Ginés González García da la espalda a reclamos de residentes y concurrentes

22.5.2020

El viernes por la mañana, jóvenes trabajadores de la salud de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires, se acercaron a las puertas del Ministerio de Salud nacional para leer un comunicado y presentaron una carta que no fue recibida.

Días atrás, residentes y concurrentes de distintos puntos del país se encontraron en una asamblea virtual, en la que participaron alrededor de 130 hospitales y centros de salud.
Allí decidieron realizar una conferencia de prensa este viernes 22 de mayo, frente a las puertas del ministerio de Salud de la Nación para visibilizar la realidad que atraviesa el sistema de salud hoy. Leyeron una carta que dirigieron a las autoridades responsables, que no fue recibida por Ginés ni ningún otro funcionario.
Residentes y concurrentes son trabajadores de la salud en formación. Son los esenciales que hoy están en primera línea enfrentando la pandemia. Pero la precarización no se tomó cuarentena.
Los reclamos que movilizaron a fines del 2019 a miles de residentes en CABA, Provincia y Nación siguen más que vigentes. Muchos trabajan hasta 80 horas semanales, en varios lugares no se cumple el descanso posguardia y las jornadas que llegan a ser de hasta 30 horas sin dormir. Algunos no cuentan con aportes jubilatorios, y trabajan por contratos de beca que duran entre 3 y 6 años y después no se les asegura la continuidad laboral. Los que son concurrentes, trabajan gratis, sin ART y sin obra social.
Esto ha generado muchísimo malestar, sobre todo en quienes se encuentran transitando su último año y se han visto forzados a continuar trabajando mediante decreto, por ser “esenciales” para enfrentar la pandemia, pero para luego ser absolutamente descartables una vez que todo pase.
La carta que leyeron en la puerta del Ministerios de salud dice: “Creemos necesario se tomen medidas de acción conjunta de todos los gobiernos, para dar respuestas y garantizar, no solo nuestros derechos laborales y condiciones dignas para ejercer, sino también el acceso a la salud de toda la población”.
Mostraron que los reclamos son los mismos a los largo y ancho del país. “A pesar de depender de jurisdicciones y empleadores distintos, nos unen puntos concretos, que expresan el vaciamiento hospitalario de décadas, producto de la mercantilización se la salud.”
La pandemia hizo saltar la ficha que, desde la crisis de 2008 hasta acá, los diferentes gobiernos en acuerdo con las burocracias sindicales salvaron a las empresas, a costa de desfinanciar entre otros la salud y la educación públicas. Argentina no fue la excepción, y en plena pandemia se destinó 90 veces más en subsidios a empresarios que en plata para salud, se entregó 514 mil millones de pesos a los mismos que ahora despiden y suspenden. Además, contando el último DNU son 23.200 millones de pesos lo inyectado desde el comienzo de la pandemia para atender la emergencia sanitaria. Contrastan con los más de U$S 5 mil millones que lleva el Gobierno nacional pagados en intereses y capitales de deuda externa (más de 340 mil millones de pesos fueron en plena coronacrisis).
La carta también refiere que “A la fecha numerosos efectores aún no cuentan con la implementación de protocolos, falta personal, y los insumos escasean. El alto nivel de contagios en salud depende intrínsecamente de la falta de condiciones de bioseguridad y el pluriempleo producto de los magros salarios recibidos”. Esto contrasta con lo que opina el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García que no tuvo mejor explicación que culpabilizar al personal de salud, quienes fueron contagiados “por sus colegas y por no usar correctamente la ropa”.
Finalmente advierten su preocupación por la situación en las villas y barriadas. “Nuestros vecinos, usuaries de los efectores, se están contagiando por no poseer las medidas básicas de saneamiento. El acceso a la vivienda, la salud y las condiciones de vida son derechos transformados en privilegios por los gobiernos, responsables. Deben tomarse medidas urgentes, que respondan inmediatamente a la situación”.

La salud primero

La carta finaliza solicitando una reunión para tratar una serie de reclamamos como salario y ART para Concurrencias y becas, otorgamiento de títulos de finalización de Residencias y concurrencias el 31 de mayo próximo, pase a planta de residentes y concurrentes cuyos contratos vencen este 31 de mayo. Aumento del personal en salud. Pago inmediato y universal del Bono. Recomposición salarial para terminar con salarios de hambre. Que se habiliten los testeos masivos seriados en todo el personal de salud. Que se garantice la provisión diaria y permanente de los EPP, asegurando el cumplimiento de los protocolos de actuación frente a la Pandemia COVID-19, entre otras cuestiones. También plantea la centralización del sistema de salud Público, privado y de obras sociales bajo tutela Estatal, con injerencia de un comité de trabajadores y el aumento del presupuesto en salud.
Hay un gran debate entre economía o salud, pero la verdad es que no son contrapuestos. Es una cuestión de prioridades y de dónde apuntar los recursos del Estado. Desde la banca de los diputados Nicolás Del Caño y Romina del Plá del Frente de Izquierda Unidad presentaron un proyecto de impuestos a las grandes fortunas que del Frente de Todos y Juntos por el Cambio se negaron a tratar en las sesiones que se vienen llevando a cabo, aun cuando fue el único proyecto presentado hasta el momento. Si se gravase a la fortuna personal del Bagó, que está estimada en 800 millones de dólares, se podría dar un salario de $67.372 (canasta básica calculada por la junta interna de ATE del Indec) a 9796 Residentes y Concurrentes. Si se aplicara a la fortuna personal de Hugo Sigman, dueño de Insud Pharma Argentina, que está valuada en 2400 millones de dólares, se podría usar para dar un salario de cuarenta de $30.000 a 566 mil personas.
La Izquierda Diario conversó con Belén Cantarella, residente del hospital Pirovano y militante de la agrupación Marrón en salud impulsada por el PTS en el Frente de Izquierda, que estuvo presente en la conferencia de prensa. Ratificó todos los reclamos y subrayó que para ella es fundamental que los gremios tomen el ejemplo de organización de residentes y concurrentes, y organicen la coordinación entre todos los hospitales y centros de salud, llamando a asambleas interhospitalarias, con participación de trabajadores de todos los sectores, sin distinguir modalidad de contratación. Planteó: “esta situación la damos vuelta juntes, arrancándole paro y plan de lucha a los sindicatos para conseguir ya protocolos adaptados a la realidad de los barrios de emergencia, provisión de agua, comida y elementos de higiene para todo el barrio, equipos de protecciones para el personal de salud y testeos para todes. Este martes 26 movilizaremos nuevamente y realizaremos cortes de calle en los distintos hospitales y centros de salud”.

“Lo que pasa en los barrios populares es muestra de desidia y abandono”

22.5.2020

“Tras la catástrofe sanitaria que viven los vecinos y vecinas de la 31 y del Barrio Ricciardelli, exigimos que el gobierno de la ciudad de una respuesta que cuide a la población de nuestro barrio ya”, dijo a ACTA Dagna Aiva, vecina de la 21-24 de Barracas, e integrante de la CTA A Capital.

“Desde el Comité de Emergencia y la Junta Vecinal de la Villa 21-24 denunciamos con preocupación la crisis sanitaria y social que vivimos en la 21-24 y Zavaleta”, agregó en esta entrevista.
Esta semana comenzó el operativo Detectar en la villa 21-24 y Zavaleta, pero lo hizo con numerosas irregularidades: “en estos momentos tenemos en el Hospital Ramos Mejía vecinos con COVID 19 confirmados, en la misma sala donde hay vecinos que no lo tienen; no hay protocolo, no hay respuesta y hay mucho miedo”, dijo Dagna.
Según contó la dirigente, hay vecinos que debieron esperar todo el día para ser atendidos, que convivieron con personas con COVID 19 y contactos estrechos en el mismo espacio, personas con síntomas a las que las llevaron a recorrer hospitales y no las reciben, familias sin barbijo, poca información. “Lo que pasa en los barrios populares es muestra de desidia y abandono”, subrayó.
La muerte de Ramona, referente de La Poderosa de la Villa 31 expuso una situación previsible y lo que duele aun más, evitable: que el aumento exponencial de casos de coronavirus está vinculado a la falta de prevención y de políticas públicas. “Por eso, le exigimos a Larreta que retrotraiga las últimas medidas de la cuarentena en los barrios populares, ya que el aumento de casos no se detiene y la situación está fuera de control”, expresó Aiva.
Y es que el hacinamiento en las viviendas facilita la propagación del coronavirus, aumentando el número de vecinos y vecinas contagiadas. Esta situación se agrava aún más en los casos de quienes padecen enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión , EPOC, sobrepeso por mala alimentación, para quienes viven en ambiente contaminado, con falta de urbanización apropiada y de agua de red.
Aiva contó que desde el 6 de marzo, las organizaciones del barrio junto a la parroquia Caacupé, están llevando adelante medidas de prevención y relevamiento de la población de riesgo: “sin el compromiso de los vecinos y vecinas, la situación sería mucho más grave porque el Estado brilló por su ausencia”.
Otro de los reclamos urgentes es que el programa DetecTar se lleve adelante con responsabilidad, generando grupos de promotoras de salud que salgan a buscar vecinos y vecinas que puedan estar manifestando síntomas y así poder aislarlos, un punto de detección con profesionales de la salud.
En palabras de Dagna Aiva: “También reclamamos que se garantice que ninguna familia pierda el alquiler por falta de pago porque no pueden salir a trabajar y que se otorgue un subsidio habitacional. En los barrios hay cuidados, hay organización y hay solidaridad, falta el Estado que parece que nuevamente abandona a los más pobres a su suerte”.

Por sugerencia del Ministerio de Defensa llega el ejército a un comedor de la Villa 1.11.14

22.5.2020

Hoy, desembarcó el ejército en la Villa 1.11.14 para asistir al comedor de una parroquia. La iniciativa fue propuesta por el Ministerio de Defensa de la Nación a los sacerdotes ante el pedido de aliviar la situación crítica en el barrio que casi alcanza el medio millar de infectados por la pandemia del Covid-19.

El Ejército empezará a colaborar en el comedor de la parroquia Madre del Pueblo en el barrio Ricciardelli en la villa 1.11.14. La medida es similar al envío de soldados que se realizó al partido de La Matanza el 29 de marzo que genero posiciones enfrentadas en torno a si correspondía a las Fuerzas Armadas asistir a los barrios y si esto sentaría un mal precedente que habilite en un futuro la presencia militar en los barrios. El padre Juan explicó: “Solicitamos al Ministerio de Defensa una ayuda y ellos sugirieron enviar al Ejército que es el camino que vienen utilizando en otros barrios del Conurbano.
“Hace unos días nos sentamos a pensar con los sacerdotes sobre esta etapa de la pandemia en el barrio donde los contagios van creciendo y el programa detecta junto a las organizaciones del barrio y delegados localizar mejor donde están las situaciones más fuertes y frente a toda esta situación nueva de contagio nos parecía que debíamos ser responsables y ver nuestro funcionamiento. Por eso decidimos pedirle una mano al Estado”.
El padre Juan explicó que el Ejército se encargará de la cocina y habrá dos turnos por algunas semanas para bajar los riesgos ya que el comedor se trasladó frente a la parroquia para descongestionar el espacio.
En el barrio la pandemia ha intensificado la crisis. Manuel Alonso referente del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) en la villa 1.11.14 expresó que hace una semana se inició el operativo “Detectar” y que al inicio había unas 150 personas infectadas con Covid-19 y que a una semana después ya hay más de 470 vecinos infectados.
“Se está replicando la misma situación que en la villa 31 y por eso le estamos reclamando una reunión al Gobierno de la Ciudad. Primero para decir que hay algunos problemas en el operativo con el tema de la espera que se demora algunos días y la familia lo padece porque se los aísla en un hotel y nadie sabe en qué situación están. Si están internados o en terapia intensiva. Por otro lado es lo grave la situación alimentaria. En el barrio los comercios están cerrados y no hay para comer. Se está llegando muy justo”. La gente esta deambulando por el barrio, recorriendo comedores para tener un plato de comida y eso también trae riesgos. Las organizaciones sociales están acompañando y ayudando mucho para calmar la situación. El Gobierno reconoce que más del 70% de los casos sospechosos son acercados por las organizaciones sociales. Es un trabajo muy importante y pedimos que nos escuche”.
Carlos Lordkipanidse, ex detenido en la ESMA y militante del Encuentro Militante Chachito Fukman expresó, “Repudiamos la decisión, si se pide ayuda y se envía al Ejército no es ayuda. Las tareas y las provisiones podrían realizarse por medio de las organizaciones sociales para que ellas se encarguen de la distribución a quien lo necesita. Es que esto viene de antes, desde el momento en que Alberto Fernández dijo que había que dar vuelta la página. Decimos ninguna vuelta de página, el Ejército a los cuarteles y a sus funciones específicas que es defender las fronteras. En las villas no tienen nada que hacer”.

Covid-19: Ayuda humanitaria desde la Cárcel de Devoto a los barrios

21.5.2020

Por Carlos Palazzo, desde la Cárcel de Devoto

Nosotros seguimos en la Mesa de Diálogo pero vemos que son lentas, son buenas, los detenidos participamos de ellas, pero afirmamos que los poderes ejecutivos nacional y provinciales, podrían determinar de un plumazo la conmutación de penas o compensaciones para acceder a los arrestos domiciliarios o libertades que correspondan, tal como lo hicieron en muchos países del mundo. A la vez, Estamos preocupados cosiendo a mano los barbijos y material sanitario para las Villas 31; Bajo Flores y Barracas, cuando ya hace tiempo que pedimos la autorización al Servicio Penitenciario Federal para entrar las máquinas de coser, industriales y familiares, que YA TENEMOS, que son nuestras y queremos utilizar para hace más eficaz la ayuda humanitaria hacia los barrios, donde viven muchas de nuestras familias y amigxs. Cosiendo las 24 horas, en tres grupos de seis, estamos produciendo entre 700 y 1000 barbijos. Con las máquinas podríamos confeccionar 10 veces más. Ya hicimos donaciones en dos barrios y seguiremos así, los barbijos van acompañados con alcohol en gel y lavandina que compramos nosotros para las salas de estas villas, porque el Estado no estuvo como se debe en estos lugares».
En Devoto ya fueron al hospital 13 compañeros con covid-19. Y nos sentimos hacinados como en un gueto, no estamos «aislados» como se debe, con toda la higiene necesaria. ¿Qué están esperando? ¡Terminen con la burocracia!».
Somos seres humanos, tenemos sentimientos, y seguiremos con la ayuda humanitaria porque no queremos que sigan muriendo nuestros familiares. Lo que al Estado nunca le importó a nosotros sí. Y una de las pocas alegrías que tuvimos en este tiempo es ver a los médicos y enfermeras que recibían nuestros kits sanitarios con un cartel que decía: «Gracias Devoto, por la ayuda humanitaria».

Cuarentena sin Ramona y con furia travesti en la villa 31

21.5.2020

Por Alma Fernández

Este fin de semana la villa se partió en dos, como mi corazón y como la esperanza con que seguimos esperando la ayuda anunciada en estos tiempos de pandemia, pero nunca llega; y cuando llega, es para pocxs. Los festejos por el Día de la Madre (en Paraguay y otros países de la región, que se viven a pleno en el barrio) este domingo se vieron opacadxs por el fallecimiento de Ramona Medina, la leona villera de La Poderosa en la 31.

A algunxs no les importó el ocaso ni la pena de esta referenta que venía denunciando el hacinamiento, la falta de agua y el rápido aumento de casos de coronavirus en el barrio Carlos Mugica. El virus también terminó matándola a ella, pero no fue solo el virus.
Solía verla organizándose en tiempos neoliberales, porque Ramona fue una de las tantas mujeres que se las ingenió para darle de comer a lxs propixs y lxs ajenxs con dos cebollas, una papa y kilo de pan. Ahora que todo duele pienso: qué lindo hubiera sido ver a Ramona gestionando en los ministerios. Qué lindo es verla ahora convertirse en bandera. Pero también y sobre todo: qué triste. Qué injusto es no poder escapar a ese destino que se re-escribe una y otra vez como mandato obligatorio en cierta clase de vidas: nuestras vidas, las de quienes llegan a tener más importancia justo cuando nos morimos.
El lunes 18 de mayo, mientras nos preparábamos para asistir a una conferencia de prensa en la capilla, organizada y anunciada por los curas villeros, las fuerzas policiales también tenían preparada su actividad a la hora programada. Así lxs vecinxs que habitamos en las manzanas 23 y 23 bis fuimos aislados con una orden terminante: no salir de nuestras casas hasta que nos hicieran el hisopado y ver si teníamos coronavirus. A lo largo de todo el día estuvimos esperando que vinieran a analizarnos. A veces sin luz y a veces con miedo.
En medio de tanto flagelo, desconcierto y combate invisible, las travas y las personas excluidas, volvemos a ser carne de cañón. Lxs dueñxs de la moral y las buenas costumbres hacen cola para que las travestis y trans seamos las primeras en marchar a hacernos el testeo. Y ay si una de nosotras resulta infectada. Porque automáticamente será apedreada, alejada y quemada en la hoguera de las personas pobres que resisten a esta pandemia que es cruel con los que menos tienen, indiferente al género y a la orientación sexual.
Me toca esperar en silencio a que me llamen los médicos para el testeo. Miro por la ventana entre la escalera de hierro y pienso “Nada cambió en absoluto. Nunca las calles estuvieron vacías en la villa. A veces pienso que voy a despertar y esto será como un sueño, que nunca pasó.
Observo a los pibes víctimas del paco, cómo caminan agarrándose de las paredes, pasados de cansancio, las manos sucias, los ojos rotos y achinados, abrazando el abandono, como buscando algo que los ayude a superar este momento, este tiempo que sin saber los agarró y de repente todo -o nada- cambió. Esos pibes saben que no hay opción en el parador, como también saben que no tuvieron precaución, que no le dieron importancia a la cuarentena, que les dio lo mismo. Que cuando empezó esto decían que era una enfermedad de ricos. Recuero esos primeros días de confinamiento: la ciudad estaba llena de controles, y en el barrio, la policía ni circulaba por la villa, no hacía controles.
Ahora que estamos llegando a los 1000 contagios, empezaron a trasladar a lxs pobres al Hospital Muñiz para aislamiento y para hacer la cuarentena. Es aquí donde se nota más la diferencia: para nosotres no habrá un hotel adónde ir. Van a hacinarnos en el hospital. El mismo hospital especialista en enfermedades infecciosas en el que perdí a un montón de amigas. Un hospital donde a veces no hay agua ni insumos para las travestis.
Me pregunto cuál será la suerte de una de las nuestras, cuando al final el destino inevitable sea éste. Sabemos que en términos de políticas públicas y a la hora de salvarnos, siempre seremos las últimas. La categoría que nos asignó el Gobierno de la Ciudad a la hora de gestionar y resolver el tema habitacional es la de indigentes travestis/trans. Pero para lo único que te alcanza un subsidio habitacional en la Ciudad de Buenos Aires, la más rica del país, es para alquilar en alguna villa porteña. Ahí es cuando el virus se vuelve funcional al genocidio trans.

Con barbijo y sin abrigo: no ser más está humanidad

Nosotras sabemos: es mejor cuidarnos por nuestros propios medios. Entre nosotras aprendimos de la experiencia que nos da ser sobrevivientes de muchas cosas, entre ellas de la prostitución. Cuando el VIH/sida rondaba por las llamadas zonas rojas, al ver cómo se nos morían una a una las nuestras, nos consoló decir: “todas lo tenemos”. ¿Aplicaremos la misma fórmula para esto?
Porque cuando pase el Covid-19 tendremos que empezar de nuevo, una vez más, desde abajo. Eso también lo tenemos aprendido. Ahora no hay tiempo para pensar en el amor, ni para construir un proyecto de vida. Sabemos que nos toca sobrevivir y seguir soñando con salir adelante, aunque duela la silicona, te lastime el rechazo y falte el pan. Seguir viva es lo más importante, ¡siempre! Con barbijo y sin abrigo seguimos queriendo no ser más está humanidad. Con barbijo y con hambre postergamos sueños, anidando recuerdos de un pasado de mariposas libres volando alto y con furia.
Alma Fernández es activista travesti y vive en la 31, Retiro, Ciudad de Buenos Aires.

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