Sin cambios significativos y vuelta a la “normalidad”: Larreta reabre escuelas y comercios

28.5.2021

Reconociendo que el descenso de casos fue insuficiente, y como parte del acuerdo nacional, el jefe de Gobierno porteño anunció que la CABA vuelve a partir del lunes 31 a las clases presenciales y se reabren bares y deportes al aire libre. Ninguna medida seria para enfrentar el pico de la segunda ola.

En conferencia de prensa y como parte del acuerdo a nivel nacional, el jefe de Gobierno porteño anunció hoy que la Ciudad de Buenos Aires vuelve a partir del lunes 31 a la situación anterior a los 9 días de confinamiento estricto, decretado por Nación y avalado por el resto de las jurisdicciones. “Estamos acorde a lo que dice el DNU Nacional con las restricciones actuales”, comenzó.
A pesar de reconocer que el “descenso de casos” en estos días fue “insuficiente”, Rodríguez Larreta, acompañado de sus ministros, no anunció ninguna medida acorde a la gravedad de la situación. La Ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos considerados en “alarma epidemiológica y sanitaria”, sin embargo no hay soluciones frente a esta segunda ola que viene arrasando con más de 3000 casos por día en la Ciudad y más de 40 mil a nivel nacional, como fue el día jueves.
Por el contrario, hay un “como si” se volviera a la “normalidad” previa a estos 9 días, sin medidas para disminuir la circulación del virus. ¿Para qué sirvieron entonces estos días de aislamiento estricto?
Rodríguez Larreta declaró que la circulación vuelve a estar restringida entre las 20 y las 6 am; las escuelas vuelven a dictar clases presenciales en sus niveles inicial y primario, mientras que en el nivel secundario se mantiene la bimodalidad en 1° y 2° año, es decir, combinando algunos días virtual y otros presencial, mientras que a partir del 3° año será todo virtual, como el nivel terciario y la educación para adultos; los bares y restaurantes volverán a funcionar hasta las 20hs, no sólo con la modalidad de delivery y take away sino también con mesas al aire libre. Mientras, la vacunación sigue siendo a cuenta gotas, como en todo el país.
No hay solución para los miles que todos los días tienen que viajar para trabajar, que hacen largas filas y tienen que amontonarse y apretarse para tomar un tren, como se ve en Constitución. ¿Cómo pueden seguir sosteniendo desde el Gobierno que el aumento de casos es por los “encuentros sociales, familiares y laborales”, negando esta realidad de miles?
Larreta reconoció el “casi” colapso del sistema de salud, algo que viene mostrando el personal de salud y reclamando hace meses porque no dan abasto. Anunció que se agregan 150 nuevas camas, sin aclarar que no son camas para Covid-19, falseando un supuesto reforzamiento del sistema de salud que no es tal ni suficiente. El personal de los hospitales no lo notan y lo denuncian a diario.
Respecto a las clases, continúa el peloteo entre los gobiernos por la presencialidad: inexplicablemente, Larreta suspendió las clases estos tres días hábiles, debiendo recuperarse luego del 20 de diciembre de manera presencial, y ahora vuelve a abrir las escuelas, a pesar de que ya fallecieron 17 trabajadores de la educación por coronavirus y cientos de familias y chicos se contagian cada día. Por su parte, desde Nación, Trotta dijo que era una “enorme irresponsabilidad política” volver a la presencialidad y hay que mantener las clases virtuales, pero tampoco dan respuesta al problema de la falta de conectividad y dispositivos.
La ministra Soledad Acuña, por su parte, declaró la posibilidad de adelantar las vacaciones de invierno, como también hizo Trotta, para el mes de junio, aunque queda en “evaluación”.
Mientras continúa esta disputa, la situación económica de miles se agrava y no tiene respuesta, como tampoco el colapso del sistema sanitario y la suba de contagios en la Ciudad.

Policía Federal irrumpe en Bachillerato del Bajo Flores causando destrozos

27.5.2021

Así lo denunció el Bachillerato de Educación Popular y Casa Comunitaria Bajo Flores. La Policía Federal, sin orden de allanamiento, rompió la puerta hoy a las 4:30 de la mañana, tiró una bomba de gas y destrozó lo que encontró. «Buscaban a un prófugo de la justicia, pero sólo se encontraron con juguetes, pizarrones, biblioteca y comida que se entrega al barrio», afirmaron desde la comunidad educativa. Además, aseveran que los miembros de la fuerza robaron aceites y bolsas de comida.

El hecho sucedió hoy por la madrugada. Con la excusa de buscar un prófugo, pero sin orden de allanamiento, la Policía Federal ingresó al Bachillerato, ubicado en la Casa 133 de la Manzana 10 del Barrio Ricciardeli (Villa 1-11-14), en la Ciudad de Buenos Aires. Rompieron todo a su paso: libros, cajas de comida, paredes de durlock.
Desde el Bachillerato de Educación Popular y Casa Comunitaria Bajo Flores sostienen que «si la federal estaba buscando un prófugo, no precisaba destrozar nuestra escuela para ello, ni robar aceites y bolsas de comida que pertenecen a la comunidad». Asimismo aseguran que «este atropello a la educación y espacio de encuentro del barrio es una muestra (no gratis) de la violencia institucional legitimada que se manifiesta cotidianamente en este territorio. Bajo el pretexto de buscar un prófugo se naturaliza la violación de nuestros derechos y la destrucción de un espacio comunitario y educativo ganado y construido por les vecines y compas del barrio».
«Nuestres vecines nos conocen, muches de elles han completado sus estudios aquí y hemos compartido ferias, locros, bandas de música, bingos, fiestas de egresades, kermeses en la Chapatín o un mate tanto en el Bachi como en los pasillos o en las casas de les compas», destacan respecto al trabajo territorial que llevan adelante en uno de los barrios populares de CABA.
«Buscaban a un prófugo de la justicia, pero sólo se encontraron con juguetes, pizarrones, biblioteca y comida que se entrega al barrio» agrega el cominicado. Finalmente para los integrantes de la comunidad no hay duda que «el Estado es responsable».
Para tomar contacto: https://www.facebook.com/bachi.bajoflores

¿Qué hay detrás de la suspensión de clases en CABA?

26.5.2021

«En el marco del último DNU presidencial que dispuso un confinamiento de nueve días para zonas en Alerta Epidemiológica y Sanitaria, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires suspende las clases. Esta interrupción que habría de saldarse con tres días a finales de diciembre no tiene de dónde agarrarse. No es más que otra estrategia para ocultar la falta de recursos que el Gobierno de la Ciudad debió haber asignado a la ampliación del plan de conectividad. No obstante, ‘a partir del 31 se retoma la situación actual’, sostuvo Horacio Rodríguez Larreta el viernes pasado, lo que implica mayores contagios que se traducen en más muertes evitables: ¿será que renunciar a la presencialidad implica reconocer el craso error cometido al desobedecer el primer DNU del ejecutivo, causando decenas de contagios y muertes que se podrían haber evitado? ¿Será que para el GCBA la muerte no tiene peso? En lugar de capitalizar esta experiencia, el gobierno de la ciudad nos quiere imponer la idea rígida de que sólo es posible la continuidad pedagógica en forma presencial, y que no hay adaptación posible, ni siquiera en momentos críticos de expansión del virus», sostienen desde InterEscuelasxES, una agrupación independiente conformada por estudiantes, familias, docentes, trabajadores y trabajadoras de más de 70 escuelas de la Ciudad de Buenos Aires.

Compartimos la opinión de InterEscuelasxES:
La virtualidad no contagia: ¿Qué hay detrás de la suspensión de clases en CABA?
La suspensión viola el derecho humano a la educación: sin clases, sin soluciones y sin comida

En el marco del último DNU presidencial que dispuso un confinamiento de nueve días para zonas en Alerta Epidemiológica y Sanitaria, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires suspende las clases. Esta interrupción que habría de saldarse con tres días a finales de diciembre no tiene de dónde agarrarse.
Desde el colectivo InterEscuelasxES analizamos sin filiación partidaria las implicancias y trasfondo de esta decisión, y observamos que la suspensión completa de actividades escolares no es más que otra estrategia para ocultar la falta de recursos que el Gobierno de la Ciudad debió haber asignado a la ampliación del plan de conectividad. No hay razón alguna para dejar a lxs alumnxs sin clases en un contexto en el que bregamos por la importancia de la continuidad pedagógica.
El gobierno de la ciudad ha tomado a la Presencialidad como herramienta de disputa electoral. Impone en el imaginario social, mediante un oneroso presupuesto para publicidad y propaganda, provisto de 2407 millones de pesos, que sólo se puede educar en la Presencialidad y que la Virtualidad no es una opción.
Frente a otra cifra alarmante de fallecidos en un día (700 personas); ante picos de contagios (40.000); con la ocupación de las unidades de cuidados intensivos en un 90%; con personas cada vez más jóvenes que contamos entre víctimas del Covid; ante una cantidad creciente de niñxs internadxs, con más de 85 docentes fallecidxs (17 sólo en CABA), y cepas de un virus cada vez más agresivo, el GCBA, después de largas semanas usando todo tipo de herramientas para ningunear las medidas de prevención, no tuvo más remedio que acatar el DNU presidencial.
No obstante, “a partir del 31 se retoma la situación actual”, sostuvo Horacio Rodríguez Larreta el viernes pasado, lo que implica mayores contagios que se traducen en más muertes evitables: ¿será que renunciar a la presencialidad implica reconocer el craso error cometido al desobedecer el primer DNU del ejecutivo, causando decenas de contagios y muertes que se podrían haber evitado? ¿Será que para el GCBA la muerte no tiene peso?
Patricia Bullrich explicó que “esta semana no habrá clases porque el sistema no está preparado para la virtualidad”. Esto da cuenta de un desentendimiento rayano en la crueldad. En lugar de preparar a las escuelas para una transición paulatina de la modalidad virtual a una presencialidad responsable, hacia fines del año pasado, Larreta destinó el presupuesto más bajo para la Educación de los últimos diez años, quita a la que le sumó a principios de 2021 el desfinanciamiento del Plan Sarmiento, indispensable para la conectividad.
La falta de sensibilidad social y humanitaria del GCBA se ve reflejada en el hecho de que abandona a las familias más vulnerables, dejándolas sin canastas alimenticias durante toda la semana, así como en el gesto de desentenderse de la compra de insumos de bioseguridad, transfiriendo su responsabilidad a las cooperadoras escolares.
Todo esto, sumado al abandono generalizado del Estado a las escuelas públicas porteñas, demuestra que el discurso de que la educación es prioridad para el gobierno de la ciudad es falso. Es lícito suponer entonces que la razón por la cual se optó por suspensión en lugar de virtualidad, es la falta de reconocimiento del mencionado desfinanciamiento y sus consecuencias. Y, por elevación, para sostener la presencialidad como herramienta de disputa electoral.
El año pasado, directivxs y docentes trabajaron el doble y más para prepararse y adecuar las prácticas, los recursos pedagógicos y la infraestructura a la modalidad virtual. Y fueron ellxs lxs que garantizaron la continuidad a pesar de las falencias y las enormes deudas (como ejemplo basten las 6.500 computadoras que el GCBA tenía para repartir y aún las estamos esperando). En lugar de capitalizar esta experiencia, el gobierno de la ciudad nos quiere imponer la idea rígida de que sólo es posible la continuidad pedagógica en forma presencial, y que no hay adaptación posible, ni siquiera en momentos críticos de expansión del virus.
Junto a Larreta, Soledad Acuña, al frente del Ministerio de Educación hace caso omiso a las advertencias de epidemiólogos y sanitaristas; a las medidas de cuidados propuestas por los DNU y el Consejo Federal de Educación; a los informes científicos que demuestran que la presencialidad contribuye a la propagación del virus. Y tampoco informa a la población el nivel de contagios en escuelas y en transporte público. Y no informa porque reconocerlo implicaría, el automático cese de su cargo, o su inmediata renuncia.
Para InterescuelasxES la Educación es primordial, siempre y cuando estén garantizados los derechos inalienables de la Salud y de la Vida. Cuidar la VIDA es en sí mismo un acto educativo. Las medidas para pasar de lo virtual a lo presencial no deben ser partidarias, judiciales ni electorales.
Esperamos que pronto estén dadas las condiciones para volver a la presencialidad de manera segura, ya no como un lema vacío, sino como un lugar significativo de encuentro real con el conocimiento y la socialización, indispensables para construir una sociedad con menos desigualdad. Y esperamos también que el 31 de mayo, cuando concluya este breve período de confinamiento (que ya los especialistas advierten como demasiado breve para contener el nivel de contagios), nuestros gobernantes prioricen, por encima de todo interés, parámetros científicos y sanitarios.
Por todo ello, desde InterEscuelasxES exigimos:
• Virtualidad para no enfermar.
• Conectividad y dispositivos (incluidos a esta altura como parte de los Derechos Humanos).
• Vacunación masiva con prioridad para docentes y trabajadores de escuelas.
• Políticas socioeducativas para acompañar a quienes presenten problemáticas particulares (hijxs de trabajadores esenciales, alumnxs en proceso de integración, familias en situación de vulnerabilidad, u otras).
• Dispensas laborales para madres y padres trabajadores.
No estamos dispuestos ni vamos a naturalizar las cifras actuales que implican angustia, dolor, enfermedad y muerte. El principal criterio debe ser el derecho a la Vida.
Interescuelas por Educación y Salud” es una agrupación independiente de todo partido y gremio, conformado por estudiantes, familias, docentes y trabajadores de más de setenta escuelas de la Ciudad de Buenos Aires, junto con grupos en defensa de los Derechos Humanos y vecinxs de la ciudad.

Grupo de Mamis: La fuerza de la diversidad en la escuela pública

25.5.2021

Por María Schujer

Reflexión y propuesta acerca del papel que cumplen las madres (llamadas despectivamente “Mamis”) en el contexto educativo de la Ciudad de Buenos Aires, y sobre la fuerza de la diversidad en la Escuela pública.

Pocas cosas hay tan asépticas, incluso en esta era alcoholengelizada, como el grupo de mamis de WhatsApp: una superficie digital impoluta cuyo código no escrito se respeta a rajatabla: nada de política. Pero, cada tanto, los emoticones y los adjetivos se ponen en suspenso para dar paso a diálogos serios como el siguiente:
Ana mamá de Lucio: Chicas, ¿el lunes hay paro? ¿Alguien sabe?
Mariela mamá de Paula: Sí, hoy a la salida hablé con la seño y me dijo que adhieren.
Ana mamá de Lucio: Muchas gracias. Nos vemos el martes, entonces.
Todas (o casi todas) saben que los docentes paran porque en una escuela de Moreno estalló una estufa de gas y hay dos muertos. Pero eso no se menciona en el grupo de mamis porque eso es política y todas digerimos sin tropiezos esa visión de la infancia como un territorio preservado de todo lo malo. Y la política, se sabe, encabeza la lista de todo lo malo.
Pero estamos en 2021. La realidad irrumpió de manera trágica el año pasado. Y ahora se repite como comedia: el presidente decreta detener las clases presenciales y el jefe de gobierno de la ciudad se las ingenia para desobedecer la orden. Es domingo a la noche y las mamis empezamos a preguntarnos unas a otras si mañana ponemos o no el despertador. Comentarios como ese van y vienen, aún sin adjetivos ni emoticones. Todas sabemos que este esperpento televisivo nada tiene que ver con la educación, y ni se diga con la salud. No sabemos si es debido al exceso de budín y vino en cuarentena o a la grosera incertidumbre que ya es rutina, pero la moral y los cinturones se relajan, y las mamis empezamos a transgredir poco a poco el código de oro. Ese latiguillo que venimos repitiendo hasta la náusea (“por supuesto todos queremos que los chicos vayan al colegio”) muestra su verdadero ser, vacío y pringoso. Ante nuestros ojos, la anti política va desvaneciéndose para dar paso a algo tal vez mucho más peligroso: el divide y reinarás. Como quien descubre el agua tibia, empezamos a notar que esa masa democráticamente amorfa llamada (no sin displicencia y alta dosis de misoginia) mamis en realidad está formada por individuos con diferencias. Y los vaivenes de la época nos ponen en la obligación de exponer esas diferencias, destapar las zonas ciegas que venimos esquivando con diplomacia y emoticones. Hay que tomar una decisión individual y, para hacerlo, requerimos cierto consenso. Nos orillan a romper el pacto.
Analicemos la conformación de un grupo de mamis tipo: siempre hay dos o tres maestras (alguna con el hijo o hija en el mismo colegio) que padecen en primera persona la desidia de Larreta y Acuña. Ellas no pueden no mandar a los hijos al colegio porque tienen que ir a trabajar y no hay con quien dejar a los hijos. No están vacunadas. Si deciden adherir a las protestas, les descuentan dos días por cada día de paro. También hay mamis que viven con sus padres o con alguna persona de riesgo. No están vacunadas. Algunas decidieron exceptuar a los hijos o hijas, pero, como en el colegio no hay suficientes docentes, no se están dando clases virtuales. A veces, la maestra manda una foto del pizarrón como único material y la mami hace con eso lo que pueda. Están (estamos) las mamis combativas. Nos mordemos la lengua para no soltar el torrente de improperios acumulados contra el gobierno de la ciudad. Proponemos organizarnos, protestar, firmar pronunciamientos. Todas trabajamos. No estamos vacunadas. Están también las mamis silenciosas. Son muchas y aunque no se conoce bien el origen de sus convicciones, realmente creen eso de no usar a los niños como carne de cañón de un enfrentamiento político y no se dan cuenta (¿o sí?) de que al mandarlos, están haciendo política pura. No están vacunadas.
La discusión se caldea. Unas se lamentan por tener que mandar a los hijos, pero no tienen el privilegio de trabajar en casa. Otras piensan, aunque tal vez no lo digan, que menudo privilegio es tratar de trabajar con el hijo o hija revoloteando alrededor. Las maestras van al paro contra su propio bolsillo, a sabiendas de que eso complica la logística de las otras mamis. Otras deciden no mandar a los hijos, a sabiendas de que le están sumando trabajo a la docente. Todas estamos infringiendo alguna ley. La ciudad convierte un derecho en moneda de cambio y amenaza con contabilizar faltas y quitar vacantes. Los días pasan y las burbujas se revientan.
El abatimiento va ganando la partida. Ya nadie parece sorprenderse cuando, a través de un comunicado, el Ministerio de Educación de la Ciudad decide jerarquizar (sic) el rol de las cooperadoras, delegando en ellas la responsabilidad de adquirir, administrar y distribuir insumos de bioseguridad. De fondo, los medios insisten en que los niños y las niñas se angustian si no van a la escuela. Se apoderan de la bandera del derecho a la educación. En el antes compacto grupo de mamis, se metió Freud, el precio del alcohol en gel y hasta la Corte Suprema. Circulan cartas, petitorios, encuestas. Memes. Una mezcla de resignación y odio nos deja apenas a flote, boyando sin norte en la segunda ola.
Sin vistas a una resolución próxima, llegamos a los nueve días. Los comentarios en el grupo son pocos. La desorientación es nuestro estado natural. En un nuevo giro de timón, nos comunican que ahora los chicos y las chicas no solo no van al colegio, sino que no tienen clases de ninguna índole y, en lo que no puede leerse sino como un disciplinamiento, suspenden también la entrega de canastas alimentarias. No resulta claro si se trata de un accionar maquiavélico o son estúpidos con suerte, lo cierto es que, en menos de un mes, llenaron de agujeros el tejido social. Las maestras, las que tienen el privilegio de estar en casa, las que no lo tienen, las combativas y las silenciosas, las macristas y las kirchneristas, todas las mamis atomizadas en un sálvese quien pueda lastimoso y fútil.
Hasta hace poco y bajo el paraguas de la anti polítca, nuestras diferencias no tallaban: éramos sencillamente mamis (incluso en los grupos que tienen papis). El diminutivo nos tuerce la sonrisa porque sabemos que de todos los lazos que establecemos con el entorno, la maternidad es uno de los más divertidos, solidarios, sororos y productivos. Antes que cómplices del vaciamiento salvaje, preferimos ser mamis. Un término vilipendiado tras el que se esconde la fuerza de la diversidad de la escuela pública.

Docencia, salud y precarios pusieron en pie la Asamblea Permanente de Lugano

25.5.2021

Se llevó a cabo la segunda reunión virtual de trabajadores, estudiantes y familias para darle continuidad a la organización y lucha por salud, educación, vivienda y trabajo. Nos acompañó Norita Cortiñas, militante y defensora de los DD HH y miembro de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. La Asamblea Permanente de Lugano prepara una nueva acción por la finalización del hospital del barrio.

Este lunes 24 de mayo, se realizó la segunda reunión virtual de trabajadores docentes, de la salud, precarizados ocupados y desocupados, estudiantes, familias y vecinos/as del barrio de Villa Lugano para continuar con la auto organización y unidad de las demandas de todos los sectores, en ese sentido se puso en pie la Asamblea Permanente de Lugano. Durante esta segunda reunión se contó con la presencia de Norita Cortiñas, parte interesada junto a los miembros de dicha Asamblea, por la terminación del hospital Grierson.
Alicia, directora de la escuela N° 7 del DE N° 21 de la Villa 20 del barrio, abrió la reunión agradeciendo a Norita por su presencia en la misma. En esta segunda reunión, hizo hincapié sobre los anuncios que hicieron los Gobiernos Nacional y de la Ciudad. Recalcó que estos tuvieron “poca sensibilidad social”. Dijo: “En medio de esta segunda ola, con hospitales colapsados, la suba de muertes y contagios, se decreta un aislamiento por 9 días sin un plan masivo de vacunación”.
Insistió con las vacunas que se fabrican en Garín y la necesidad de declarar de utilidad pública el laboratorio para que la producción se encuentre al servicio de la población. Dijo: “Sabemos que las muertes se pueden evitar, es una decisión política” y continuó: “Las patentes se tienen que liberar a nivel mundial porque esta decisión salvaría vidas. Hay que enfrentarse políticamente a los laboratorios y los Gobiernos no lo estarían haciendo”.
Luego expuso que “desde lo económico, no se pensó en un IFE no menos de $ 40.000. La ayuda social que se destinó para pocos, no alcanza. Alicia explicó que ya se pagaron “U$S 300 millones en concepto de intereses de la deuda externa”, una deuda ilegal, ilegítima, fraudulenta y usurera. Agregó: “Se licuan los salarios, las jubilaciones o lo poco que se gana en los sectores precarizados”. Expresó que ese espacio es para organizarse, ella entiende que la Asamblea es un comité de lucha.
Intervino Matías, un estudiante de secundaria: “Hace más de un año que estamos viviendo en pandemia y ni el Gobierno Nacional, ni el de la Ciudad toman medidas de fondo para que podamos seguir estudiando. Los estudiantes necesitamos tener wifi y dispositivos para mantener la cursada, no solo no nos proveen con esas herramientas, sino que nos sacan las becas Progresar”.
También se refirió a la precarización que vive la juventud: “Hay chicos de 15/16 años que tienen que salir a trabajar porque sus familias no llegan a fin de mes, yo soy uno de ellos. No podemos resignarnos y no dar pelea por el derecho a la educación. No puede ser que las empresas telefónicas se llenen de plata y a nosotros nos lleguen facturas imposibles de pagar”.
Ángeles habló sobre la problemática ambiental, se refirió al cementerio de autos ubicado cerca de Jumbo y dijo: “Este no es un tema menor, terminaron las y los chicos de la Villa 20 con plomo en sangre, hay estudios que lo han probado y una gran lucha para revertir la situación”. También apoyó la lucha de las y los trabajadores del subte que se encuentran expuestos al asbesto.
Y continuó: “¿Cuántos brotes más necesitamos para entender que las ganancias de unos pocos, no pueden cobrarse la salud de la población? Tampoco se puede firmar un decreto donde dice que la salita grande del Grierson ahora es un hospital”.
Natalia, desempleada desde hace 2 años, después de trabajar durante 17 años en el Sanatorio Méndez dijo: “Somos muchas las personas que estamos sin trabajo. Soy madre soltera y tengo a cargo a mi madre con edad de riesgo. No cobro ningún tipo de ayuda”, refiriéndose a la posibilidad de un IFE como asistencia económica de emergencia que el Gobierno Nacional no está teniendo en cuenta.
También contó que no recibe la merienda ni refrigerio que le correspondería a su hija que asiste a un colegio de Mataderos. Y agregó: “No se puede poner como excusa a la pandemia y que los Gobiernos Nacional y de la Ciudad no tomen medidas estructurales”.
La próxima acción a discutir sobre cómo se llevará a cabo es por la terminación del hospital Grierson.
Ailén, docente del barrio, propuso elegir un nombre para el grupo y puntos en común. “De esta forma nos sería más fácil identificarnos e invitar a más personas. Nuestro objetivo es poder organizarnos y hacer oír nuestros reclamos. Nosotros peleamos por la unidad de todos los trabajadores, ya sean ocupados o desocupados. Eso creo que lo dejamos bien en claro en la acción del semaforazo que hicimos donde se sumaron familias, trabajadores precarizados, y otros que tenemos trabajo en blanco”.

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