3.6.2010
Sobre el proyecto de ley de Protección y restitución de los derechos de las personas en situación de calle y en riesgo de situación de calle.
Diferentes organizaciones sociales presentaron, el pasado 26 de mayo, el proyecto de ley de Protección y restitución de los derechos de las personas en situación de calle y en riesgo de situación de calle. Si bien ya había ingresado en la Legislatura porteña en diciembre del año pasado, por la proximidad del invierno – todos los años se suceden muertes por el frío en esta época- y la continuidad de los desalojos impulsan su tratamiento en comisión y su posterior aprobación, por lo que convocan a apoyar y difundir el proyecto.
Denunciaron que los diferentes gobiernos han aplicado medidas de corte focalizado y asistencial, con el control social de los excluidos como único objetivo. Y ante el fracaso de este tipo de políticas, por incapacidad o falta de interés por lograr una solución, empezaron a tercerizar las diferentes tareas en Organizaciones no gubernamentales (ONGs) o instituciones eclesiásticas, que hacen un negocio con este tema: como reciben mucho dinero no mejoran la situación, sino que la prolongan. En este sentido, señalaron que la nueva ley apunta a romper con el entramado asistencialista.
Resaltaron que su elaboración formó parte de un proceso participativo de diferentes organizaciones y destacaron la participación de gente que haya vivido esta situación, lo cual no sólo le da una mayor legitimidad, sino que aporta un razonamiento totalmente diferente: “Hay muchas leyes que están armadas por gente de escritorio que no tiene la menor idea de lo que se siente” denunció Horacio Avila, de la ONG Proyecto7, formada por gente en situación de calle.
Esto se ve por ejemplo, en el reclamo de que la solución para estas personas no sea sólo darle una vivienda, sino que debe ser acompañado por un trabajo interdisciplinario que acompañe esta fuerte transición: “Por ejemplo una persona que tiene 10 años de situación de calle, tiene un quiebre anímico, psicológico, social… darle un techo solamente es trasladar la situación de calle debajo de un techo solamente. Se necesita una contención psicológica, un trabajo de profesionales, para que pueda ir recuperando su autoestima”, señala Avila. Esta necesidad se incrementa en aquellas personas que sufren adicciones.
Son estas las organizaciones que le piden a otros espacios que analicen la ley y si están de acuerdo adhieran a la misma, pero también que participen de la campaña para militar la ley en la calle: pintadas, pegatinas, volantes, recolección de firmas y por último una movilización final.
Si bien el proyecto lo presenta Proyecto 7, es apoyado por: Proyecto Sur, CTA Capital, Semiyeros Rock Solidario, La Galpona, Comunas en Red, Los Comedores de Barrancas de Belgrano, Médicos del Mundo, La olla de Ángel Gallardo y Corrientes, Antena Negra, Articulo 14VIP, Cine Libre Parque Centenario, Buenos Aires para Todos, Imágenes en Lucha, Con Cucharones por La Calle, Movimiento de Gente en Situación de Calle de Brasil, Diseño Social.
En la presentación del proyecto, que se realizó en la Olla Popular de Ángel Gallardo y Corrientes, Griselda Palleres (UBA) destacó como los tres ejes principales: Derecho a la Ciudad y al uso del Espacio público, a la identidad personal y al acceso a los servicios socio asistenciales.
Sobre el Proyecto de ley
El objetivo principal de esta normativa es servir de proyecto marco para encarar una solución integral de la discriminación que surge esta población en lo que refiere al cumplimiento de sus derechos, por lo que no se detiene tanto en la planificación de políticas puntuales.
Uno de los aspectos centrales de la ley es reafirmar que son ciudadanos y por tanto están contemplados por las mismas leyes y tienen los mismos derechos; es por esto que hablan no sólo de protección, sino también de restitución.
La ley contempla no sólo a la gente en situación de calle, tengan o no acceso a la red de alberges, sino también a aquellos que estén en riesgo de caer en esta situación: quienes puedan sufrir a la brevedad algún tipo de desalojo; que se encuentren en instituciones (penales, médicas, de menores, etc.) pero que estén por salir y como no hay una red de contención terminen en la calle; o que habiten en estructuras temporales y no convencionales o en viviendas inadecuadas y/o hacinadas.
Uso del espacio público
El artículo 8° de la ley sostiene: “El derecho a la Ciudad comprende el derecho a circular libremente, el derecho al espacio público, a su uso, disfrute y apropiación , el derecho al acceso a los servicios y a la infraestructura pública”. Lo que se garantiza es el goce del espacio público, como cualquier otro ciudadano.
“Los espacios y bienes públicos y privados de la ciudad y de los(as) ciudadanos(as) deben ser utilizados priorizando el interés social, cultural y ambiental”, agrega el artículo 9°.
Identidad personal
Palleres explicó que el derecho a la identidad se la piensa en dos sentidos: en términos identitarios y a un nivel social, en contra de los etiquetamientos.
El primero refiere a la información cuantitativa y cualitativa que asegura que se trata de un individuo y no de otro. Que según la ley se traduce en el derecho a recibir un nombre personal y a tramitar la documentación necesaria para acreditar identidad (partidas de nacimiento, Documento Nacional de Identidad, Pasaportes, Cédulas de Identidad).
La falta de esta documentación, que según los números que manejan las organizaciones afecta a por lo menos el 30 por ciento de la gente en situación de calle, es la que impide acceder a la mayoría de los programas y recibir asistencia médica. Es por esto que Avila afirma: “el derecho a la identidad es tu pasado y tu derecho a un futuro” .
Otra de las dificultades que enfrentan aparece a la hora de buscar empleo, donde generalmente se exige un domicilio fijo. Frente a esta situación, la ley incorpora la idea de domicilio social, el cual puede dejarse como referencia para ser contactado, recibir correspondencia, etc.
Pero también se apunta a una idea de identidad que está ligada a no ser etiquetados y romper con los prejuicios, a poder presentarse ante la sociedad como lo que son y no ser encasillados.
Será obligación del Estado: “La promoción de una cultura y educación basadas en el respeto y solidaridad entre todos los grupos sociales con el objetivo de erradicar los prejuicios y la discriminación existente”.
Acceso continúo a los servicios socio-asistenciales
En el proyecto se garantiza el derecho al acceso irrestricto a los servicios socio asistenciales que sean brindados por el Estado o por entidades privadas conveniadas. Griselda Palleres explicó que lo que se busca garantizar es que estos programas funcionen todo el tiempo.
En el caso de paradores u hogares del Gobierno de la Ciudad, si bien funcionan durante todo el año, no están abiertos las 24 horas del día y en la mayoría de los casos sólo funcionan por la noche. Lo mismo sucede con las ONG, donde la gente sólo puede ir a comer, bañarse u obtener ropa.
Y lo que se genera con esto es las únicas opciones para estas personas son o instalarse en el espacio público o estar circulando constantemente.
Además la ley fija como obligación del Estado la formulación e implementación de políticas públicas en materia de salud, educación, vivienda, trabajo, ocio y cultura, reafirmando la necesidad que estas sean elaboradas y coordinadas de manera intersectorial entre los distintos ministerios y con la participación democrática incorporando organizaciones de la sociedad civil, estén o no conformadas por gente en situación de calle.
Pero además estos programas deben estar acompañados por una correcta promoción, publicidad de los mismos, así como de toda la información que pudiera servirles.
Horacio Avila denunció que hoy no se comunican los programas porque no les conviene y que a la gente en esta situación le cuesta enterarse de que ayuda pueden encontrar: “No te enteras de los programas, quizás a las dos semanas te enteras de que hay un lugar donde podés ir a comer. Es todo por el boca a boca, pero recién cuando vas rompiendo el aislamiento inicial” .
Además, en el proyecto de ley se resalta la obligación del Estado de realizar un relevamiento anual de la cantidad de gente en y en riesgo de situación de calle información estratificada y desagregada que permita tener un diagnóstico y fijar las políticas puntuales para los distintos subgrupos.
Actualmente lo que se hace es un simple conteo que sólo se realiza en las zonas más céntricas.
“Se cuentan bultos, y eso se ve en lo que escribe la misma gente del Gobierno de la Ciudad…ponen NN y sexo indefinido porque la persona está tapado con una manta. Con esos datos vos no podes hacer nada porque no sabés nada” , explica Horacio, sobre cómo se realiza el conteo.
Quien explicó que en términos más generales lo que sucedió es que los trabajadores sociales se transformaron en empleados administrativos, dejando de lado la parte investigativa: ver la historia de la persona y realizar un el seguimiento.
Transitar por la avenida Corrientes en pleno centro porteño nos depara una realidad incontrastable. Son horas nocturnas, necesario descanso, muchos se van acomodando para dormir en las puertas o cerca del Teatro San Martín, en los aleros de los que ayer fue el mercado de El Plata hoy oficinas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, o en la Recova de Paseo Colón, en los andenes y en la Terminal de ómnibus de Retiro colmada hasta el primer piso, madres con sus niños, tullidos y desamparados, entre otros lugares.
Otrora los niños y familias se refugiaban en los subterráneos, hoy, el privado no lo permite, no hay rentabilidad en la caridad. Cualquier rincón sirve como morada, espacio conquistado, pero injusto, indigno. Si pensamos que la Patria está transitando sus 200 años luego de aquella gesta de Mayo, podemos observar que la emancipación no le ha llegado a todos. Que aún queda mucho por hacer. Mientras haya un chico en la calle, a esta hora exactamente…dijera el poeta Armando Tejada Gómez, la patria no está independizada.
El panorama desolador nos muestra algunas postales:
A principios de enero del corriente año, una mujer joven le cambiaba los pañales a su pequeño niño. Un hombre se acurrucaba y tapaba con lo que tenía.
El Teatro San Martín es un lugar, no es el único, donde las personas que no tienen su hábitat, buscan su refugio.
Desde el gobierno porteño, la ministra de Desarrollo Social, María Eugenia Vidal, sostuvo a medios gráficos y radiales que la situación es grave estimando que son unos 1.400 las personas que viven en la calle. Según los censos de años anteriores estas cifras trepaban a menos de 800 personas, pero Médicos del Mundo afirma que hay más de 10.000 seres humanos viviendo y durmiendo en la calle.
También afirmaron que: "El 73% son personas que están solas y más del 30% no tiene DNI", así lo asevera Gonzalo Basile, presidente de Médicos del Mundo.
"Es uno de los problemas graves desde el punto de vista social, porque la situación de calle aumenta la vulnerabilidad y profundiza la exclusión, remarcó Vidal.
En 2006 había 700 personas sin techo, pero que el último conteo, en 2009, detectamos 1.400. La principal causa es que en los últimos años creció la pobreza a nivel nacional, y no ha habido suficientes políticas sociales y económicas inclusivas. Mucha gente del interior y de países limítrofes vino a la Ciudad para buscar trabajo y un futuro. Cuando eso se frustra, muchos terminan en la calle", concluyó. Sobre este tema hay trabajos relacionados que han desarrollado ampliamente estos censos llevados adelante en los últimos años.
Por su lado, Desarrollo Social sostiene que el 65,5 por ciento de los sin techo viven en el centro, o sea en los barrios de: Monserrat, Retiro, Recoleta, Congreso, Once, San Cristóbal, Constitución, Barracas y Parque Patricios.
En otro sentido, Médicos del Mundo, remarca en cuanto a las cifras oficiales que estas son irreales. "El Gobierno porteño hace un conteo durante una noche, sostiene el epidemiólogo Gonzalo Basile, presidente de la delegación argentina de la organización. No cuenta a los que tienen un subsidio de tres meses, después de los cuales vuelven a la calle, ni a los que duermen por una noche en un hotel. En 2008 calculamos que había 10.000 personas en la calle. Como en los últimos dos años hubo muchos desalojos, ahora hay un 10% más".
Podemos estar en una cifra que supere las 12.000 personas que habitan la calle como lugar de vivienda.
Para enfrentar esta situación la Ciudad ofrece 1.100 camas en paradores propios y otros de ONG con las que tiene convenios. "Incrementamos un 40 por ciento la capacidad de atención en refugios, paradores y hogares, y el plan es aumentar de 1.100 a 1.400 camas, dice Vidal, Ministra de Desarrollo social. ¨Y ya duplicamos la cantidad de profesionales del programa Buenos Aires Presente que recorren la Ciudad: ahora son 140, enero del corriente año. Pero muchas personas viven en la calle hace años y no aceptan los recursos que les ofrecemos. A veces por problemas psiquiátricos o porque no quieren aceptar normas básicas de convivencia, como que les digan a qué hora ir a dormir".
Los operativos de acuerdo a la época del año:
Durante el verano el Ministerio de Desarrollo Social hace operativos para repartir agua, "Le ofrecemos a la gente ir a un parador para que se duche y coma". Pese a una térmica de 38 grados, bajo la autopista que pasa sobre la calle Combate de los Pozos hay frazadas desplegadas. Las usan las familias que viven ahí, para ganar la intimidad e ilusión de hogar que les falta.
Durante el invierno: están los paradores y alguna comida caliente.
Estación Retiro 2008 y 2009
Durante la observación de esta realidad, que intentamos fuera lo más minuciosa posible, relevamos por semanas, en el mismo horario y los mismos días de la semana un crecimiento que nos resultó doloroso.
2008
Jueves a las 10 de la noche, un conglomerado de viajeros y otra masa humana que se acomoda en cada banco de la terminal, algunos tendiendo sus mantas y frazadas en lugares más ocultos, entre las escaleras, en el primer piso o bien en la planta baja alejado de ajetreo de la salida de los micros de larga distancia.
Otros abrazando sus escasas pertenencias y logrando una ubicación en los asientos para poder dormir, otros mirando de reojo los pequeños televisores que poniendo monedas y por el lapso de unos minutos acercan a los programas de la televisión abierta o por cable.
Otros tratando de conciliar una pequeña dormida, un termo con agua y luego una visita a los baños públicos de la terminal para lograr algún aseo personal.
Durante el año 2008, entre agosto y diciembre los jueves relevamos unas 240 personas haciendo de la terminal su lugar de estada. El sábado a las 6 de la mañana la fisonomía cambió, la mayoría de aquellas almas durmiendo tirados en las frías baldosas de la terminal, abrigándose con lo que tenían y tapando esencialmente sus caras había crecido, eran 282 personas de ambos sexos y edades que oscilaban entre 20 años y 70, sanos y con problemas físicos.
El 2009 mostró que los miércoles por la noche en la misma hora, ese conglomerado humano fuera aumentando sustancialmente. Para ese momento se comenzaron a agregar las familias, niños y adolescentes, madres y mujeres embarazadas. El menor conteo fue de 280 personas y, el mayor número se registró en 484 seres humanos viviendo en la terminal, todo aumento en horas de la mañana, a las 6 cuando el jueves volvíamos a hacer la observación de aquellas almas durmiendo en condiciones tan indebidas.
Las políticas estatales no se pueden circunscribir a paradores y estancias pasajeras, no pueden ser como respuesta. Las políticas de estado deben ser integrales, donde generar trabajo debe ser el principal objetivo de todo gobierno.
El argumento falaz, que todos los gobiernos han esgrimido, es que esa gente les gusta la vida en la calle. Falso. Nadie rechaza el vivir confortablemente, viven a la intemperie en verano e invierno porque no pueden vivir de otra manera y lo prioritario es comer, y en los vaciaderos de comidas de los grandes edificios y restaurantes hay comida que descartan los que no sufren estos oprobios. Una humillación total al ser humano.
Se debe apelar a los albergues salvo que tengan algún problema mental o hayan sufrido alguna situación límite que no les permite razonar correctamente, realidad que debe ser contenida de otra forma y totalmente, a nadie le puede agradar vivir en estas condiciones más que infrahumanas.
Lo que sucede es que la política de desalojos es continua y metódica, esta no es la salida. Este es el camino fácil que no aporta a la solución. Este drama de no tener un lugar en el mundo genera mayores niveles de resentimiento y sufrimiento que derivan en perjuicios sistémicos hacia el conjunto social.
Los niños que deambulan entre sus escasos juegos, la ausencia familiar, sin continuidad educativa, algo que se le suma una precaria alimentación, caldo de cultivo de una vida que no tiene futuro, piensa solamente en hoy, como sobrevivir a cada momento.
Una vida que crece llena de incertidumbres. Mismos que no pueden ser los responsables de la inseguridad urbana. Estas formas de vida que acarrean será un mal permanente penetrando en el cuerpo social, ya atrofiado. La falta de solidaridad, la indiferencia, la poca preocupación en solucionar estos males, todo afecta al cuerpo social.
De la raza de políticos oficialistas y de la oposición, nada más para decir, carecen de todo sentido humano, sin excepción.
Final Fundamentos proyecto
Hoy en día las políticas dirigidas a las personas en situación de calle pretenden resolver el problema a través de mecanismos rígidos, sin capacidad de contemplar las necesidades emergentes de los sujetos a quienes están destinadas. Frente a ello, las políticas recientes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, imponen restricciones en el uso de los espacios públicos (vallado de plazas y parques de la ciudad); políticas para erradicar a las personas en situación de calle de áreas específicas (operativo de recuperación de espacios verdes, creación de la Unidad de Control del Espacio Público – UCEP) y restricciones en el uso en los servicios sociales (normativas y horarios restringidos para el acceso y la permanencia en los Hogares de Tránsito y/o los Paradores Nocturnos).
Abandonar las calles para dormir bajo techo implica una transición física, emocional y psíquica que requiere de tiempo, y que forma parte de un proceso paulatino. Es un error pretender desde las instituciones que a través del ofrecimiento de un lugar para dormir durante la noche o a lo largo de algunos días se logrará una solución al problema. De tal modo, la ausencia de un soporte integral refuerza la permanencia de personas viviendo en las calles de la ciudad.
Las acciones implementadas por el GCBA a través de sus dispositivos se caracterizan por el desarrollo de programas con objetivos limitados y que responden a una lógica "asistencialista" que se limita a cubrir sólo las necesidades básicas en términos de alojamiento por una noche, de alimentación y de vestimenta. Las principales deficiencias que afectan a este tipo de dispositivos para la solución del problema son:
• Los recursos socio- asistenciales se encuentran fragmentados, desarticulados entre sí y aislados de otra red de recursos o de derivación.
• Las prestaciones y las intervenciones son parciales e insuficientes para las necesidades actuales de las personas usuarias de estos dispositivos.
• La misión y las funciones de los programas y de los dispositivos no se adaptan a los perfiles ni a los problemas actuales de sus destinatarios.
• Las modalidades de intervención son homogéneas y por ende poseen escasas posibilidades de prestar una atención personalizada, coordinada y continuada de sus prestaciones a la totalidad de los usuarios.
De tal forma, para una solución definitiva del problema es inútil implementar acciones paliativas que sólo cubran el piso básico de supervivencia, si no que por el contrario, ante una problemática tan acuciante es ineludible la necesidad de garantizar al conjunto de esta población el acceso a aquellos bienes y servicios que forman parte de sus derechos de ciudadanía (salud, vivienda, educación, empleo, etc.).
En este sentido, la presente ley se plantea un capítulo específico que de cuenta de esta realidad y garantice el derecho al acceso irrestricto de todos y cada uno de los servicios socioasistenciales existentes. De manera tal que la vinculación entre programas, proyectos y ministerios de cuenta de la compleja situación y permita diseñar políticas públicas sustentables, intersectoriales y multidisciplinarias que brinde una asistencia articulada y continuada cuyo objetivo principal sea la atención prioritaria de las personas en situación de calle o en riesgo a la situación de calle.
A partir de todo lo expuesto creemos que esta ley es tan sólo un paso más hacia una ciudad igualitaria, democrática, participativa y plural en donde estén consagrados y protegidos de forma real los derechos y garantías de todos y todas las habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Creemos que además este proceso participativo -donde fueron protagonistas indiscutibles aquellas personas que vivenciaron o vivencian de forma directa la situación de calle-, debe dar cuenta de un diseño de la política pública que vaya en sintonía con este proceso y abra un gran debate en torno al funcionamiento y eficacia de los dispositivos y políticas sociales vigentes.
Viernes, 7 de mayo de 2010 Pagina 12
Un nuevo organismo del gobierno porteño volvió a hacer desalojos de indigentes en la ciudad.
El servicio de Higiene Urbana, que se encarga de la limpieza en la ciudad, se lleva colchones, frazadas y otras pertenencias de los sin techo, según una denuncia que ya analiza la Defensoría del Pueblo. Ahora, los nuevos operativos son de día.
Las pertenencias de los sin techo que quedan en la calle o vereda son llevadas ahora cuando los indigentes no están presentes.
Por Gustavo Veiga
El gobierno porteño cambió el modus operandi, pero no la política de fondo hacia las personas en situación de calle. La UCEP, que se ensañaba con ellas, le cedió esa faena al servicio de Higiene Urbana. Como los sin techo que pueblan Buenos Aires son cada vez más numerosos y el Ministerio de Ambiente y Espacio Público no puede con ellos, ahora va contra sus escasas pertenencias. Transforma todo lo que poseen en basura. Al menos una de las empresas que se ocupan de la recolección de residuos, Urbasur, ya tiene una denuncia ante la Defensoría del Pueblo por haberse llevado en sus camiones colchones, frazadas y otros enseres de indigentes. Una pareja de personas discapacitadas reveló ese despojo que ocurrió en el barrio de Almagro, y que no es el primero registrado en el año. En la misma cuadra, a un hombre mayor le sucedió algo parecido un mes antes. A otro que criaba palomas en San Cristóbal, debajo de la autopista 25 de Mayo, se las arrojaron con sus respectivas jaulas adentro de otro camión. Otro tanto pasó con todos sus bártulos. Y en La Boca hubo un operativo donde se incautaron bienes de indigentes en la esquina de Brasil y Pedro de Mendoza. La novedad es que ahora suele actuarse de día y cuando los damnificados no están presentes.
Diario Popular domingo 6 de Junio
Un total de 113 personas en situación de calle murieron a causa de las adversas condiciones climáticas y la falta de asistencia en la Capital Federal durante el último año y casi 15 mil afrontan ese riesgo potencial cada día, de las cuales 4.500 son niños y 2.000 adultos mayores, de acuerdo a los datos relevados y denunciados por la organización no gubernamental Proyecto 7 Buenos Aires que viene impulsando un proyecto de ley para darle un marco a esta problemática, a la que las políticas oficiales no alcanzan a dar una solución y sólo aplican medidas paliativas.