Ivonne Kukoc, madre del joven asesinado por el policía Chocobar: “Pido castigo”

9.11.2020

Por Oscar Castelnovo

Mirando de frente al edificio de los Tribunales de Comodoro Py, el pasado miércoles, se recortaba, nítido, un trazo de la Argentina misma. A la derecha, un grupo de defensoras del policía Luis Chocobar, mayoría de mujeres rubias, entonaban el himno nacional, marchas cuarteleras y agitaban banderas celestes y blancas entre otros símbolos de lo que algunos llaman “Patria”. De espaldas a ellos, unos 50 policías de la Ciudad, formados marcialmente, portaban grandes escudos, tonfas y con una rodilla flexionada, listos para el ataque, intimidaban a los familiares de la Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil y a militantes solidarios, con mayoría de piel trigueña. Allí, decenas de pibxs ejecutadxs por la Fuerzas de Seguridad sonreían desde las pancartas y las remeras junto a las banderas rojas, mapuches, negras y del Che. La sangre de los fusiladxs inunda una tierra que no les perteneció, les fue arrebatada. Un puñado de madres y padres exhiben una rabia que sí le es propia. Tan visible en su alma, sus ojos, en los gestos que atravesaban el aire, unidos a los insultos lanzados contra a los uniformados.

Entre ellos se destacaba Belén (22), dos hijos, hermana mayor de Pablo Kukoc, asesinado por la espalda, el 8 de diciembre de 2017, en las calles de La Boca por Chocobar, cuando el joven ya no era un amenaza para nadie. Todos vinieron a “hacerle el aguante” a Ivonne Kukoc, mamá de Pablo, quien declaró en el juicio a este policía de Avellaneda, por vía virtual, desde Salta. Belén recuerda su infancia en esa provincia: “Mi mamá nos crió a nosotros sola, ella trabajaba todo el día en la plantación de tabaco, éramos seis hermanos, yo como era la mayor me hacía cargo a los más chicos, tenía 9 años. Después venía Pablo, se puede decir que no tuvimos mucha infancia. Ella nos daba todo lo que podía, pero cuando se acababa la cosecha de tabaco, salíamos a vender pan casero y otras cosas. A veces ella trabajaba de noche en la clasificación del tabaco, nosotros ayudábamos a cocinar y a hacer las cosas de la casa. Casi siempre nos regalaba útiles en vez de juguetes porque para ella lo importante era que vayamos a la escuela”.

Espejos

Mientras adentro avanza la audiencia, afuera los uniformados montan una provocación contra Rubén Alcorta, padre de “Paly”. Aglomeración, empujones, puteadas, los policías, tonfa en mano, amenazan con iniciar la represión. “Vení, vení”, grita Rubén en guardia. En un segundo las familias y militantes se aglutinan y corean: “Como a los nazis/les va a pasar/adonde vayan/ los iremos a buscar”. Una compañera escribe en el piso, con pintura blanca, “Asesinos” y “yuta tranza asesina” al borde mismo de los borceguíes policiales. Luego, con tranquilidad prodigiosa, pega un espejo sobre un cartón que reza “yuta asesina” y lo enfoca, uno por uno, ante cada policía. Entre ellxs había una mujer y la muchacha le grita: “Que vergüenza, traicionaste a tu clase y a tu género”.
Por su parte, Sandra Gómez consideró una barbaridad lo que están haciendo en este caso, donde todo el mundo vio como Chocobar mataba a Pablo: con alevosía y bronca lo remató, cuando podía haberlo detenido y hoy Pablo estaría vivo con su familia. La mayoría de los asesinos que llegan a juicio lo hacen por la lucha de las familias, pero luego fiscales y jueces trabajan para la impunidad, mientras la policía planta pruebas, como en el caso de hijo, luego nos reprime”.

¡Fuerza, mamá!

En minutos iba a declarar Ivonne y estaba nerviosa, con temor y con rabia, según manifestó, por el celular conectado a los parlantes que irradiaron su voz en la brisa de Comodoro Py: “Chocobar no asumió su crimen, porque su deber no era matar”, manifestó. “Vos tranquila, Ivonne, el que tiene que tener miedo es Chocobar, no es un héroe, es un asesino. La víctima es tu hijo, decí desde el corazón lo que te salga como mamá, que estamos todos acá, para apoyarte”, le dijo Emilia Vassallo. Cada una de las otras madres le dio el mismo respaldo a Ivonne. Luego, tronó el “¡fuerza, mamá!”, de Belén.
Las provocaciones de la policía se sucedían una tras otra. Y los cánticos les respondían: “El policía es cagón/ con un fierro y chapa/ Defiende a los que tienen plata/mientras el pueblo va a prisión/ un mano a mano vamo’ a hacer/ aunque vengan con bastones/ porque son unos cagones y los vamos a correr “. Cuando lxs militantes llegaban a la parte de “un mano a mano vamo’ hacer”, dos uniformados asentían y miraban desafiantes a un sector donde solo había mujeres. Todas las amenazas y las cámaras de los policías de la Ciudad estaban dirigidas a la Marcha Nacional, ninguna estuvo orientada al patriótico bando que defendía a Chocobar quien, como se recordará, fue recibido con honores en la Casa Rosada por el expresidente Mauricio Macri.
En tanto, la abogada Gabriela Conder, de La Gremial, y Angélica Urquiza, mamá de Kiki Lezcano, preparaban un guiso, que chirriaba a fuego medio, en una gran olla popular.
Desde los parlantes, Víctor Jara, Carmelo Santo, Mano Negra y los Fabulosos Cadillacs invitaban moverse y escuchar para quitar, con el ritmo, ansiedad a la espera. “¿Adónde van los desaparecidos/ busca en el agua y los pajonales/¿Y por qué es que se desaparecen?/ Porque no somos todos iguales”, cantaba Vicentico.
Las conversaciones iban desde cómo era cada hijx, hasta la reciente Toma de Guernica, donde 1.400 familias fueron desalojadas a balazos, gases y topadoras bajo comando del ministro de Seguridad Sergio Berni, en la provincia que gobierna Axel Kicillof. Una militante de Correpi dijo a esta Agencia, que hasta octubre el Gobierno de Alberto Fernández, lleva 310 asesinadxs por Gatillo Fácil, torturas en sitios de encierro y desapariciones forzadas, entre otras modalidades represivas.
La policía de Rodríguez Larreta volvía a la carga y se recogía otro cántico: “No son obreros/ no son trabajadores/ son los milicos cuidando a los patrones”. El contrapunto duró toda la jornada bajo el solazo en este rincón de la ciudad de Buenos Aires.

“Chocobar mató a toda mi familia”

Al fin, el teléfono sonó e Ivonne anunció que ya había declarado: “Quiero contarles que salió todo bien, que tuve fuerzas gracias a ustedes, en un momento me quebré porque es muy difícil hablar de la persona que mató a mi hijo. Le pregunté al juez si el deber de un policía era matar de esa manera. Hoy el policía Chocobar tiene la posibilidad de ser juzgado, algo que no tuvo mi hijo porque fue asesinado por la espalda, escapando, sin representar un peligro para nadie. Por eso le pedí al juez castigo para este asesino. Porque Chocobar mató a toda mi familia, no solo a mi hijo, nos destrozó”.
Gritos de aprobación y aplausos despidieron a Ivonne.
El guiso de verduras, arroz y alas de pollo había llegado a su punto de cocción y, sabroso, se compartió con un vaso de agua para cada quién, en la vereda, de este lado de las rejas de los juzgados.
Del otro lado, otro tipo de asunto empezaba a fermentar. Chocobar llegó al juicio acusado por la fiscalía por el delito de “homicidio agravado en exceso del cumplimiento del deber”, que tiene un máximo de 5 años de prisión. En tanto, el abogado de la familia Kukoc, Pablo Rovatti, solicitó “homicidio agravado”, que contempla prisión perpetua.
De ese modo, Ivonne Kukoc, llamó a las cosas por su nombre y pidió castigo. El tema no contempla solo el caso de Pablo. La impunidad de Chocobar, si eso están cocinando los jueces, será un enorme empuje para continuar el genocidio de miles y miles de jóvenes bajo la bandera, los estrados, las leyes malparidas, las marchas cuarteleras y las balas para pobres, entre otros símbolos de los que algunos llaman “Patria”.

Recuadro: Presencias

Emilia Vassallo y Rubén Alcorta, padres de Paly Alcorta, fusilado el 18-5-13/ Sandra Gómez, mamá de Omar Cigarán, asesinado 15-2-13/ Angélica Urquiza, mamá de Kiki Lezcano, ejecutado 8-7-09/Roxana Cainzos, mamá de Nehuen Rodríguez, ultimado el 15-12-14/Julia Lara, mamá de Agustín Lara, asesinado el 30-5-20/ Alfredo Cuellar, padre de Florencia, matada el 23-12-12/Colectivo Contra el Gatillo Fácil La Plata/ Hijos La Plata/ Colectivo Luciano Arruga/ Correpi/ Centro de Acción Cultural Diego Cagliero/ /Gabriela Conder, Rosario Fernández y Eduardo Soares, Gremial de Abogados y Abogadas/ Claudia Agüero, de la Comisión contra la Represión Policial/ Convocatoria Segunda Independencia/ / Laura Marrone- ex legisladora Izquierda Socialista / Opinión Socialista/ Juventud Revolucionaria-Che y Liga Socialista Revolucionaria, entre muchos otros.

El reconocimiento facial y el panóptico

8.11.2020

Por Javier Occhiuzzi

El jueves 22 de octubre en la Legislatura porteña se aprobó una ley de video vigilancia que incorpora la tecnología de reconocimiento facial. El Frente de Todos presentó un proyecto para aplicar una técnica repudiada y cuestionada en todas partes del mundo y por ONG varias. La Ciudad de Buenos Aires regularizó su propio sistema de espionaje y control social. Vigilar y castigar, y además monitorear y experimentar. Haremos un breve recorrido por esta nueva tecnología, sus fallas, sus defectos y su uso político en tiempos de crisis.

El filósofo Michel Foucault analizó el cambio económico y social que surgió con la Revolución industrial conocido como capitalismo, que generó un aumento de la riqueza y llevó a que la burguesía se tensione más en combatir los crímenes contra la propiedad que los crímenes contra sujetos individuales. El castigo ya no puede concebirse como una venganza, sino que se justifica a partir de la defensa de la sociedad y de su utilidad para el cuerpo social. Aparece, así, la importancia de la prevención del delito. Por lo tanto, según Foucault, lo que piden los reformadores a lo largo de todo el siglo XVIII es:
No castigar menos, sino castigar mejor; castigar con una severidad atenuada, quizá, pero para castigar con más universalidad y necesidad; introducir el poder de castigar más profundamente en el cuerpo social [1].
Este nuevo temor de la burguesía nació en la forma de la sociedad carcelaria. La estructura más difundida de esta es el “panóptico”, que permite crear un “sentimiento de omnisciencia invisible” sobre los detenidos, en donde cada sujeto se reduce a su mínima unidad y, gracias al panóptico, se garantiza el orden y no hay peligro de complots. El panóptico puede ser también utilizado como máquina de hacer experimentos y modificar el comportamiento o reencauzar la conducta de determinados individuos. Es un lugar privilegiado para hacer posible la experimentación con humanos. En cierta forma es un laboratorio de poder.

La video vigilancia y el panóptico

Las tecnologías digitales empleadas para el monitoreo no son algo exclusivo de nuestra década, sino que surgieron a mitad del siglo XX. El ejército nazi utilizó en 1942 por primera vez cámaras de vigilancia en circuitos cerrados de tv para monitorear lanzamientos de misiles. El límite que tenían estos circuitos cerrados era que no se podían monitorear a la distancia; había que estar dentro de ese circuito para ver las imágenes. Es decir: no hay posibilidad de acceder desde ningún monitor ni dispositivo fuera de dicho circuito.
Con el surgimiento de los avances en telecomunicación, empezaron a surgir los primeros grabadores con tarjeta de red, con los cuales, a través de aplicaciones, ya se podían visualizar las cámaras desde monitores o computadoras externas a la instalación. Comenzó a surgir el acceso remoto y, por lo tanto, se hizo posible acceder a la visualización a distancia desde cualquier aparato electrónico en cualquier parte del mundo. El antiguo circuito cerrado de TV ha pasado a ser un sistema de video-verificación: si aparece en la imagen de la pantalla, es verdad.

Breve historia del reconocimiento facial

En 1960 se comenzó a trabajar en una tecnología que podía identificar los rasgos humanos en una imagen. Por medio de un lápiz óptico se marcaban las coordenadas de los ojos y la boca; era un sistema preciso, pero manual. En los ‘80, junto con el nacimiento de la programación informática, surgió el primer programa de identificación facial. En 1991 surgió el primer algoritmo que podía identificar un rostro humano en una fotografía: nació el reconocimiento facial automático. De a poco, esta nueva tecnología se fue introduciendo en los sistemas de seguridad, hasta el 2001. Luego del atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de ese año, el Estado comienza a incorporar estos sistemas de vigilancia en los aeropuertos y lugares de transbordo, las nubes de información daban la capacidad de almacenamiento para cruzar bases de datos y verificar a los pasajeros.
Pero la tecnología de reconocimiento facial no llegó al público en general sino hasta 2010, cuando Facebook la incorporó para etiquetar gente. Ciertamente se volvió un tema polémico a partir de los cuestionamientos que surgieron en la población por la violación de la privacidad. Para no entrar en esa polémica, Facebook, desde septiembre de 2019, deja que cada usuario decida si quiere o no que el algoritmo lo etiquete.

El ojo blindado que nos mira mal

Al día de la fecha, de entre el software de reconocimiento facial se pueden identificar dos grandes grupos.
El primero de ellos es el sistema “uno a uno”, cuyo objetivo es verificar que uno es quien dice ser. El ejemplo más claro son los smartphones que se desbloquean con reconocimiento facial o los sistemas de pago bancarios. El ejemplo más extremo de esto es Singapur, en donde el reconocimiento facial es el nuevo método oficial reconocido por el gobierno con el que los ciudadanos pueden identificarse para acceder a servicios gubernamentales y privados.
El otro grupo de algoritmos que maneja el reconocimiento facial es el “uno a x”, que utilizan los sistemas de seguridad en los espacios públicos. Estos sistemas cuentan con una base de datos previa de personas registradas, que al momento de verificar son cruzadas (big data mediante) con las imágenes de los que transitan el espacio para ver si alguna coincide con las que componen esas bases.

Los algoritmos también son racistas

Si bien es cierto que el reconocimiento facial se ha expandido a lo largo del mundo, su uso y aplicación con fines de “seguridad” es desigual en distintas partes del planeta.
En 2015, un usuario de Google Photos descubrió que el programa etiquetaba a sus amigos afroamericanos como si fueran gorilas: la inteligencia artificial (IA) era incapaz de distinguir una tez oscura de otra. A principios de 2018, una investigación de la Universidad de Darmouth confirmó el sesgo racista de Compass (el sistema que usan los jueces estadounidenses para apoyar sus decisiones). El software sugería la no libertad a los afroamericanos (a quienes además perjudicaba con falsos positivos, pronosticando más reincidencias que las reales) con mayor frecuencia que la de los blancos, a quienes beneficiaba con falsos negativos. En otras palabras, podemos decir que si “la estadística” arroja que la mayoría de los acusados son afroamericanos, el algoritmo asume que es más probable que los culpables sean personas de tez oscura.
Es muy importante destacar estos casos, ya que dan cuenta que los algoritmos y la tecnología en general no surgen de la nada, sino que son obra de personas con intereses e ideología que se filtran en su creación a través de lo que se conoce como “sesgo digital”. Dicho de otra manera: los prejuicios individuales y generales de los programadores que se combinan con los de otras personas en una escala masiva y se amplifican. Esta naturalización tecnológica oculta la detección de los sesgos y la discriminación se enmascara.
Todos estos temas no están resueltos y, al contrario, parece que se potencian en momentos de crisis donde la represión estatal está a la orden del día. Tanto es así que Microsoft se negó a producir este tipo de software para la policía debido a que no hay todavía una reglamentación sobre derechos humanos que la regule. Amazon suspendió la comercialización de esta tecnología hasta que se profundice una regulación sobre ella. Y, en el mismo sentido, IBM también se sumó a esta “moratoria” por idéntica razón.
San Francisco fue la primera ciudad de EE. UU. que prohibió el uso del reconocimiento facial por la policía en 2019 debido a las violaciones a los derechos humanos. Este año también se sumó Boston, y la disputa sigue creciendo.

El falso positivo y la ciber-portación de rostro en la ciudad de Buenos Aires

Buenos Aires este año ganó el título de ser la primera ciudad del mundo en experimentar el reconocimiento facial en niños. Según denunció la organización Human Rights Watch el 9 de octubre de este año, el sistema de monitoreo facial de la ciudad incluye en su base de datos de personas a “identificar” a menores de edad.
Las bases de datos se alimentan con el listado de “capturas pendientes” del CONARC (Consulta Nacional de Rebeldías y Capturas) donde figura el nombre completo, el DNI y la fotografía del DNI, la cual es usada por el algoritmo para compararla con todas las caras que pasan por las cámaras de este sistema (por ejemplo, en la terminal de trenes del barrio de Constitución). Y, por si todo esto fuera poco, el listado incluye a menores de edad con nombre completo; la enorme mayoría de ellos por delitos leves, como hurto.
En una carta enviada por Human Rights Watch al jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, se le extiende un completo informe en donde se demuestran todos los defectos y errores del sistema:
En la actualidad, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires está utilizando el sistema a pequeña escala por cuestiones presupuestarias. La Unión Europea ha estimado que cuando la tecnología de reconocimiento facial se utiliza en lugares transitados por millones de personas, como un sistema de estaciones de subte, incluso una tasa de error relativamente baja como el 0,01 % podría resultar en que cientos de personas sean erróneamente identificadas una vez que el sistema se implemente a gran escala. En una declaración oficial, el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha admitido tasas de error del 3 % o más.

El falso progresismo y el ciber-espionaje

El 22 de octubre pasado, con 36 votos a favor y 18 en contra, la Legislatura porteña aprobó la ley de regulación del reconocimiento facial, tan repudiada por organismos de derechos humanos nacionales e incluso internacionales.
El bloque político que presentó el proyecto fue el del Frente de Todos, de la mano de la diputada Claudia Neira. Al parecer, podemos afirmar que hay una doble vara para medir el ciber-espionaje. Cuando se es oposición es malo, pero cuando se es gobierno es bueno. Doble discurso y el fin de un relato de progresismo e inclusión que habilita mecanismos de control y discriminación repudiados en el mundo entero.
Podemos decir que el reconocimiento facial cumple el sueño de todo régimen autoritario que consiste invertir la carga de la prueba: si el algoritmo lo dice, se es culpable hasta que se demuestre lo contrario, como dijo Myriam Bregman, legisladora del PTS en el FITU, en la sesión que discutió dicho proyecto.

A modo de cierre y conclusión

Los dispositivos de control masivo nacen con el Estado moderno, ya que su objetivo principal es administrar los negocios de una pequeña minoría, y para eso se debe tener control sobre la amplia mayoría de la clase trabajadora. Desde el nacimiento del banco de datos con huellas digitales, pasando por el documento único de identidad y llegando al reconocimiento facial, el objetivo es el mismo: presuponer que hasta que no se es correctamente identificado, se es potencialmente peligroso.
Estas técnicas han tomado diversas formas y estilos de aplicación a lo largo de las últimas décadas, pero siempre de lo que se trata es de cómo se establece la relación de fuerzas para su aplicación. La tecnología no flota en el aire, las ideas no caen del cielo. Estos dispositivos se ubican en los lugares de tránsito donde la clase trabajadora se mueve, en los lugares en donde protesta, se manifiesta y sobre todo lucha. Su razón de ser es la cohesión y la intimidación.
Que esta nueva técnica se aplique, va a depender de cómo la clase vigilada y castigada se organice y luche, ya que la aplicación de las nuevas técnicas depende del resultado de la lucha por una relación de fuerzas. En resumen, como dijo la legisladora Myriam Bregman: “Al reconocimiento facial no se lo regula, sino que se lo prohíbe”.

NOTAS AL PIE

[1] Foucault Michel, Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión, Bs. As., Ed. Siglo XXI, 2005, p. 86.

CABA: Jornada Político Cultural por Tierra, Hábitat y Vivienda

6.11.2020

Este viernes de 16:00 a 20:00, bajo la consigna “¡Guernica Vive, la Lucha Sigue!” se llevará a cabo en el Obelisco una Jornada Político Cultural por Tierra, Hábitat y Vivienda.

Será una Jornada de debate y visibilización de las distintas experiencias de recuperación de tierras en Buenos Aires, organizada por Coordinación de delegades de la recuperación de Guernica y organizaciones sociales que acompañan.
La jornada constará de Paneles de Organismos de DD HH, Comisión de Urbanismo que realizó el proyecto de urbanización para Guernica, Comisiones de Salud y Niñeces que formaron parte del proceso, comisión de géneros, mesa de comunicación popular con transmisión en vivo y Radio abierta.
También, se presentará una muestra fotográfica de colectivo de fotógrafes y periodistes que estuvieron haciendo cobertura durante estos tres meses.
El objetivo de la actividad es “seguir fortaleciendo la lucha de las familias de Guernica y de todas las recuperaciones, así como también seguir poniendo en agenda la problemática de lxs vecinxs desalojadxs, poder abrazarles en la lucha por tierra para vivir y producir!”, señalan desde la convocatoria.
“Porque la tierra y la vivienda digna son derechos elementales, porque nuestros sueños y nuestras luchas No Se Desalojan!!”
La transmisión en vivo podrá seguirse desde https://radios.yanapak.org/lascavas y en Facebook: Historias desde adentro de la Recuperación de tierras de Guernica.
Además, la Red Nacional de Medios Alternativos se sumará a la cobertura en vivo desde https://rnma.org.ar/

Desalojos en la 31: “No nos vamos a rendir, exigimos vivienda digna’’

6.11.2020

Por Rosana Gómez

Son familias y mujeres embarazadas. Trabajadoras y desempleadas sin techo. Como en Guernica, o en el hotelito son ellas las que se ponen al frente ante los gobiernos que no les dan respuesta. El eco de ni una menos sin vivienda resuena cada vez más fuerte.

El reclamo de ni una menos sin vivienda se hace sentir cada vez más en todo el país. Desde Guernica hasta los barrios populares, son mujeres víctimas de violencia de género, que escapan junto a sus hijes de los violentos de sus hogares, que viven hacinadas en las casas de sus familiares en plena pandemia, son familias que quieren un futuro mejor para sus hijes. Pero no se resignan a vivir así.
Este es el caso de las vecinas de las viviendas YPF frente al ministerio de educación del barrio padre Carlos Mugica (Barrio 31) un complejo de 26 edificios, con lugar para 1200 familias.
Son viviendas que construyó el gobierno de la ciudad para reubicar a las 1400 familias que vivían en el bajo autopista Illia, con la intención de construir un parque lineal elevado al estilo high line de Nueva York. Los vecinos de la 31 venían denunciando que las cláusulas en las escrituras que les ofrecen son engañosas: establece la “caducidad de los plazos del crédito” ante la falta de pago de tres cuotas consecutivas de los impuestos o los servicios, en consecuencia pueden ser desalojados, además plantea que el gobierno de la ciudad seguirá siendo propietaria de las viviendas y podría vender las letras hipotecarias a terceros, a privados.
Los responsables tienen nombre y apellido: en Guernica el gobierno de Alberto Fernández junto a Axel Kiciloff premiaron al día siguiente del desalojo a los policías otorgándoles nuevos patrulleros y más presupuesto para reprimir.
Esas tierras que fueron adquiridas en la dictadura por empresarios, podrían haberse declarado de uso público hasta dar una respuesta a las familias que solo exigen tierra para vivir.
En la ciudad, el multimillonario Diego Fernández, encargado del plan de urbanización de la villa 31, es inversionista de black rock (fondo que negocia la deuda externa), dueño de Dashi Sushi con un patrimonio de yates, casas en el exterior y cuentas off shore. Él junto a Larreta, son los responsables políticos de los desalojos en la villa y de las condiciones precarias en la que viven los vecinos.
A pocas cuadras de las viviendas de YPF, está el hotelito, un lugar de tránsito propiedad del gobierno, donde 35 niñes y 11 familias entre ellas mujeres víctimas de violencia de género exigen una vivienda digna pero el gobierno opta por el desalojo y que vuelvan con los violentos a sus hogares. Lejos están de querer garantizar una vivienda a estas familias, las vecinas de YPF denuncian que apenas 300 de las 1400 familias del bajo autopista fueron reubicadas. Las viviendas continúan vacías, y la necesidad de un techo para las familias de la 31 crece cada vez más.
“Estaba trabajando, en negro. Me enteré de mi embarazo a los 5 meses y no pude trabajar más. Llegue a cobrar el Ife, pero la Asignación x hijo todavía no la cobro. Vivía en lo de mi suegra, en un cuartito 4×4. Lo que exijo del estado es que me entreguen los materiales que me corresponde por contrato y me paguen la habitacional para poder vivir con mi familia ,mi pareja y mi hija que es imposible conseguir un alquiler hasta yo poder terminar mi casa. Conozco la situación del hotelito y por eso solicito ayuda xq no quiero quedar en la calle con mi familia, ya que mi pareja y yo no contamos con trabajo. Conocemos lo de Guernica y estoy con el dolor en el corazón x lo q paso con esas mujeres q luchan x tener un terreno para sus hijos”, contó una de las vecinas.
‘’Lo que yo le exijo al gobierno que nos den la vivienda que realmente le corresponde a mi pareja ya que su familia vivía Bajo autopista, a ellos le dieron sus viviendas a mi pareja le están negando siendo que él tiene los censos que el gobierno exige’’, concluyó.
El amedrentamiento policial es constante, denuncian que son amenazadas con desalojarlas como les ocurre a las mujeres del hotelito, hasta el punto de no dejarlas entrar ni salir de las viviendas ‘’Estoy preocupada porque mañana tengo q ir al hospital y no me van a dejar salir. Mi hija recién cumplió los 3 meses, necesita vacunas y está mal del ojito’’ nos cuenta otra vecina.
Rosi de la Red de trabajadores precarizadxs, que se solidariza con las familias de las viviendas YPF comenta: ‘’La problemática de vivienda, cada vez es peor para los que menos tenemos, los pocos que podemos pagar un alquiler y no tenemos un laburo estable tenemos que laburar horas extras, changas, para comer y pagar un techo.
En pandemia muchas trabajadoras se quedaron sin trabajar y algunos quedaron en la calle, no se respetó el decreto que contemplaba no desalojar si no tenés para pagar. En pandemia me mude dos veces buscando un alquiler más barato y más cerca de mi laburo para ahorrar en viatico.
Estuvo la toma de Guernica, que sufrió un brutal desalojo a cargo de Berni y Kiciloff, donde muchas familias quedaron en la calle. En el barrio 31 está el hotelito donde hay mujeres víctimas de violencia de género y laburantes que se quedaron en la nada.
En villa 31 sabemos que hay hacinamiento, esas familias eligieron entre habitar esas viviendas o estar en la calle con sus hijes. Me pregunto ¿qué espera el gobierno de la Ciudad para ubicar a las familias que necesitan un techo? No puede ser que hayan viviendas vacías y gente en la calle, seguro están esperando a hacer campaña en las próximas elecciones y mientras tanto miran para un costado porque no tienen ni idea lo que es vivir pensando cómo hacer para pagar un alquiler con un laburo precario, como siempre la crisis la pagamos los trabajadores mientras ellos hacen sus torres en puerto madero, no lo podemos permitir.
Desde la red proponemos a todxs lxs jóvenes del barrio juntarnos en asambleas como hicieron en el barrio de lugano, que vengan a contar su realidad y propuestas para pelear juntxs contra las condiciones de vida y trabajo de lxs jóvenes del barrio, por trabajo con derechos, vivienda digna e IFE de 30 mil en base a impuesto a los ricos, porque si tocan a uno nos tocan a todos.’’
’’A los pobres nos quieren esclavizar, por eso hay que movernos hay que luchar, estamos peleando por algo que a ellos les sobra: ellos tienen plata, tienen el colegio terminado, las Iglesias también tienen tremendas casas, mansiones, ¿por qué a nosotros nos discriminan? No nos vamos a rendir’’ Dice L, una de las vecinas que está buscando unirse con otras familias del barrio que están en la misma situación, como las aguerridas mujeres del hotelito.
Lejos de ser víctimas impotentes, ellas se ponen al frente y salen a luchar, con la fuerza de las mujeres de Guernica, de la toma de los ceibos, del hotelito por vivienda digna, porque nadie las va a callar ni esclavizar más. Desde la izquierda diario les brindamos todo el apoyo y ponemos este medio a su disposición para que su lucha triunfe.

Ivonne Kukoc: «Chocobar tiene la oportunidad de ser juzgado que no tuvo mi hijo»

5.11.2020

Declaró en el juicio la madre del joven muerto por la espalda por el policía que fue emblema del macrismo.

Durante alrededor de una hora, Ivonne Kukoc, madre de Juan Pablo Kukoc, muerto a tiros por la espalda el 8 de diciembre de 2017 por el policía Luis Chocobar, declaró este miércoles por videoconferencia ante los jueces del Tribunal Oral de Menores 2, en una nueva audiencia del debate que se lleva adelante para determinar la responsabilidad del uniformado. La mujer, cuyo testimonio fue el único de la jornada, fue contundente al señalar que «Chocobar tiene la oportunidad de ser juzgado, oportunidad que no tuvo mi hijo que fue asesinado por la espalda».
Ivonne, que se encuentra viviendo en el interior de Salta, declaró desde la sede de la Defensoría General de la Nación en la capital salteña y respondió tanto a preguntas de la fiscal General ante los Tribunales de Menores, Susana Pernas, como de su representante, el abogado de la DGN, Pablo Rovatti.
En el mismo juicio también es juzgado el joven que participó en el robo junto a Kukoc -en ese momento era menor de 18 años y por ese motivo se realiza ante un tribunal de menores y a puertas cerradas-.
Tal como ocurrió en las audiencias anteriores, Chocobar concurrió de manera presencial a la audiencia junto a su abogado Fernando Soto, mientras que en la puerta de los tribunales de Comodoro Py se concentraron grupos que repudian el «gatillo fácil» y un grupo en apoyo al policía acusado, que en otras ocasiones habían lanzado advertencias sobre el resultado del juicio. En el medio de ambos, un cordón policial hasta el momento se había mostrado suficiente para evitar incidentes.
Según aseguró Rovatti, el testimonio de la madre fue «muy duro, muy sentido y doloroso. Declaró durante alrededor de una hora, y debió ser interrumpido durante algunos minutos» a pedido de la mujer, que no podía contener el llanto.
En relación al desarrollo, la declaración de Ivonne se centró en dos partes. En la primera, la fiscal Pernas le pidió que recordara el día del hecho, y le realizó preguntas relativas al joven acusado. En segundo lugar, Rovitta le pidió que describiera a su hijo. Ivonne dijo que era «un chico alegre, que ayudaba» y no negó que «había tenido problemas con el alcohol y el antecedente del robo de un celular».
Cuando Rovitta le preguntó que esperaba de su participación en el juicio, la madre respondió que “nunca lo victimicé, nunca dije que estaba bien lo que hizo, siempre recé para que el turista sobreviva».
Y afirmó que «disparar por la espalda no es para nada cumplir con el deber de un policía. No pido que lo maten a Chocobar como mató a mi hijo, pido que se lo juzgue y que decidan si se merece un castigo. Quiero que los jueces me expliquen si matar por la espalda es el trabajo de un policía»,
Tras la declaración de la madre, el tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo miércoles, cuando está previsto que se realice una inspección ocular en el lugar donde se registró el hecho.
Según la investigación, el 8 de diciembre el turista estadounidense Frank Wolek (60) caminaba por La Boca y, poco antes de llegar a la calle Caminito, fue interceptado por dos asaltantes, uno de los cuales lo apuñaló una decena de veces en el pecho y lo dejó gravemente herido.
Tras el ataque, ambos asaltantes salieron corriendo, mientras que Wolek fue auxiliado por un par de testigos. Instantes después, dos testigos corrieron a uno de los asaltantes, Juan Pablo Kukoc, a quien lograron retener y que soltara la cámara fotográfica robada, mientas que el otro joven logró escapar (fue detenido al día siguiente). Entretanto, hizo su aparición Chocobar, uniformado de la policía de Avellaneda, mientras Kukoc aprovechó para zafar y escapar, perseguido por el policía.
Tras una breve persecución en la que Chocobar disparó al menos siete veces, algunas al aire y varias contra Kukoc que escapaba, dos balas impactaron en su cuerpo, una en el fémur, rompiéndole el hueso a la altura de la cadera y otra que le dio en la espalda luego de rebotar en el piso. Ambos proyectiles fueron considerados por los peritos como mortales aunque no se determinó si alguno de los dos fue el que le provocó la muerte.
Para la defensa, que uno de los disparos haya rebotado en el piso indicaría que la intención de Chocobar fue no apuntar a matar sino a las piernas.
Chocobar no declaró hasta el momento en debate oral, pero durante el proceso declaró en dos oportunidades y en ambas se contradijo y contradijo la versión de su defensa. La primera vez sostuvo que lo vio darse vuelta y se asustó y le disparó. La segunda dijo, en cambio, que el joven se dio vuelta y se le vino encima y por ese motivo disparó. Para colmo, ambas declaraciones contradijeron las imágenes captadas por una cámara de seguridad, en la que se ve que los disparos son hechos mientras Kukoc le daba la espalda.
Los jueces Fernando Pisano, Jorge Apolo y Adolfo Calvete, del TOM 2, dispusieron que la próxima audiencia, el miércoles 11, se dedicará a una inspección ocular en la escena del hecho, y el 18 será el turno de la víctima del asalto, el turista Frank Wolek.

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