Buscando al Capitán Pelusa: Santa Maradona

12.8.2021

Por Jorge Hardmeier.

Barrio de La Paternal, cuna futbolística de Diego Maradona. Visitamos el santuario, recorrimos las calles que rodean la cancha, hablamos con el fotógrafo cazadiegos Jorge Boido y nos emocionamos. Existencialismo maradoneano.

Con un par de lienzos crotos, esperando por el bondi de Fiorito a Paternal
Las pisadas, las rabonas, son los chiches que los viejos no te podían regalar
Y en la villa se juntaban los pendejos para verte gambetear.
(La Guardia Hereje, “Para verte gambetear”)

Fines de julio de un 2021 en el cual la pandemia parece amainar. Me abrigo, por el clima y por mi destino: el santuario de Diego Maradona en la cancha de Argentinos Juniors, esa en la cual, a los dieciséis años, comenzó a demostrar las destrezas que lo catapultaron a ser el mejor jugador de fútbol de la historia. Tomo el colectivo 44. Los barbijos ocultan media cara de las personas. Pienso, nervioso, que también nací en Fiorito, a unas quince o veinte cuadras de donde vivía Diego en su infancia con Don Diego, Doña Tota y sus hermanxs.
En el transcurso del viaje, sentado, repaso las preguntas que le voy a realizar a Jorge Boido, esa especie de fotógrafo cazador de murales maradoneanos. Tengo las preguntas garabateadas en un cuaderno de tapas rojas. El color del Bicho, pienso. Plaza Irlanda. Avenida Gaona. Asocio con un tema de Los visitantes: Conducida por el intestino de Gaona / Pasando por todos mis hogares /Que me abandonan. Lo vi a Diego jugando en el Boca del 81, ese que también contaba en su plantel con Brindisi, el Pichi Escudero, Ruggeri, Perotti. No sé si estar feliz por haber presenciado algunos de esos partidos o entristecerme por el paso de los años. El colectivo cruza Juan B. Justo. Se me acumulan lágrimas en los ojos; de hecho lloro cada vez que veo algún video o foto de Diego luego de su muerte. Porque se murió, no jodamos, ya no está, eso es inmodificable más allá que tratemos de aliviarnos con eso de que está en el cielo y todas esas frases para tranquilizar nuestro dolor y nuestras conciencias. Bajo en Donato Álvarez y San Blas. Ya estoy en La Paternal, uno de los barrios de Dios.

Por esas calles caminó Diego de purrete, pienso. Un cigarrillo. Siento una magia que seguramente autogenero y no comparte el resto de lxs peatonxs que deambulan en el barrio, en sus tareas cotidianas. Camino por San Blas. La Paternal conserva todas las características del barrio aún no acuciado por las vampirescas especulaciones inmobiliarias. Cuestión de tiempo, tal vez. Es un día soleado. Cruzo, siempre caminando por San Blas, cuatro calles cuyos nombres remiten a seres o hechos desconocidos, ¿quién decide el nombre de las calles? ¿Quién o qué fue Terrero, una de las calles que cruzo mientras fumo otro pucho? Finalmente me acerco a mi destino. Boyacá y San Blas.
Las pintadas con la figura de Diego, el Pelusa, comienzan a sucederse. Media cuadra antes ya detecto cierta sonrisa y la figura de un pibe haciendo jueguito con la pelota. Las letras pintadas sobre la fachada rezan: “El amor de un país. Orgullo de un barrio”. Los carteles de la Avenida Boyacá, esos que señalan nombre y numeración, han sido prolijamente intervenidos: ahora es Diego Armando Maradona. Paro y observo. ¿Dónde hay un kiosco? El muro del estadio de Argentinos que da hacia esa avenida que en algún momento dejará de llamarse Boyacá presenta una serie de murales de una calidad de ilustración superlativa. Me detengo, antes de llegar a la esquina, en principio para encender otro cigarrillo, luego para extender la emoción del instante y también para investigar, en el teléfono celular, qué o quién fue Boyacá: una batalla que selló la independencia de la actual Colombia.
La Paternal se transforma en un microcosmos, en una suerte de ecosistema maradoneano. Busco a Jorge Boido, el cazador que fotografía murales de Diego. El Cazadiegos. Por Boyacá circulan muchos autos. Aturden. Es mediodía, como cuando Diego jugaba en el Mundial ’86 lo que valió un reclamo de su parte; calor y altura y reclamo a la FIFA. Camino y detecto a Jorge, a quien conocía solo por fotos, bien abrigado y calzando un gorro y una bufanda que delatan su amor por San Lorenzo. Pienso, nuevamente: el Cazadiegos. Nos damos la mano y vamos hacia el Santuario ubicado sobre esa avenida que alguna vez dejará de llamarse Boyacá. Trago saliva. No debo llorar, no tengo que llorar. El santuario: un lugar pequeño, con bancos de misa, y malla de redes en las paredes que albergan: fotos de Diego, camisetas, pelotas, objetos diversos, regalos, ofrendas. En una de las paredes una sucesión de fotografías dan testimonio de su segundo gol a los ingleses en el Mundial 86.

Yo estaba de viaje de egresados en Bariloche, pienso, ya era grande. ¡Que quilombo ese día! El zumbido de los autos invade desde la avenida. Detrás de un altar cubierto de rosarios, estampitas y otros íconos, un Diego pintado en la pared por Maxi Bagnasco. La figura de Pelusa está rodeada por un aura de santo. Un muchacho custodia silenciosamente el lugar. Jorge Boido me lo presenta: es ahijado de Diego. Le pregunto su nombre: Diego, me responde y, siempre en modo silencioso, se encamina a uno de los lados del santuario y me señala una foto en blanco y negro donde está Maradona y me dice: el de al lado soy yo. Hablamos con Jorge. Se refiere con amor sobre Diego, el Pelusa. En algún momento nos emocionamos o eso marca mi recuerdo de esa tarde. Lloriqueamos.
Jorge, el cazador de murales de Maradona con su cámara, el Cazadiegos, me cuenta que él estuvo en la cancha en ocasión del debut de Diego Armando Maradona en la Selección Nacional pero que se dio cuenta hace apenas unos pocos años. No logro entender. Miro hacia Boyacá. Hay sol, mucho sol, estoy rodeado de Diegos, se me hace un nudo en la garganta. Diego, el ahijado, me pregunta si necesito que no deje entrar a nadie por la nota. No, no, le respondo para nada, todo bien. Dudo si ponerme o no los lentes de sol. El ruido de los autos que circulan por Boyacá aturde. Diego, me explica Jorge, debutó en 1977 en la selección de Menotti, era una serie de tres partidos contra países socialistas: Hungría, Polonia y la extinta República Democrática Alemana. Tres partidos en plena dictadura contra países del eje comunista. Boido concurre con amigos a ver el partido. Un cigarrillo, por favor.

Recuerdo que, de niño, vi esa foto blanco y negro de Diego en el diario Clarín. Debut en la selección mayor. Passarella, Gatti, Carrascosa, Ardiles. Un negrito con una cabellera llena de rulos, diecisiete años. Odio que Menotti lo haya dejado afuera del Mundial 78. Pero Diego lo quería al César, pienso. Boido me sigue narrando: Diego entró por Luque en el partido contra Hungría. 5 a 1. Y fue en la cancha de Boca. Donde cuatro años después lo vi desparramando rivales y haciendo goles, pienso. Sí, ese fue su debut en la Selección. Coincidimos con Jorge: si todos los que dicen haber estado en esa jornada hubieran estado realmente en la cancha, no alcanzarían cinco Bomboneras. Pero Jorge lo vio y se dio cuenta hace escaso tiempo, charlando con amigos. A mí no me pareció nada diferente, me dice.
Salimos del santuario con Jorge y Juan, el fotógrafo. Sobre Boyacá las imágenes de diversos Diegos son deslumbrantes. Se respetó una pintada: la que hace referencia a los Derechos Humanos. El resto es obra de Marley. Marley son dos personas: Víctor y Leo. Habitantes de Las Achiras, un barrio de La Matanza. Vamos por Boyacá hacia San Blas.

La gente del barrio saluda a Boido: ¡Jorgito! Marley, en palabras del Cazadiegos, “tiene un nivel de producción impresionante. Uno de esos artistas de los sectores populares que es, justamente, autodidacta. Son unos fenómenos. El padre de este pibe era pintor. Y él, desde siempre, hacia caricaturas y hacía dibujos. Arrancan por la caricatura y después derivan hacia el dibujo, en la primaria. El pibe es Víctor y el ayudante es Leo.
Marley Graffitis son Víctor y Leo. Es el nombre de ellos dos, son amigos desde la primaria y en todas las vueltas de la vida anduvieron juntos. Víctor es el que, generalmente, dibuja y Leo es el que le prepara los colores. La técnica de ellos para dibujar es la cuadrícula y después trasladan el dibujo a partir de la cuadrícula. Las técnicas para armar murales son múltiples: está el tema de la cuadricula, el tema del proyector que proyectan y dibujan sobre la imagen que aparece y hay algunos – el salto de la tecnología – que utilizan una aplicación del celular”. Nos detenemos en la esquina de Boyacá y San Blas. Jorge señala la imagen y me indica que me detenga en el gorro de un Diego ya a punto de cumplir los sesenta años. Partido en homenaje al periodista fallecido Sergio Gendler. El gorro rojo lleva dos escudos: el de Argentinos Juniors y el del Partido Justicialista. Caminamos por San Blas: en el muro está la pintada de Diego con Dalma y las margaritas. Una foto de 1989 con Pelusa sentado sobre la pelota y su hija colocándole flores entre las medias a su padre. Fumo un cigarrillo. Boido me cuenta que los murales de Diego no son vandalizados, generalmente. Respeto absoluto. Hay una triste excepción: las pintadas del grupo de Pichetto en La Matanza sobre diversas figuras de Diego. Pero, claro, lxs pibxs del barrio lo volvieron a pintar. Corazón de arrabal. Pecho inflado.
Seguimos transitando San Blas. La gente saluda a Jorge que me comenta otro caso, de los pocos que hay, en el cual un mural de Diego fue maliciosamente intervenido: Yerbal, a la altura de Primera Junta. Pleno Caballito y alguien escribió “corrupto” sobre la imagen de Diego. “Podrían haberle puesto drogón, lo debatimos, pero ¿corrupto? Esa palabra los define a ellos”. Claro, porque Diego interpela. En Caballito hay mucho biempensante aspiracionista. Doblamos por Gavilán. “Los jugadores antes entraban al estadio por Boyacá”, me aclara Boido, “ahora entran por acá”. Hay Diegos por todas partes. Recuerdo la gente que cazaba Pokemones con su celular. Jorge hace eso mismo pero con su cámara, en un laburo de amor y absolutamente personal. Su aplicación es la pasión y el deseo.
Ya caminamos por Juan Agustín García. Hay un mural del Diego abrazado al Checho Batista, en ocasión de la última vez que Pelusa estuvo en esta cancha. Le pregunto a Jorge, con algo de pudor, cómo hace para ingresar a ciertos barrios o ámbitos complicados. “Diego habilita”, me dice, “voy con la cámara y hablo con lxs pibxs y te habilitan”. Nos despedimos.

Estamos con Juan en Juan Agustín García y Boyacá. Admiramos los murales, nuevamente. Busquemos una parrilla. Observamos la geografía de La Paternal, calles que caminó Diego, el Pelusa, el mejor futbolista de la historia, el emblema de los humildes, el del gol a los ingleses, el pibito de Fiorito que levantó una copa del mundo. En Boyacá y Remedios de Escalada de San Martín hay una plaza y, frente a ella, una parrilla al paso. Es un día de sol.
Dos choripanes y una botella de tinto.
Diego habilita.

Chocobar mató “sin necesidad”, según los fundamentos de los jueces que lo condenaron

12.8.2021

Pese a que el policía recibió una pena de sólo dos años en suspenso, los jueces afirman que fue “innecesario y desproporcionado” el disparo que provocó la muerte de Pablo Kukoc ya que no resultaba “peligroso para nadie”. Chocobar incumplió “la normativa nacional e internacional” sobre uso de armas policiales.

Los jueces Fernando Pisano, Jorge Apolo y Adolfo Calvete, miembros del Tribunal Oral de Menores 2 de la Ciudad de Buenos Aires, dieron a conocer en las últimas horas los fundamentos de la sentencia del 28 de mayo, cuando condenaron a dos años de prisión “en suspenso” al policía Luis Chocobar por el crimen por la espalda del joven de 18 años Pablo Kukoc, cometido el 8 de diciembre de 2017 en el barrio porteño de La Boca.
El TOM 2 consideró “innecesario y desproporcionado” el disparo final que provocó la muerte de Kukoc (que venía de participar de un violento asalto a un turista extranjero) ya que el joven no resultaba “peligroso para nadie”. Así, los jueces aseguran que el asesino incumplió “la normativa nacional e internacional” sobre el uso de arma, lo que se agrava siendo policía.
Pese al lobby realizado por Patricia Bullrich (con su ladero y abogado del criminal Fernando Soto) y demás referentes de la mano dura, los jueces no pudieron dejar de condenar a Chocobar (aunque con una pena casi simbólica por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego cometido en exceso del cumplimiento de un deber”) y fundamentar su sentencia en el accionar objetivo del policía.
De hecho la mayor “condena” que le aplicaron al efectivo que actuaba en aquel momento para la Policía Local de Avellaneda, es la inhabilitación especial por cinco años para desempeñarse en funciones operativas con la utilización de armas de fuego. Es decir que lo consideran un tipo peligroso.
Según informó la agencia Télam, los jueces plasmaron sus fundamentos en 501 páginas. Allí, entre otras cosas, buscan justificar las intenciones de Chocobar aunque inevitablemente terminan concluyendo que actuó mal y por fuera de la ley.
Los jueces dicen que Chocobar, en su persecución a Kukoc, se identificó como policía, dio “la voz de alto” y disparó “en dos o tres oportunidades de forma intimidatoria al aire”. Luego “le efectuó otros disparos de manera directa, dos de los que impactaron en el frente de Irala 999, mientras que dos en el cuerpo del occiso, provocándole sendas heridas que, finalmente, tras dos intervenciones quirúrgicas, lo llevaron a la muerte cuatro días más tarde”.
“Resulta evidente”, dicen los jueces, que “al comienzo” el accionar de Chocobar “estuvo completamente justificado a tenor del marco legal que regula su actividad”, pero “en un preciso momento de la persecución, la actuación del policía acusado dejó de estar justificada para tornarse excesiva en extenso e intenso por resultar innecesaria y desproporcionada al legítimo fin primigeniamente propuesto”.¬
Así, para el Tribunal no se trató de un caso de “legítima defensa” como alegó en su defensa el abogado Soto, ya que “poquísimos segundos más tarde se apartó de la normativa permisiva al herir con su última salva a Kukoc cuando ya se encontraba a bastante distancia, sin armas a la vista, ni representar peligro alguno”.
“Chocobar no debió efectuar ese último disparo que impactó a Kukoc en su pierna izquierda cuando se alejaba corriendo sin resultar peligroso para nadie”, afirman los jueces. Y agregan que “no puede aceptarse la aprehensión de un sospechoso sacrificando el cumplimiento de la normativa nacional e internacional de aplicación obligatoria que razonablemente regula el oportuno uso de las armas de dotación asignadas al personal policial”.¬
Tal vez buscando quedar bien parados frente a Bullrich, Berni y quienes bancan a los “chocobares” desde las oficinas gubernamentales, los jueces Pisano, Apolo y Calvete concluyen que el policía “no tuvo intención de matar según lo demuestran el comprobado impacto de rebote en la región lumbar, la herida en la pierna izquierda de Kukoc y el haber cesado de inmediato sus disparos al verlo caer al suelo”.
Así, descartaron la hipótesis sostenida por la familia del joven asesinado respecto a que se trató de un homicidio agravado cometido en abuso de la función policial, un delito que prevé una pena de prisión perpetua. Hubiese sido demasiado para un fiel exponente de la Policía que el Estado viene formando, sosteniendo y encubriendo permanentemente.

Larreta denunciado por “fraude laboral”

11.8.2021

Por Néstor Espósito

Un sector del sindicado de los empleados municipales acusa al jefe de Gobierno porteño de evadir “la responsabilidad de tributar al sistema de Seguridad Social, Sindical y de Obra Social”.

El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, sumó una nueva causa judicial, en este caso por presunto “fraude laboral” cometido en la administración comunal por la situación de unos 25 mil empleados que facturan sus servicios como monotributistas.
El juez federal Sebastián Ramos quedó a cargo de una denuncia de un sector del sindicado de los empleados municipales que acusa al jefe de gobierno de ser el “responsable de una política de gobierno a través de la cual, y mediante el dictado de decretos y resoluciones, se evade la responsabilidad de tributar al sistema de Seguridad Social, Sindical y de Obra Social”.
En mayo pasado, el sector opositor del Sindicato de Municipales que encabeza Carlos Elías denunció a Rodríguez Larreta por “incumplimiento de deberes de funcionario público por evadir tributos a la AFIP y organizar un sistema de fraude laboral en el Estado local”.
La presentación argumentaba que “la Ciudad de Buenos Aries cuenta con un plantel de alrededor de 25.000 trabajadores que no se encuentran debidamente registrados y que han sido contratados bajo la ficción de ser personal que presta servicios de forma independiente”.
Esa modalidad de contratación –añadía la denuncia- hace que los empleados figuren “inscriptos en el régimen simplificado de Monotributo”, es decir que facturen por su trabajo, que es similar al que realizan otros empleados que gozan de la relación de dependencia laboral.
Según la fracción disidente del Sindicado de Municipales, la modalidad de contratación mediante facturación de servicios significa “un fraude a las leyes previsionales y laborales que permite la evasión de millones de pesos que no son incorporados al Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, no otorgan la correspondiente cobertura de Obra Social y no permite participar libremente de las actividades gremiales”.
Sobre ese último punto, la denuncia añade que “las personas que cumplen tareas bajo estas condiciones precarizadas de empleo no tienen la posibilidad de afiliarse al sindicato, siendo presionadas con amenazas cuando intentan reclamar sus derechos”.
Pese a que la denuncia fue presentada hace más de dos meses, sólo ahora fue asignada al juez Ramos. Cuando la gremial de los municipales se presentó en tribunales, Ramos consideró que los delitos denunciados debían tramitar ante el fuero en lo Penal Económico y se desprendió del expediente, que recayó en el juzgado a cargo de Marcelo Aguinsky.
Allí quedó trabado un conflicto de competencia que acaba de resolver la Cámara Federal porteña, con un fallo unipersonal del juez Roberto Boico.
El fallo sostiene que decisión de Ramos de desprenderse de la causa es “prematura”, ya que “no se halla precedida de una investigación suficiente que permita conocer diversos aspectos del hecho denunciado, necesarios para un correcto planteamiento de la cuestión”.
“La ausente actividad instructoria orientada a conocer el alcance de los hechos denunciados y circunscribir así su objeto impide definir la contienda en el sentido pretendido por el declinante”, reprochó Boico.
Así, el expediente quedó radicado ante el juez Ramos, quien deberá iniciar formalmente la tramitación de la denuncia.

Un nuevo paro docente en la Ciudad reclama por medidas de fondo

9.8.2021

Por Ivana Otero – Secretaria de Cultura – Ademys

Hoy lunes 9 de agosto habrá una concentración en el ministerio de Salud con conferencia de prensa en el marco de un paro docente de Ademys. Denuncian al gobierno de la Ciudad y nacional y plantean que no se elimine la distancia social, ni las canastas alimentarias y se tomen medidas de fondo. Exigen a la conducción de UTE medidas de fuerza junto a las familias.

Comienza esta nueva semana con un paro docente, convocado por Ademys. Al mediodía de este El lunes 9 de agosto se convocó a una concentración en el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires (Monasterio al 400, Parque Patricios) con conferencia de prensa y solicitud de reunión con las autoridades de la cartera.
En la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia, sin grieta alguna, las clases comenzaron sin haber invertido en educación. Larreta avanza en un protocolo que elimina la distancia social, cuando podría haberse evitado si durante este año y medio se hubiese invertido en la construcción de escuelas. Algo elemental que viene denunciándose hace años cuando la falta de vacantes es la norma. Pero la educación no es prioridad. Al mismo tiempo que elimina la canasta alimentaria que la comunidad educativa junto a Myriam Bregman y Alejandrina Barry del Frente de Izquierda ganaron con un fallo para que les estudiantes puedan comer mejor en las escuelas.
En el marco de una asamblea abierta de Ademys realizada el lunes 2 de agosto en el marco de un paro, se debatió sobre el regreso a las escuelas y hubo intervenciones tomando nota de la situación de las familias y estudiantes.
Ana Chong, miembro de la agrupación 9 de abril planteó que “Los gobiernos hablan de la educación, pero no ponen un centavo ni para infraestructura ni para las familias que ingresan a la pobreza más absoluta. Hay una preocupación real porque quedaron fuera de la virtualidad un sector enorme y un sector mucho más afectado son las familias que no tienen ni siquiera techo. Ni el gobierno de la Ciudad ni el nacional no les están dando una respuesta, un ejemplo es la toma de la villa 31 “Fuerza de Mujeres” donde hay más de 100 familias con decena de estudiantes de escuela pública que están peleando por este elemental derecho en las condiciones más adversas”.
Asimismo, se denunció a la dirección de Ute por estar más preocupado por ser parte de la lista del Frente de Todos porteño, que terminó encabezando Santoro, un ex radical que se pronunció en defensa de la policía y las pistolas Taser, fuerza política que además votó a los jueces que fallaron contra la comunidad educativa en el debate por un retorno seguro a las escuelas y no en organizar a la docencia y su comunidad educativa para enfrentar el gobierno de Larreta. El peronismo en la Ciudad no solo no fue oposición en la Legislatura donde votaron parte de las leyes que ajustaron a les trabajadores, sino que como conducción de poderosos sindicatos como el Subte, docentes, telefónicos, camioneros, aeronáuticos y estatales, entre otros, y como parte de los movimientos sociales y centros de estudiantes no buscaron salir a las calles contra el gobierno local.
Marilina Arias, dirigente de la Corriente 9 de abril y ex miembro directivo de Ademys manifestó que “La propia vicepresidenta Cristina Fernández anunció que Los dólares del Banco Central van a ser usados para seguir pagando los intereses de deuda, mientras las escuelas no están en condiciones, avanzan en protocolos más flexibles y las familias son cada vez más pobres. Hay más de un millón que quedó excluido del sistema educativo según el mismo Trotta reconoció”.
Al mismo tiempo planteó la importancia de la batalla política electoral en este marco y anunció que junto a otros compañeros de la directiva de Ademys, será candidata por el Frente de Izquierda “continuando la pelea tanto en el terreno sindical como el político, porque hay que unir nuestras demandas con independencia política y con un programa que defienda los intereses de la educación del pueblo trabajador.

UTE protesta contra «la presencialidad plena» con clases públicas y «semaforazos»

9.8.2021

El gremio de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) anunció que entre el 9 y el 13 de agosto realizará clases públicas, «semaforazos», abrazos a las escuelas y continuará con la conformación de Comités de Autocuidados conformados por docentes, estudiantes y familias, en rechazo a «la presencialidad plena en las aulas» dispuesta por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

El gremio de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) anunció que entre el 9 y el 13 de agosto realizará clases públicas, «semaforazos», abrazos a las escuelas y continuará con la conformación de Comités de Autocuidados conformados por docentes, estudiantes y familias, en rechazo a «la presencialidad plena en las aulas» dispuesta por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
«Rechazamos las medidas de presencialidad plena adoptadas por el Ministerio de Educación de la Ciudad que no respetan las disposiciones acordadas en el Consejo Federal de Educación (CFE) y ponen en riesgo, una vez más, la salud y la vida de la comunidad educativa, señaló UTE en un comunicado.
El sindicato docente aseguró que «tanto el decreto con firma conjunta del Ministerio de Educación y Salud como el nuevo protocolo no contemplan ninguno de los cuatro puntos fundamentales para cuidar la salud de la comunidad educativa: distanciamiento, uso de barbijo, ventilación cruzada e higiene».
«El negacionismo sanitario del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y la ministra de Educación, Soledad Acuña, lleva a los límites de negar la necesidad de mantener el distanciamiento social vigente para todas las actividades dentro de las escuelas».
UTE indicó que en medio de la pandemia de coronavirus, las autoridades porteñas «tampoco garantizan desde febrero espacios con ventilación cruzada ni elementos de protección e higiene suficientes», y exigieron «la compra de medidores de dióxido de carbono para todas las escuelas de la Ciudad».

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