Línea D del subte: tras 2 meses cerrada crecen las quejas de los usuarios

10.4.2024

El subte D estuvo cerrado dos meses, producto de la modernización del sistema de señales y el reemplazo de las máquinas de cambio de vías. Y a un mes de la reapertura, se acumulan quejas de los usuarios por demoras de hasta 10 o 15 minutos entre trenes, pantallas que no indican el horario de llegada, escaleras mecánicas en reparación, ascensores rotos, filtración de agua y detenciones repentinas entre estaciones.

Los usuarios dicen que antes del cierre, de lunes a viernes, la línea operaba con una frecuencia de 3 minutos y un recorrido de unos 26 minutos entre cabeceras. Ahora pueden pasar entre 10 y 15 minutos entre trenes, y por las detenciones repentinas en medio de los túneles, el viaje entre Catedral y Congreso de Tucuman puede tardar hasta 38 minutos.

Desde Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), la empresa del Gobierno porteño que gestiona el subte, aseguraron a Clarín que “desde su apertura, se está terminando de calibrar el nuevo sistema CBTC y en las próximas semanas se podrá ver la mejora en el servicio, propia de una tecnología de punta en materia de señalamiento”.

Según las autoridades, cuando anunciaron el cierre momentáneo de la segunda línea con más usuarios, lo hacían con el fin de poder avanzar con el reemplazo de las 31 máquinas de cambio de vías y, una vez renovado el sistema de señales, “verificar que todas las rutas posibles cumplan con los estándares de seguridad, identificar eventuales fallas y finalizar la instalación del nuevo sistema a bordo de los trenes”.

“El CBTC es un sistema de última generación cuya tecnología es adoptada por los subtes más modernos del mundo. Trabaja mediante la comunicación entre formaciones, permitiendo el máximo acercamiento de forma segura y reduciendo el intervalo al mínimo posible”, explicaron desde el Gobierno porteño.

Lucas Romero (29) hace el recorrido entre cabeceras de lunes a viernes, para poder llegar a su trabajo. Lo que antes significaba un atajo rápido ahora es un viaje tedioso. “La verdad es que después de dos meses pensaba que iban a funcionar muy bien y no fue así. En frecuencia no cambió en nada, de hecho, demora más. Además, si querés llegar rápido algunas escaleras mecánicas no funcionan”.

En la estación Juramento, Ana Miernik (30) dice que “Desde que volvió, la verdad es que viene con poca frecuencia y se empiezan a amontonar las personas. Desde las primeras semanas notamos que va mucho más lento que lo normal. Llegar a Catedral demora mucho más de lo habitual”, explicó.

Los pasajeros también protestan por las pantallas que indican cuándo viene el próximo tren. Solo se ve la hora. “No he visto grandes cambios, no le encuentro modificaciones. Los horarios no se ven, sigue todo sucio, cae agua por la pared, la frecuencia es de 10 minutos o más. A veces pasan tres subtes y no los podés tomar porque vienen colapsados”, dice la usuaria Génesis Gutiérrez (33), que viaja desde Palermo a Catedral.

En Congreso de Tucumán y en Juramento los ascensores no funcionan. Son muchos los usuarios que necesitan utilizarlos, como Ana Arce (65) que intenta subir hasta la salida. “Mirá como voy. Tengo un problema en las piernas. La verdad es que tenemos que reclamar porque cada día es peor. Ahora estoy subiendo por las escaleras comunes porque ni los ascensores ni las escaleras mecánicas funcionan acá en Juramento. Tampoco podés ver a qué hora viene el subte. Es un desastre”.

Las escaleras mecánicas no funcionan en siete de las 16 estaciones de la línea. No solo en su interior, sino también en las bocas que dan a la calle. Por ejemplo en Bulnes (la que está dentro del shopping Alto Palermo), Juramento y Pueyrredón. A su vez, esto significa un gran problema en las combinaciones, como en 9 de Julio, donde la multitud debe pasar por una sola escalera para unir las líneas D y C.

La respuesta de Emova, la empresa que tiene la concesión del servicio, es que se hacen relevamientos constantes de escaleras y ascensores que sufren desperfectos. “Todas las escaleras de la estación Facultad de Medicina se encuentran funcionando. Respecto del resto, es una situación dinámica, ya que las escaleras mecánicas y ascensores de la red de subte cuentan con mecanismos muy delicados que reciben un uso intensivo y muchas veces están expuestas a hechos de vandalismo”, dijeron desde la compañía, y agregaron: “Los tiempos de reparación varían según el tipo de avería y la necesidad de repuestos que suelen ser importados”.

Los días de lluvia también hay problemas por filtraciones. Félix Cardozo y su esposa, Cecilia, intentan ir despacio porque en el interior de la estación Palermo todo es un gran charco de agua. “No se sabe si llueve más afuera que adentro. La verdad es que no tomamos siempre este subte, solo lo hicimos porque hoy teníamos que ir a Los Arcos. Había muchísima gente y los horarios en las pantallas no se veían”, explicó.

En ese sentido, fuentes de Emova explicaron que pueden ser consecuencia de “pérdidas o desbordes en superficie de las redes de agua corriente que circulan encima de nuestros túneles. Son cuestiones que se van canalizando en la medida que impactan en la red, pero la solución sobre la pérdida inicial es ajena al Subte”. Además, agregaron que en algunos casos también están vinculadas a las lluvias, “que pueden ser atípicas, como las de marzo”. En cuanto a Palermo específicamente, afirmaron que están finalizando una obra para reforzar la canalización de agua.

Saavedra: dos escuelas están sin luz hace un mes

9.4.2024

Las escuelas públicas porteñas están sufriendo robos, problemas de infraestructura y falta de mantenimiento escolar. En el barrio de Saavedra hay dos escuelas que sintetizan el abandono por el que atraviesan los edificios escolares en la Ciudad de Buenos Aires, una situación que arrastran desde hace años y que incluyen deterioro edilicio, precariedad en el tendido eléctrico y filtraciones de agua.

Desde la lluvias ocurridas a inicios de marzo, tanto la Escuela Primaria N° 15 Provincia de Santa Fe como el Jardín N° 5 DE 10 Pablo Picasso, están sin servicio eléctrico. Ambos establecimientos educativos ocupan el mismo edificio situado en la calle Pico y Vidal en el barrio de Saavedra. Las docentes tienen que dar clases con linternas encendidas y aprovechando la poca luz del sol que ingresa por las ventanas.

“Sumate a la ‘Faroleada’, intervención artística en defensa del Pica y de la educación pública”, subraya una frase del folleto que invita a la comunidad educativa a una jornada de protesta mañana miércoles a las 12.30 horas.

“La escuela viene muy castigada desde hace años y para colmo antes de empezar las clases sufrimos un robo muy grande donde rompieron puertas, candados, se llevaron computadoras, la consola de música y luego vinieron las lluvias del 12 de marzo y desde entonces estamos sin luz”, contó Inés Duacastella, presidenta de la cooperadora y mamá de Ramona que asiste a sala de 2 del jardín Picasso.

En el caso del Jardín Picasso en cuatro de las cinco aulas no tiene luz. Hace muchos años que funciona mal el tendido eléctrico en todo el edificio y, tanto la dirección como las familias del jardín vienen reclamando para que se repare.

“Se hicieron todos los reclamos pertinentes, de cada documento hay un número de expediente y la única respuesta que obtenemos del Ministerio de Educación es que ya pasaron todo al área correspondiente. El año pasado se cortaba la luz una vez por semana y teníamos que esperar que el Gobierno envíe a alguien de mantenimiento para volver a tener luz y lo que sucedió este año es que colapsaron todos los arreglos provisorios juntos”, agrega Duacastella.

Las familias aclaran que, para este caso, un generador de energía eléctrico no sería útil porque el problema se encuentra en todo el cableado eléctrico interno de ambos edificios escolares, donde asisten más de 800 estudiantes: 600 en Primaria y 218 en el Jardín de Infantes.

“Las filtraciones de agua llegaron al tendido eléctrico y está comprometido. La situación es muy compleja porque está todo a oscuras y los más chiquitos tienen miedo de ingresar a las aulas, a los bebés de un año les cuesta mucho hacer la adaptación, y obviamente con este calor no anda la ventilación. La respuesta del GCBA es nula, no brindan ninguna solución”, agrega la presidenta de la cooperadora escolar y termina: “La desidia en nuestras escuelas es total y es por eso que realizamos una faroleada este miércoles a las 12.30 en Pico 2629, e invitamos a todos los que quieran sumarse a esta movida artística para iluminar nuestro jardín con linternas y celulares, con el objetivo de visibilizar esta situación y reclamar a las autoridades del Gobierno porteño para que se hagan cargo de la infraestructura escolar de nuestra escuela”.

En febrero pasado, la Escuela N° 15 DE 10 Provincia de Santa Fe, y el Jardín de Infantes común N° 5 DE 10 “Pablo Picasso”, fueron víctimas de un nuevo robo. El segundo hecho delictivo que sufrieron ambos establecimientos educativo en apenas ocho meses. Esta última vez se llevaron alrededor de 210 notebooks de la primaria y una consola de sonido del Jardín de Infantes.

Además del abandono del edificio escolar y la falta de mantenimiento, denuncian que no hay cámaras en la zona, que no quieren más cámaras dentro de las aulas y exigen mayor iluminación y dispositivos de filmación y transmisión en veredas y alrededores. Las computadoras fueron robadas desde el “Espacio Seguro” creado por el Ministerio de Educación de la Ciudad, un aula acondicionada con una cámara y una alarma.

Caballito: se escaparon cuatro presos de una Comisaría y dos fueron recapturados

8.4.2024

Una nueva fuga de presos pone en alerta la seguridad en la Ciudad de Buenos Aires. En esta oportunidad el hecho ocurrió en el barrio porteño de Caballito, donde este domingo se escaparon cuatro detenidos de la alcaldía ubicada en la avenida Avellaneda al 1500. Tras un enfrentamiento donde cuatro efectivos policiales resultaron heridos, dos de ellos fueron recapturados.

Los dos hombres que aún continúan prófugos fueron identificados como Jonathan Coma, de 32 años, y Nelson Nicolás Riquelme Pichun, de 29. Según precisaron, huyeron en una camioneta Ecosport color roja que estaba estacionada en las inmediaciones del lugar.

Se trata de un nuevo episodio que deja en evidencia a la seguridad de CABA. Cabe recordar que una situación similar generó el entredicho entre el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, y su par de Nación, Patricia Bullrich, respecto al traslado de presos a las cárceles y las largas estadías que pasan en las dependencias de la Ciudad.

“Necesitamos que se vayan al Servicio Penitenciario Federal”, fueron las declaraciones del jefe de Gobierno, Jorge Macri, tras el primer hecho de fuga de la Comisaría de San Telmo, al tiempo que reclamó que en las comisarías porteñas hay más gente de la que debería haber”.

“Hay que entender que el 94 por ciento de los detenidos son de la justicia nacional o federal. No son competencia de la Ciudad. Muchos de ellos tienen pena firma. Están condenados”, enfatizó el alcalde local, tras la falla en el sistema de seguridad que posibilitó la fuga.

Dengue: trabajadores de la salud reclaman falta de insumos para combatirlo

5.4.2024

Personal médico, de enfermería y trabajadores de la salud en general, reclaman al Gobierno de la Ciudad la falta de prevención e insumos básicos para combatir el dengue en los hospitales públicos porteños. Denuncian que el Ministerio de Salud no envía la cantidad de reactivos necesarios para los análisis clínicos de la enfermedad; que no distribuye repelentes para quienes atienden ni para los pacientes, y que no instala mosquiteros para evitar la entrada de los insectos. Asimismo, destacan que no hay un trabajo sanitario profundo en todo el distrito, dado que carece de controles reales en las obras que actualmente hay en la Ciudad, donde se produce acumulación de agua y el descacharreo no existe.

Si bien cambian las formas, la ausencia de la gestión de Jorge Macri para combatir el dengue reproduce la misma lógica respecto a la carencia de políticas del Gobierno nacional del libertario Javier Milei. La crítica de especialistas médicos y trabajadores de la salud, van más allá de la falta de insumos necesarios para combatir la epidemia que afecta al país.

“La realidad es que la Comuna 1 y la Comuna 15 son las zonas más afectadas por el dengue y el hospital de referencia de la 15 es el Tornú. En términos generales hay una situación real: nosotros no tenemos ni siquiera repelentes para los trabajadores del hospital, ni para los pacientes. Tampoco nos envían los reactivos necesarios para realizar los estudios”, explica Gabriel Rosenstein, médico clínico del Hospital Tornú. “Insisto en esto que es algo básico, si yo tengo pacientes que van al hospital y tienen dengue y no le pusimos repelente mientras esperaban, la posibilidad de que ese paciente contamine a otro mosquito y ese mosquito infecte a otro que no tenía son muy altas”.

Para el especialista hay falta de planeamiento general para prevenir el dengue en todo el distrito porteño “la Ciudad actúa bajo la lógica liberal de oferta-demanda y no planifica. Entonces, en algún momento del año hay cosas que en salud hay que planificarlas. Hay una epidemia como ahora y no hay reactivos, más allá de los que habitualmente uno usa por año. Como ellos no planifican a veces hay reactivos y muchas veces faltan porque hay demanda y no estás cubriendo la demanda que tenés”, analiza Rosenstein.

El médico clínico profundizó sobre la falta de planeamiento de la Ciudad y cuestionó, además, la ausencia de controles del Gobierno porteño en los lugares donde hay acumulación de agua y carencia de descacharreo como en todas las obras existentes en el distrito.

“En el Tornú todavía tenemos los restos de árboles que se cayeron en la tormenta de diciembre. Sumado, por ejemplo en la Comuna 15 tenés el viaducto del tren San Martín que está absolutamente abandonado ahí nadie del Gobierno realizó el descacharreo, y tampoco ni hablar de las obras en construcción que hay en toda la Ciudad. Nadie controla esas obras donde después de una lluvia hay acumulación de agua, materiales, chapas y diferentes elementos por todos lados”, continúa Rosenstein.

De acuerdo a información oficial del Gobierno porteño y ante el aumento de las consultas por casos de dengue, se habilitaron Unidades febriles en 18 hospitales públicos. Según el Ministerio de Salud porteño, “estos circuitos cuentan con protocolos de atención específicos” que consta de cuatro pasos: “Cuando el paciente llega a la unidad de atención se realiza la admisión del mismo, con el empadronamiento. Luego pasa a una sala de espera, con médicos y enfermeros que contienen al paciente. Allí se realiza el examen clínico y, en caso de que se requiera, la hidratación local, ya que en estos casos es muy importante prestar atención a los posibles cuadros de deshidratación que se generan”, argumenta la información oficial.

En ese sentido, el licenciado en enfermería Héctor Ortiz, desmiente la instalación de unidades febriles en todos los hospitales. “Por ejemplo, la UFU (Unidad Febril de Urgencia) antes en el ex hospital Casa Cuna estaba y ahora no está, y además me gustaría dejar algo en claro porque las UFU están trabajando sin los insumos necesarios, ni mosquiteros te ponen para evitar el ingreso de los mosquitos y ni hablar de repelentes que no enviaron a ningún hospital”, destaca el profesional de la salud.

Ortiz subraya la importancia del trabajo que están realizando en cada uno de los nosocomios y la falta de escucha al reclamo del conjunto de los profesionales médicos y de enfermería: “De las 200 personas que pasan a testearse por los hospitales, el 60% está dando positivo de dengue y nos enteramos a los 15 días porque no hay reactivos. Es decir, no hay un seguimiento real de la enfermedad hasta que el Gobierno se digne a comprar los reactivos, es un problema muy grave que se suma a la falta de campaña y necesitamos que fumiguen aunque la fumigación no mata a la larva ni a los huevos pero ayuda bastante”, suma.

A la carencia de recursos y materiales que reclaman los profesionales, se suma la falta de garantías respecto a la salud del personal médico y de enfermería. “Es urgente que el GCBA comience una campaña de vacunación con los trabajadores de la salud, en especial sobre quienes ya tuvimos la enfermedad como es mi caso. Pero no solamente a los trabajadores sino a la población, esto es una epidemia y diferentes estudios advierten que el año próximo va a ser mucho peor”, concluye Ortiz.

El Ministerio de Salud de la Nación informó que en lo que va de la temporada 2023/2024 “se registraron en Argentina 180.529 casos de dengue (90% autóctonos, 7% en investigación y 3% importados), de los cuales 163.419 se registraron desde la semana 1 a la semana 12 de 2024. La incidencia acumulada hasta el momento para el total país es de 384 casos cada cien mil habitantes”.

Ante esta situación el GCBA reconoce la epidemia y “frente al aumento de casos en toda el Área Metropolitana, la Ciudad le pide a los vecinos reforzar al máximo las medidas de prevención”, señala el comunicado porteño y deja sólo en manos de los habitantes la prevención de la epidemia destacando algunas medidas como: dar vuelta botellas o baldes para evitar que se acumule agua; limpiar, cepillar y cambiar todos los días el agua de aquellos recipientes que contienen o acumulan agua, como el drenaje del aire acondicionado, floreros y bebederos de animales; y tapar los recipientes que son utilizados para la recolección de agua, como tanques, barriles o toneles; entre otros.

“Si bien la prevención es responsabilidad de todos, con la falta de recursos e insumos que padecemos en los hospitales, el GCBA no se hace cargo de su parte que es la más relevante de todas”, destaca Rosenstein.

Villa Ortúzar: colocaron una baldosa por la memoria

4.4.2024

“Aquí vivieron Martha, Nélida E. y Ernesto Filgueira. Lucharon por un mundo mejor. Desaparecidos por el terrorismo de Estado el 21 de marzo de 1977. No los olvidaremos jamás. Barrios por Memoria y Justicia. Comisión por la Memoria Villa Ortúzar”. La nueva Baldosa por la Memoria fue colocada el sábado 23 de marzo por la mañana en Charlone al 1000, muy cerca de la plaza 25 de Agosto.

En la previa al 24 de marzo, y a pocos días de que se cumplieran 47 años del día en que una patota de policías y militares de civil arrancó a los hermanos de su casa en este edificio del barrio de Villa Ortúzar, la colocación de la baldosa reunió a un numeroso grupo de personas en un acto cargado de emoción, en el que hubo lugar para la música, los recuerdos de los familiares, las reflexiones sobre el presente y una consigna: “No queremos que nuestro recuerdo sea solo el de ese momento en que los llevaron por esta puerta. Queremos recuperar sus vidas, ofrecer un recuerdo feliz y comprometido con sus luchas y sus sueños”, se planteó, en palabras de Vera de la Fuente, integrante de la Comisión por la Memoria del barrio, desde la que se planteó todo un trabajo de investigación y recuperación histórica que abarca esta y otras acciones.

Olga Viglieca, prima de los hermanos secuestrados desaparecidos, fue una de las que tomó la palabra para contar y agradecer. “Esto es balsámico. Y más en este contexto, en que parece que todos los monstruos se yerguen”, expresó. Hubo espacio para los recuerdos luminosos y cotidianos junto a sus primos, secuestrados con 35, 22 y 17 años. Para contar que esta fue “la ventana y la terraza en las que durante años mi tía Ñata y mi Maíta, mi abuela, se turnaron para hacer guardia por si los chicos regresaban. Y todas las noches había comida y los cigarrillos que les gustaban por si volvían”.

“El terrorismo de Estado no sólo se llevó la vida de nuestras desaparecidos, de nuestros fusilados. También destruyó la vida de familias enteras, porque la ausencia no termina nunca. Mis hijos nacieron después de que se llevaron a mis primos y tienen taladradas esas ausencias. Por eso digo que es balsámico ver a tantos nenes poniendo sus mosaiquitos en esta baldosa. Es una promesa de futuro”, destacó. Agradeció el trabajo de la Comisión por la Memoria de Villa Ortúzar, y el del Programa de Derechos Humanos de la Biblioteca Nacional, dirigido por Graciela Blancat, cuyo Archivo testimonial atesora los testimonios de los familiares, “por cómo nos alentaron a dar testimonio cuidándonos en todo momento”.

Con sus 99 años Chichita Strien, tía de los hermanos Filgueira, también se sumó al homenaje. Sus recuerdos son vívidos, precisos. Describe el terror de la patota con lujo de detalles, tal como se lo contó su hermana, la madre de los chicos, a la que obligaron a permanecer con una sábana en la cabeza la noche del operativo. “Esto que pasó hoy es muy, muy hermoso”, coincide. “Esto cura”, se escucha también.

En el acto se recordó que Martha nació el 11 de julio de 1941 en Comodoro Rivadavia. Que militaba en Vanguardia Comunista, era ama de casa y tenía una hija, Silvia. Que Nélida nació el 30 de agosto de 1954 en Capital Federal, y era estudiante de Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Militaba en esa facultad en la Juventud Universitaria Peronista y estaba vinculada a Montoneros. Ella fue vista en el centro clandestino de detención El Atlético. Ernesto nació el 21 de julio de 1959 en Esquina, provincia de Corrientes. Cursaba quinto año en el Colegio Manuel Belgrano cuando fue secuestrado. Allí había comenzado a militar en la Unión de Estudiantes Secundarios.

Después vino la música. Elena Otero Valdés con su aire de chacarera “Que no te enteres”: “30 mil veces más regresaremos, a enarbolar la bandera de la paz”. Dos integrantes del ensamble de Luna Monti, con la nana “Ovillo de lana”, de Verónica Parodi: “Se hilvanan, se deshilvanan, las penas esta mañana”.

La Comisión por la Memoria de Villa Ortúzar relevó hasta el momento 32 casos de vecinos y vecinas detenidos desaparecidos, entre ellos trabajadores de la antigua fábrica Sudamtex, vecinos de los edificios de El Hogar Obrero.

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