Frío en las escuelas porteñas: “No sé cómo estoy escribiendo. Siento hielo en los dedos”

28.6.2021

A través de un correo electrónico, cínicamente, el Ministerio de Educación porteño sugiere a estudiantes y docentes llevar “varias capas de ropa superpuesta” y mantas. Testimonios de una presencialidad congelada que se replica en todo el país.

El protocolo para la presencialidad prohíbe calefaccionar las aulas por medios que remueven el aire, por este motivo, y por la falta de mantenimiento y reparación de cientos de estufas, decenas de escuelas de la Ciudad abren sus puertas con la calefacción apagada. Aun en días de temperaturas bajísimas de pleno invierno, el gobierno prefiere sostener las escuelas abiertas en vez de invertir en un plan de conectividad y dispositivos para resguardar la salud de la comunidad educativa.
Sin embargo, el cinismo de mantener las escuelas abiertas en medio del crudo invierno cruza la General Paz: en el Gran Buenos Aires también se tomó la misma medida sin invertir un peso en condiciones edilicias que estén preparadas para no congelarse en el intento de enseñar y aprender. Ambos gobiernos parecen estar pensando más en las elecciones que en las condiciones en las que se dan clases. La presencialidad se da a cualquier costo, incluso aunque implique una tortura con ventanas y puertas abiertas. En palabras de un alumno de primaria de Flores: “No sé cómo estoy escribiendo. Siento hielo en los dedos”, contó su maestra a este medio.

La bronca de quienes ponen el cuerpo por abajo

Una mamá de alumnes de una escuela pública de Palermo contó a este medio con preocupación: “Hoy le pregunté a mi hijo por donde salía el calor o donde estaba la calefacción y me dijo que la seño le contó que al ser un aparato viejo, la calefacción del aula donde estaban ellos no andaba. Me da mucha bronca”.
Una docente de Flores nos cuenta: “Si tuviese que definir cómo es dar clases con este frío lo resumiría en una palabra: tortuoso. Las bajas temperaturas se sienten por demás en las aulas con todo abierto. Hoy di clases con tres sweaters, uno arriba del otro, un sacón y una mantita echada por encima de esa pila de ropa. Los chicos estudian también con gorros, guantes, campera y aun así me preguntan: “Seño, ¿no podemos cerrar un ratito?” Todos lo sufrimos dentro de la escuela y fuera de ella también. Los días que vuelvo de la escuela a casa me lleva horas volverme a templar y no hay estufa o bolsa de agua caliente que palie esa sensación de congelamiento. Vengo teniendo contracturas severas de tanto que me paso encorvada, sin darme cuenta, para juntar calor. Y los días en que no vuelvo a casa hasta la noche el malestar se prolonga aún más, ya que muchos profesores andamos de escuela en escuela y entre el viaje y las aulas estamos sencillamente toda la jornada padeciendo el frío sin un minuto a resguardo”.
Otra docente, con la misma angustia relata: “Al mediodía casi me pongo a llorar, di clases con bufanda y con guantes, me duelen todos los huesos del cuerpo, me duele todo el cuerpo. No me puedo sacar la campera desde la mañana. No, no se puede. Encima desde el Gobierno te mandan ´recomendaciones´ como llevar triple abrigo y mantas. Están haciendo un uso político de la educación, exponiendo la vida de lxs pibes y de las maestras”.

El cinismo sin límites por arriba

En un contexto en el que un 34% de los niños, niñas y adolescentes de Argentina están en situación de emergencia alimentaria, el frío y la falta de abrigo adecuado atenta contra la posibilidad de atravesar resfríos, gripes y otras enfermedades infectocontagiosas de manera leve. Como si esto fuera poco, el Gobierno de la Ciudad, lejos de proveer refrigerios nutritivos y saludables, entrega viandas miserables de bajísima calidad que no aporta los nutrientes básicos para una dieta diaria adecuada.
“Más educación, mejor futuro” se puede leer hacia el final del correo electrónico enviado desde el Ministerio de Educación. Nos preguntamos: ¿qué temperatura hace en los cómodos y confortables despachos de los funcionarios desde donde redactaron estas “recomendaciones para los días de frío”? ¿Enseñar y aprender con sensación térmica de 5 grados implica “más educación”? ¿Y si prueban con dejar de vulnerar los derechos de los niños y niñas brindándoles infraestructura adecuada, alimentación saludable y conectividad?
Está claro que con este frío no se puede estudiar. Se esperan sensaciones térmicas bajísimas pero las políticas públicas en materia educativa continúan siendo improvisadas e insuficientes. En sintonía fina con el pago del Club de París, el ajuste que se está llevando adelante golpea la realidad de miles de estudiantes, docentes y familias que sin ningún tipo de medidas de fondo deben asistir a clases en temperaturas bajo cero, exponiendo su salud en medio de una pandemia que se cobra la vida de cientas personas por día. En este marco, sin inversión en alimentación saludable, infraestructura y calefacción adecuada, mantener las escuelas abiertas bajo estas condiciones es hacerle pagar la crisis a los de abajo: las familias trabajadoras que envían a sus hijes a la escuela pública.
Urge un plan de lucha para pelear contra este ajuste que se siente fuerte en la educación. CTERA debe romper la tregua con el gobierno y organizar a la docencia que denuncia junto a las familias las condiciones de esta presencialidad no cuidada y exigir un plan de inversión ya en vacunación masiva, dispositivos, conectividad e infraestructura.

Fernán Quirós dijo que “no hay duda de que habrá una tercera ola”

25.6.2021

Para el ministro porteño, el impacto de la próxima curva de casos de coronavirus podría estar relacionado con las nuevas cepas y su impacto dependerá del avance de la campaña de vacunación. Al igual que Nación, se anuncia lo que viene, pero no un plan serio y de fondo para enfrentarlo.

El ministro de salud porteño, Fernán Quirós dijo esta mañana que es indudable que el país enfrentará una nueva ola de casos de covid-19, probablemente relacionada a las nuevas variantes del virus aunque “es imposible predecirlo”.
Un día después de que Horacio Rodríguez Larreta aceptara que los contagios vienen bajando pero aún son altos, Quirós afirmó que esta ola “podrá ser significativa en término de casos, pero el grado de daño dependerá de cómo avancemos con la campaña de vacunación” para evitar casos críticos y letales.
Al igual que la Nación y la Provincia que avanzan con la presencialidad de las clases a medida que se desenvuelve la campaña electoral, la Ciudad apuesta todo, por un lado, a la llegada de las vacunas, cuestión que depende de la voluntad de los laboratorios para liberar cargamentos en gran medida ya pagos, incluso y, por el otro, a la responsabilidad individual.
Como el año pasado, otra vez con el diario del lunes, la preparación y planificación se limita a la advertencia en palabras. “Tenemos que postergar lo más posible una tercera ola”, afirmó el funcionario y agregó que para eso “tenemos que tener una cantidad importantísima de porteños protegidos, de tal modo que esa ola que tenemos por delante no genere un daño significativo en la comunidad”.
También pidió a la ciudadanía que evite viajar al extranjero. “Cuanto menos gente vuele, menos riesgo corremos. Por eso tenemos que demorar lo más posible los vuelos al extranjero y cumplir las normas y los protocolos al regreso”, enfatizó.
“Lo que está ocurriendo en el mundo sabemos que va a ocurrir en la Argentina, que las variantes llegan a la mayoría de los países, que en el futuro van a venir y por eso hemos intensificado mucho las segundas dosis”, afirmó Quirós.
Esto, cuando existe en la población una legítima preocupación por la demora en la llegada del segundo componente de las vacunas Sputnik V, apuntalada por la oposición de derecha que, en modo campaña, busca golpear al gobierno en un tema que desde ambos lados de la grieta han ubicado como central de cara a las elecciones y como única forma de enfrentar la pandemia
Pero, unos defendiendo una vacuna y otros pidiendo por la otra, oculta el gran negocio que es, para los laboratorios, la apropiación privada del conocimiento científico en forma de patentes. Oculta las medidas que no se toman como la unificación del sistema de salud o la declaración de interés público de los laboratorios que fabrican la vacuna en el país. O un IFE para poder sostener cuarentena para quien lo necesite.

Larreta continúa sin pagar los sueldos, trabajadores de niñez van a un paro por 72 horas

23.6.2021

Por Lucila Colaneri y Víctor González

Precarizadas y precarizados, sin cobrar desde abril, las y los trabajadores de hogares y paradores del Gobierno de la Ciudad, deciden continuar con medidas de fuerza y convocan a un paro desde este jueves.

La medida es una continuidad del plan de lucha que decidieron las y los trabajadores de hogares y paradores que fueron parte del traspaso del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat al Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes en el presente año. Son monotributistas y se encuentran contratadas/os bajo convenios por ONGs o la UBA. La semana pasada realizaron medidas para visibilizar el no pago de sus salarios y esta semana continúan con un paro de 72 horas ante la no respuesta del Gobierno de Larreta.
La realidad de estos trabajadores no es una cuestión del azar, sino la profundización por decisión política de la precarización laboral en todo el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Con contrataciones por ONGs, bajo régimen de monotributo, sin derechos laborales, sin aguinaldo, bajo modalidad de teletrabajo sin proveer las herramientas necesarias para llevar adelante estas tareas (computadoras, sillas, escritorios, etc.), sumándose a esto con paritarias a la baja donde el poder adquisitivo de los estatales exhibe un claro retroceso que lleva más de una década.
Las políticas públicas en infancias y adolescencias fueron atacadas con el traspaso de organismos del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat por fuera de la Ley 114, con recortes presupuestarios y mayor precarización a sus trabajadores, que en la mayoría de los casos reciben salarios por debajo de la línea de pobreza, con paritarias por debajo de la inflación y se ven obligados a tener más de un trabajo para llegar a fin de mes.
Conversamos con Xavier, trabajador del Consejo de Derechos y parte de la Agrupación Marrón de ATE y del Equipo Técnico de Infancias y Adolescencias: “Resulta una brutalidad que la propia Junta Interna de ATE que defendió la paritaria con Larreta y Sutecba, diga que hay compañeres cobrando 30.000 pesos, hay gente que no puede hacer paro porque necesitan ir a trabajar al hogar para comer. La semana pasada, la Asamblea General de Promoción Social votó una asamblea unificada con el Consejo, la cual debería llevarse a cabo cuanto antes. Hay que discutir entre los miles que somos, las condiciones del traspaso como deberíamos haber hecho hace meses, unir nuestras fuerzas para golpear con un solo puño y romper el divisionismo que se intenta instalar entre los distintos tipos de contratación que impone el Estado para lograr el pase a planta de todos los trabajadores”.

Organizaciones sociales combaten el hambre ofreciendo desayunos en varios puntos de la Ciudad

23.6.2021

Bajo la consigna «La pobreza no puede esperar», organizaciones sociales de distintos partes del país realizaron en la mañana del martes desayunos populares simultáneos para pedir un plan de «emergencia nacional, social, sanitaria y laboral».

«En momentos en que la segunda ola de la pandemia continúa con un alto promedio de casos diarios; cuando, independientemente de los anuncios de un relativo incremento del PBI este año, la pobreza parece definitivamente instalada en un amplio sector de la población; cuando todavía falta vacunarse una gran parte de los habitantes del país, vale la pena preguntarse sobre quienes caerán nuevamente, los duros mazazos de esta tremenda realidad», comienza diciendo el comunicado difundido en la convocatoria.
Los desayunos se realizaron a partir de las 8 de la mañana en cuatro puntos de la Ciudad de Buenos Aires (Obelisco, Plaza dos Congresos, Plaza Constitución y Estación Federico Lacroze) y en cinco localidades del Conurbano bonaerense (Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Quilmes y La Matanza).
También se llevaron adelante desayunos en las provincias Jujuy (Capital); La Pampa (Genera Pico y Santa Rosa); Misiones (Puerto Esperanza); Entre Ríos (La Paz) y La Rioja (Capital).
En el programa de emergencia, las organizaciones proponen que se suspenda el pago de la deuda de dos años; se transforme en permanente el impuesto a la riqueza; se vacune urgente a toda la población en situación de calle y a los trabajadores socio-comunitarios.
Además, se pide que el Congreso vote la reasignación de recursos para el Ministerio de Desarrollo Social, para que pueda duplicar su presupuesto.
Además reclaman la generación de puestos de trabajo en la economía popular, salario social igual a la canasta familiar y la creación del Instituto Nacional de Transferencia Tecnológica y del Conocimiento a la Economía Popular.
Finalmente, exigen la suspensión de los desalojos por ley nacional, la aprobación inmediata de una ley nacional para personas en situación de calle, la construcción de viviendas, y un Salario Mínimo Vital y Móvil igual a la canasta familiar.
Entre las organizaciones que llevan adelante esta campaña se encuentra Proyecto 7; el MTDs Aníbal Verón (de Ciudad de Buenos Aires, y de las provincias de Buenos Aires, La Rioja, La Pampa, Misiones, Jujuy); la Coordinadora de Inquilinos de Buenos Aires; el Centro Cultural Azucena Villaflor (Monte Chingolo), y las cooperativas de Trabajo Azucena Textiles y Lucha y Progreso.
También están la Asambleas Populares Tierra, Vivienda Y Trabajo; la Coordinadora Desde Abajo; el Encuentro Cultural Para la Liberación; el Movimiento Territorial Liberación Carlos Chile; la Unión y Lucha Barrial; el Cabildo de los Trabajadores por la Democracia; el Colectivo Matancero y la Comunidad Fénix Zona Oeste.
Otras organización nucleadas en esta acción de lucha son la Coordinadora Argentina de Trabajadoras y Trabajadores; La Dignidad Rebelde; Barrios Populares; Inquilinos Quilmes; La Red (Entidades y Organizaciones Cristianas Evangélicas); el Instituto de Políticas Públicas Eva Duarte; y ATE Vías Navegables, del Frente de Agrupaciones German Abdala de ATE CABA, Vanguardia Feminista Zona Sur, Causa Nacional Zona Sur.

El bar de la esquina: triste y penoso final

21.6.2021

Por Eduardo Lucita

«Se puede pensar que es uno de los 25 mil locales vacíos que ha dejado la crisis sanitaria-económica que estamos atravesando. Y es así, pero al mismo tiempo no lo es para muchos de los que habitamos estas cuadras. Es que allí funcionaba desde hace añares el bar que formalmente llevaba el original título de La Esquina, así al menos estaba estampado en sus vidrieras, pero popularmente conocido como el bar del ‘Gallego Sergio’. El bar del Gallego no resistió la cuarentena y sus efectos económicos. La pandemia pudo más que las numerosas crisis que atravesaron el país, el barrio y esa esquina en los más de 50 años que lo regenteó Sergio. Pasará todo esto y llegará un tiempo en que volverán los abrazos, las juntadas en algún bar o en la misma esquina, el disfrute de compartir las alegrías y penas futboleras. Pero habrá que poner mucho empeño para reparar los daños causados por este tiempo que nos toca malvivir. Habrá que esforzarse para superarnos, volver a socializarnos y recuperar la esperanza colectiva».

Triste y penoso final

Quién por estos meses haya transitado por esa extraña esquina conformada por las calles Villarroel y Bompland, pero que mucha gente la confunde con Av. Dorrego que también confluye en ese punto, que por otra parte es el límite entre los barrios de Chacarita y Villa Crespo, habrá notado un local vacío, prácticamente abandonado, con sus veredas y persianas llenas de tierra y su interior oscuro y sucio. Se puede pensar que es uno de los 25.000 locales vacíos que ha dejado la crisis sanitaria-económica que estamos atravesando. Y es así, pero al mismo tiempo no lo es para muchos de los que habitamos estas cuadras. Es que allí, funcionaba desde hace añares el bar que formalmente llevaba el original título de La Esquina, así al menos estaba estampado en sus vidrieras, pero popularmente conocido como el bar del “Gallego Sergio”.
De un día para el otro desaparecieron las mesas y sillas, por cierto bastante deterioradas, en los escaparates ya no destacaba aquella nutrida colección de botellas en miniaturas, con sus etiquetas tapadas con la tierra y grasa de tantas décadas que había que adivinar su procedencia. Ya no se alcanzaba a ver la tenue luz de la desvencijada heladera-mostrador, menos aún la del exhibidor de bebidas (el plural es un decir porque solo había cervezas). Y lo peor: a Sergio no lo volvimos a ver.
Es que el bar del Gallego no resistió la cuarentena y sus efectos económicos. La pandemia pudo más que las numerosas crisis que atravesaron el país, el barrio y esa esquina en los más de 50 años que lo regenteó Sergio. Pero no fue el Epoc (enfermedad pulmonar de obstrucción crónica), que el Gallego ostentaba con cierto orgullo, que cada tanto lo sacaba de juego y cuando regresaba a sus tareas lo hacía con un inevitable cigarrillo entre los labios y un gesto de impotencia. No fue la enfermedad del Covid-19 facilitada por sus deteriorados pulmones lo que llevó al Gallego a cerrar el bar. El no se contagió pero sí sufrió el contagio de la crisis económica y el cierre obligado por el confinamiento.
Los parroquianos que lo frecuentábamos, que alguna vez bauticé en una nota como El club de los No Ganadores, todos habitantes de calles aledañas al bar, que cotidianamente nos reuníamos allí al atardecer a comentar de fútbol, de política o de cuanta cosa surgiera, nos quedamos sin punto de encuentro. Fue un golpe bajo, una dolorosa sorpresa que, sin embargo, vista desde hoy, no fue otra cosa que el momento culminante, de un final esperado. Final largamente anunciado y no solo por las recurrentes crisis respiratorias que acompañaban al Gallego desde hace años y que solían tener cerrado el boliche durante varios días, sino porque la feligresía parroquiana se había ido desmembrando.
Comenzando por el profesor. Aquel sesentón de cara colorada, radical antiperonista, hincha de River, que cotidianamente era el primero en llegar, se acodaba en el extremo derecho del mostrador, pedía su infaltable cerveza y encendía un cigarrillo, se volteaba mirando al salón y estaba ya listo para parlamentar. Era bastante culto, adherente a las referencias históricas y a la etimología de las palabras. Cuando surgía un discusión de inmediato pelaba el celular y recurría al google para confirmar o no sus aseveraciones. Ocurrió que lo operaron del corazón, salió bien de la intervención quirúrgica, regresó a la casa pero una infección pudo más que él. Fue la primer e inesperada pérdida irreparable.
En el otro extremo del mostrador solía acodarse un personaje algo indescifrable, hincha de Independiente y anti kirchnerista informado, que según decía, supo tener un pasado de cierta opulencia, viajes a Nueva York y demás, pero que ahora conducía un camión que transportaba mercaderías varias. Por su aspecto general, no le iba muy bien. De pronto dejó de asistir a esa cita diaria, cuando pregunté por él resultó que el Gallego lo había echado porque ahí tomaba su cerveza diaria al fiado y Sergio se enteró que en otros bares de la zona pagaba al contado. No se lo volvió a ver.
Poco tiempo después falleció el otro Sergio, el que atendía un puesto de venta de antigüedades (en realidad cosas viejas) en Plaza los Andes, aquel que durante años fuera pareja de una suiza adinerada que lo paseó por el mundo hasta que a la mujer se le acabó la paciencia y cayó en la desgracia y casi la indigencia. Cuando yo ingresaba al bar solía abrir los brazos y entonaba las primeras estrofas del himno anarquista. Un cáncer se lo devoró en pocos meses.
Otro de los grandes animadores de los debates e intercambios diarios, hincha de San Lorenzo y kirchnerista fanático, tenía un negocio de antigüedades en una rara esquina a metros del bar, en la que nos reuníamos sobre todo los fines de semana a escuchar buena música, porque entre las cosas que vendía tenía una gran colección de discos de pasta, algunos casi incunables de jazz, rock, tango y folklore. Pero la crisis hizo insostenible ese tipo de negocios por lo que mutó a vendedor de alimentos balanceados para perros y gatos. Tuvo que cambiar los horarios de atención y su paso por el bar ya no coincidía con los demás miembros de aquella cofradía. Con el agravante que en el nuevo negocio hay clientes en forma permanente que compran de a 100 o 200 gramos, y uno no se puede allí estacionar a charlar.
Para colmo dos cuadras más adelante sobre Dorrego funcionaba un bar, mucho más moderno y limpio que el de Sergio, también acogedor que quedó como alternativa. La crisis también se lo llevó puesto. En la esquina opuesta al bar del Gallego, Villarroel y Fitz Roy, está el bunker bohemio, un sitio donde sesiona una parte de la barra del club, que se identifica como Atlanta Popular y son los que fidelizan al barrio con sus murales azul y amarillo. Allí desde que comenzaron a jugarse los partidos sin público nos juntamos cada vez que juega Atlanta, se saca la TV a la calle, se ponen sillas y según la envergadura del partido nos juntamos 15, 20 y hasta 30 que gozamos y sufrimos según los avatares del juego y el resultado final. Allí vivimos una noche apoteótica cuando al inicio de este año ¡¡le ganamos a Chacharita en su cancha y con dos hombres menos!! En este 2021 nos va bien, hasta la fecha 10 éramos punteros e invictos, en la 11 perdimos las dos condiciones. La segunda ola de la pandemia fue implacable también con esas juntadas futboleras. Las tuvimos que cancelar y ahora cada uno ve el partido en su casa. Los goles, los triunfos y los insultos se comparten por wasap.
Desde entonces los parroquianos que quedamos y los hinchas del sufrido Atlanta extrañamos el bar del Gallego y el bunker bohemio. Deambulamos por las calles sin tener un palenque ande quedarnos, nos cruzamos en las esquinas o en mitad de cuadra, conversamos rápidamente sin quitarnos el barbijo y manteniendo la distancia, el saludo es con el puño y la despedida con un lacónico “cuidate”, cada tanto alguno saca un frasquito con alcohol rebajado y te ofrece fumigarte las manos.
La crisis sanitaria y económica que nos azota nos cortó así todas las instancias de socialización que fuimos construyendo en el barrio. Pasará todo esto y llegará un tiempo en que volverán los abrazos, las juntadas en algún bar o en la misma esquina, el disfrute de compartir las alegrías y penas futboleras. Pero habrá que poner mucho empeño para reparar los daños causados por este tiempo que nos toca malvivir. Habrá que esforzarse para superarnos, volver a socializarnos y recuperar la esperanza colectiva.

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