Hospital Borda: cuando la vida no vale nada

24.5.2020

El viernes 22 de mayo, Jorge Marcheggiano, quien estaba internado en el Servicio 15 del Borda, fue atacado por cinco perros mientras caminaba por el parque del hospital. Fue trasladado al Hospital Penna y a las pocas horas murió como consecuencia del ataque. Reproducimos comunicado del CELS y nota de Sur Capitalino.

Desde el Centro de Estudios Legales y Sociales advirtieron: “El jueves 7 de mayo, presentamos una acción de amparo colectiva por la gravísima situación que se vive en los cuatro manicomios porteños y pedimos medidas cautelares urgentes de prevención y protección hacia les usuaries y les trabajadores. Dentro de las medidas cautelares habíamos incluido la necesidad de erradicar las jaurías que habitan en los predios de estos hospitales por su peligrosidad. El Gobierno de la Ciudad dijo que no existían tales jaurías.
Las personas encerradas en estos lugares están bajo tutela estatal, por lo tanto, el deber de cuidado es una obligación irrenunciable. Las autoridades políticas y las del Hospital Borda son responsables por este gravísimo hecho que deberá investigarse de acuerdo a los estándares del Órgano de Revisión Nacional sobre las muertes ocurridas en contexto de encierro psiquiátrico. Al respecto, el organismo ofició a las autoridades y solicitó medidas preventivas y reparatorias urgentes.
La muerte de Jorge es la triste fotografía de la institución manicomial, lugar de desidia y abandono estatal. A esta situación llegamos por las resistencias, entre ellas la del complejo médico industrial, a transformar el paradigma de la salud mental e impulsar modelos alternativos al hospital psiquiátrico. La de Jorge es una muerte que, sin duda, podría haberse evitado”.

*

Por SUR CAPITALINO:

Desprotegides

Con un Gobierno porteño que no da respuesta, en diez días aumentaron de 1 a 15 los contagios de coronavirus en el Hospital Borda. A tanto abandono, ayer se sumó la muerte de un paciente atacado por una jauría de perros. Por Lucrecia Raimondi
La desidia que sufren en el Hospital Borda se agravó con la pandemia por coronavirus. Hace 10 días detectaron el primer caso en un paciente, ahora aumentó a 15 personas que dieron positivo: dos médicos, tres enfermeras y diez pacientes están contagiados. Dos de ellos fueron derivados al Hospital Penna y al Argerich por la gravedad de sus síntomas. El resto están internados en el hospital.
“Las enfermeras y los médicos viven una situación de terror, están con miedo a contagiarse y a contagiar a sus familias. No cuentan con la cantidad suficiente de barbijos, ni camisolines ni de guantes. Tampoco tienen las mascarillas de plástico. Los compañeros están sin jabón para lavarse las manos ni toallas descartables. Lo que llega es por donaciones de organizaciones sociales que llevan elementos de higiene personal”, explicó Daniel Ricardo Calvo, quien ayer se acercó con sus compañeros al Hospital Borda para exigir información acerca del aumento de los contagios por coronavirus y saber en qué condiciones están pasando la pandemia. Daniel hace 15 años que coordina el taller de Periodismo y Comunicación del Frente de Artistas del Borda, una organización que trabaja desde 1984 en el hospital generando producciones artísticas con las personas internadas por salud mental, en talleres gratuitos abiertos al público en general.
Ubicado en Barracas al sur, el hospital neuropsiquiátrico José Tiburcio Borda actualmente aloja a unos 450 pacientes y a más de mil profesionales que trabajan en tres turnos. En el servicio 15 se encontraba internado hasta ayer Jorge Marcheggiano, quien fue atacado por cinco perros mientras caminaba por el parque del hospital. Murió pocas horas después en el Hospital Penna. El jueves 7 de mayo el CELS presentó una acción de amparo colectiva por la gravísima situación que se vive en los cuatro manicomios porteños (Borda, Moyano, Tobar García y Alvear). Además de pedir medidas urgentes de prevención y protección hacia les usuaries y les trabajadores, como lo había hecho el Órgano de Revisión de Salud Mental, la denuncia incluía “la necesidad de erradicar las jaurías que habitan en los predios de estos hospitales por su peligrosidad”. El Gobierno de la Ciudad, señaló el CELS esta mañana en un comunicado, dijo que no existían tales jaurías.

“El Gobierno porteño nunca resolvió nada”

La llegada del virus al Borda empeoró aún más una realidad insostenible. Daniel Calvo define a la situación como “una ruleta rusa, que hoy te toca a vos mañana me toca a mí”. Ayer, tras visitar el hospital, relató que los pacientes están dentro de sus servicios casi sin actividades, las enfermeras hacen lo que pueden, y los médicos cumplen su horario y se van a las seis de la tarde. A la noche “se pone jodido” porque no hay teléfono que comunique internamente a los lejanos sectores del hospital y que las enfermeras usan sus celulares para avisar si pasa algo. Daniel contó, además, que los fines de semanas quedan guardias mínimas y la limpieza la hacen los enfermeros, que los médicos atienen pedidos de medicación porque no hay consultorios externos. “De por sí es complicado el uso de barbijo para los internados, porque les han dado unos que se atan atrás en la nuca que les resulta muy difícil atárselos y se los sacan cuando comen cuatro veces al día o cuando fuman que es casi todo el tiempo, como si fuera el aire”, explica Daniel y agrega que los pacientes están desesperados por la falta de actividades recreativas.
El GCBA instaló entre el Borda y el Moyano una Unidad Febril de Urgencia (UFU) y una Unidad de Aislamiento (UTA) que no están habilitadas ni listas para implementarse pero allí se realizan los testeos internos del hospital para adultos varones. “A la UFU ingresa cualquier paciente o laburante que presente síntomas previo a pasar por un control de temperatura. Si tiene fiebres o febrícula se le hace un hisopado; mientras se espera el resultado se activan distintos protocolos según si es un paciente o un trabajador y el tipo de cobertura médica que tenga la persona que se somete al testeo”, explica Gonzalo Sánchez, trabajador administrativo del Hospital Borda y delegado de ATE.
Sánchez contó a Sur Capitalino que de las puertas para adentro intentan que se cumpla con los métodos de protección. Desde el gremio están pidiendo un testeo masivo porque hasta ahora el Gobierno de la Ciudad mandó test “a cuentagotas” pero que en todos los turnos, entre pacientes y trabajadores, son 1500 personas. “Habrán testeado a 100 personas que son las que tuvieron contacto estrecho con pacientes de Covid. Ahí hubo un protocolo que se aplicó con todos los elementos de protección, pero enfermeros y médicos se contagiaron igual”.

-¿Cuál es la respuesta del GCBA en esto?
-Hubo hoy una reunión con el Ministro de Salud de la Ciudad y la idea es empezar a garantizar los testeos para la semana que viene, pero hace bastante que venimos con esto. Primero fue un solo paciente y ahora se está desperdigando por todo el hospital. También por el tipo de hospital es muy difícil contener a los pacientes como en cualquier otro establecimiento en el que le podes decir al paciente ‘che no te podes juntar con el de al lado’, la circulación es distinta por la patología que tiene un paciente de salud mental.
Hace 10 días el Borda tuvo el primer paciente positivo en el servicio 21. Y se propagó al servicio que está al lado, el 23. Luego al servicio 18 y se extendió al de clínica médica que es donde van los pacientes con síntomas de coronavirus. Según el delegado de ATE, ahí se contagiaron un médico y una enfermera.
El trabajador contó que la organización del Borda se transformó con la pandemia: uno de los pabellones se dividió y hay 30 camas para pacientes sin Covid pero con complicaciones crónicas que derivaron de otros hospitales, y que se abrió para descongestionar las internaciones. Y otra ala, el ex servicio 28, se preparó para pacientes del Borda que contraigan coronavirus y presenten síntomas leves.
“Se supone que cualquier persona que da positivo pero no tiene síntomas, la situación no es compleja, transita la enfermedad de una manera leve, lo tiene que hacer en su casa en cuarentena. La casa de los pacientes es el hospital, por eso se decidió que todos los casos leves se lleven adelante en el hospital. Cualquier caso que pase de leve a moderado se deriva al hospital general como pasó con dos pacientes que fueron trasladados al Penna y al Argerich”, explicó Gonzalo Sánchez y aseveró el reclamo: “Lo que planteamos es una información clara respecto a los contagios y obviamente que el Gobierno de la Ciudad garantice los testeos para poder controlar el virus internamente. Por lo menos necesitaríamos dos testeos mensuales para todos, esa es la parte fundamental porque podemos garantizar que el paciente y el laburante no estén contagiados y puede desarrollar sus tareas habitualmente”.

-¿Cómo tratan la prevención y los protocolos de cuidado con los pacientes?
-El protocolo con los pacientes es intentar mantenerlos dentro de los servicios pero las patologías hacen que muchas veces eso sea complejo, los médicos y los enfermeros están redoblando esfuerzos para contener a los pacientes. Después hay falencias dentro de la institución que ya venían y se profundizan con el contexto actual. Un paciente no lo podes mantener aislado del esparcimiento. Justamente lo que nosotros reivindicamos del hospital es la amplitud y que los pacientes pueden hacer diversas tareas, que hoy por hoy están reducidas por la pandemia. Entonces se están doblegando los esfuerzos para contener a los pacientes y que no pierdan estas cosas que venían llevando adelante. Pero la situación es compleja, si no tenés los testeos ni un control estricto el virus se va expandiendo.

-¿Necesitan protocolos diferentes que en otros hospitales?
-Si en un hospital común se necesita un camisolín para atender a un paciente, acá se necesitan dos. No se puede aplicar el mismo protocolo en el Fernández que en el Borda porque los pacientes tienen una enfermedad particular y de acuerdo a la patología muchas veces no alcanzan los insumos que te dan porque no es tan sencillo como cualquier paciente. Tiene particularidades que hay que atender desde lo humano y desde los elementos de protección personal. Se está tratando de distintas maneras desde la institución, por donaciones, con los sindicatos, las organizaciones que vienen a hacer actividades como puede ser el Frente de Artistas que hoy por hoy no están siendo realizadas, tratan de garantizar que le lleguen a los pacientes tapabocas, lavandina y cosas mínimas que están siendo faltantes en este contexto.

-¿Cómo es el contacto con las familias?
-No pueden ingresar al hospital y en la medida de lo posible, con los elementos que hay, lo que se intenta es hacer video llamadas que están limitadas por los recursos que se cuentan. Ni siquiera contamos con una línea fija en un servicio. Sería descabellado apelar a la buena voluntad del laburante que ponga a disposición su celular para que el paciente pueda realizar video llamadas con sus familiares. Deberíamos contar con los elementos necesarios para que sea a través de un celular o de una computadora de la institución. Pero si no estamos pudiendo contar con barbijos, reclamar por celulares o computadoras disponibles para que estén en contacto con las familias es otro paso. Estamos mucho más abajo con los reclamos, estamos por lo básico como un testeo y no damos abasto para reclamar que no se pierda el contacto con las familias, que según la patología es muy complejo. Que queda en lo humano y la buena voluntad del trabajador. No apelamos a que el Gobierno de la Ciudad nos resuelva esto porque nunca nos resolvió nada.

A falta de presencia del Gobierno de la Ciudad, ¿qué medidas toman?
-Inicialmente reclamamos la falta de barbijos, de elementos de protección personal, que a cuentagotas empezaron a aparecer, como nos tienen acostumbrados hace años, la falta de insumos y de presencia del Gobierno de la Ciudad no es nueva para nosotros. Y ahora los testeos, que vienen prometiéndolos pero necesitamos que se realicen. Igualmente, cada vez que ingresamos al hospital se toma la temperatura de los pacientes y de los laburantes con unas pistolas láser de uso industrial que están más tiempo intentando calibrar para que tomen la temperatura de un ser humano de lo que funcionan realmente, fallan porque no están preparadas para esto. Por eso pedimos que nos compren termómetros y los insumos correspondientes para llevar un buen control. Pero en este contexto, para el Gobierno de la Ciudad, el Hospital Borda no es una prioridad.

Ginés González García da la espalda a reclamos de residentes y concurrentes

22.5.2020

El viernes por la mañana, jóvenes trabajadores de la salud de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires, se acercaron a las puertas del Ministerio de Salud nacional para leer un comunicado y presentaron una carta que no fue recibida.

Días atrás, residentes y concurrentes de distintos puntos del país se encontraron en una asamblea virtual, en la que participaron alrededor de 130 hospitales y centros de salud.
Allí decidieron realizar una conferencia de prensa este viernes 22 de mayo, frente a las puertas del ministerio de Salud de la Nación para visibilizar la realidad que atraviesa el sistema de salud hoy. Leyeron una carta que dirigieron a las autoridades responsables, que no fue recibida por Ginés ni ningún otro funcionario.
Residentes y concurrentes son trabajadores de la salud en formación. Son los esenciales que hoy están en primera línea enfrentando la pandemia. Pero la precarización no se tomó cuarentena.
Los reclamos que movilizaron a fines del 2019 a miles de residentes en CABA, Provincia y Nación siguen más que vigentes. Muchos trabajan hasta 80 horas semanales, en varios lugares no se cumple el descanso posguardia y las jornadas que llegan a ser de hasta 30 horas sin dormir. Algunos no cuentan con aportes jubilatorios, y trabajan por contratos de beca que duran entre 3 y 6 años y después no se les asegura la continuidad laboral. Los que son concurrentes, trabajan gratis, sin ART y sin obra social.
Esto ha generado muchísimo malestar, sobre todo en quienes se encuentran transitando su último año y se han visto forzados a continuar trabajando mediante decreto, por ser “esenciales” para enfrentar la pandemia, pero para luego ser absolutamente descartables una vez que todo pase.
La carta que leyeron en la puerta del Ministerios de salud dice: “Creemos necesario se tomen medidas de acción conjunta de todos los gobiernos, para dar respuestas y garantizar, no solo nuestros derechos laborales y condiciones dignas para ejercer, sino también el acceso a la salud de toda la población”.
Mostraron que los reclamos son los mismos a los largo y ancho del país. “A pesar de depender de jurisdicciones y empleadores distintos, nos unen puntos concretos, que expresan el vaciamiento hospitalario de décadas, producto de la mercantilización se la salud.”
La pandemia hizo saltar la ficha que, desde la crisis de 2008 hasta acá, los diferentes gobiernos en acuerdo con las burocracias sindicales salvaron a las empresas, a costa de desfinanciar entre otros la salud y la educación públicas. Argentina no fue la excepción, y en plena pandemia se destinó 90 veces más en subsidios a empresarios que en plata para salud, se entregó 514 mil millones de pesos a los mismos que ahora despiden y suspenden. Además, contando el último DNU son 23.200 millones de pesos lo inyectado desde el comienzo de la pandemia para atender la emergencia sanitaria. Contrastan con los más de U$S 5 mil millones que lleva el Gobierno nacional pagados en intereses y capitales de deuda externa (más de 340 mil millones de pesos fueron en plena coronacrisis).
La carta también refiere que “A la fecha numerosos efectores aún no cuentan con la implementación de protocolos, falta personal, y los insumos escasean. El alto nivel de contagios en salud depende intrínsecamente de la falta de condiciones de bioseguridad y el pluriempleo producto de los magros salarios recibidos”. Esto contrasta con lo que opina el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García que no tuvo mejor explicación que culpabilizar al personal de salud, quienes fueron contagiados “por sus colegas y por no usar correctamente la ropa”.
Finalmente advierten su preocupación por la situación en las villas y barriadas. “Nuestros vecinos, usuaries de los efectores, se están contagiando por no poseer las medidas básicas de saneamiento. El acceso a la vivienda, la salud y las condiciones de vida son derechos transformados en privilegios por los gobiernos, responsables. Deben tomarse medidas urgentes, que respondan inmediatamente a la situación”.

La salud primero

La carta finaliza solicitando una reunión para tratar una serie de reclamamos como salario y ART para Concurrencias y becas, otorgamiento de títulos de finalización de Residencias y concurrencias el 31 de mayo próximo, pase a planta de residentes y concurrentes cuyos contratos vencen este 31 de mayo. Aumento del personal en salud. Pago inmediato y universal del Bono. Recomposición salarial para terminar con salarios de hambre. Que se habiliten los testeos masivos seriados en todo el personal de salud. Que se garantice la provisión diaria y permanente de los EPP, asegurando el cumplimiento de los protocolos de actuación frente a la Pandemia COVID-19, entre otras cuestiones. También plantea la centralización del sistema de salud Público, privado y de obras sociales bajo tutela Estatal, con injerencia de un comité de trabajadores y el aumento del presupuesto en salud.
Hay un gran debate entre economía o salud, pero la verdad es que no son contrapuestos. Es una cuestión de prioridades y de dónde apuntar los recursos del Estado. Desde la banca de los diputados Nicolás Del Caño y Romina del Plá del Frente de Izquierda Unidad presentaron un proyecto de impuestos a las grandes fortunas que del Frente de Todos y Juntos por el Cambio se negaron a tratar en las sesiones que se vienen llevando a cabo, aun cuando fue el único proyecto presentado hasta el momento. Si se gravase a la fortuna personal del Bagó, que está estimada en 800 millones de dólares, se podría dar un salario de $67.372 (canasta básica calculada por la junta interna de ATE del Indec) a 9796 Residentes y Concurrentes. Si se aplicara a la fortuna personal de Hugo Sigman, dueño de Insud Pharma Argentina, que está valuada en 2400 millones de dólares, se podría usar para dar un salario de cuarenta de $30.000 a 566 mil personas.
La Izquierda Diario conversó con Belén Cantarella, residente del hospital Pirovano y militante de la agrupación Marrón en salud impulsada por el PTS en el Frente de Izquierda, que estuvo presente en la conferencia de prensa. Ratificó todos los reclamos y subrayó que para ella es fundamental que los gremios tomen el ejemplo de organización de residentes y concurrentes, y organicen la coordinación entre todos los hospitales y centros de salud, llamando a asambleas interhospitalarias, con participación de trabajadores de todos los sectores, sin distinguir modalidad de contratación. Planteó: “esta situación la damos vuelta juntes, arrancándole paro y plan de lucha a los sindicatos para conseguir ya protocolos adaptados a la realidad de los barrios de emergencia, provisión de agua, comida y elementos de higiene para todo el barrio, equipos de protecciones para el personal de salud y testeos para todes. Este martes 26 movilizaremos nuevamente y realizaremos cortes de calle en los distintos hospitales y centros de salud”.

“Lo que pasa en los barrios populares es muestra de desidia y abandono”

22.5.2020

“Tras la catástrofe sanitaria que viven los vecinos y vecinas de la 31 y del Barrio Ricciardelli, exigimos que el gobierno de la ciudad de una respuesta que cuide a la población de nuestro barrio ya”, dijo a ACTA Dagna Aiva, vecina de la 21-24 de Barracas, e integrante de la CTA A Capital.

“Desde el Comité de Emergencia y la Junta Vecinal de la Villa 21-24 denunciamos con preocupación la crisis sanitaria y social que vivimos en la 21-24 y Zavaleta”, agregó en esta entrevista.
Esta semana comenzó el operativo Detectar en la villa 21-24 y Zavaleta, pero lo hizo con numerosas irregularidades: “en estos momentos tenemos en el Hospital Ramos Mejía vecinos con COVID 19 confirmados, en la misma sala donde hay vecinos que no lo tienen; no hay protocolo, no hay respuesta y hay mucho miedo”, dijo Dagna.
Según contó la dirigente, hay vecinos que debieron esperar todo el día para ser atendidos, que convivieron con personas con COVID 19 y contactos estrechos en el mismo espacio, personas con síntomas a las que las llevaron a recorrer hospitales y no las reciben, familias sin barbijo, poca información. “Lo que pasa en los barrios populares es muestra de desidia y abandono”, subrayó.
La muerte de Ramona, referente de La Poderosa de la Villa 31 expuso una situación previsible y lo que duele aun más, evitable: que el aumento exponencial de casos de coronavirus está vinculado a la falta de prevención y de políticas públicas. “Por eso, le exigimos a Larreta que retrotraiga las últimas medidas de la cuarentena en los barrios populares, ya que el aumento de casos no se detiene y la situación está fuera de control”, expresó Aiva.
Y es que el hacinamiento en las viviendas facilita la propagación del coronavirus, aumentando el número de vecinos y vecinas contagiadas. Esta situación se agrava aún más en los casos de quienes padecen enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión , EPOC, sobrepeso por mala alimentación, para quienes viven en ambiente contaminado, con falta de urbanización apropiada y de agua de red.
Aiva contó que desde el 6 de marzo, las organizaciones del barrio junto a la parroquia Caacupé, están llevando adelante medidas de prevención y relevamiento de la población de riesgo: “sin el compromiso de los vecinos y vecinas, la situación sería mucho más grave porque el Estado brilló por su ausencia”.
Otro de los reclamos urgentes es que el programa DetecTar se lleve adelante con responsabilidad, generando grupos de promotoras de salud que salgan a buscar vecinos y vecinas que puedan estar manifestando síntomas y así poder aislarlos, un punto de detección con profesionales de la salud.
En palabras de Dagna Aiva: “También reclamamos que se garantice que ninguna familia pierda el alquiler por falta de pago porque no pueden salir a trabajar y que se otorgue un subsidio habitacional. En los barrios hay cuidados, hay organización y hay solidaridad, falta el Estado que parece que nuevamente abandona a los más pobres a su suerte”.

Por sugerencia del Ministerio de Defensa llega el ejército a un comedor de la Villa 1.11.14

22.5.2020

Hoy, desembarcó el ejército en la Villa 1.11.14 para asistir al comedor de una parroquia. La iniciativa fue propuesta por el Ministerio de Defensa de la Nación a los sacerdotes ante el pedido de aliviar la situación crítica en el barrio que casi alcanza el medio millar de infectados por la pandemia del Covid-19.

El Ejército empezará a colaborar en el comedor de la parroquia Madre del Pueblo en el barrio Ricciardelli en la villa 1.11.14. La medida es similar al envío de soldados que se realizó al partido de La Matanza el 29 de marzo que genero posiciones enfrentadas en torno a si correspondía a las Fuerzas Armadas asistir a los barrios y si esto sentaría un mal precedente que habilite en un futuro la presencia militar en los barrios. El padre Juan explicó: “Solicitamos al Ministerio de Defensa una ayuda y ellos sugirieron enviar al Ejército que es el camino que vienen utilizando en otros barrios del Conurbano.
“Hace unos días nos sentamos a pensar con los sacerdotes sobre esta etapa de la pandemia en el barrio donde los contagios van creciendo y el programa detecta junto a las organizaciones del barrio y delegados localizar mejor donde están las situaciones más fuertes y frente a toda esta situación nueva de contagio nos parecía que debíamos ser responsables y ver nuestro funcionamiento. Por eso decidimos pedirle una mano al Estado”.
El padre Juan explicó que el Ejército se encargará de la cocina y habrá dos turnos por algunas semanas para bajar los riesgos ya que el comedor se trasladó frente a la parroquia para descongestionar el espacio.
En el barrio la pandemia ha intensificado la crisis. Manuel Alonso referente del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) en la villa 1.11.14 expresó que hace una semana se inició el operativo “Detectar” y que al inicio había unas 150 personas infectadas con Covid-19 y que a una semana después ya hay más de 470 vecinos infectados.
“Se está replicando la misma situación que en la villa 31 y por eso le estamos reclamando una reunión al Gobierno de la Ciudad. Primero para decir que hay algunos problemas en el operativo con el tema de la espera que se demora algunos días y la familia lo padece porque se los aísla en un hotel y nadie sabe en qué situación están. Si están internados o en terapia intensiva. Por otro lado es lo grave la situación alimentaria. En el barrio los comercios están cerrados y no hay para comer. Se está llegando muy justo”. La gente esta deambulando por el barrio, recorriendo comedores para tener un plato de comida y eso también trae riesgos. Las organizaciones sociales están acompañando y ayudando mucho para calmar la situación. El Gobierno reconoce que más del 70% de los casos sospechosos son acercados por las organizaciones sociales. Es un trabajo muy importante y pedimos que nos escuche”.
Carlos Lordkipanidse, ex detenido en la ESMA y militante del Encuentro Militante Chachito Fukman expresó, “Repudiamos la decisión, si se pide ayuda y se envía al Ejército no es ayuda. Las tareas y las provisiones podrían realizarse por medio de las organizaciones sociales para que ellas se encarguen de la distribución a quien lo necesita. Es que esto viene de antes, desde el momento en que Alberto Fernández dijo que había que dar vuelta la página. Decimos ninguna vuelta de página, el Ejército a los cuarteles y a sus funciones específicas que es defender las fronteras. En las villas no tienen nada que hacer”.

Covid-19: Ayuda humanitaria desde la Cárcel de Devoto a los barrios

21.5.2020

Por Carlos Palazzo, desde la Cárcel de Devoto

Nosotros seguimos en la Mesa de Diálogo pero vemos que son lentas, son buenas, los detenidos participamos de ellas, pero afirmamos que los poderes ejecutivos nacional y provinciales, podrían determinar de un plumazo la conmutación de penas o compensaciones para acceder a los arrestos domiciliarios o libertades que correspondan, tal como lo hicieron en muchos países del mundo. A la vez, Estamos preocupados cosiendo a mano los barbijos y material sanitario para las Villas 31; Bajo Flores y Barracas, cuando ya hace tiempo que pedimos la autorización al Servicio Penitenciario Federal para entrar las máquinas de coser, industriales y familiares, que YA TENEMOS, que son nuestras y queremos utilizar para hace más eficaz la ayuda humanitaria hacia los barrios, donde viven muchas de nuestras familias y amigxs. Cosiendo las 24 horas, en tres grupos de seis, estamos produciendo entre 700 y 1000 barbijos. Con las máquinas podríamos confeccionar 10 veces más. Ya hicimos donaciones en dos barrios y seguiremos así, los barbijos van acompañados con alcohol en gel y lavandina que compramos nosotros para las salas de estas villas, porque el Estado no estuvo como se debe en estos lugares».
En Devoto ya fueron al hospital 13 compañeros con covid-19. Y nos sentimos hacinados como en un gueto, no estamos «aislados» como se debe, con toda la higiene necesaria. ¿Qué están esperando? ¡Terminen con la burocracia!».
Somos seres humanos, tenemos sentimientos, y seguiremos con la ayuda humanitaria porque no queremos que sigan muriendo nuestros familiares. Lo que al Estado nunca le importó a nosotros sí. Y una de las pocas alegrías que tuvimos en este tiempo es ver a los médicos y enfermeras que recibían nuestros kits sanitarios con un cartel que decía: «Gracias Devoto, por la ayuda humanitaria».

Usted es el visitante N°