Proyecto en la Legislatura porteña: la salud mental es un derecho, no un privilegio

31.7.2023

Jorge Adaro, Andrea D´Atri y Alejandrina Barry junto a docentes, estudiantes de escuelas secundarias y trabajadores/as de la salud mental, proponen reforzar los equipos interdisciplinarios de las escuelas a través de la creación de miles de nuevos cargos.

Docentes de todos los niveles, estudiantes de escuelas secundarias, profesionales de la salud mental y de los equipos interdisciplinarios que trabajan en las escuelas, lanzamos un proyecto, desde la banca de Alejandrina Barry, legisladora del PTS en el Frente de Izquierda, que exige el nombramiento urgente de 2000 profesionales psicólogos/as, psicopedagogos/as y trabajadores/as sociales en todas las escuelas públicas de la Ciudad. Andrea D’Atri, psicóloga y feminista, candidata a primera Legisladora, Jorge Adaro, docente candidato a Jefe de Gobierno por la Ciudad, y Federico Puy, secretario de prensa del sindicato docente Ademys y candidato al Parlasur por la Ciudad también son parte de impulsar esta iniciativa como parte de la agenda que se propone tomar la lista 1A “Unir y Fortalecer la izquierda” que encabeza Myriam Bregman como candidata a vicepresidenta y Nicolas del Caño, vice.

Los fundamentos del proyecto

Las escuelas afrontan problemáticas de todo tipo desde hace mucho tiempo, pero quienes trabajamos en ellas vemos un agravamiento los últimos años. La pandemia fue un factor indiscutible, con efectos en el aprendizaje, los vínculos, la comunicación y la conducta. En nuestro país, además, la crisis económica y social producto de las políticas de ajuste, arroja índices alarmantes de pobreza e indigencia en niños, niñas y adolescentes. La cuestión relacionada con la salud mental no se quedó atrás. La juventud es la más afectada y tiene expresión en la mayoría de las aulas y escuelas del país.
No todo es salud mental pero la salud mental es un tema de todxs
Decimos que no todo es salud mental porque la articulación de este campo con la escuela debe tomar en cuenta algunas consideraciones. La primera, el riesgo de transformar todos los padecimientos en patologías. La segunda, que esa lógica entre dentro del ámbito escolar. La tercera, que se resuelva con salidas individuales.
Melina Michniuk, Psicóloga y trabajadora del Hospital Elizalde, parte del equipo que elaboró el proyecto, cuenta que “… en los últimos años vienen en aumento las consultas por intentos de suicidio y autolesiones, depresión, ansiedad, abusos, consumos problemáticos, trastornos en la conducta alimentaria, entre otros, así como también desafíos del neurodesarrollo que impactan en las trayectorias educativas y el aprendizaje, con una profundización post pandemia innegable en la salud mental de niños, niñas y adolescentes. Y si pensamos la salud de manera integral, necesariamente debemos articular con familias y escuelas, pero la falta de recursos hace que los equipos de orientación escolar estén igual de colapsados que nosotros”.
La demanda alrededor del fortalecimiento de los equipos de profesionales que asisten a las escuelas hoy se eleva al nivel de urgencia. Al mismo tiempo, esta necesidad de una intervención interdisciplinaria, que muchas veces se hace desde la escuela a través de derivaciones, refleja la crisis y el colapso del sistema público de salud para miles de familias y estudiantes que requieren atención urgente y se encuentran con esperas interminables para conseguir un turno.
Federico Puy, docente del Normal 5 y actual pre-candidato al Parlasur, refiere que “… en parte se hace lo que se puede, pero la realidad es que en las escuelas se hace muchísimo. La relación estrecha, cotidiana y solidaria, con nuestros estudiantes y sus familias, fortaleció y resignificó muchos lazos, para colaborar y acompañar situaciones que tienen distintos niveles de gravedad. En muchos colegios- por ejemplo- se empezó a hablar de salud mental a través de la organización impulsada por centros de estudiantes, que generaron espacios para compartir y construir de forma colectiva. En otras escuelas, las familias conquistaron su propia organización, en unidad con los docentes, poniendo en el centro qué medidas impulsar frente a los reclamos de la comunidad educativa”.
Salidas colectivas, de organización en los lugares de trabajo y estudio, podrían replicarse en cientos de escuelas, hospitales y barrios. En parte es una vía para conquistar fuerzas, para que la grave situación que atraviesa la educación y la salud se pueda debatir desde abajo, por quiénes efectivamente las sostienen y saben qué se necesita y cómo debería resolverse.

Interdisciplina sin profesionales. El vaciamiento de los Equipos de Apoyo

Actualmente, las escuelas funcionan con Equipos de Apoyo, centralmente los Equipos de Orientación Escolar (EOE) y los de Asistencia Socio-Educativa (ASE) que intervienen en las escuelas secundarias.
Según la página del Gobierno de la Ciudad, los EOE ofrecen un “servicio profesional” de acompañamiento a las escuelas, orientando y asesorando en lo que respecta a las trayectorias educativas de niños, niñas, jóvenes y adolescentes y los profesionales de los equipos ASE, asesoran y orientan a docentes y personal de las Escuelas Medias y Técnicas. Ambos son equipos conformados por psicólogos/as, psicopedagogos/as, trabajadores/as sociales y Licenciados en Ciencias de la Educación.
Hasta acá, aunque dicho de una manera técnica y muy sintética, podemos ver que los equipos tienen asignado un rol muy importante y necesario para el trabajo conjunto con docentes, estudiantes y familias. Sin embargo, desde hace muchos muchos años, con distintas luchas y algunas conquistas mediante, los/as profesionales vienen denunciando un continuo vaciamiento- menos cargos para cubrir- además de múltiples demandas por sus condiciones de trabajo y salariales.
Para dimensionar la gravedad, actualmente, se calcula que hay 1 profesional cada 900 estudiantes en la Ciudad de Buenos Aires. Romina Faisca, trabajadora de los equipos de Asistencia Socioeducativa en escuelas secundarias, refiere que “… los equipos y sus trabajadores/as estamos desbordados e interviniendo sobre problemáticas cada vez más complejas. Algunas relacionadas con la salud mental, otras que tienen que ver con la situación social y familiar de los/as alumnos/as y muchas- que son una combinación de muchas causas- que tienen expresión en el ámbito escolar (aprendizaje, ausentismo, conducta, vínculos, vulneración de derechos, etc.) Además, en los últimos años, las normativas sobre una mayor inclusión y protección de los derechos de las infancias requieren que en las escuelas se brinden distintos tipos de apoyos, muchos de los cuales, se hacen mediante estos equipos”.
Creemos que la demanda más urgente e inmediata es el fortalecimiento de los equipos, mediante la creación de miles de nuevos cargos profesionales, apuntando a que, progresivamente, cada escuela cuente con un gabinete interdisciplinario, que sume a su planta a fonoaudiólogas/os, pediatras y nutricionistas. Hoy por hoy, los profesionales recorren las escuelas- porque hay un equipo por distrito- pero no llegan a cubrir la enorme demanda; las familias, así como los organismos de articulación (hospitales, CESAC barriales, etc.) también están colapsados. La consecuencia lógica es que haya muchísima demora en la atención, incluso en situaciones que tienen distintos niveles de urgencia que implican intervenir y coordinar con instituciones de salud, barriales, de protección de derechos, etc.
Virginia Espeche, psicóloga y docente de la modalidad de Educación Especial expresa que, categóricamente, “una mayor presencia en las escuelas permitiría acompañar las diferentes necesidades y problemáticas que se presentan. Además, y no es menor, los equipos tienen una tarea vinculada a la prevención, es decir, evitar que las problemáticas aparezcan o se agraven. Esto lleva tiempo, requiere pensar y elaborar de forma conjunta estrategias de intervención para casos complejos, por ejemplo, aquellos dónde hay vulneración de derechos como situaciones de violencia y abuso y otros, más relacionadas con la crisis económica y social, como la falta de vivienda, de alimento, de acceso a la salud, etc”.

Implementación efectiva de la ESI, recursos y perspectiva de género

En el proyecto revalorizamos y exigimos que se haga efectiva la implementación de la Educación Sexual Integral, con perspectiva de género, en todas las escuelas. Las jornadas destinadas a la ESI, así como el abordaje transversal de sus contenidos en las distintas áreas y materias, permiten abrir, tratar, problematizar y visibilizar temas de mucha importancia para niños/as y adolescentes.
Por ejemplo, sabemos que los denominados “Trastornos de la Conducta Alimentaria” (TCA) afectan principalmente a las y los adolescentes – 1 de cada 3 mujeres jóvenes según la Sociedad Argentina de Pediatría – con un crecimiento durante y como consecuencia de la pandemia. Esto es, algún grado de disconformidad con su imagen corporal que impacta directamente en sus conductas relacionadas con la alimentación. El trabajo con temáticas vinculadas a la ESI en las escuelas no sólo permite poner de manifiesto esta realidad- como cuentan muchas docentes- sino también un abordaje desde una perspectiva de promoción de la salud, el cuidado del cuerpo, los estereotipos de género, etc. Incluso, en los casos dónde se detecta, la escuela puede intervenir- a través de los equipos de apoyo y los organismos de articulación- en aquellos casos que requieren tratamiento inmediato.
Otro dato importante. Según un informe del informe del Ministerio Público Tutelar porteño, de los casos de abuso infantil tratados durante 2019, entre el 70% y 80% de los niños y niñas de entre 12 y 14 años denunciaron abusos tras haber recibido clases de ESI. Es decir, nuevamente se pone en evidencia la necesidad de su implementación de manera transversal en toda la currícula de estudios, con un presupuesto acorde, lejos de los recortes que todos los gobiernos aplican sistemáticamente sobre el supuesto “Fortalecimiento de la ESI”.
Milei quiere eliminar la ESI y lo agita a viva voz como parte de su plataforma electoral. Diana Latorre, estudiante secundaria y parte de la conducción del Centro de Estudiante del Nacho (Escuela 19 Luis Pasteur) dice “Milei grita que la ESI sirve para lavar cerebros y deforma la cabeza de la gente”, “Que es un mecanismo de adoctrinamiento”, “Que la instrucción tiene que quedar en manos de la familia”, “Que hay que eliminar el Ministerio de la Mujer y el INADI”, entre otras propuestas que atrasan mil años. Nosotres creemos que hay que oponer un fuerte rechazo a estas ideas, a través de una potente organización en las escuelas junto a docentes, estudiantes y familias. La marea verde, que nos tuvo a la juventud como protagonista, es un enorme punto de apoyo para defender lo que se conquistó en las calles”.
Desde la banca de Alejandrina Barry del PTS en el Frente de Izquierda, junto a docentes, estudiantes de escuelas secundarias, trabajadorxs de estos equipos y profesionales de la salud mental de los hospitales, que somos parte de la lista que encabeza Myrian Bregman y Nicolas del Caño y que tiene a candidato como Jefe de Gobierno al docente Jorge Adaro, y como primera legisladora a la psicóloga feminista socailista Andre D´Atri en la Ciudad, construimos este proyecto en base a la realidad que vemos en nuestra labor diaria, como una demanda que surge también desde las familias. En el mismo exigimos el fortalecimiento de los equipos, mediante la creación de dos mil cargos profesionales para los Equipos de Orientación Escolar y Asistencia Socio-Educativa, junto con la ampliación de cargos de los gabinetes de escuelas secundarias (DOE) para fortalecer la presencia de psicólogos/as, psicopedagogos/as y trabajadores/as sociales. ¡Con la mirada puesta en la salud escolar integral y en la salud mental en particular, decimos que es un derecho y no un negocio! Además, le damos especial importancia a la ESI como una importante herramienta ante las complejas situaciones que enfrentan hoy las escuelas en todos sus niveles y modalidades.
¡Invitamos a todos/as a que se sumen a difundir el proyecto en escuelas y lugares de trabajo!

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