«Siempre dijimos que algo terrible podía pasar si este proyecto demencial se llevaba adelante»
4.11.2019
El viernes se inauguró en Villa Crespo el mega estadio Movistar Arena, en tierras públicas cedidas al club Atlanta, que a su vez traspasó la construcción y explotación al diario La Nación y a la empresa AEG Worldwide. Desde el 2018, vecinos habían alertado sobre el impacto ambiental y los problemas que traería esta construcción para el barrio. Su peor temor se hizo realidad: en medio del caos, un vecino de 35 años fue atropellado en la esquina de Camargo y Juan B. Justo.
Por Vecinos Autoconvocados de Villa Crespo
Lamentamos enormemente tener que dar esta información.
El viernes, mientras Tini Stoesel inauguraba el Megaestadio Movistar-Arena, propiedad del diario La Nación, transformando el barrio en un caos, pasó lo peor que podría haber pasado: un vecino de 35 años fue atropellado en la esquina de Camargo y Juan B. Justo y, aunque se hicieron intentos de reanimarlo, falleció poco después.
El accidente ocurrió cuando la calle Camargo estaba cortada, el caos de tránsito y de peatones era gigantesco, y reinaba la confusión.
¿Qué puede decirse ante semejante cosa?
Los vecinos autoconvocados siempre dijimos que algo terrible podía pasar si este proyecto demencial se llevaba adelante.
Los vecinos autoconvocados de Villa Crespo sentimos enormemente que esta obra demencial haya pegado su primer tarascón cobrándose la vida de un ciudadano.
¿Quién es el responsable por esta persona fallecida?
¿El jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires?
¿Todos los legisladores que votaron esta ley en la legislatura?
Esto no debió pasar nunca. Y no hubiera pasado si este proyecto demencial no hubiera desembarcado esta noche fatídica en Villa Crespo.
¿Qué tienen el Gobierno, el diario La Nación, el juez Mántaras, la dirigencia de Atlanta, la Legislatura para decir de esto? Hasta hace poco tenían las manos llenas de mugre. Ahora las tienen llenas de sangre.
Lo sentimos enormemente. Desde que empezamos a escribir esta página, estas son las únicas líneas que hubiéramos querido no escribir jamás.
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Por Mauricio Kartun, dramaturgo y director de teatro
Podría ser una víctima más del tránsito en Buenos Aires. Pero no. El viernes inauguraron al lado de la cancha de Atlanta el megaestadio Arena. Un espacio definitivamente fuera de proporción para la zona. Inconcebible. Monstruoso. A cualquiera que tenga dudas le pido por favor que vaya a verlo. Párese en la vereda e imagine la situación de esos vecinos. El del viernes fue simplemente un recital más, como los dos o tres que habrá allí a partir de ahora cada semana (tiene veinte programados para noviembre). Aunque la policía intentaba desesperadamente ordenar el caos, las calles a varias manzanas alrededor colapsaron. En medio del despelote la víctima intentó cruzar la Juan B. Justo que era una caravana atorada y prácticamente inmóvil y al llegar al metrobús fue atropellado. Ni vale la pena detenerse en el panorama barrial: vecinos que durante medio día no podrán salir ni ingresar con sus vehículos. Estruendo y basura. Vibraciones. Comerciantes arruinados. Propiedades invendibles. Trapitos sobre Corrientes a doscientos mangos por coche. Una identidad barrial borrada de un día para el otro. Un disparate. Pero no se trata acá de reclamar comodidad, se trata de denunciar un riesgo que ya instaló su prueba y de la manera más trágica. Y puntual: el primer día.
A las diminutas salas de teatro independiente les exige el GCBA medidas de seguridad imposibles de cumplir. Dicen proteger de esta manera a ese centenar que estará alguna vez adentro. Y ponen entre tanto en riesgo a miles y miles afuera que sin comerla ni beberla terminan de rehenes de un negociado.
Dan vergüenza.
Hay un grupo de vecinos autoconvocados movilizándose. Apoyémoslos. Pensá si te toca a vos en la otra cuadra. Y hacete la imagen de tu vereda: diez y seis mil personas pasando a la entrada y otras tantas pasando a la salida.