La causa Lucas Cabello y los años del bambú

21.8.2019

Por Gabriela Carpineti*

"1.382 días de aquel lunes de calor, en el que un tal Macri, que esperaba el ballotage para convertirse en presidente y Vidal ya electa gobernadora, defendían la actuación del agente de la Policía Metropolitana que había fusilado a Lucas Cabello en la puerta del Complejo Habitacional transitorio del IVC en el barrio de La Boca". 

 

I

1.382 días viviremos desde el 12 de Noviembre de 2015 al 22 de Agosto de este año.

1.382 días de aquel lunes de calor, en el que un tal Macri, que esperaba el ballotage para convertirse en presidente y Vidal ya electa gobernadora, defendían la actuación del agente de la Policía Metropolitana que había fusilado a Lucas Cabello en la puerta del Complejo Habitacional transitorio del IVC en el barrio de La Boca.

Macri era aún jefe de gobierno, Vidal su vice, y Montenegro- actual candidato a intendente en Mar del Plata- su ministro de Seguridad. Lucas agonizaba en el Hospital Argerich, y por más de 72hs, la tele, las radios, algunos grupos y políticos de la ciudad y del barrio, se debatían qué había pasado. Si Lucas era culpable o inocente, si había sido un "problema de género" o si al policía se le había ido la mano. A contrarreloj, como casi siempre, la familia de Lucas, los vecinos y vecinas, la Campaña contra la Violencia Institucional, la UTE, Agencia Paco Urondo, La Garganta Poderosa, La Boca Resiste y Propone, Boca es Pueblo, entre muchos otros compañeros fundamentales, logramos montar un súper aparato jurídico y comunicacional con capacidad de ocupar las calles de la Boca durante varios días seguidos, los pasillos del Argerich, del Juzgado, y de algún que otro canal de televisión y logramos desarmar la versión policial, que casi siempre es la oficial.

Lucas era inocente. El Policía, un procesado y con prisión preventiva. A fin de ese año Lucas ya empezaba a despertar. Macri ya era presidente. Lucas no movía sus extremidades. Pero entendía todo. Todo. Tanto, que nos tranquilizó a los demás. La marcha seria larga.

 

II

Quisiera que alguien me escuche, nos grabe, nos abrace, y escriba un libro sobre esta historia. Resoluciones judiciales, excarcelaciones, victorias en Cámaras de Apelaciones y Casación, internaciones, recaídas, más internaciones, detenciones, mudanzas, la casa propia, amparos, sillas de ruedas, paternidad. Maternidad. Pobreza, juventud. Exclusión. Solidaridad. Organización Popular. Cuadriplejia. Una hija.

La madre y la hermana. El padre que volvió. El botón de pánico que nunca existió. Trapito. Cancha de Boca. Cuidar el coche de otro. Un pan. Y el vaso de agua con mil pastillas. Calmar el dolor. River. San Lorenzo. Sufrir por amor. Todos los cupos Todos: joven, excluido y género. Jefa de Hogar. Sobrevivir del pánico.

 

III

No sé si el macrismo, los traumas, las desgracias, la yuta y el Poder Judicial o qué mierda, nos graduó en ser "resilentes" estos 1.382 días, casi cuatro años. Pero así hermanados quedamos con Lucas Cabello y Carolina Vila a pocos días de empezar el juicio oral y público. Yo prefiero mirarnos como el Bambú. La profundidad espiritual para atravesar las derrotas, las adversidades, te regalan lo más preciado: mística y sabiduría. Flexibilidad para sopesar los vaivenes, y firmeza de raíz para sostenerse y elevarse. La sabiduría del Bambú. Se prepara años para convertirse en la planta de más rápido crecimiento del reino vegetal. En siete años acondiciona sus raíces, crece internamente y, cuando se siente listo, emana, se eleva y nada puede detenerlo. Nunca se quiebra. Porque es humilde y agradecido. No escatima cualidades, ofrece a todos, a cambio de nada, apoyo material y espiritual. No lo hace solo. Se apoya en el grupo. En los bosques del Bambú, cada planta cuida a la otra.

 

IV

Dos veces nos suspendieron el Juicio oral. La tercera es la vencida. Este jueves, el mismo día que se cumplen 47 años de la Masacre de Trelew, Lucas Cabello, el fusilado que sobrevivió se sentará en la silla de la querella. Como Horacio Mayorga, el militar que declaró en la misma base Almirante Zar hace más de cuatro décadas que “No es necesario explicar nada. Debemos dejar de lado estúpidas discusiones que la Armada no tiene que esforzarse en explicar. Lo hecho bien hecho está. Se hizo lo que se tenía que hacer. No hay que disculparse porque no hay culpa. La muerte está en el plan de Dios no para castigo sino para la reflexión de muchos”, lo que siguió en la Argentina a ese fatídico noviembre de 2015, es conocido y no hace falta ya tanta explicación militante. Tuvimos mucho miedo estos años. Algunos pusimos el cuerpo fuerte y estamos más cansados que otros en tiempos de campaña. Pero también, hoy, más contentos.

Porque el pueblo, como Lucas y el Bambu, nos ayudan a resituar la esperanza. A ponerla en su lugar. A encontrarla. A estar menos especulativos o cagados de que si uno hace tal cosa o rompe el silencio o grita verdades incómodas: “se van a enojar los mercados, el juez, el jefe". Para reducir los daños, hay que reformular el futuro.

De Lucas y Carolina, aprendí a no regocijarse en el chantaje victimologico. Ni de víctimas ni de victimarios. Porque es esa en definitiva la trampa del capital. En esa cajita infeliz nos prefiere. Anularte el deseo, al mismo tiempo que todo el día te lo estimula. Con la sabiduría amarrada a las convicciones de siempre, vamos suturando una etapa. Abriendo otra. Con la fe en que Lucas y Dios, siempre poderosos, van a volver a caminar el sendero de la justicia perdida en nuestra Patria. Nos vemos este jueves en Tribunales.

*Abogada familia de Lucas Cabello.

La policía de Cambiemos, con las manos libres: una muerte cada 21 horas

20.8.2019

El ataque de un policía de la Ciudad a un hombre indefenso, que le provocó la muerte, no es un hecho aislado. La “doctrina Chocobar”, las víctimas de la fuerza porteña y el antecedente del caso Cabello, que llega a juicio este jueves.

“Estaba desarmado, indefenso y lo mato la policía por ‘obstaculizar el tránsito’”, describió la diputada Victoria Montenegro, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura porteña, lo que prueban las imágenes de una cámara de seguridad. Un efectivo de la Policía de la Ciudad mató de una patada a Jorge Gómez, de 41 años. “No es un hecho aislado, es falta de control político. No me extrañaría que salgan a justificarlo desde el gobierno”, agregó Montenegro.

Si bien el informe policial sostiene que Gómez, que no estaba en sus cabales, tenía un arma blanca, y que le dieron la voz de lato varias veces, las imágenes no dejan lugar a dudas: el hombre estaba rodeado por varios uniformados y podría haber sido reducido sin recurrir a semejante grado de violencia, que al cabo le produjo la muerte. La autopsia dirá si el infarto se debió a la patada al plexo del policía motorizado o al golpe de la cabeza contra el asfalto que sufrió al caer hacia atrás.

Efectivamente, no es un hecho aislado. Según el último informe de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), que detalla las muertes ocurridas a manos de las fuerzas de seguridad en la Argentina durante 2018, cada 21 horas una persona es asesinada por el Estado. Y la instalación de la llamada “doctrina Chocobar”, a partir del fuerte respaldo del gobierno al policía que mató a un ladrón por la espalda, no ha hecho sino recrudecer este tipo de violencia por parte de los uniformados.

El documento de Correpi señala “un imponente salto represivo del gobierno (de Cambiemos) que ha batido todos los récords de sus antecesores desde fin de 1983”. Desde el 10 de diciembre de 2015, día de la asunción de Mauricio Macri, hasta el 12 de febrero de 2019, la entidad contabilizó 1303 muertes a manos del aparato represivo estatal. En sólo tres años, se acumuló el 20% de los casos fatales de represión policial desde el regreso de la democracia.

Respecto de la Policía de la Ciudad, la fuerza que, con el antecedente de la Metropolitana, ya lleva más de una década gestionada por gobiernos del PRO, en 26 meses había matado a 43 ciudadanos.

El gatillo fácil de los policías porteños se enfrenta por estos días a la resolución judicial de un caso testigo: el de Lucas Cabello, el joven que quedó hemipléjico luego de ser baleado por un agente de la Metropolitana, Ricardo Luis Gabriel Ayala, en noviembre de 2015, en el pasillo de un hotel familiar en La Boca.

Acusado de homicidio agravado por el abuso de la función de miembro integrante de una fuerza policial, en grado de tentativa, Ayala llega libre al juicio, excarcelado bajo fianza. Una mirada torva y una breve discusión bastaron para que el policía descerrajara tres triso contra Lucas, uno en la cara y otros dos cuando ya estaba en el piso.

Como ocurre habitualmente y volvió a ocurrir en el caso de Jorge Gómez, en su primera declaración Ayala aseguró que Cabello estaba armado. Pero era mentira. El uniformado fue el único que disparó.

Caballito: la Policía reprimió a personas en situación de calle

16.8.2019

Durante horas de la noche, la fuerza de seguridad dependiente del gobierno de Larreta reprimió a personas que se encontraban comiendo y esperando que se habilite un espacio para poder dormir en el Parque Rivadavia.

Mientras un grupo de personas comían un plato de comía y esperaban ingresar al espacio "Operativo Frío", la Policía de la Ciudad de Horacio Rodríguez Larreta se hizo presente en el Parque Rivadavia. Allí no solo montó un operativo de seguridad sino que reprimió a los presentes.

Operativo Frio es un programa que llevó adelante el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a modo de respuesta a todas las personas que se encuentran en situación de calle, por lo que muchos de los asisten nunca pensaron que recibirian violencia en ese espacio por parte de las mismas autoridades.

El candidato a comunero por el Frente de Todos, Osvaldo Balossi, difundió un video en sus redes sociales en donde no solamente se escuchan disparos por parte de las fuerzas de seguridad, sino que se observa como arrastran a una persona varios metros por el suelo. Uno de los presentes declaró que las fuerzas retuvieron el DNI de ciertas personas. 

"Repudiamos la violencia institucional que sufren a diario nuestros ciudadanos por el hecho de encontrarse en un estado de vulnerabilidad social", manifestó el candidato por la Comuna 6. "El modelo de ajuste y hambre no cierra sin represión. Nosotros reafirmamos el compromiso de estar siempre junto a los que más están sufriendo estas políticas de Macri y Larreta", aseguró Balossi.

El PRO regresa al Puerto de Buenos Aires

15.8.2019

Por Carlos “Chino” Fernández

Existen una serie de recursos técnicos (encuestas de opinión, focus group, micro segmentación digital del electorado, manejo hiper-manipulado de las redes sociales, etc., etc.), que son de gran utilidad a la hora de incidir en un resultado electoral. Sin embargo, el pueblo argentino, este 11 de agosto, sin renegar de los beneficios de la utilización de ciertas tecnologías, puso blanco sobre negro. Las cosas en su lugar…

Las encuestadoras una vez más la pifiaron. Las estrategias de marketing, sobre todo las aplicadas para la creación de pseudo realidades a través de imágenes en la presentación de candidatos, quedaron descolocadas ante el resultado de los comicios.

La magnitud de la diferencia en votos entre el “Frente de Todos” y “Juntos por el Cambio”, nos habla también de una respuesta cualitativa. El pueblo no solo se expidió como sumatoria de ciudadanos votantes, sino que también lo hizo opinando como sujeto político, generando un hecho de trascendencia.

Se le quemaron los papeles al asesor estrella del oficialismo Durán Barba, quien sostiene que hoy en día, la política se reduce a la política comunicacional.

En estas PASO, el pueblo argentino demostró que esta aseveración no siempre se cumple. Este 11 de agosto, la ciudadanía emitió no solo un voto en rechazo de la política de gobierno, sino que emitió un contundente mensaje en repudio a las formas de hacer política electoral, mediática y teatralizada. Se nota cada día más cuando mienten.

Este mensaje electoral, sintetiza a través del voto, el conjunto de necesidades y padecimientos que sufre la población a consecuencia de estas políticas y que a pesar del entramado mediático, y del dispositivo de construcción de representatividad, el pueblo pudo saltar el cerco del disciplinamiento y manifestar su rechazo al actual gobierno. En buena hora…

Estos dispositivos de marketing y procedimiento electoral, producen un efecto sobre la mente de los ciudadanos que no siempre es intencional, ni inmediato. Mientras la pretensión es acceder a los deseos y a las necesidades de las personas, el efecto más importante en el largo plazo, es el formateo que se va produciendo en nuestras cabezas. Como resultado, pensamos y analizamos condicionados por un formato impuesto por los medios de comunicación y de información, siendo nuestra capacidad de razonar y reflexionar gravemente afectada.

La realidad es superior a la idea, los hechos son superiores a las imágenes virtuales creadas en los set de televisión. La elección del 11 de agosto es una demostración de que esto es así. Que es viable liberarse de las ataduras de las nuevas tecnologías del marketing y la comunicación política. No todo está perdido.

La oposición política, usando en menor medida estas tecnologías, con muchos menos recursos que el oficialismo, venció en BA por un amplio margen, y con un candidato que no fue producido ni manufacturado como otros candidatos. Sin pecar de idealismo, la sinceridad, lo auténtico, la decencia, no necesitan tanta parafernalia, tanta puesta en escena, como lo fue el llanto del ex presidente y la ex gobernadora el viernes al cierre de la campaña electoral. No les alcanzó, deben practicar aún más.

El pueblo cuando se hace presente como sujeto político, lo hace de manera desprolija, irregular, natural y sin tanta escenografía.

El PRO, regresará al puerto de Bs As, de dónde nunca debió haber salido. Son el pasado. Se viene la bajamar amarilla y habrá que lidiar con el tendal que nos han dejado. Se repliega en la Nación y en la Provincia el intento elitista de llevar a cabo un proyecto liberal-conservador, a través de un enorme cepo social, cultural y político a la mayoría del pueblo argentino. Una vez más, no lo lograron

Justicia para Lucas Cabello: comienza el juicio por gatillo fácil

14.8.2019

Por Colectivo de Medios Populares*

Tras la postergación de su inicio en febrero y en abril, el jueves 22 de agosto se realizará la primera audiencia del juicio oral contra el policía Ricardo Ayala. Familiares de víctimas de la represión estatal, organizaciones de La Boca y organismos de DD. HH. acompañarán a Lucas y a su familia con una radio abierta y actividades culturales en la puerta de los tribunales: Talcahuano 550 a las 9hs.

El 9 de noviembre del 2015, Lucas Cabello, un joven vecino del barrio de La Boca, fue atacado en la puerta de su casa frente a su hija de 2 años y su mujer por el efectivo de la ex Policía Metropolitana, Ricardo Ayala. El brutal accionar del agente, que disparó tres veces a quemarropa, le dejó heridas gravísimas a Lucas quien se recupera en silla de ruedas. Luego de casi cuatro años de lucha por parte de Lucas, su familia y las organizaciones del barrio, finalmente el próximo jueves 22 de agosto iniciará el juicio oral y público ante el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1. El juicio se llevará adelante en los palacios de Tribunales, en Talcahuano 550. Ayala llega en libertad.

El ataque contra Lucas ocurrió diez días después de que Mauricio Macri ganara la primera vuelta de las elecciones presidenciales e inauguró la versión del macrismo en materia de “seguridad”, anticipando lo que luego sería la “Doctrina Chocobar”, defendida a ultranza por la ministra Patricia Bullrich. Aquel 9 de noviembre, mientras Lucas luchaba por su vida en el Hospital Argerich, la vicejefa de Gobierno porteño y recién electa gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, justificó el accionar policial argumentando que había ocurrido a partir de un alerta de botón antipánico por supuesta violencia de género, algo que nunca existió. La versión de Vidal y la versión policial del enfrentamiento fueron desmentidas tanto por la mujer de Lucas como por los vecinos y el colectivo Ni una Menos.

La historia de Lucas es también la historia de un barrio que viene sufriendo las expulsivas políticas públicas del PRO en materia habitacional. Lucas fue baleado por el policía Ayala en la puerta de su casa, un hogar de “tránsito” donde desde hacía más de una década vivían varias familias reubicadas de un conventillo del IVC (Instituto de Vivienda porteño). Hacinamiento, desalojos e incendios son moneda corriente en La Boca, donde el Gobierno porteño impulsa la especulación y los negocios inmobiliarios a costa de la expulsión de los vecinos y vecinas.  La historia de Lucas es también la muestra de la ineficiencia de las políticas públicas para resolver conflictos vecinales. El policía Ayala estaba de consigna en la puerta del edificio por un conflicto del que nada tenía que ver la familia de Lucas. Además, el Estado envió un uniformado que no tenía la capacitación suficiente. Ayala tenía 20 años y sólo seis meses de entrenamiento.

 

La causa

 

En enero del 2017 la Cámara Nacional de Apelaciones reconoció que el intento de homicidio de Ayala a Lucas Cabello representó “una grave violación a los derechos humanos” y revirtió la actuación del juez Osvaldo Rappa quien había calificado el hecho como “exceso en legítima defensa”. La apelación fue lograda por la querella de la familia de Cabello, conformada por los letrados Nahuel Berguier y Gabriela Carpineti, junto a la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), a cargo del entonces fiscal titular Miguel Palazzani. Actualmente, luego de más de tres años de macrismo y de diversas presiones a la Justicia, la Procuvin fue desmantelada.

El juicio contra Ayala es el resultado de una lucha que fue sostenida en primera instancia por Lucas, su madre Carolina Vila, su familia, junto el gran apoyo de las organizaciones del barrio que se movilizaron, una y otra vez, motorizando la causa y revirtiendo la cobertura mediática de la prensa hegemónica que lo etiquetaba como “un trapito baleado” pero se negaba a contar su historia.  Como dice el propio Lucas: "Yo le gané a la muerte, soy el hijo de todas esas madres que perdieron a sus hijos y por todos esos pibes voy a seguir luchando”.

¡Basta de hostigamiento y abuso de las fuerzas de seguridad! ¡Basta de Violencia institucional! ¡Justicia para Lucas Cabello y para todos los pibes y pibas víctimas de la represión del Estado!

 

*FM Riachuelo/FM La Caterva/La Retaguardia/Agencia Paco Urondo/Sur Capitalino/Radio Gráfica/Radio Presente

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