Metrodelegados paran el viernes: piden la reapertura de las paritarias

16.8.2018

Los trabajadores de las seis líneas de subte y del Premetro anunciaron un cese de actividades de 14 a 15, con apertura de molinetes. Acusan que “el Gobierno de la Ciudad cerró abruptamente las paritarias en un 13% que, con la inflación de hoy día, no alcanza para nada”.

La Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro anunció nuevas medidas de fuerza para este viernes, a las que denominaron de “autodefensa debido a la intransigencia del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de no atender los reclamos por paritarias que vienen desde abril de este año”.

Las últimas acciones del sector habían sido en la última semana de julio, en forma rotativas en las diferentes líneas. Ahora las retomaron con un paro que consistirá en un cese de actividades en las seis líneas y en el Premetro desde las 13 a las 14,  con apertura de molinetes en las cabeceras de dos horas, una antes del paro (12 a 13)  y la subsiguiente (14 a 15).

Mediante un comunicado que lleva la firma del secretario general Roberto Pianelli y el secretario adjunto Néstor Segovia, el gremio de los Metrodelegados, recordó que “el Gobierno de la Ciudad cerró abruptamente las paritarias en un 13% que, con la inflación de hoy día, no alcanza para nada”. Reclaman luego la “reflexión a la Ciudad y a Metrovías sobre su actitud y responsabilidad en el presente conflicto y reiteramos nuestra mejor voluntad para sentarnos juntos a buscar una pronta solución”.

Cierran el anuncio pidiendo disculpas a los pasajeros, a los que les solicitan que “busquen medios de transporte alternativos”.

“Somos once familias y lo único que queremos es conservar nuestra fuente de trabajo”

15.8.2018

Por Jesús Cabral

Los trabajadores del bar Adela’s, en Villa del Parque, resisten dentro del local la posibilidad de ser desalojados después de que la empresa los dejara sin empleo ni indemnización. Quieren crear una cooperativa.

Once trabajadores permanecen en las instalaciones del bar Adela’s, ubicado en Cuenca 2775, en el barrio porteño de Villa del Parque. Lo hacen porque la patronal dejó de pagar los sueldos desde el 25 de julio. Piden una mesa de diálogo y negociación con el responsable del negocio, Pablo Heras, quien es miembro de las firmas Entre Amigos SRL y 5 Hispanos.

“Un día vinimos a las siete de la mañana y los vidrios del local estaban empapelados. Pudimos entrar porque un encargado tiene llaves. Cuando ingresamos vimos que no estaban los muebles, después nos dimos cuenta que los pusieron en el fondo. Nos ofrecen menos de la mitad de lo que nos corresponde como indemnización. Obvio, no aceptamos. Estamos pensando en formar una cooperativa de trabajo, porque no vemos otra solución al problema”, cuenta a Tiempo Diego Santillán, de 43 años, uno de los empleados.

Y continúa: “El bar ya cumplió diez años y yo trabajo hace tres. Ahora la patronal nos hizo una denuncia por usurpación, y tenemos que esperar lo que resuelve la Justicia. Nos vamos turnando para que el espacio no quede solo, los vecinos se muestran muy solidarios, como así también varias organizaciones sociales y partidos políticos. Somos once familias que de la noche a la mañana nos encontramos con esta terrible situación. Lo único que queremos es conservar nuestra fuente de trabajo, como corresponde. Ya fuimos a la Legislatura y la Defensoría, ahora solo nos queda esperar”.

Los trabajadores permanecen en las instalaciones del café en reclamo de los sueldos adeudados y de la continuidad de la fuente de trabajo. Este lunes realizaron una asamblea abierta y, además, cuentan con el apoyo del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER).

“Trabajo acá hace un año y medio. La situación se está tornando un poco complicada, porque llevamos más de dos semanas encerrados en este lugar. La gente del barrio nos acerca comida, por lo cual estamos muy agradecidos. Recuerdo que los primeros días dormíamos en los sillones tapados con los manteles, hasta que nos trajeron frazadas. Yo soy del interior del país y vine a Capital a probar suerte y de repente pasa esto”, asegura Mariano Montané, de 32 años, otro de los afectados.

Los trabajadores le piden que la Justicia evitar un desalojo violento. Y explican que la única solución que ven posible para remediar el problema es la recuperación de los puestos laborales. Exigen que la fiscal Lorena San Marco y a la jueza Fernanda Botana busquen una solución pacífica al conflicto y que se abra una mesa de diálogo.

FEPBA y TESBA: Una nueva evaluación para reforzar viejos prejuicios

15.8.2018

Por Ademys

Durante la semana del 13 al 17 de agosto en 3er año de escuelas de Enseñanza Media y del 27 al 31 de agosto en 7mo grado de las escuelas de Nivel Primario, el gobierno porteño pretende realizar otro operativo de evaluación externa y estandarizada. Se trata de las pruebas censales FEPBA (Primaria) y TESBA (Media). Un nuevo intento por medir “desde fuera” del propio sistema educativo; de evaluarlo con pretensiones “técnicas” para abonar una idea que ya conocemos: la responsabilidad de la crisis educativa, o del eventual bajo rendimiento del alumnado, es responsabilidad directa de la docencia y los propios alumnos. Mientras las escuelas literalmente se derrumban, se inundan y la crisis económica golpea a docentes y familias, el gobierno despliega un nuevo operativo millonario para medir defectuosamente lo que las y los docentes evaluamos a diario: el desempeño de las y los estudiantes. Cabe señalar que en esto no hay ingenuidad de su parte. La respuesta del gobierno ya es pública: avanzar en un esquema de “premios y castigos” en base al rendimiento y al “mérito”. Como ejemplo de esto, el oficialismo intenta imponer un salario diferenciado pagando un “plus” por título, aunque con o sin él, nuestro salario se mantiene por debajo de la línea de pobreza.

A su vez, mediante este tipo de evaluaciones se avanza en la injerencia externa sobre las instituciones educativas. Las evaluaciones de este año refuerzan la idea del y la docente como ejecutor de políticas pensadas desde fuera de la escuela, imponiendo materiales de lectura o cuestionarios de práctica-entrenamiento que llegaron a nuestras aulas de manera intempestiva, y poniendo en cuestión hasta la propia selección de contenidos por parte del docente.

 

Las encuestas del cinismo
 

Además de la evaluación propiamente dicha, que se basa casi exclusivamente en ejercicios de múltiple choice que no corregirá docente alguno, sino un escáner, las pruebas vienen acompañadas por una especie de encuesta “socioambiental” denominada “cuestionario para estudiantes. Allí se realizan preguntas a alumnos y alumnas que luego se cruzan con los resultados de desempeño. A los estudiantes se los insta a completar el cuestionario ya que, se afirma allí, le permite al gobierno “conocer la opinión de los chicos y chicas”. Sin embargo, lo que menos se hace es pedir su opinión. Sí, en cambio, se les pregunta si nacieron en Argentina u otro país, si son repitentes, o acerca del nivel de estudios de sus padres.
Además, hay preguntas que merecen leerse en relación con las políticas que el propio gobierno que realiza dicha encuesta está implementando. Por ejemplo, se les consulta a las y los alumnos: “en el lugar donde vivís, ¿hay alguna computadora o notebook?”. Cabe recordar que las y los alumnos que cursan 7mo grado en la actualidad han sido excluidos sin explicación alguna más allá de la lógica del ajuste, de la renovación tecnológica para que puedan acceder a nuevos equipos. Se pregunta luego
“¿Aproximadamente, cuántos libros hay en el lugar donde vivís?”, a la par que desde hace algunos años el propio gobierno ha privado a las y los estudiantes de los libros de literatura que se entregaban para su biblioteca personal.
El cuestionario se cierra con preguntas tales como si “me da igual si me va mal en las materias” o en cambio “cuando no entiendo algo, pregunto hasta poder entender”.
La utilidad de esta herramienta, lejos de relevar los problemas reales en cuanto a carencias materiales del alumnado para resolverlos, apunta a un entrecruzamiento que perfectamente servirá para reforzar prejuicios sociales acerca de los niveles de rendimiento por sector. A su vez, nada se hará para resolver esas carencias que quedarán expuestas en una grilla: no se enviarán más computadoras, ni más libros, ni se reforzarán los equipos de orientación con trabajadoras y trabajadores sociales que asistan a los y las alumnos que viven en la pobreza extrema, pobreza que va en aumento conforme se agrava la crisis que el propio gobierno alienta.

 

Rechacemos esta nueva evaluación externa
 

Las pruebas externas vienen tratando de imponerse minando la agenda educativa. A su vez, y más allá de la insistencia de los gobiernos, existe un amplio rechazo de la comunidad educativa, que se expresa en el bajo índice de respuesta en los distintos operativos que se impulsan desde los ministerios nacionales o locales. Desde Ademys, venimos militando activamente el rechazo a estas evaluaciones desde que se intentó instalarlas. Una vez más, invitamos a docentes y estudiantes a seguir rechazándolas. Llamamos a la comunidad educativa en su conjunto a no realizar estos exámenes, cuyo conocido objetivo es desprestigiar a la escuela pública para justificar su vaciamiento.

Después de seis días sin clases por falta de luz, la Comunidad Educativa del Krause dijo ¡Basta! y salió a la calle.

13.8.2018

La onda expansiva del crimen social de Moreno alcanzó a la centenaria Escuela Industrial de la Nación “Otto Krause”. 1900 estudiantes continuaron sin clases más de dos semanas después del final de las vacaciones de invierno.

Construido en 1909 y declarado Monumento Histórico Nacional en 1995, este edificio ocupa una manzana a 500 metros de la Casa Rosada. A pesar de haber sido restaurado entre 2008 y 2014, su estado actual es lamentable: una vez más, corrupción y negligencia se conjugan para poner en riesgo la salud de quienes transitamos por sus aulas.

Desde el 1° de agosto carece además de energía eléctrica en dos de sus tres fases, problema que inmediatamente conlleva la falta de agua en sus instalaciones. Las autoridades educativas de la Ciudad de Buenos Aires se desentienden como si esto ocurriera en otro país.

Continuar estudiando y enseñando bajo estas condiciones sería naturalizar esta negligencia inadmisible, pero prolongar la suspensión de actividades pedagógicas sin fecha convalida el vaciamiento terminal de la escuela pública.

Hoy el hartazgo y la bronca llegaron a un límite: decenas de alumnos, docentes y padres con la bandera del centro de estudiantes salimos este lunes a cortar con consignas y pancartas la Avenida Paseo Colón entre las 12 y las 13.30 horas.

Esta acción pareció “despertar” a las autoridades de la escuela para obtener -al menos- promesas de soluciones de emergencia para poder reanudar este martes las actividades.

La pasividad oficial parece envolver también a los representantes gremiales docentes. El gremio mayoritario en las escuelas técnicas, AMET, brilla por su ausencia a pesar de la gravedad de la situación. Los delegados de UDA y del sector celeste de UTE estuvieron en el corte pero no propusieron ninguna iniciativa que denuncie públicamente esta situación de vaciamiento.

Los estudiantes movilizados nos marcan el camino para no contemplar más como el ajuste de Vidal y Larreta en educación sigue recortando todos nuestros derechos y libertades. Tomar la iniciativa ya en cada escuela pública es la única manera de decir ¡Basta! a estos gobiernos y a sus cómplices burocráticos que sólo ofrecen esperar sin luchar.

Desde La Marrón, proponemos impulsar comisiones de estudiantes y docentes en cada escuela que releven las condiciones edilicias y que exijan soluciones inmediatas a las autoridades. Convocamos a las direcciones sindicales, en especial a la de UTE -principal sindicato docente en CABA-, a romper su pasividad y liderar estas iniciativas. El Centro de Estudiantes llama a continuar este martes con asamblea y un corte al mediodía por el conjunto de las deficiencias edilicias que persisten.

Las muertes de Sandra y Rubén no admiten mirar hacia otro lado.

Metrodelegados paralizaron la Línea H por la agresión a una trabajadora

11.8.2018

La Línea H del subte estuvo paralizada durante casi toda la jornada de ayer a raíz de una agresión que sufrió una empleada de parte de una pasajera. Los metrodelegados responsabilizaron por lo sucedido a la “desidia de la Ciudad”.

La interrupción del servicio de ese ramal comenzó pasadas las 13:00 y continuó hasta bien entrada la noche de ayer, con lo cual impactó fuertemente en el horario del regreso a los hogares a última hora de la tarde.

“Una trabajadora guarda de la Línea H fue golpeada en su puesto de trabajo por una pasajera. Sin condiciones mínimas de seguridad, el servicio fue interrumpido y la compañera tuvo que ser asistida en la ART”, denunció la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP).

La agresión se produjo en la estación Santa Fe de la línea que comunica los barrios porteños de Parque Patreicios y Recoleta.

“No es la primera vez que los trabajadores sufrimos agresiones cumpliendo con nuestras tareas, aun así ni el gobierno de la Ciudad ni la empresa SBASE, se ocupan de tomar medidas de seguridad acordes con un servicio de transporte por donde circulan a diario más de un millón de pasajeros”, se quejó el gremio que conducen los metrodelegados.

A su vez, indicaron que “las autoridades competentes (policía, seguridad de la empresa) no se hicieron presentes después del hecho, como tampoco se previenen otras situaciones que afectan a trabajadores y usuarios, como arrebatos y hacinamiento”.

“Ante la desidia del gobierno de la Ciudad y en resguardo de nuestra integridad física, los representantes del sindicato en la Linea H evaluaron que no había condiciones óptimas para continuar prestando el servicio durante la jornada”, finalizó la AGTSyP.

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