Fusionarán cinco hospitales: U$S 123 millones por la venta de los predios y ajuste en salud

23.5.2018

Por Gustavo Sarmiento

El proyecto del Centro Hospitalario Sur busca trasladar los centros de salud pública IREP, Marie Curie, Ferrer y Udaondo a los terrenos del Muñiz, y liberar así valiosas propiedades. Dejarían de ser hospitales para ser institutos. Los trabajadores de la salud denuncian el negocio inmobiliario y el recorte en personal y en especialidades que implicaría la mudanza.

Desde el inicio de su gestión, el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta encaró una campaña de venta de tierras públicas, desde terrenos ferroviarios y parques, hasta edificios como el de Bolívar 1, patrimonio histórico de la Ciudad. En ese marco, avanza en la Legislatura un proyecto oficial que propone la creación del Complejo Hospitalario Sur, alrededor del Hospital Muñiz, que implica la mudanza y fusión de cinco hospitales, rebajados a institutos. Las comunidades afectadas denuncian que se perderán especialidades y cientos de cargos médicos, y que el objetivo final es el negocio inmobiliario, producto de la venta de los predios donde actualmente funcionan los hospitales. Según el macrismo, con sus ventas obtendrán 123,7 millones de dólares, y se “ahorrarán” más de cien millones de pesos al tener que limpiar y mantener un solo centro de salud, y ya no cinco.

Ya en 2010 Mauricio Macri había intentado proyectar un complejo similar pero con menos hospitales. Ahora se agregaron el de Oncología “Marie Curie” y el Instituto de Rehabilitación Psicofísica (IREP), ubicados en zonas más “apetecibles” para el mercado inmobiliario como Parque Centenario y Belgrano. Según la carta que el subsecretario de Planificación Sanitaria, Daniel Ferrante, le envió el pasado 11 de abril a los titulares de los cinco centros de salud, el “nuevo hospital de alta complejidad” consistirá en la “integración” de cinco hospitales (el de Infectología “Muñiz”, el de Gastroenterología “Udaondo”, el de Rehabilitación Respiratoria “María Ferrer”, el “Curie” y el IREP) en el predio del Muñiz, “manteniendo su identidad en forma de institutos”.

El Ejecutivo sostiene que el nuevo sitio “deberá tener mayor número de camas que la sumatoria de los cinco hospitales mencionados”. Sin embargo, un powerpoint al que tuvo acceso Tiempo admite una merma de plazas: “Camas. Hospital Muñiz luego de la implantación: 150 (se anulan 200)”. En total el Complejo tendrá 500 camas, la mitad de la capacidad que hoy suman los cinco hospitales implicados. También planean “demoler los pabellones del Muñiz de servicios centrales como laboratorio, farmacia, ambulatorio, etc.”

Para los trabajadores, además de significar un cierre de hospitales a favor de la demanda de privados, habrá una reducción de personal. Así lo afirma Graciela Núñez, delegada de ATE Capital, trabajadora del sector Rehabilitación Adultos del IREP: “Si fusionan cinco hospitales especializados en uno general de agudos, inevitablemente se va a achicar todo. En lugar de cinco enfermeros o administrativos tendrán uno para todo el complejo. También se perderán especialidades”. Remarca que el IREP ya viene sufriendo un vaciamiento, como instancia previa a su mudanza: “Desde fines del año pasado comenzaron con el desmantelamiento. Hace pocos meses habían abierto una unidad de cuidados intensivos pediátricos, única en el país, para chiquitos en condiciones de dependencia máxima. Iban a ser 63 enfermeros para ocho camas. Pero uno de los dos pabellones nunca lo abrieron. El gobierno planteó que sobraban enfermeros y los trasladaron; debería ser un enfermero cada cuatro pacientes y hoy tenemos uno cada doce. La capacidad no está ocupada en su totalidad, por falta de gente”, explica Núñez, y acota: “Cirugías ya casi no se hacen”.

La comunidad del IREP se declaró en estado de alerta. Son ellos, los únicos que atienden en la zona norte especializados en rehabilitación neuro–motora de niños y adultos, quienes más sufrirán la mudanza a una zona con menos accesibilidad. El martes, los trabajadores de la salud realizaron un abrazo simbólico al edificio ubicado en Echeverría 976. El lugar es un centro de referencia desde 1956. Allí funcionó la Ciudad Infantil Evita durante la primera década peronista. Su construcción está catalogada como patrimonio arquitectónico y cultural de la Capital Federal. Hoy sus trabajadores exigen “No al traslado, desmantelamiento y pérdida de identidad”. El documento del gobierno no menciona su especialidad dentro de las enfermedades “crónicas” que tratará el Complejo.

El Muñiz, inaugurado en 1894, es el hospital de infectología más importante del país. El martes 24 de abril, su comunidad votó en asamblea el rechazo “al proyecto de demolición del hospital con el único objetivo de un proyecto inmobiliario”. En el Udaondo ya sufrieron recortes de 25 camas, en salas de internación clínica y en una unidad de cuidados paliativos, cerradas por falta de enfermeros. El Ferrer es un faro para la región en rehabilitación respiratoria. Nació hace más de 50 años a raíz de la epidemia de poliomielitis y es el primero donde se hizo un trasplante de pulmón. Hoy se ve empapelando de folletos y carteles que dicen “No al traslado”. “El 90% de los trabajadores se opone porque quedamos muy a la deriva. No se ve viable todo esto. En el último tiempo ni siquiera tuvimos nombramientos”, apunta Fabiana Pérez, trabajadora del centro de salud ubicado en Barracas. “Hay otras posibilidades mejores como agrandar el hospital comprando los terrenos lindantes”, completa.

El powerpoint de Ciudad deja asentado lo que llaman “aspectos críticos de éxito”, y enumera: “Sortear las limitaciones del Código de Planeamiento Urbano y Área de Protección Histórica y otros entes (ley 3537 de protección del hospital Muñiz, vetada); acuerdo del programa médico con los líderes hospitalarios; acuerdos políticos con los gremios por el solapamiento de todas las estructuras jerárquicas; plan para evitar los motivos de judicialización más probables y contingencia para cada caso; programa presupuestario en base cero que no arrastre los vicios actuales; mudanza de casos críticos para no tener que mantener en paralelo las instituciones funcionando”. «

 

Los números del negocio inmobiliario

 

Los tiempos oficiales apuntan a que desde finales de 2019 a mediados de 2022 se desarrolle la obra en el predio actual del Muñiz, y que a inicios de 2023 comience a funcionar el Complejo Hospitalario Sur. Desde la Ciudad señalan que la nueva obra demandará 160 millones de dólares, pero que recuperarán 123,7 millones por la venta de los actuales terrenos del Udaondo, Curie, Ferrer e IREP, admitiendo que los destinarán a desarrolladores inmobiliarios. De hecho esa estimación no fue realizada por el organismo oficial (el Banco Ciudad), sino por LJ Ramos (brokers inmobiliarios), según se lee en el powerpoint del proyecto hospitalario. En ese documento también resaltan que se “ahorrarán” 107 millones de pesos los primeros dos años en concepto de los “costos de mantenimiento preventivo y correctivo + limpieza” que demandará el edificio nuevo, en comparación con lo que demandan hoy los cinco centros de salud por separado. Aún así, evalúan como alternativa de financiamiento el modelo PPP (público-privado), aunque admiten desventajas: “Marco regulatorio poco probado y con propia inexperiencia; dificultades gremiales crecientes que amplían los riesgos legales”.

Los trabajadores del IREP afirman que en la reunión con la directora, Silvina Ajolfi, ella misma admitió que el objetivo del gobierno es concretar “un negocio inmobiliario”. En diálogo con Tiempo, Ajolfi lo niega: “No es así. Desconocemos la causa por la que se nos involucró en este proyecto. El ministerio asegura que se van a conservar las fuentes de trabajo y las estructuras actuales”.

La Ley de basura cero era una ley muy buena y el PRO la convirtió en algo dañino para la Ciudad

23.5.2018

Entrevista a Gustavo Desplats de la Protocomuna Caballito

Por Mario Hernandez

M.H.:Gustavo Desplats, referente de la Protocomuna de Caballito, ha hecho un importante informe sobre el modelo constructivo en la Ciudad de Buenos Aires del que estaremos hablando en un próximo programa, porque dada la forma express y el tiempo record, han pasado desapercibidas para los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires, las modificaciones de la Ley basura cero, y como Gustavo es un compañero que sigue de cerca las problemáticas que afectan a nuestra Ciudad pretendo que este reportaje sea fundamentalmente referido a este tema.

 

G.D.:Lo primero es hacer un pequeño resumen de cuál fue la idea de la Ley de basura cero que se basaba en achicar la cantidad de basura que va a los rellenos. Lo que pasó en el medio de eso es duro de decir pero es la realidad, asumió el PRO en la Ciudad de Buenos Aires y como hizo con muchas otras políticas, la desvirtuó en búsqueda de una instancia económica.

Pareciera que para el Gobierno de la Ciudad donde hay un derecho, si hay un negocio hay posibilidad de que algo funcione. La Ley de basura cero, era una ley muy buena y se convirtió en algo dañino para la Ciudad en el sentido de la gran cantidad de dinero que se ha invertido de manera innecesaria con una política que como bien marcaba la ley, hubiese sido muy beneficiosa tanto para la Ciudad como para los recolectores urbanos, para la sociedad toda.

Lo que se tendría que haber hecho es algo tan sencillo como lo siguiente: días lunes, miércoles y viernes se sacaba la basura común, los martes y jueves un tipo de reciclado, los sábados otro tipo de reciclado y el domingo otro tipo de reciclado. Tenés que tener tres tachos de basura en tu casa, en muchos países europeos es así. Con eso y con los mismos camiones que teníamos antes, teníamos solucionada toda la infraestructura de basura cero. Pero eso no costaba un centavo y podía llegar a ser muy eficiente, porque lo es en muchos países. El 100% de lo que se saca los días de reciclado, es reciclado, con lo cual, como está diferenciado se puede lograr una gran cantidad de recuperación de este material.

Lo que inventó el PRO para ganar plata con esto, son los distintos tipos de contenedores en la vía pública, los negros y los verdes, para poder separar así la basura, que no llega diferenciada, y con camiones que fueron comprados y que son el único modelo en el mundo que tiene carga lateral, cuando había 18 fábricas a nivel mundial con carga de nivel trasero. Los contenedores, que parece que son 24.000 negros y 8.000 verdes, fueron cambiados ocho veces, es decir, ocho veces se compraron 32.000 contenedores. Compraron los camiones más caros en el mercado, todo para no lograr estar mejor de lo que estábamos. Cuando solamente con tener 3 bolsas de basura en casa, con una gran campaña hecha con la televisión, la radio, con todos los medios y toda la capacidad que tiene el tercer presupuesto de la Nación Argentina que es el de la Ciudad de Buenos Aires que parece ha crecido exponencialmente en los últimos años, hacer una política de Estado que estuviese vinculada a que la gente tomase conciencia de la necesidad del reciclado.

Todo eso no se hizo porque no da rentabilidad económica, lo que da rentabilidad económica es comprar camiones y contenedores caros, que al fin y al cabo no funcionan porque todos somos conscientes que históricamente la gente no sacaba la basura en horario, pero había una carga social que ese loco que sacaba la basura al medio día era mal visto por los vecinos y al tercer o cuarto día alguien se acercaba a decirle algo. Finalmente la gente tendía a sacarla más o menos entre las 17:00 y las 22:00, dependiendo a qué hora pasara el camión recolector.

Desde que pusieron los contenedores la gente saca la basura a cualquier hora y esto no lo digo solo yo, hay un ejército de esos muchachos con el palito doblado, con el que revuelven dentro del contenedor; eso es la demostración palpable de que este sistema no funciona. Hasta que implementaron el sistema de los contenedores, si alguien tenía restos de poda, por ejemplo, el basurero no lo levantaba y uno tenía que llamar al teléfono de la poda y se levantaba por separado. Ahora eso va adentro del contenedor también. Si había una pequeña o mediana obra y alguien dejaba restos de escombros en bolsas como si fueran basura, los muchachos de la basura no los levantaban, ahora todo eso va al contenedor. O sea, en lugar de avanzar hacia una mejor política fuimos hacia atrás. Y ahora se le suma, como marcabas al principio, que después de 40 años en la Ciudad de Buenos Aires vamos a volver a quemar basura, porque como el sistema que elegimos, que al fin y al cabo desvirtuó la propuesta de “basura cero” no logra reducir la cantidad, y necesita seguir teniendo espacio para enterrarla o para poder disponerla, se ha decidido que como tenemos problemas con la Provincia de Buenos Aires para ubicar nuestra basura, lo cual es lógico, ahora hay que quemarla.

Las plantas son carísimas y es una tecnología que si bien es muy utilizada en el mundo hace muchos años, está entrando en decadencia y se está dejando de utilizar. Un ejemplo es la planta de termofusión de Madrid, que estaba aprobada, tenían los fondos y se ha decidido no construirla. Es verdad que existen muchas en el mundo, pero también es verdad que hace un tiempo que se considera una tecnología obsoleta. O sea que por más que utilicemos los estándares de la Unión Europea, que es lo que se va a utilizar, ahora la propia UE está diciendo que no hay que hacerlo. Y, por otro lado, a confesión de parte relevo de pruebas, eso me lo mandó Laura Rocha (Periodista. Escribe sobre ambiente y desarrollo urbano. Editora de Marabunta, Infobae, antes en La Nación), está en su Facebook, copiado de la página web de la Ciudad explicando por qué no se debe incinerar. Hasta hace dos horas todavía estaba colgado en la página web de la Ciudad, explicando la cantidad de sustancias altamente nocivas para la salud que emana, tanto para las plantas que tenga la Ciudad de Buenos Aires como las que construyan en la Provincia de Buenos Aires, para poder abastecer nuestras necesidades.

Cuando el otro modelo, de la recolección diferenciada es utilizado en todas partes del mundo y es mucho más eficiente y sobre todo mucho más barato.

En muchas ciudades europeas se considera a la basura como un recurso, es algo que genera dinero. Para nosotros es un gasto y uno de los principales gastos del Estado. Mientras que el Estado plantea achicar cinco sanatorios y meterlos en el espacio de uno solo, se plantea gastar cinco millones de pesos en construir una planta de termofusión. Son contrasentidos increíbles.

 

M.H.:Hay un aspecto vinculado a esta situación que tiene que ver con la situación laboral de los recicladores urbanos.

 

G.D.:El método que yo estaba planteando garantiza el trabajo de los recicladores, porque  tenemos que reciclar. Acá no está muy claro qué va a pasar con los recicladores urbanos.

 

M.H.:Estamos hablando de 6.000 trabajadores en puestos de trabajo en cooperativas.

 

G.D.:En Porto Alegre, en Curitiba han demostrado que se puede trabajar muy bien con la basura y el reciclado y se puede ser muy eficiente en el funcionamiento de esas cooperativas dando un gran apoyo a la Municipalidad. La situación es realmente muy complicada, vienen por la basura y por el Código de planeamiento para taparnos de cemento.

Más allá de lo que podamos hacer las ONGs, los votos que le ha dado la sociedad en la Legislatura a Cambiemos le da la mayoría más importante que han tenido en los últimos diez años, tienen mayoría para sancionar las leyes con 31 votos, como las Leyes de planeamiento, el Código de edificación, el Código del ambiente. Como han tenido para sancionar esta Ley de basura cero que era una especie de paradigma de lo mejor que ha tenido la Ciudad de Buenos Aires en su texto normativo. Y vamos a una cadena decadente. Esa es la realidad de la Ciudad de Buenos Aires, dirigida como la República Argentina, por sus dueños.

Escuela de cartón

22.5.2018

En el marco del paro y marcha federal que llevarán adelante los docentes a nivel nacional, la comunidad educativa de la Escuela Banderita, que pertenece al Polo Educativo Mugica, volverá a montar una escuela de cartón como símbolo de la precariedad con la que maestros y estudiantes deben desarrollar todos los días las tareas de enseñanza-aprendizaje.

Al igual que lo hicieran durante una actividad realizada el viernes pasado en la Plaza Fuerza Aérea Argentina del barrio de Retiro, el objetivo de esta escuela de cartón es

visibilizar las condiciones en que se dictan clases en la Escuela nº25, D.E 1º desde que el Gobierno de la Ciudad decidiera demoler su edificio y trasladarlos a un galpón, a más de 20 cuadras de distancia de dónde se encontraban originalmente.

Este traslado fue hecho de manera compulsiva y sin tener en cuenta las necesidades de maestros, estudiantes y padres, ya que además es un lugar que no reúne las condiciones mínimas para brindar una educación de calidad. Por ejemplo, no tiene patio, luz natural, aire, ni ventanas.

Cabe señalar que las autoridades porteñas habían firmado un acta en la que se comprometían a tener las obras de acondicionamiento finalizadas para el 30 de abril. Obviamente, los plazos no se cumplieron y las modificaciones que se llegaron a efectuar se hicieron con materiales precarios.

Desde la comunidad educativa manifestaron que más allá de las condiciones edilicias y los reclamos sobre la infraestructura del lugar, hay otras medidas que podrían ser implementadas como la contratación de celadores de comedor para cuidar los momentos de almuerzo, micros para poder trasladarse a los predios conseguidos para hacer educación física.

“Lo que dejó evidenciado este reclamo es que cualquier medida paliativa que se tome no va a ser suficiente. Es por eso que los integrantes de la comunidad exigen respuestas estructurales y la finalización de las obras de adecuación del edificio sin por eso dejar de afirmar que los galpones no son escuelas”, aseguraron desde la Escuela Bandera Argentina Polo Educativo Mugica

Represión, detenciones y paro en el subte

22.5.2018

16 trabajadores fueron detenidos durante una medida de fuerza que se realizaba en la mañana de este martes en las líneas E y H, además del Premetro, en rechazo a la paritaria del 15% firmada por Metrovías, la UTA y el gobierno porteño. Agentes de la Policía de la Ciudad ingresaron a las estaciones, en particular a Las Heras, y comenzaron a reprimir. Las liberaciones recién se iniciaron hacia la tarde y finalizaron durante la noche.

 

Ante la represión y las detenciones, los trabajadores nucleados en la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro, más conocidos como metrodelegados, extendieron por tiempo indeterminado a todas las líneas la medida de fuerza, que también era en rechazo a las sanciones recibidas por empleados que habían adherido a paros anteriores.

Desde el gobierno de la Ciudad rápidamente salieron a negar la represión y asegurar que no iban a permitir que se tomara de rehenes a los vecinos.

"Hay un gremio al que le corresponde discutir paritarias, y ése es la Unión de Tranviarios Automotor (UTA), con quien se ha llegado a un acuerdo en abril de este año (…). Fue la Corte Suprema quien falló en contra de los metrodelegados (…). La mayoría de los empleados del subte quieren trabajar con normalidad, pero muchas veces se ven impedidos por acciones violentas de esta naturaleza (…). Hoy la Policía se hizo presente en la línea H para garantizar que el subte funcione (pero) la respuesta fue cortar las vías y agredir a los efectivos, incluso a piedrazos", declaró por la tarde el jefe de gabinete porteño, Felipe Miguel.

En cuanto a las detenciones, afirmó que fueron por atentado y resistencia a la autoridad (1 mes a 1 año de prisión) e interrupción del servicio público de transporte, (artículo 194 del código Penal con penas de 3 meses a 2 años de prisión)

Sin embargo, los metrodelegados recordaron que el fallo Orellana, dictado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, permite a los sindicatos con inscripción simple, como la que tiene la Asociación, realizar acciones gremiales como tener delegados, hacer paro y negociar convenios colectivos

Desde distintas organizaciones sociales, sindicales y políticas repudiaron la represión y los arrestos, y exigieron la libertad inmediata de los trabajadores detenidos.
La CTA Autónoma repudió el violento operativo desplegado por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires junto a la Infantería, esta mañana en las vías de la estación de Subterráneo Las Heras. El propósito fue desalojar a los trabajadores y trabajadoras que paraban en rechazo al acuerdo paritario firmado por la Unión de Transporte Automotor (UTA).

“El Gobierno de Cambiemos volvió a responder con gases y balas de goma al legítimo reclamo de los trabajadores de una paritaria sin techo (…). Expresamos el más enérgico repudio a la violenta represión, que es parte de la estrategia del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires junto al Gobierno Nacional para hacer pasar el ajuste”, declararon desde la central sindical. Y advirtieron que entre los detenidos se encuentran el delegado paritario Flavio Baigorria; Néstor Segovia, secretario adjunto de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro. Denunciaron que el trabajador Manuel Compañez fue golpeado brutalmente en la cabeza, esposado y detenido.

En tanto, desde el Encuentro Memoria Verdad y Justicia señalaron: “En el mismo día en que se militariza el INTI, impidiendo la entrada de sus trabajadores después de meses de reclamo por la reincorporación de los despedidos, el Gobierno de la Ciudad reprime a los trabajadores del subte que realizan medidas de fuerza.  Hoy han ingresado las fuerzas de seguridad a los túneles del subte golpeando a los trabajadores y realizando detenciones para quebrar la protesta que llevan adelante desde hace tres semanas en defensa de sus salarios.

Evidentemente el Gobierno de Macri ha decidido intensificar esta semana las represiones a los trabajadores, como lo hace en Cresta Roja, para imponer el ajuste brutal que acordó con el FMI”.

“El anuncio de que se entrenarán personas para manejar los subtes representa un ataque al derecho a huelga consagrado en la Constitución Nacional. Lo mismo vale para la amenaza de despidos a los trabajadores, que fue anunciado por el jefe de gabinete. En la actualidad ya hay más trabajadores con sanciones y varios delegados con pedido de desafuero”, expresó, por su parte, el legislador porteño por el Frente de Izquierda, Gabriel Solano, quien adelantó que su bloque ya presentó un pedido de citación para el ministro de Seguridad, Martín Ocampo, a quien señaló como responsable directo de la represión.

Los detenidos fueron trasladados a la Comisaría 30, durante la tarde Néstor Segovia debió ser atendido en el Hospital Argerich por problemas de salud. Hacia la noche, la justicia comenzó a liberar a los detenidos. Al confirmarse la liberación de la totalidad de los aprehendidos, los metrodelegados anunciaron que este miércoles habrá servicio de subte, pero que se levantarán los molinetes de 10 a 12 en las 6 líneas y en el premetro.

El GCBA instala rejas ilegales en la Plaza de Mayo

22.5.2018

El último fin de semana comenzaron a instalar rejas de gran altura en el medio de la Plaza de Mayo. El GCBA nunca hizo público el proyecto ni realizó mención de que instalarían rejas permanentes.

La Plaza de Mayo está protegida por normativas específicas del Código de Planeamiento Urbano. Esta se encuentra en el Área de Protección Histórica N° 1 (APH1) y cuenta con protección Ambiental (Art. 4.1.2.) con Nivel 1 Ámbito Consolidado (Art. 4.1.2.1.1.)

En el art. 4.1.2.2.1. se establece que en el espacio propio de la Plaza de Mayo sólo se permitirán trabajos de conservación y mantenimiento de los elementos preexistentes. Todo proyecto modificatorio deberá contar con visado previo del Consejo y aprobado por Ley.

La intervención en un espacio histórico requiere criterios de conservación y protección especiales que están especificados en el Código de Planeamiento Urbano. Cualquier modificación que se pretenda realizar debe ser aprobada mediante una ley específica.

La Legislatura no aprobó ningún proyecto de modificación de la Plaza de Mayo ni mucho menos la instalación de rejas que no puede ser considerado como un trabajo de conservación ni de mantenimiento.

Nuevamente se ha procedido entre gallos y medianoche violando el Código de Planeamiento en desmedro del patrimonio de todos los argentinos.

La intervención ha modificado el ancho de veredas, ha nivelado el solado de Balcarce con la explanada de la casa Rosada, ha eliminado los cordones de granito reemplazándolos por cemento, ha cambiado los pisos  colocando mosaico granítico no permitido. Han plantado una nueva hilera de árboles, arbustos y plantas ornamentales, mientras han desparecido piezas históricas, han colocado iluminación embutida en el piso, han sustituido el equipamiento existente por otros de diseño contemporáneo, han cambiado el mástil y removido las baldosas donde estaban impresos los pañuelos blancos que mostraban el lugar por donde, en forma incansable, las Madres han efectuado sus rondas semanales. O sea, una intervención que, desde distintos puntos de vista irrespeta la norma y desconoce el estado del arte del patrimonio.

La especialista en Patrimonio Cultural, Sra. Mónica Capano también fundamenta que la instalación de las rejas viola la normativa que reglamenta el APH1 en la ciudad.

Por otra parte, destaca que las rejas no forman parte del diseño histórico de la Plaza de Mayo ya sea que se adopte el diseño histórico de la Plaza de Mayo al 1897 como lo hace la CNMLBH o tomando la fotografía del año 2000 cuando se aprobó la ley N° 449 "Código de Planeamiento Urbano" que regula el APH1.

Por último, realiza una valoración patrimonial de la instalación de las rejas en la Plaza de Mayo al señalar que: "La intervención que se ha verificado en la Plaza de Mayo y que culmina con la colocación de un enrejado que la fracciona, la divide, le provoca un hiato, una cesura es una operatoria de remoción de referencias culturales: se extirpan  marcas urbanas de resistencia, de lucha, de memoria, en síntesis, marcas políticas que un patrimonio en uso ofrece en el marco de la cotidianeidad y la habitabilidad, o sea, se pretende transformar un espacio público en un lugar controlado, una especie de museo que, a través de entradas y salidas vigiladas, y de horarios impuestos,  hace añicos toda “relación dinámica con nuestro presente” (Sottile, op. cit.). Valgan las comparaciones con los intentos del dictador Videla para remover del mármol de la fachada del Ministerio de Economía, las señales de los bombardeos[1]."

A esta grave intervención se suma que no existe un cartel de obra que indique que obras se están desarrollando o quién es el responsable de la misma.

Por este motivo, el Observatorio del Derecho a la Ciudad y el Observatorio de Patrimonio y Políticas Urbanas presentamos una acción de amparo para que se remuevan las rejas instaladas en la Plaza de Mayo.

 

DICTAMEN COMPLETO DE LA SRA. MÓNICA CAPANO 


 

LA PLAZA DE MAYO

 

La cultura nos vincula con el mundo que nos rodea al tiempo que nos facilita existir como sujetos conscientes de nosotros mismos. Es que los objetos que constituyen nuestro espacio van configurando la forma en que nos hacemos presentes en él, ordenándolo y dándole sentido (Giglia, 2012).

La cultura es ese horizonte de sentido (De Martino, 1977, 2000, 2004) que permite a los seres humanos estar en el mundo.

Al relacionarnos con el espacio, simbolizamos el espacio que nos rodea, lo que lo humaniza y lo transforma en un lugar moldeado por la cultura.

De ahí que habitar la casa, la ciudad propia- es sentirse amparado en un lugar (Bachelard, 1967), es hacerse presente en un lugar,  saberse ahí y no en otro lugar porque se pone en juego la capacidad humana de interpretar, reconocer y significar el espacio. De ahí que, al hablar de patrimonio, debamos sobrepasar los estrechos límites que impone la preservación y la conservación para adentrarnos en la relación de un sujeto ?individual o colectivo- con un lugar y con otros sujetos.

Para de Martino (1977), la angustia territorial es el temor a perder la referencia con el territorio natal, lo que Virilio plantea en Ciudad Pánico (2006), donde observa que la ciudad ha dejado de ser un lugar mientras el pasado es arrasado y el futuro anulado, lo que provoca una importante alienación, toda vez que lo real se reduce a una sucesión de instantáneas.

Los seres humanos necesitamos reconocer nuestro hábitat, al igual que el resto de los animales, hay una necesidad vital que es armar los mapas mentales que nos permiten ubicarnos en el espacio y en el tiempo y existir, entonces, no sólo como avatares, sino como entes reales.

En efecto, quien habita una ciudad, la recorre con un mapa mental que le permite orientarse dentro de ella : la Ciudad está presente en la vivacidad de mi memoria de los lugares (Virilio, 2006). Son los trayectos de ida y vuelta los que van conformando una imaginería  mental que ilumina mis pasos seguramente más que cualquier alumbrado público (ibidem) Sin embargo, ese reconocimiento automático de la memoria del catastro urbano puede ser destruido mediante la reconstrucción de la ciudad (Van Doreen, 2006). Esto es lo que está pasando en una ciudad cuyos gobernantes la publicitaban hasta hace poco con el slogan haciendo Buenos Aires como si fuera un campo raso sin preexistencia a la gestión del partido gobernante.

Los seres  humanos necesitamos darle sentido al mundo en que vivimos y también a la propia vida, y esto solo es posible si comprendemos el proceso histórico en que la misma transcurre. Para esto, dos procesos son esenciales: la transmisión cultural e histórica y la preservación de la memoria. (Sottile, 2018)

La Plaza de Mayo es uno de esos corredores del alma y de las oscuras trayectorias de la memoria (Virilio, 2006), tan necesarios como la alimentación diaria. Las drásticas transformaciones a que se somete a los hitos urbanos son verdaderos ataques a la memoria colectiva que no son anodinos o sin consecuencias: en los últimos tiempos la destrucción va de la mano de la intención de hacer desaparecer, parafraseando a Virilio cuando habla de ?esos nidos de resistencia inaccesibles a la caballería y artillería, esos espacios que se cargan de continuas capas de significación en la medida en que son apropiados y reapropiados como espacio público para la expresión popular, ya sea de protesta las movilizaciones contra los proyectos de ley de modificación jubilatoria y reforma laboral-, de festejo -las fiestas del Bicentenario- o de conmemoración las marchas del 24 de marzo. 

O sea, este urbanismo transformador parece tener como meta la voluntad de poder disciplinar. Es que las guerras ya no parecen producirse en los campos sino dentro de las mismas ciudades y a distintas escalas.

Una plaza enrejada anula un trayecto, que es un inicio o un camino hacia el conocimiento de algo, lo que señala Henri Michaux (2005), al decir: ?antes de ser obra, el pensamiento es trayecto.

La intervención en la Plaza de Mayo y su aislamiento mediante rejas anula el concepto de espacio público, el espacio público urbano es el lugar del encuentro entre sujetosheterogéneos. Nos recuerda, desde los frustrados intentos por enrejar el Parque Lezama y convertir su anfiteatro en una fuente que, al centrarse en la contemplación pasiva e individual, anularía las múltiples prácticas políticas, sociales y culturales que allí se han desarrollado, hasta el hiato que produce la traza del metrobús en la 9 de Julio, otrora espacio de grandes movilizaciones el Cabildo Abierto del Justicialismo convocado por la CGT el 22 de agosto de 1951 por ejemplo-, y de grandes festejos como los del Bicentenario. Esta intervención nos retrotrae a la construcción de la Plaza Houssay por obra de Cacciatore en la que se impuso una modalidad de panóptico para hacer efectivo el Controlar y Vigilar de Foucault.

 

Marco histórico

 

Lo que hoy se conoce como Plaza de Mayo es un paisaje cultural urbano, emplazado dentro de un espacio limitado por cuatro calles: Hipólito Irigoyen, Balcarce, la naciente avenida Rivadavia y la calle Bolívar. El conjunto de la plaza y los edificios que la rodean  constituyen la punta sur del eje cívico que culmina, por el norte,  en el Palacio Legislativo. Se trata de un lugar transformado en territorio, donde se han asentado edificios que dieron carácter institucional, primero, a la colonia y, luego, al incipiente Estado Nación.

La Plaza de Mayo tiene sus orígenes en la misma fundación de la Ciudad, constituyéndose desde un  principio en la única plaza y siempre en la más importante (Sonsini, 1997). Tal como estaba establecido en las leyes de Indias, el fundador, Juan de Garay, destinó un cuadrado de suelo a la Plaza Mayor, lo que, en este caso, representó 140 varas de lado -116, 90m.  

Como bien señala Silvia Segal (2006), en un principio la plaza tenía dos secciones: la que Juan de Garay bautizó de la Trinidad, ubicada hacia el oeste, donde se emplazó una capilla y un primitivo Cabildo, y la  cercana a la costa del Río de la Plata, que sería conocida como Plazuela del Fuerte cuando éste último se construyera.

Desde un principio, la ciudad fue creciendo alrededor de la Plaza, en la que, después de nombrar al Cabildo de la Ciudad, Garay enarbola un madero a modo de Árbol de Justicia, la que se impartiría en nombre del Rey de Castilla y de las Indias. En él se colocarían los bandos y disposiciones reales, y se impartirían castigos a los condenados, de ahí su denominación como picota. Una vez plantado el rollo, seguramente en el centro de la Plaza, Garay tomó posesión de la incipiente ciudadela en nombre del rey Felipe II. Luego de las preguntas de forma respecto de la existencia de una potencial oposición a la toma del territorio, se leyó el Acta de fundación. Para más detalles, el cuadro de Carbonero da cuenta del acta, aclarando el pintor que quien observe el cuadro lo hará mirando al Norte de la Plaza, y que las figuras humanas se encuentran en la mitad de la Plaza junto a la picota.

Es de destacar que la vieja Ciudad de la Trinidad con su Puerto de Santa María de los Buenos Aires se desarrolló en un lugar alto a 18 m. por sobre el nivel del río.

De los viejos solares urbanos, se reservó uno para la Plaza Mayor y otro para el fuerte, tres para conventos franciscanos, dominicos, mercedarios- y uno para hospital.   Hacia el Este de la Plaza se levantó el Fuerte, hacia el Norte, la Catedral y hacia el Oeste, el Cabildo. La calle Defensa dividió a la Plaza Mayor de la Plazuela del Fuerte.

La Plaza Mayor fue un lugar para mercar (op. cit.), lugar de cruce entre vendedores y compradores de los productos necesarios para el vivir cotidiano.  

Durante  más de cien años, la Plaza mantuvo la fisonomía de un baldío.

En 1803, una galería de dos alas unidas por un arco central que protegía a los vecinos de la lluvia y albergaba distintos comercios cruzó la antigua plaza de lado a lado por la mitad. Era la Recova. La Plaza Mayor, después de las Invasiones Inglesas, fue llamada de la Victoria. A pesar de la existencia de La Recova, la Plaza siempre fue considerada como una unidad y su  origen debe buscarse en las plazas mayores de las ciudades medievales, que fueron mercados, teatros, provisiones de agua y lugares de ejecuciones.

En 1884, la Plaza de la Victoria pasa a ser Plaza de Mayo, momento en el que Torcuato de Alvear derriba la Recova y unifica ambas plazas. Como señala Silvia Segal (op. cit.), la Plaza de Mayo fue el centro del poder. Allí convergieron,  además de la Catedral, el  Cabildo y el Fuerte, la Casa Rosada, la Municipalidad, las Cámaras y la Suprema Corte. O sea siempre fue el espacio de publicidad del poder político en conmemoraciones patrióticas, y lugar de expresión de muy diversos grupos que llegan ante las autoridades para cuestionarlas o presentar sus reclamos.

La Plaza de Mayo ha sido el ámbito del ritual patriótico y de puebladas y asambleas de vecinos que, después de Pavón, se convirtieron en manifestaciones públicas de protesta.

Es justamente esta fuerte carga simbólica de interpelación la que repele cualquier intento de utilizar dispositivos de control o disciplinantes como resultan ser las rejas.

La Plaza de Mayo es un lugar, en el sentido en que lo define Marc Augé para distinguirlo de un no lugar, que son aquellos lugares de transitoriedad que no tienen suficiente importancia para ser considerados como "lugares". El concepto de lugar alude a un lugar antropológico,  histórico o vital, o sea los espacios en los que nos relacionamos.

La intervención con el cerramiento de rejas que parten una unidad paisajística en dos,  se abrirán discrecionalmente en determinados momentos de la jornada, hará de la Plaza un lugar sin la configuración del espacio público, casi exclusivamente definido por el pasar de individuos. Lo que nos lleva a pensar en aquello que intentó la dictadura de 1976, al evitar que las que se llamarían con el tiempo Madres de Plaza de Mayo se reunieran: se las obligó a circular, creyendo, sin saberlo, que, de esa forma, convertirían su paso en un simple tránsito; la historia mostró lo contrario. En un ejercicio contrafáctico, de haber existido las rejas, de seguro que las Madresno hubieran podido hacer visible el accionar criminal de quienes se apropiaron, entonces,  del Gobierno, dando por tierra con derechos como el de la libre circulación. Descuento que la tenacidad y fortaleza de las Madres las hubiera llevado a encontrar otras modalidades. La elegida y que les valió ser llamadas Madres de la Plaza o, antes, Las Locas de la Plaza, va a resultar difícil de evocar con las rejas, sin los pañuelos pintados y repintados  para dar cuenta de la intervención de la comunidad y el paso del tiempo.

La Plaza que hemos conocido era un lugar antropológico, sede de identidades diversas puestas en contacto, de prácticas nuevas y viejas que se superponían, de signos materiales -los edificios, parte de los edificios, los elementos decorativos, las pinturas sobre el suelo- que nos interpelaban como significantes aportando sentidos al tránsito por ese espacio, y convirtiéndolo en trayecto. Era imposible atravesar La Plaza sin hacer la lectura de los significados que histórica y culturalmente, distintas generaciones de argentinos y argentinas le han adjudicado tanto individual como colectivamente. Lo que no significa que haya una única y unívoca manera de construir un relato, ya que nunca hay una sola interpretación para los hechos, así como nunca hay una única memoria. Se instala una, la que se impone desde el poder y que resulta hegemónica pero las otras subyacen debajo, como los significados que nos trae la etimología, hasta que disputan el relato legitimado, mostrando que el conflicto es la base de la construcción histórica, en tanto inherente a la condición humana.

Así pues este paisaje que es la Plaza de Mayo ?escrito y reescrito en sucesivas décadas dejando hitos de memoria, lugares de referencia y disparadores simbólicos que podemos reconocer cotidianamente no puede ser modificado por fuera de la participación de una comunidad que es la única que puede determinar la autenticidad de un patrimonio (Carta de Nara, 1994).

La Plaza de Mayo ha sido el centro de la vida política argentina desde siempre para la gran mayoría de la ciudadanía porteña: punto de arribo de tantas marchas reivindicatorias iniciadas en el Congreso, de fiestas patrias, de encuentros contestatarios de todos los colores políticos- de bombardeos sobre civiles inertes, de encendidos discursos políticos, de asunciones presidenciales, de funerales. Un balcón como escenario privilegiado para ver a una multitud que dialoga con su líder -el Gral. Perón o Evita-, o que saluda la temeraria invasión a las Malvinas por parte de la dictadura, o que celebra un Mundial de fútbol, o que es gaseada, perseguida, encarcelada por manifestarse contra el estado de sitio.

La Plaza de Mayo fue el lugar que construyeron los cabecitas negras en la irreverencia de meter las patas en la fuente, pero también la plaza convocada por un periodista en apoyo a un gobierno neoliberal, una plaza que fue, desde sus inicios, testigo de ajusticiamientos: los que no cesaron en el siglo XX, ya sea con los bombardeos del 55 ya con los luctuosos hechos de la violencia estatal nuevamente desatada en 2001.

 

Las intervenciones y la protección

 

Más allá de la protección que, en el marco de la Ley N° 12.665, le da a la Plaza su  declaratoria como lugar histórico nacional, lo que señala su integralidad como paisaje urbano cultural, existe una estricta normativa dentro de la Ciudad de Buenos Aires, encarnada en la ordenanza  N° 45517 de 1991, promulgada en 1992 y la Ley  N° 449.

La Plaza forma parte de la APH1, la ley la protege específicamente ya que, por ejemplo,  en el punto 4.1.2.2.1 se establece que ?sólo se permitirán trabajos de conservación y mantenimiento de los elementos preexistentes.

Además, agrega que todo proyecto modificatorio deberá contar con visado previo del Consejo y aprobada por ley, lo que no ha ocurrido.

Las especificidades a que hemos hecho referencia marcan desde las aceras y calzadas obligando a mantener las dimensiones actuales y la piedra original-, a las marquesinas, toldos y publicidad permitidos.

Respecto de la forestación, se exige la conservación, reposición y renovación de las especies vegetales existentes se hará atendiendo no sólo a razones paisajísticas sino también históricas y tradicionales. 

La intervención ha modificado el ancho de veredas, ha nivelado el solado de Balcarce con la explanada de la casa Rosada, ha eliminado los cordones de granito reemplazándolos por cemento, ha cambiado los pisos  colocando mosaico granítico no permitido. Han plantado una nueva hilera de árboles, arbustos y plantas ornamentales, mientras han desparecido piezas históricas, han colocado iluminación embutida en el piso, han sustituido el equipamiento existente por otros de diseño contemporáneo, han cambiado el mástil y removido las baldosas donde estaban impresos los pañuelos blancos que mostraban el lugar por donde, en forma incansable, las Madres han efectuado sus rondas semanales.

O sea, una intervención que, desde distintos puntos de vista irrespeta la norma y desconoce el estado del arte del patrimonio.

Como bien señala el arquitecto Bozzano (2018) el sector correspondiente a las rondas de las Madres nunca debió ser tocado porque hay que conservar la autenticidad de ese lugar y porque convertir esos pasos y huellas en mármol o bronce, es hacerles perder el sentido, porque lo importante es la no oficialización de esas protestas.

Aclara Sottile (op. cit.):

Las baldosas con los pañuelos pintados fueron de las primeras cosas removidas de la Plaza de Mayo.  La acción de las Madres, de organismos de Derechos Humanos, y de instituciones de la sociedad civil, lograron que dichas baldosas les fueran entregadas, ya que simbólica e históricamente les pertenecen.

Con lo que ipso facto dejaron de integrar el patrimonio evocado en la Plaza de Mayo para pasar a ser piezas de colección, desgajadas del contexto que les da sentido. Su reemplazo por intervenciones oficiales sin consulta con la comunidad, convierte a esta parte de la Plaza en un mausoleo cristalizado y sin capacidad de  interpelación.

La intervención que se ha verificado en la Plaza de Mayo y que culmina con la colocación de un enrejado que la fracciona, la divide, le provoca un hiato, una cesura es una operatoria de remoción de referencias culturales: se extirpan  marcas urbanas de resistencia, de lucha, de memoria, en síntesis, marcas políticas que un patrimonio en uso ofrece en el marco de la cotidianeidad y la habitabilidad, o sea, se pretende transformar un espacio público en un lugar controlado, una especie de museo que, a través de entradas y salidas vigiladas, y de horarios impuestos,  hace añicos toda relación dinámica con nuestro presente (Sottile, op. cit.). Valgan las comparaciones con los intentos del dictador Videla para remover del mármol de la fachada del Ministerio de Economía, las señales de los bombardeos

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La Comisión Nacional

 

La Plaza de Mayo fue declarada Lugar Histórico Nacional en 1942, o sea es  de los primeros bienes protegidos y, en virtud de la Ley N° 12.665, cualquier modificación requiere la aprobación de la CNMLBH.

El tratamiento del proyecto presentado por el Gobierno de la Ciudad en junio de 2016,  provocó la renuncia de dos destacados cultores del patrimonio: el arq. Marcelo Magadán y de la paisajista  Sonia Berjman, vocal y asesora de la CNMLBH respectivamente. Berjman  planteó que la Plaza debía ser restaurada pero no remodelada.

Lo paradójico es que, desde la CNMLBH,  han sostenido que el diseño debe respetar el modelo que tuvo, en 1894, cuando fue diseñada por el famoso arquitecto Carlos Thays, lo que no corresponde ya que, al existir un marco jurídico en la Ciudad fechado en 2000, la fotografía a respetar es la de entonces. A lo que debe agregarse que, de considerarse aquel diseño, no correspondería colocar las rejas como puede verse en las fotografías de la época.

 

Fabio Grementieri, vocal de la Comisión Nacional de Monumentos, explicó las razones de los cambios: "Analizamos el pedido consultando fotografías históricas, planos, analizamos el proyecto del gobierno de la Ciudad, hicimos sugerencias y en este momento se están concretando las modificaciones". Para los que criticaron, por ejemplo, el cambio de color de las baldosas, señaló que "está justificado desde el punto de vista histórico".

O sea, han sido rigurosos buscando el color de las baldosas originales de fines del siglo XIX – lo que no forma parte del imaginario actual de ninguno de los y las personas que usan la Plaza de Mayo como espacio público-, y se está permitiendo la colocación de un elemento tan disruptivo del paisaje urbano como las rejas que no estaban en el momento en que la Comisión fija la foto, lo que, como dije ut supra, se vuelve contrario a la Ley N° 449.

 

CONCLUSIONES

 

Como señala La Nación, las rejas reemplazarán a las antiguas vallas antidisturbios que eran removibles, estableciendo un perímetro enrejado que impedirá el acceso a Casa de Gobierno a partir de la mitad de la plaza, desde la Pirámide de Mayo, con extensión lateral sobre Yirigoyen y Rivadavia.

Un portón vigilado impedirá el acceso durante la noche y durante las manifestaciones. La Comisión Nacional de monumentos, de lugares y bienes históricos aclaró que lo acordado era

un vallado que podía retirarse.

En el mismo artículo puede leerse que a tono con la impronta de urbe globalizada que pretenden darle a la Ciudad el gobierno, cientos de luces LED iluminarán senderos y fuentes, predominará el blanco de las flamantes baldosas, y la superficie ampliada permitirá sumar espacios verdes, entre otras reformas que darán nueva fisonomía a la plaza más importante del país, lo que es una muestra cabal del incumplimiento de la ley y de la no consideración de la literatura que establece cómo debe ser la iluminación de un monumento histórico.

La Plaza de Mayo es uno de los más relevantes paisajes culturales urbanos de la Ciudad de Buenos Aires, que, como he señalado ut supra, cuenta con una estricta protección patrimonial que ha considerado el bien en su carácter de integralidad ya que comprende aspectos materiales, intangibles y ambientales.

 

La gran contradicción es que la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos  analizó las transformaciones que sufrió la Plaza y decidió recuperar el proyecto original con el color blanco original de los caminos, ya que el de color marrón se hizo en 1977. Criterio que impediría admitir el enrejado ya que no estaba en el corte de la Plaza en 1894.

Tampoco pueden admitirse en cumplimiento de lo establecido para la APH1.

O sea, aun discrepando con el criterio que busca en el pasado más remoto la configuración de un bien, independientemente de lo que resulta auténtico para la comunidad en que se emplaza, lo llamativo es que ese criterio no se hace valer para las rejas.

Quizás la frase de María Luz Vince: Esa plaza tiene impregnada en sus baldosas el sudor de los descamisados del 17 de octubre, tiene el humo de las explosiones del '55,  tiene marcadas las lágrimas de las madres de los desaparecidos, tiene la sangre de los que murieron en 2001? dé cuenta de la densidad de los valores en juego. 

 

Bibliografía

 

Bozzano, J. 2018. En: La Plaza de Mayo es de todos. Queremos y debemos ser informados. Buenos Aires. CPAU

Capano, M.  En: La Plaza de Mayo es de todos. Queremos y debemos ser informados. Buenos Aires. CPAU

Capano, M. y C. Sottile. 2011. Las dictaduras de la democracia. Ponencia presentada en el X Congreso de Antropología Social. Facultad de Filosofía y Letras. UBA. 

De Martino, E. 1977. La fine del mondo. Turín, Ckara Gallini

———————2000. La tierra del remordimiento. Barcelona, Belaterra.

———————2004. El mundo mágico. Libros de la Araucaria.

Giglia, A. 2012. El habitar y la cultura. México, SXXI.

Segal, S. 2006. La Plaza de Mayo. Una crónica. Buenos Aires, SXXI.

Sottile, C., La Plaza. En: Periódico VAS Nº 74,  3 de Mayo de 2017, CABA

————-No bombardeen Buenos Aires. En: Periódico VAS Nº 110, 28 de Marzo de 2018, CABA.

Virilio, P. 2006.  Ciudad pánico. Buenos Aires, Libros del Zorzal.    

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