multisectorial por la Educación Pública, Sindicatos docentes: UTE y Ademys

 

 

 


Adhieren:

Corriente Villera Independiente Bajo Flores – Agrupación Docente-Estudiantil "La Rayuela" – Escuela Superior de Enfermería Cecilia Grierson – Escuela de Música Juan Pedro Esnaola – Frente Terciarios JP Descamisados – Corriente Peronista Descamisados Capital – Unidos por la Escuela Pública – Campaña por Mi Escuela Pública – Espacio Socioeducativo en UTE – Agrupación Juguete Rabioso – Ni calco ni copia-Agrupación de educadorxs – Red Villa Soldati – José Machain, Consejero por la Legislatura (Bloque FpV) Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes – Secretaría Infancia y Adolescencia, Movimiento Evita Capital – Silvia Brusilovsky, Docente Universitaria – Alicia Nogueira, Docente Universitaria – Analía Sancho, Lista de Maestr@s y Profesor@s – Agrupación Estudiantil “La Mariátegui” – Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares (CEIP) – Bachilleratos Populares “Maderera Córdoba”, “IMPA” y “Chilavert” – Departamento de Comunicación y Expresión de la Escuela Técnica N° 7 – Dip. José Cruz Campagnoli (Nuevo Encuentro del interbloque del Frente para la Victoria) – Dip. Lorena Pokoik (FPV) – Dip. Aníbal Ibarra, Frente Progresista Popular (FPP) – Dip. Marcelo Ramal, Izquierda Socialista en el FIT – Dip. Alejandro Bodart, Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) – Dip. Gonzalez Gass, Partido Socialista Auténtico en Frente amplio UNEN –

Matan dos adolescentes en Lugano

26.8.2014

Julia Muriel Dominzain (COSECHA ROJA)

Cosecha Roja sigue la pista de la muerte de dos adolescentes en Villa 20, Lugano. Las versiones de la policía y los vecinos se contraponen. La policía asegura que fue un tiroteo y que los pibes dispararon. El dueño del auto robado dice que los puede reconocer ante la jueza. Los vecinos dicen que fue un anzuelo, que los pibes estaban desarmados y que fueron fusilados. La Procuraduría contra la Violencia Institucional investiga. “Puede ser una ejecución extralegal”, dijo el fiscal Abel Córdoba.

El 7 de agosto la policía disparó a cuatro jóvenes que iban en un auto. Dos murieron, uno quedó con una bala cerca del pulmón y otro está preso. El parte de la policía dice que habían robado el auto, que los persiguieron, que los jóvenes dispararon. El que denunció el robo primero dijo que no los podía ni describir y luego que sí: habrá una rueda de reconocimiento el lunes que viene en el Juzgado de Menores Nº2. Lo que investiga la Justicia es el robo y no los asesinatos. Por eso la Procuraduría de Violencia Institucional comenzó una investigación preliminar y pedirá que se abra una causa. “Hay elementos para pensar que es un caso más de ejecución extralegal de las fuerzas policiales”, dijo a Cosecha Roja Abel Córdoba, titular de Procuvin. Los vecinos, amigos y familiares dicen que pudo ser un anzuelo, y que los pibes estaban desarmados y fueron fusilados.

Los indicadores a los que se refiere Córdoba tienen que ver con el accionar de la policía después de la balacera: no se detuvo preventivamente a los agentes que dispararon, no se preservó la escena del crimen, no se recogieron todas las pruebas, no apartaron a la fuerza de la investigación, no recogieron testigos y obstruyeron la atención de salud de los heridos.

A 15 días de los asesinatos, el abogado del adolescente imputado pudo ver la causa que lleva la jueza Marta Halperín. A la familia de Brian -uno de los pibes muertos- la rechazaron como querellantes. Córdoba consideró que hay que abrir una nueva causa: “Acá hay otro objeto procesal que son dos muertos y un herido”, explicó. Ayer diez personas testimoniaron ante la Procuvin y hoy presentarán la denuncia en la justicia.

Reina, la mamá de Jonathan, esperó a los fiscales con galletitas anillitos rosa y mate. En su casa Córdoba tomó testimonio a los vecinos y recibió videos y pruebas. El contacto con la familia y las organizaciones del barrio se había hecho a través del programa de Acceso Comunitario a la Justicia (ATAJO). “Hay que estar en el lugar y detectar situaciones. Una persona declarando en una sede judicial está aislada de todo contexto. Si uno se acerca, confía un poco más”, dijo Córdoba.

La noche de la balacera decenas de vecinos salieron de sus casas para ver qué pasaba. Cuentan que los policías estaban de civil, que tiraron a matar, que los tiros iban en una sola dirección, que no hubo enfrentamiento, que uno de los oficiales sacó un arma plateada, que Jonathan quedó tirado solo en un pasillo, que a Brian lo dejaron desangrar adentro del auto y no permitieron que lo subieran a la ambulancia. Rosa -la hermana de Jonathan- y Omar -el papá de Brian- dedicaron el día a buscar testigos, visitar vecinos, caminar el barrio. Querían aprovechar que el fiscal estaba ahí. “¿Era tu hermano, Rosita? No sabía. Lo siento mucho”, le dijo una vecina cuando la vio pasar. “Yo salí como loca, con una ojota de cada color, a buscar a mi hijo de 15 que no sabía si estaba en el quilombo”, contó. Más tarde, cuando Rosa vaya a buscarla para preguntarle si puede testificar, alguien abrirá la cortina y dirá que no está. “No es solo la impunidad de la policía, también es la del barrio, la gente tiene mucho miedo”, dijo Rosa a Cosecha Roja.

***

A Jonathan le decían el encantador de niños porque todos lo seguían. Tenía 17, nueve hermanos y diez sobrinos. Cuando estaba castigado los pibes se quedaban en la puerta de la casa haciéndole el aguante. “¿Cuándo sale el Yoni?”, le insistían a Reina, su mamá. Días antes de morir le había pedido a la familia que lo internaran para dejar la droga. Hacía un año que había empezado a consumir más. Ese jueves Reina volvió a las tres de la tarde. Había estado averiguando dónde internarlo. Subió al cuarto de Jonathan y charlaron sentados en la cama. A la noche él salió a comprar pollo y nunca volvió. Horas después ella recibió un llamado: del otro lado del tubo, le decían que podía arrancar los trámites para el tratamiento. “Es tarde, mi hijo está bajo tierra”, les respondió.

A Brian nadie le decía Brian. “Por siempre Papu” dice la pintada que hicieron los amigos sobre la Avenida Cruz. Tenía 19 años, había venido de Cochabamba a los 3 y era ansioso, caprichoso y burlón. “Te aparecía de atrás y te pellizcaba la oreja”, contó a Cosecha Roja Omar, el papá. Cursaba en una nocturna y hacía boxeo: entrenó primero en el club Yupanqui y después en Chicago. Fue al primero que balearon pero el último en llegar al hospital. Los amigos denuncian que lo abandonaron. Los vecinos cuentan que la policía no dejó que lo subieran a la ambulancia. Quedó en el auto. Miraba y temblaba. Agonizó casi doce horas. Murió en el hospital y se desangró hasta el entierro. “En el cajón había sangre”, dijo Omar.

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Rosa contó que los cuatro pibes se subieron al auto en Chilavert y Laraya y que creen que había tres más que se tiraron del auto cuando empezaron los tiros. Hicieron una cuadra y los empezó a perseguir y disparar la policía. Eran las 9 de la noche. En el volante iba Matías, que hoy está preso en un pabellón de menores de Marcos Paz. Al lado iba Brian, que quedó en el auto hasta que la policía desarmó la escena y arrastró el auto hasta la Avenida Cruz. Atrás, Jonathan y un joven de 17 que quedó imputado por el robo -fue herido y tiene una bala cerca del pulmón que no pudieron operar-.

Iban por la calle Pola cuando decidieron parar.“Si se va a terminar algo, que se termine acá, en la villa”, dijo a Cosecha Roja el único sobreviviente. El adolescente intentó escapar pero le pegaron dos tiros que entraron y salieron por la pierna y uno que quedó adentro del cuerpo. Matías, el conductor, bajó y se tiró al piso. Omar, el padre de Brian que había salido para avisarle a su hijo que el pollo con tuco estaba listo, dice que vio cuando un policía le puso la pierna encima a Matías y le apuntó a Jonathan. Tenía las manos en alto, pero igual le disparó. “Mi hermano tenía en la cara las marcas de las balas que lo rozaron. Por eso trató de escaparse”, contó la hermana. Entonces Jonathan se dio vuelta y corrió. El policía siguió disparando. El tiro le dio en el omóplato. Jonathan atravesó la cuadra entera de la calle De Los Sueños y cayó, herido, en un pasillo. Pasó un rato largo entre que los familiares escucharon los tiros y lo encontraron. Un amigo lo subió a un remis y Reina se metió. En el viaje le pidieron a Jonathan que aguantara. “No, papi, por favor”, le suplicó la mamá mirándolo a los ojos. Jonathan murió en el viaje.

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“Yo le dije que no se subiera”, dijo a Cosecha Roja un amigo de Jonathan que también dio testimonio ante Córdoba. La Surán, según Rosa, estaba hacía dos días estacionada enfrente de la Escuela técnica Ingeniero Delpini, en Chilavert al 5400. Dicen que los pibes “salieron a dar una vuelta villera”. “Para mí ese coche era un señuelo”, dijo Rosa.

A las 2 de la mañana, aunque los canales de televisión hablaban de “dos malvivientes fallecidos”, Brian (Papu) resistía. Murió al día siguiente. Sus papás vinieron de Bolivia en 1992 y unos años después se separaron. Ella trabaja de costurera. Él fue albañil y ahora es soldador: entra al trabajo a las 8 de la mañana y sale cuando puede. A veces Papu, que vivía en la habitación de abajo, lo esperaba para comer. A veces no y le hacía un té cuando llegaba. Sea como fuere, había una pregunta de rutina: “¿Qué me trajiste, Pá?”. Omar siempre caía con algo: chocolates, papas fritas, cualquier cosa. “Me revisaba el bolso ni bien llegaba”, contó. El cuarto de Brian salía 600 pesos: tenía una cama, un LCD, una compu, un calentador eléctrico y un roperito. Todo eso lo empeñó para enterrar al hijo.

El día de la balacera Omar había vuelto de trabajar a las 8. Papu andaba en la esquina, tenía puestas unas zapatillas azules casi nuevas, un pantalón deportivo y una camperita con capucha de la que Omar no se va a olvidar nunca porque después la policía la usó para tapar la herida de bala.

Cuando terminó de cocinar la cena, el papá salió a buscarlo y se encontró con Matías apuntado por la policía pero no lo vio. Ahí fue cuando escuchó los tiros y empezó a ver que todo el mundo salía de las casas. En medio de la confusión alguien le dijo que su hijo era ese, el que estaba adentro del auto. Papu tenía la mirada perdida y la cabeza floja, tirada para un costado.

Vio que llegaba una ambulancia y se ilusionó. La policía, dijo, no permitió que lo subieran a su hijo y arrastró la Surán con él adentro. Los vecinos tiraban ladrillos, palos, cascotes y Omar fue a la Comisaría 52 a preguntar a dónde habían trasladado a su hijo. Allí no estaba, le dijeron.

Tampoco estaba en la salita de Lugano I y II. Volvió a la comisaría. Lo tenían ahí. Lo trasladaron al Santojanni para operarlo. A la mañana siguiente le avisaron que murió. Lo reconoció en la morgue judicial por un tatuaje en el brazo.

Empieza el juicio oral al policía federal que fusiló a Jon Camafreitas

26.8.2014

Juicio al gatillo fácil en Comodoro Py

“…Yo en esos momentos tenía el arma en la cintura, con la mano apoyada en la pistolera, en algún momento la saqué, luego la tomo, empezó el forcejeo, en un momento se me cae la pistola, cae al piso, yo estaba de costado forcejeando. Este sujeto se agacha para tomar el arma, yo intento acercarme al arma para que no la tome. No recuerdo bien si logró tomarla, no recuerdo si nos levantamos los dos con el arma en la mano, pero sí que había un forcejeo, cuando me repongo siento un “chasquido” y ahí se quedó todo. No sé si cuando se cayó el arma al piso se montó, no lo sé, sinceramente no sé lo que pudo haber pasado. (…) Recuerdo cuando el arma se cayó al piso, lo que intenté es recuperarla, porque esta persona se abalanzó sobre el arma, realmente tuve mucho miedo, luego pasó lo que le comenté”.

 

El cabo de la policía federal Martín Alexis Naredo, de la comisaría 8ª, justificó así, ante el juez de instrucción, el fusilamiento de Jon Camafreitas, de 18 años de edad.

El 21 de enero de 2012, a la 1:30 de la madrugada, el cabo Naredo y el oficial ayudante Juan Carlos Moreyra llegaron con el móvil 108 a la Av. Independencia y Sánchez de Loria. Habían escuchado en la radio policial que en la zona había algún disturbio. Los policías vieron a dos chicos, Jon y un pibe de 14, que doblaban por Sánchez de Loria hacia México. Iban a su casa, a una cuadra y media de allí. El patrullero dobló de contramano. “Alto, policía”, gritaron. Los muchachos se frenaron, pegaron la vuelta y salieron corriendo hacia Independencia.

Moreyra alcanzó enseguida al pibito de 14 y lo redujo. Naredo arrinconó a Jon frente al local de Independencia 3275. Naturalmente, venía arma en mano, sin seguro, amartillada y con bala en recámara. Jon se agachó y bajó la cabeza en un inútil intento de protegerse. Cuando sonó el tiro, la boca de la pistola 9 mm estaba apoyada sobre su cabeza. La bala entró por la nuca.

A pesar de eso, el juez de instrucción concluyó que no había mérito para procesar al policía, que quedó en libertad. La organización y la lucha de la familia de Jon, con su mamá Delia, su tía Gladys y su prima Alejandra (ambas, además, madre y hermana de Marcelo Sepúlveda, asesinado un mes antes por la bonaerense en Benavídez) frenó la inminente impunidad.

Los restos de pólvora en la gorrita que llevaba puesta Jon, la trayectoria de arriba hacia abajo del disparo, y la bala incrustada en la parte inferior de la persiana metálica del local alcanzaron y sobraron para que el policía fuera procesado por homicidio simple, aunque no fue bastante el fusilamiento a boca de jarro para que el fiscal y el juez se animaran al homicidio calificado, como lo hacemos desde la querella en la que interviene CORREPI.

Mañana 26 de agosto, a las 10:00, va a empezar el juicio oral contra el policía Naredo, que sigue libre a pesar de la gravedad del delito y de la pena que enfrenta. A partir de ese día, y hasta el 4 de septiembre, los jueces del Tribunal Oral nº 23, con sede en Comodoro Py 2002, escucharán a los testigos y a los peritos, y después de los alegatos tendrán que dictar sentencia.

Veremos entonces si se animan ellos a llamar las cosas por su nombre, y lo condenan a prisión perpetua como reclamaremos, o si, como suelen hacer, echan mano de retorcidas y absurdas tesis para no decirle asesino al asesino, pero, sobre todo, para no reconocer que el que empuñaba la 9 milímetros esa madrugada en Balvanera, era el estado argentino. 

Desalojo Lugano: Ramal denunció que la Metropolitana mantiene cercadas a familias que acampan frente al predio desalojado

24.8.2014

En el día de hoy, domingo 24 de agosto, el legislador de la Ciudad del Frente de Izquierda y los Trabajadores, Marcelo Ramal, se acercó al campamento montado en Escala y Cruz, por numerosas familias que reclaman una vivienda, luego del brutal desalojo del día de ayer. 

Desde allí, Ramal señaló: “Queremos denunciar que las familias que están acampando frente al barrio arrasado, y que demanda por una respuesta definitiva a su reclamo por vivienda, están soportando un cerco completo por parte de la policía Metropolitana. No se permite el ingreso de personas, medios de comunicación, ni nadie que pretenda asistir a las familias con alimentos medicamentos u otro tipo de recursos”. 

“Esto se agrava por el hecho que, como hemos podido comprobar y documentar, muchas de estas personas incluyendo mujeres y hasta niños están severamente golpeados a raíz de la brutal represión del día de ayer. Los testimonios recogidos dan cuenta de la forma verdaderamente salvaje con lo cual actuó la gendarmería de Segio Berni y la policía Metropolitana de Mauricio Macri”. 

“Desde este lugar reclamamos asistencia integral a todas las familias afectadas por el desalojo y naturalmente una respuesta definitiva de vivienda a todas las familias empadronadas y censadas. La respuesta pasa por la urbanización integral de la Villa 20, un reclamo largamente postergado y desconocido por todos los que gobernaron la Ciudad en  las últimas dos décadas‎”.

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