Rodríguez Larreta cierra 14 escuelas y deja sin trabajo a cientos de docentes

17.12.2018

El Ministerio de Educación e Innovación de la ciudad de Buenos Aires, a través de la resolución 4055-2018, publicada el jueves pasado en el Boletín Oficial, determinó el cierre de 14 escuelas comerciales, así como el de cursos en 9 liceos y bachilleratos nocturnos. Con esta resolución, Rodríguez Larreta deja sin trabajo a cientos de docentes y preceptores.

La comunidad educativa se encuentra en estado de alerta. Es que, tras la resolución 4055-2018, publicada en el Boletín Oficial el jueves pasado, el Ministerio de Educación e Innovación de la Ciudad de Buenos Aires dictaminó el cierre de 14 escuelas comerciales y de 9 liceos y bachilleratos nocturnos. Tras la decisión, perderán su empleo cientos de trabajadores y trabajadoras de la educación.

Luego de la aprobación de la UniCABA, que implica el cierre de los 29 profesorados porteños, Horacio Rodríguez Larreta y su equipo continúan cerrando centros educativos. El cierre de los bachilleratos nocturnos atenta contra el acceso a la educación de las y los trabajadores que no pueden acceder en horario matutino a clases. Frente a al cierre de los bachilleratos, desde la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) se declararon en estado de alerta.

A través de un comunicado manifestaron que“Este avance brutal contra la escuela pública se suma a las políticas de reducción sistemática del presupuesto educativo y desescolarización que recorre desde los jardines maternales hasta los profesorados e institutos de educación técnica y superior”. Y agregaron “Miles de estudiantes serían marginados del derecho a la educación y cientos de docentes perderían su trabajo de no darse marcha atrás con esta Resolución de ajuste educativo”.

También, desde el colectivo de trabajadores y trabajadoras de escuelas nocturnas de la Ciudad de Buenos Aires convocaron a una reunión para “definir un plan de lucha a los fines de resistir esta medida”. La cita será este lunes 17 de diciembre, desde las 19 horas, en el Colegio Nº 14 Juan José Paso (Valentín Gómez 3163, CABA).

Bregman presentó un duro informe sobre represión policial y judicial

15.12.2018

La diputada del PTS-FIT preside la Comisión sobre Violencia Institucional. El informe muestra el avance de la criminalización de la protesta y de la legitimación de la represión policial con intervención judicial.

Esta semana se presentó un informe desde la presidencia de la Comisión Especial de Seguimiento y Prevención de Violencia Institucional de la Legislatura de Ciudad de Buenos Aires, que este año estuvo a cargo de la diputada Myriam Bregman (PTS-FIT).

El informe da cuenta del “recrudecimiento de la criminalización de la protesta social y una profundización del avance en la legitimación de la represión policial con la intervención del Poder Judicial, tanto federal como de la Ciudad”.

La comisión está integrada por diputadas y diputados de distintos bloques y durante este año estuvo presidida por Bregman, abogada y referente del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH).

Desde la presidencia, Bregman abrió esta comisión a organismos de derechos humanos y organizaciones sociales, gremiales y políticas. Además de recabar denuncias sobre la violencia ejercida por las fuerzas represivas contra los sectores populares y acompañar sus reclamos con la movilización, se reúne periódicamente para amplificar sus testimonios. Además del Ceprodh que conforma Bregman, cuyos integrantes colaboraron con este informe, participaron de estas reuniones Nora Cortiñas, referentes del CELS, Correpi, APDH, Liberpueblo, APEL, La Poderosa, CTEP, trabajadores de prensa, trabajadores senegaleses, del Astillero Río Santiago, docentes, del Subte, además de diputados nacionales y porteños de distintos bloques y estudiantes, entre otros sectores que se detallan en el informe.

La Comisión se encarga de recabar denuncias sobre la violencia ejercida por las fuerzas represivas contra los sectores populares y acompañar sus reclamos con la movilización, y además se reúne periódicamente para amplificar sus testimonios.

 

Trabajadores, juventud y sectores populares en la mira

 

En el informe, que se puede leer completo al final de esta nota, se describen las situaciones de persecución a la juventud en los barrios y las escuelas, a los manifestantes, a la oposición, a trabajadores y a migrantes senegaleses, entre otros, señalando todas las arbitrariedades a las que son sometidos por la acción conjunta de las fuerzas de seguridad que actúan en la Ciudad de Buenos Aires, el Poder Ejecutivo Nacional, el porteño y sectores del Poder Judicial tanto federal como local.

El texto señala que “ha habido durante 2017 y 2018 un aumento en la criminalización de la protesta y la pobreza, con métodos que a todas luces no solo son cada vez más violentos, sino también ilegales”, describiendo minuciosamente el modus operandi represivo que llevan adelante.

Para dar cuenta de este salto represivo se refiere con detalle a las marchas por Santiago Maldonado, el 8 de Marzo, las jornadas de diciembre de 2017 contra la reforma previsional, las protestas contra el Presupuesto 2019 y las marchas contra el G20 y la UniCABA, entre otras, de las que resultaron varios detenidos con causas armadas y heridos.

También se menciona el intento de avanzar en reglamentaciones y reformas para endurecer y “empoderar” el accionar de las fuerzas represivas, como es el caso de la Resolución 956/2018 emitida recientemente por Patricia Bullrich.

La diputada Myriam Bregman señaló que se ofrece este informe, “producto de un año de trabajo, para ser tenido en cuenta por todos los diputados y diputadas de la Ciudad. Constatamos un agravamiento de la situación represiva y advertimos que esta se profundizará aún más en los años venideros a causa del ajuste del Gobierno y el FMI. Esta comisión seguirá en pie para recibir denuncias y tomar medidas para defender las libertades democráticas y la movilización en defensa de esos derechos”.

 

Villa 31: vidas precarias despreciadas por todos los gobiernos

15.12.2018

Por Mirta Pacheco y Celeste Vázquez

Es una de las villas más antiguas y más grandes del país. Sus comienzos datan de 1930. Hablan Alex y Alejandro, dos jóvenes que nacieron y vivieron toda su vida allí.

A principios de 1930, familias de trabajadores portuarios y ferroviarios despedidos construyeron una serie de casas muy precarias en una zona que iba entre la Estación de Retiro y Puerto Nuevo. Ese asentamiento fue conocido con varios nombres “Villa Desocupación”, “Villa Esperanza” o “Barrio de los inmigrantes”, porque la mayoría de ellos eran inmigrantes europeos. Pero fue recién a partir de los años 40 que comenzó a adquirir parte de la fisonomía con la que la conocemos ahora.

Hoy, esa zona es conocida como “Villa 31”. Según el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en esos terrenos, de 32 hectáreas, vivían, en el 2016, 43 mil personas en 10 mil viviendas. Pero el número de habitantes año a año se incrementa, en consonancia con el aumento de la carestía de la vida.

Alquiler y tarifazos impagables, trabajo en negro, sueldos bajos, y desocupación son el combo explosivo que hace que hoy, según datos del Gobierno nacional, dados a conocer a través del Relevamiento Nacional de Barrios Populares (RENABAP) en todo el país haya 4.400 denominados “barrios populares” que no son otra cosa que villas o asentamientos, donde viven aproximadamente 3,5 millones de personas, de los cuales el 56 % son niños y jóvenes.

De esos 4.400, más de la mitad surgieron en la década de los 90 y casi 1/4 de ellos son posteriores a 2010. Una revelación de que durante los gobiernos kirchneristas el problema habitacional nunca se solucionó y bajo el macrismo, se agravó.

Ambos gobiernos, en 2010, fueron los responsables del asesinato de tres personas cuando en diciembre del 2010, la Policía Federal -a cargo del Estado de la Nación-, y la Metropolitana -a cargo del Gobierno de la ciudad, cuando Mauricio Macri era Jefe de Gobierno-, desalojaron con una brutal represión una toma de tierras en el Parque Indoamericano.

 

Para millones de jóvenes: vida y trabajo precarios

 

Alex y Alejandro tienen muchas cosas en común. Viven en la Villa 31 desde que nacieron, hace 30 años, y tienen trabajos precarios con sueldos muy bajos.

Las villas terminan siendo el lugar donde un sector importante de la población (jóvenes precarizados, trabajadores inmigrantes, mujeres que crían a su niños solas) termina viviendo, por los bajos ingresos con los que cuentan.

Mientras que el alquiler de una pieza en la villa va de los 2.000 a los 5.000 pesos, un alquiler de un departamento de tres ambientes en Puerto Madero ronda los 2.800 dólares Y el metro cuadrado, promedio, llega a los 8.000 dólares. Una diferencia abismal a cuadras de distancia.

Estos datos revelan que el derecho a acceder a una vivienda digna es un derecho constantemente vulnerado y no desde los últimos tiempos.

Alejandro cuenta: “Toda mi vida viví acá en la Villa. Trabajo en una empresa tercerizada, para Supermercados Coto. Los trabajos que tengo no son de un sueldo con el que podría alquilar afuera de la villa. Acá la mayoría de la gente trabaja en seguridad, limpieza y la construcción. Esos sueldos no son buenos y además son trabajo en negro."

"Mis padres son de Jujuy, de Calilegua. Vino primero mi papá, que después trajo a mi vieja y mis hermanos en busca de una vida mejor. Se fueron a vivir cerca de La Salada, pero esa zona se inundaba, así que vinieron para acá. Sobre un terreno pelado con mucho trabajo mi viejo construyo la casa”, agrega.

Alex, que es empleado en un comercio y estudia en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA, tiene a su papá que estaba buscando un terreno en Ezpeleta para vivir. “Se enteró que estaban dando tierras en Retiro, vino y se quedó. Eran todas casas de chapas, la luz la pusieron los vecinos, el agua y las cloacas también. Después, a lo largo de los años recién tuvo alguna injerencia el Estado, pero fue poca o nula”, recuerda.

 

La construcción de la villa

 

El esfuerzo y la solidaridad entre familias fueron la clave para poder construir las casas.

En la gran mayoría de las villas no hay servicios básicos indispensables. No hay agua corriente, tendidos eléctricos con un medidor domiciliario, ni red cloacal. Y las familias no tienen el título de propiedad de las casas, a pesar de haberlas hecho con sus propias manos hace más de 30 o 40 años.

Sobre la infraestructura de la villa, Alejandro dice que “hay cloacas, red de gas no hay, hay garrafas. Y luz que se corta sobre todo en invierno. El tendido eléctrico al principio lo hicieron los vecinos. Un vecino decía: ´yo necesito y vos sabés. O te pago con plata o te pago con un favor´ y así se fue haciendo".

Alex también afirma que el avance fue gracias a ellos. “El piso de la manzana y la cuadra de mi casa lo hicimos nosotros, las cloacas lo mismo. No es que vino el Estado y lo hizo".

"Hace 10 años recién que la parte pluvial empezaron a reconstruirla y la hicieron nueva, ahí sí, rompieron todo lo que hicimos, pusieron el cemento arriba y quedó ahí. Después, hace unos 5 años más o menos, volvieron a romper otra vez para poner los caños de agua y el medidor, que encima nunca pusieron. La luz en mi casa la puse yo, tenía 18 años, le pagué a un muchacho para que se subiera al poste porque yo no me animaba, pero como muchos vecinos, yo mismo lo tuve que hacer”, nos sigue contando.

 

Salud y educación públicas inaccesibles

 

En las villas por lo general es muy difícil que las ambulancias ingresen, y cuando llueve en la mayoría de ellas es imposible caminar. Así, la vida de mujeres embarazadas, niños y adultos enfermos o personas con discapacidad queda en las manos, otra vez, de la solidaridad.

“Acá las ambulancias tardan mucho en llegar. Yo tengo una sobrina que tuvo su hijo en la casa porque la ambulancia nunca entró. Por suerte la mamá era enfermera”, ejemplifica Alex.

En la mayoría de las villas no hay escuelas, ni jardines maternales. Miles de niñas y niños tienen que levantarse horas antes (y vuelven horas después) que el resto para poder tener el derecho de estudiar.

“Al principio el gobierno puso micros para los chicos, pero de a poquito empezaron a recortar los micros. De los 20 o 30 micros que había, los recortaron a la mitad. Entonces las familias tienen que hacerse cargo de llevar a los chicos a las escuelas”, comenta Alex.

 

Discriminación

 

Parte de la realidad de los habitantes de las villas es la discriminación que sufren por el lugar donde viven. Si sos joven, usas gorrita (o no), sos morocho y encima vivís en una villa, sos número puesto para que los prejuicios racistas y xenófobos recaigan sobre vos.

Alejandro recuerda que “cuando mis hermanas mayores fueron a la escuela, mi vieja fue a anotarlas y le dijeron: ’ah no, pero usted vive en la Villa 31 no la podemos anotar acá’. Y era una escuela pública.”.

Alex fue a la primaria en los ’90. “Éramos 3 o 4 de todo el barrio que íbamos a ese colegio, me los cruzaba en la feria y era decir: ´¡ah! ¿Vivís acá?´ Y era abrazarte porque tenías un par”, sonríe mientras trae a su memoria ese recuerdo de su infancia.

A la hora de buscar trabajo, les pasa lo mismo. “Mi hermano se partió el lomo estudiando, pero para buscar laburo tuvo que cambiar de dirección. Sino, solo te toman para limpieza, construcción. Ahí no importa si decís que vivís en la villa”, dice Alejandro.

 

Urbanización de la villa

 

A Alejandro se le desprende una sonrisa entre burlona y escéptica cuando le preguntamos sobre el proyecto de urbanización de la villa. “El tema de la urbanización se habló toda la vida. Desde el año 95/96 se hacían reuniones acá, en lo de alguien que era el único que vendía materiales y ¡oh casualidad!, ahora trabaja para el PRO. Después quedó en la nada, pasó el 2001, se volvió a reflotar pero nunca en forma seria".

Alex continúa en la misma línea que su amigo, “recién ahora el PRO está queriendo hacer algo, pero de forma inconsulta. Fui a una de las reuniones porque un vecino me invitó, hablaron de un dictamen que ya estaba hecho. Se tenían que votar delegados, pero no se votó este año, para que pudiera salir el dictamen sin ningún problema”.

Alejandro agrega que “te ofrecían plata para que te compres un terrenito en el conurbano, pero si lo pensás no te conviene. Con el tipo de sueldo que yo tengo, me conviene más quedarme en capital que vivir en provincia”.

 

Titularización de las casas: negocio inmobiliario

 

Alex asegura que “te prometen una titularidad, pero es un negocio, se supone que por unos metros cuadrados que vos tenes hay un monto máximo que lo calculan en dólares y eso lo pagas en cuotas. Pero ese crédito o esa hipoteca que vos tenés con el banco, la puede comprar un privado".

"A través de la supuesta titularización, ya que no pueden pasar con las topadoras por todos lados, es una vía para que el mercado compre esas hipotecas. Porque estos son los terrenos de la ciudad más codiciados por el mercado inmobiliario”, nos sigue contando.

La política del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta llamada de "reurbanización", es en verdad un proceso de expulsión de habitantes de la villa 31 y 31 bis. El 11 de octubre de este año, con una legislatura vallada (como acostumbra a hacer el macrismo cuando pretende votar leyes que atentan contra el pueblo trabajador) y la Policía custodiándola, gracias al Bloque Peronista, la Coalición Cívica y el Partido Socialista (o socialata), el PRO logró, en primera lectura, la aprobación del proyecto de ley 2.736, resistida por los vecinos de la villa.

El 13 de diciembre, nuevamente con la Legislatura vallada y mucha Policía, se aprobó finalmente. Otra vez los vecinos de la 31, se movilizaron para repudiar esta ley. En la sesión salió a la luz que el funcionario macrista, Diego Fernández, -Secretario de Integración Social y Urbana-, amenazó a habitantes de la villa que se oponen a esta ley.

Entre otras cosas, le cede terrenos al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ¡por 100 años! Para ello buscan expulsar a los vecinos de sus viviendas. Uno de los artículos de esta ley hecha a medida del gran negocio inmobiliario, deja la puerta abierta para que las viviendas ya no sean consideradas “únicas y permanentes”.

En esa oportunidad, el legislador -con mandato cumplido- Patricio Del Corro, del PTS/FIT, denunció el verdadero objetivo gubernamental: "estamos hablando de un plan para expulsar a gran parte de los vecinos, de un plan para favorecer los negocios inmobiliarios de unos pocos y de un plan que solo se va a poder sostener con mayor represión". (…)”

Esta política de expulsión de los habitantes de una zona no es algo que pasa solo en la zona de Retiro. Otro caso es el barrio de La Boca, donde se han incrementado en los últimos tiempos la cantidad de desalojos. Este proceso de reconfiguración del barrio fue calificado por Agustín Teritoriale, del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad, como “renovación habitacional” y consiste en la “expulsión de los habitantes históricos del barrio y su reemplazo por habitantes de otra condición socio-económica. Parece que los desalojos no son una casualidad”.

Es una política, impulsada desde el Estado, de llevar adelante un proceso de gentrificación, como sucede en las grandes urbes, donde la población originaria es desplazada por otra que tiene mayor poder adquisitivo.

Pero como nos dijo Alejandro en un momento de la charla: “ni la dictadura militar pudo sacar a los vecinos de acá, estos no van a poder”.

 

Soluciones de fondo

 

Son necesarias soluciones más de fondo. Porque sin ellas, por ejemplo, en el área metropolitana de Buenos Aires seguirán habiendo más 2 millones de habitantes, viviendo hacinados en 64 km2 (el tamaño de 1/3 de la Ciudad de Buenos Aires), mientras que en el otro extremo de la sociedad, los countries y barrios privados equivalen a dos Buenos Aires -400 km2-. Pero solo viven allí, 300 mil personas.

Porque mientras millones seguirán sufriendo el hacinamiento, unos pocos concentran para sí terrenos y viviendas ociosas, como por ejemplo la Iglesia Católica (que posee el mayor patrimonio privado del país). Expropiar esas viviendas para que los sin techo, o que viven precariamente, tengan una vivienda digna, sería un acto de "justicia" terrenal.

Pero con expropiar las grandes viviendas de instituciones reaccionarias como la Iglesia Católica no alcanza. Por eso es necesario que exista un plan de obras públicas pensado en función de las necesidades de la población y que contemple atacar los problemas habitacionales de los sectores trabajadores y más pobres y no que esté pensado en función de los negociados inmobiliarios.

Por esa razón, y para que no termine enriqueciendo los bolsillos de los empresarios de la obra pública, como la familia presidencial, ni de políticos corruptos, dicha planificación debe ser ejecutada y controlada por los trabajadores y especialistas en el tema.

Los políticos tradicionales nos hablarán de adquirir mayor deuda o de implementar la Propiedad Participativa Privada (PPP), como quiere hacer ahora el gobierno y que esa es la única manera de obtener fondos para las obras públicas (que siempre son negociados y corrupción entre empresarios y funcionarios estatales).

Ese plan podría solventarse con el cobro de impuestos a las grandes fortunas y el no pago de la usuraria y fraudulenta deuda externa.

Para los capitalistas, la vivienda es solo una mercancía más, para las grandes mayorías es un derecho elemental que hay que conquistar.

Una votación con los trapitos a la sombra

14.12.2018

Castigo a cuida coches, limpiavidrios y ruidos molestos

Por Nicolás Romero

Las modificaciones al Código Contravencional fueron aprobadas por la mayoría del oficialismo. Habrá multas y sanciones. Las críticas señalan las facultades discrecionales con que podrá intervenir la policía.

 

Con la Legislatura nuevamente vallada, en la última sesión ordinaria del año, el oficialismo aprobó modificaciones al Código Contravencional que, entre otras cosas, penalizará a cuida coches y limpiavidrios, con la aplicación de multas económicas y días de trabajo de utilidad pública, aumentará las facultades discrecionales de la policía en el espacio público, por ejemplo, para determinar qué es un ruido molesto, por el que habrá sanciones y multas, que alcanzarán también a quienes fijen carteles o afiches en lugares no habilitados. Aunque hubo artículos del proyecto que fueron acompañados por legisladores de la oposición, en general, el arco opositor coincidió en calificar el nuevo articulado como punitivista y regresivo. En ese sentido, el legislador Leandro Santoro de Unidad Ciudadana, sostuvo que “es difícil separar” este Código de la decisión del gobierno de “construir un enemigo interno” y que lo que hay detrás “es la criminalización del trabajo informal en la vía pública de gente que subsiste” en un contexto de crisis económica “que expulsa día a día a compatriotas a la pobreza”.

El proyecto aprobado en general con 40 votos a favor (Vamos Juntos, Evolución y Mejor Ciudad) y 20 en contra (Gen, Unidad Ciudadana, Bloque Peronista, Socialismo, FIT, AyL) había obtenido un despacho de mayoría en la Comisión de Justicia de la Legislatura porteña la semana pasada. Sin embargo, el texto de la ley fue sufriendo modificaciones hasta último momento. Los puntos más ríspidos tenían que ver con la sanción a los trapitos, la inclusión de la figura de los limpiavidrios –que no existía– y la posibilidad de que las denuncias por contravenciones sean anónimas. Este último punto fue descartado durante la votación en el recinto.

La transversalidad de la ley quedó reflejada en la votación en particular, en la que el bloque del Socialismo apoyó los artículos referidos a los trapitos, al punto de sostener que el 80 por ciento de la redacción eran de su autoría y que el macrismo los acompañaba a ellos y no al revés, mientras que los oficialistas de la Coalición Cívica los rechazaron.

Los artículos en cuestión fueron el 6 y el 7, que en su redacción final establecen que se sancionará a quienes ofrezcan o presten sin autorización legal (que el gobierno no provee) servicios de “estacionamiento, cuidado de coches o limpieza de vidrios” con uno a dos días de utilidad pública o multa de cincuenta a trescientas unidades fijas (17,85 pesos cada unidad). Además, “el magistrado interviniente informará al contraventor/a de los programas de asistencia previstos en el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat u organismo que en el futuro lo reemplace. Cuando la conducta está basada en la desigualdad de género la pena se elevará al doble”. Las sanciones se aplicarán también cuando se prestan esos servicios “en los alrededores de los grandes parques durante los fines de semana o dentro de un radio de hasta treinta (30) cuadras del lugar donde esté programado un evento masivo de carácter deportivo o artístico, desde las tres (3) horas antes de su inicio y hasta (2) dos horas posterior a su finalización”.

La legisladora Andrea Conde (UC) sostuvo que el proyecto “no es más que la constatación del fracaso de las políticas públicas de un gobierno que excluye y margina, que deja al límite de la subsistencia a muchos de sus habitantes”.

En tanto la integrante del BP María Rosa Muiños dijo que con esta norma “cualquier persona que colabore con el estacionamiento del vehículo de otro, aún a título gratuito es pasible de ser contraventor”, y advirtió que “la actividad de limpiavidrios actualmente no representa infracción alguna. El argumento dado en comisión fue que esta actividad es utilizada como fachada para la comisión de delitos violentos contra la propiedad. Se olvida que a los jubilados por ejemplo, se les cometen delitos violentos contra la propiedad mediante el engaño de ser empleados de empresas de servicios públicos como el gas y la luz, pero no se prohíbe la actividad de gasistas o electricistas matriculados a domicilio”.

La oposición también señaló que el gobierno nunca quiso regular la actividad sino prohibirla, y recordaron el veto de Mauricio Macri en 2011, cuando era Jefe de gobierno, al Registro de Cuidadores de Vehículos sancionado por la Legislatura.

De acuerdo al nuevo Código, también serán sancionados quienes produzcan ruidos molestos que “por su volumen, reiteración o persistencia excedan la normal tolerancia” con “uno (1) a cinco (5) días de trabajo de utilidad pública o multa de cincuenta (50) a cien (100) unidades fijas”. Y “cuando el origen de los ruidos provengan de la vía pública con excepción de las manifestaciones artístico-culturales a la gorra” la sanción será de dos (2) a diez (10) días de trabajo de utilidad pública, multa de cincuenta (50) a doscientas (200) unidades fijas o arresto de uno (1) a cinco (5) días”. Pero, según criticó la oposición, será la facultad discrecional de la policía la que determinará cuáles son los niveles de ruido aceptables en la vía pública.

Mayor respaldo legislativo tuvieron las sanciones para las acciones de “intimidación”, “maltrato” y “acoso sexual” en lugares públicos o espacios privados de acceso público. Respecto del acoso, que puede ser penado con hasta 5 días de arresto, se duplicará cuando la víctima sea menor de 18 años, mayor de 70 años o se trate de una persona con discapacidad.

También se incorporan penas para la difusión de imágenes íntimas, el hostigamiento digital y la suplantación de identidad a través de medios electrónicos.

El Defensor Adjunto de la Ciudad, Luis Duacastella, advirtió que con la reforma del Código Contravencional “se pretende instalar mecanismos autónomos de control social en manos de la policía” y destacó que “llevará a la criminalización de colectivos y comunidades en situación de clara vulnerabilidad”.

Masiva protesta contra la “urbanización” de la Villa 31 y el Código Contravencional

14.12.2018

Bajo una lluvia torrencial y rodeados de un operativo de seguridad, manifestantes denunciaron que las nuevas normas en la Ciudad penalizarán trabajadores y desocupados. Además repudiaron los negociados inmobiliarios en el ámbito de CABA.

Docentes, cooperativistas, vendedores ambulantes, artistas callejeros, motoqueros, desocupados y vecinos de la Villa 31 coincidieron en protestar contra las medidas que impone el macrismo y sus aliados en la Legislatura porteña.

Bajo una copiosa lluvia, los manifestantes hicieron un acto para dar a conocer los puntos que los diputados de Cambiemos prefieren imponer normas represivas en la última sesión del año, junto a los votos de sus aliados Evolución (Martín Lousteau/UCR), PRO, Confianza Pública y Partido Socialista.

Fueron custodiados por un excesivo operativo de seguridad, montado por la Policia de la Ciudad, en cual superó las inmediaciones del edificio de la Legislatura, llegando hasta la Plaza de Mayo.

La Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), vecinos de la Villa 31 y del Movimiento Barrios de Pie, fueron las organizaciones que se manifestaron. “¡La villa 31 no está en venta! Es nuestra y no se la vamos a entregar a Horacio Larreta”, dijo Mirtha, una vecina que integra la Mesa Participativa del barrio de Retiro.

Al mismo tiempo Asociación Sindical de Motociclistas Mensajeros y Servicios (ASiMM), hacían su propia protesta en la esquina de la avenida Perú y Diagonal Julio A. Roca, en demanda de una “normalización de la actividad” y contra los despidos en el sector.

 

HOMENAJE A UNA DOCENTE

 

Los diputados opositores sostuvieron durante la sesión un cartel en sus bancas para recordarle al oficialismo de la Legislatura como la aprobación de la UniCABA impactó negativamente afectando a una de las luchadoras en defensa de los profesorados. “Débora Kozak presente”, sostuvieron ante el inesperado fallecimiento de la rectora del Normal 1.

“Vamos a continuar la lucha de manera inclaudicable. No importa el tiempo que lleve. Eso es lo que nos hace invencibles”, señaló la legisladora de Unidad Ciudadana, Paula Penacca. 

En el recinto se realizó un minuto de silencio tras aprobación Proyecto de Declaración por el fallecimiento de Débora Kozak, la luchadora en defensa de la educación pública y columnista de INFOnews.

Los docentes también se movilizaron bajo la lluvia con una radio abierta donde denunciaron la política de ajuste a la educación del Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, convocado por la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), CTERA y CTA.

La protesta docente denunció la falta de vacantes, se pronunció contra la UniCABA y la Secundaria del Futuro, la falta de Presupuesto Educativo, las paritarias que no cubren las necesidades básicas.

Reclamaron que se deje de trasladar y vender instituciones educativas, como la Escuela de Cerámica de Almagro, el Instituto Romero Brest y las Escuelas Medias del CENARD.

Contra la política de cierre de los Institutos de Formación Técnica Superior, el lactario del hospital Ramos Mejía y para que la Escuela de Enseñanza Artística Rogelio Yrurtia siga ocupando su espacio como lo viene haciendo históricamente.

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