El inicio de “La 1-5/18 Somos uno” de Polka y el debate que se abrió

25.9.2021

Por Mariela Pozzi

Esta semana se estrenó la serie “La 1-5/18 Somos uno” de la productora Polka por Eltrece. La primera ficción nacional pos pandemia. El barrio y los personajes pertenecen a una villa porteña. Con detractores y defensores, te contamos por qué levantó polémica.

“La 1-5/18 Somos uno” arrancó el lunes y desató unas cuantas polémicas y contrapuntos en las redes. Sobre la verosimilitud de sus personajes y hechos. Sobre las actuaciones forzadas de sus intérpretes y, una menos extendida, sobre la operación de romantizar la pobreza.
Esta ficción, -que es la primera tras un largo año y medio de parate en la industria del espectáculo, producto de la pandemia del coronavirus-, relata las vidas y relacionamiento entre los habitantes de un barrio, que bien podría ser cualquiera de las villas porteñas o del conurbano bonaerense. Sin embargo las imágenes aéreas y algunas locaciones fueron filmadas en la Villa 31 del barrio de Retiro porteño, llamado Padre Mujica.
La producción, a cargo de Polka, con Adrián Suar a la cabeza, no escatima en gastos para sus efectos “hollywoodenses”, como la explosión del almacén del comedor barrial del primer capítulo. Sin embargo, deliberadamente esta historia no habla de la pandemia y las consecuencias que trajo a los habitantes de las villas, quienes sufrieron agudamente los efectos del coronavirus, por la escasez de empleos, por el hacinamiento de las familias y la crisis habitacional, por la falta de agua potable, por la política de los gobiernos, de dejarlos sin testeos ni control en la propagación del virus por los pasillos.
La productora elige contar algo bastante light, comparando las necesidades de esos barrios, donde faltan laburos y las condiciones de vida son más precarias de lo que muestra Polka.
La historia que deciden mostrar es la relación de las mujeres (organizadas para atender el comedor barrial y enfrentar al “transa” que obliga a los pibes a trabajar vendiendo droga, que a su vez mete en el barrio una bioquímica interpretada por Romina Gaetani) con la Iglesia. Así, Lola, que con una buena interpretación de Agustina Cherri, dirige el comedor comunitario, tendrá como aliados a Lorenzo (el nuevo cura interpretado por Esteban Lamothe) y Bruno (Gonzalo Heredia) en esta tarea imposible de pacificar el barrio. Ella es una maestra que vive hace solo 15 años en la villa, y propone cambiarle el nombre al barrio por el de la educadora Rosario Vera Peñaloza, pero la hostilidad de algunos oriundos (y no tanto), hace que sus planes tropiecen una y otra vez.
Otra historia paralela, con ribetes importantes de culebrón, es la de Rita (excelente interpretación de Lali Gonzalez, actriz paraguaya que ya vimos en 7 cajas) y Sebastián (Luciano Cáceres). Ella, obligada a entregar a su hijo recién nacido, lo encuentra, ya adolescente, adoptado por una familia “rica”, cuyo padre es Cáceres. No falta el novio convicto (el también paraguayo Nico García) que le da órdenes desde la cárcel y promete cambiar.
El rol destacado a los personajes femeninos es una suerte de pretensión forzada por homenajear a las mujeres que, como Ramona Medina, fallecida en pandemia, le ponen el cuerpo todos los días a situaciones muy adversas.
El elenco, muy numeroso, cuenta con actores excepcionales como Leonor Manso, Roly Serrano, Patricio Contreras que deleitan con sus interpretaciones. Pero también Leticia Bredice, Maxi Ghione, Barbara Lombardo, entre otros tantos y nuevas apuestas en la actuación como el humorista Yayo y los cantantes tropicales El Polaco y Ángela Leiva, que empezaron bastante bien.
Lo cierto es que se generaron muchas críticas con las interpretaciones sobreactuadas de algunos integrantes del elenco y hubo un aluvión de memes al respecto. Gonzalo Heredia, uno de los más criticados, salió al cruce con un tweet: “Chicxs dejo de actuar sin problemas si les pagan el colegio y los gastos varios a mis hijxs. Posta.” O Agustina Cherri, defendiendo su actuación: “Lola es un personaje que vi en muchos lugares, trabajo en varios comedores y vi muchas Lolas y estoy contenta con el trabajo que estamos haciendo”.
Es interesante pensar que, más allá de los libretos y guiones cuestionables, e incluso el contenido al que nos tiene acostumbrados la productora Polka, el colectivo de la industria del espectáculo, ha sufrido, como muchos otros sectores de trabajadoras y trabajadores, las consecuencias económicas de la pandemia. Al respecto, el actor Ricardo Darín, un referente del colectivo, declaró recientemente ante la grave situación: “Es realmente muy problemático. Desde el año pasado se han intentado encontrar salidas posibles y se están en permanentemente conversaciones y debates para ver cómo se puede encarar estas discusiones, pero todavía no se encuentra una salida que sea mínimamente lógica”, ante la falta de ingresos para los actores, actrices, guionistas, técnicos, etc. Por su parte, Daniela Valenzuela, representante del sindicato nacional de técnicos del espectáculo ( SINTECES) expuso en mayo pasado ante la Cámara de diputados del Congreso nacional, la precaria situación y completo abandono que están viviendo miles de trabajadores del mundo del espectáculo como los Roadies, sonidistas, Tramoyas, técnicos Backline, Fotógrafos, Backstage, Guardias , montajistas de escenarios transitorios, y estructuras perimetrales, montajistas de gráficas, catering, iluminadores, entre otros. “Todo lo que ha emanado como plan de contención desde el Ministerio ha tenido que ver con redirigir fondos concursables hacia fondos de emergencia, que el año pasado se otorgaron en base a concursabilidad. ¿Cómo puede ser que en un Estado de Emergencia tengamos que competir?… Es humillante”, señaló la dirigente.
Sin ir más lejos, y en sintonía con la escasa intervención estatal para resolver el problema de la crisis económica de los trabajadores y trabajadoras del espectáculo, la productora Polka, la empresa del Grupo Clarín, Adrián Suar y Víctor Blanco, descargó la crisis sobre sus trabajadores y achicó el plantel de la productora en casi un 50 %, pasando de tener casi 300 empleados a contar ahora con 160, no sin un conflicto gremial encabezado por el sindicato Satsaid a mediados de 2020.
La nueva producción que se emite por eltrece de lunes a viernes a partir de las 22 horas, compite en el horario prime time con producciones extranjeras como Dr. Milagro en Telefé y Bake Off Argentina, un reality de pastelería, también en el canal de las pelotas. Si bien, el día de su estreno tuvo picos de 16 puntos de rating, la producción turca de Telefé, viene llevando la delantera en cuestión de espectadores.
Con gran producción y trabajo técnico, algunas buenas interpretaciones entre otras sobreactuadas, con una historia por momentos inverosímiles y naif, pero sobre todo con mucha polémica y debates, así empezó la gran apuesta ficcional que pretende ser un punto de inflexión en la nueva era pos pandemia de la televisión argentina.

“Todos Juntos” a precarizar a la juventud: de las pasantías de Larreta al “Te sumo” del peronismo

24.9.2021

Por Ulises Valdez

En los últimos días Horacio Rodríguez Larreta apuntó contra el derecho a la indemnización. Pero también quiere extender las pasantías juveniles obligatorias, mano de obra barata para las empresas. Tolosa Paz y Santoro no le pierden el paso en sus planes de empleo joven y precario.

Esta semana, el Jefe de Gobierno porteño Rodríguez Larreta presentó el “Plan de Futuro”. El proyecto aborda distintas áreas (“bienestar general”, seguridad), pero entre sus puntos clave están “educación y trabajo”. El atrayente slogan es “generar condiciones para los sectores más estratégicos de la economía con el objetivo de crear puestos de empleo formales y de calidad”. ¿Pero qué significa en concreto?
Rodríguez Larreta repitió un viejo plan de la gestión Cambiemos que generó debates en la comunidad educativa: que los estudiantes del último año de secundaria hagan pasantías obligatorias “en el sector privado, una ONG “o en el Teatro San Martín si tienen una veta artística”.
El líder de Juntos no aclaró si las mismas serán gratuitas o tendrán un “incentivo económico”, ya que rige una Ley nacional en relación a las pasantías.
Su socia, María Eugenia Vidal, también se le ocurrieron banda de ideas para ofrecer mano de obra barata juvenil. Primero propuso “promover prácticas profesionales formativas en puestos de trabajo y beneficios fiscales a quienes contratan titulares hasta 29 años del Potenciar Trabajo, hay que reconvertir planes por trabajo genuino”. Todo con sueldos bajísimos ya que toma como referencia los “salarios complementarios” que pagan los programas sociales.
Otra de sus propuestas es la eximición del pago del monotributo por un año para jóvenes profesionales de hasta 29 años que son “independientes”. En realidad, un aliento al fraude laboral que practican cada vez más empresas.
Milei y Espert siempre están un poco más a la derecha. Cualquier ley laboral es un estorbo para la “libertad” de los empresarios para explotar hasta la última gota de sudor a la juventud. Por eso su ex presidente preferido es Carlos Menem y la reforma laboral es una de sus principales propuestas de campaña.

¿Y por Casa (Rosada) cómo andamos?

La realidad es que en este punto casi no hay diferencias entre Juntos y el Frente de Todos.
Alberto Fernández le robó el Power Point a Mauricio Macri proponiendo un plan de “Primer empleo” que no tenía prácticamente diferencias. Quizás la única es que Fernández lo puso en marcha en plena campaña. Fue tras conocer una encuesta de una consulta muy ligada al peronismo que reconocía que “el 73,5% de las personas entre 16 y 29 años cree que el Frente de Todos ha acompañado “poco o nada” a los jóvenes en materia laboral y educativa”.
Entonces lanzó el plan “Te sumo”. A pesar de haber sido anunciado con bombos y platillos en una fábrica de Almirante Brown, es un plan para solo 50.000 jóvenes, de entre 18 y 24 años, que tengan secundario completo, para que ingresen a empresas PyME. En el caso de las “capacitaciones”, los jóvenes deberán hacer una contraprestación de 4 horas diarias. En el caso de los puestos de trabajo, correrán las horas habituales.
El Estado se hará cargo de gran parte de los salarios de 50.000 jóvenes y la reducción de las contribuciones patronales alcanzará a un 95% del total en caso de mujeres y personas no binarias, y será del 90% para los varones. Varios funcionarios aseguraron que en algunos casos el aporte estatal llegará a cubrir el 75% del salario durante un año.
Según reconocieron desde el Gobierno, las contraprestaciones tienen un monto similar al Potenciar Trabajo, y en el caso de quienes realicen “las horas habituales”, cobrarán un monto similar al Salario Mínimo (hoy en 30.000 pesos). Una miseria.
¿Indemnización? En realidad, cuando se te acaba el programa te pueden contratar formalmente o quedar en la calle. Ni “fondo de cese laboral”. Cuando se enteró Lousteau se deprimió: lo corrieron por derecha en esta.
En la presentación una de las principales oradoras fue Victoria Tolosa Paz, candidata bonaerense a diputada por el Frente de Todos. Pero el programa, de alcance nacional, fue reivindicado también por Leandro Santoro, candidato porteño.
La pregunta obligada es: ¿cuáles son las diferencias sustanciales entre las propuestas entre Juntos y el Frente de Todos?
Como decíamos, están “Todos Juntos” por la precarización juvenil.
Como si no les alcanzara la que ya hay. Según el Observatorio de les trabajadores en la Pandemia, 3 de cada 10 jóvenes están desocupados, lo que impacta mucho más en las mujeres. Pero además, el 63 % trabaja en la informalidad. Además, tienen el bolsillo perforado: el promedio salarial para los menores de 24 años es de $22.687, pero en el caso de les informales es de $14.568. Las pibas también cobran menos.

La Justicia llama a usuarios del subte a sumarse a amparo ambiental

24.9.2021

La acción colectiva presentada por la Asociación Gremial de Trabajadorxs del Subte y el Premetro frente a la presencia del material cancerígeno en la red de subtes de la Ciudad de Buenos Aires recibió un espaldarazo judicial.

En febrero de 2018, la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP) se enteró de la presencia de asbesto en el Metro de Madrid, en los trenes marca CAF modelo 5000. Las mismas unidades prestaban servicio en la línea B de la ciudad de Buenos Aires y recibían mantenimiento en el Taller Rancagua, Chacarita. Habían sido comprados en 2014 por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires encabezado por Mauricio Macri. La empresa concesionaria Metrovías, Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) y el gobierno de la Ciudad desconocieron la presencia de asbesto en la red.
Ante la desidia empresaria y gubernamental, la AGTSyP comenzó su propia investigación para determinar la presencia de asbesto, para lo cual contrató a la doctora en Geología Leticia Lescano, especialista en contaminación con asbestos, docente del departamento de Geología de la Universidad del Sur y veedora de la OIT. Poco tiempo después la Universidad del Sur confirmó la presencia de asbesto en piezas de las flotas Fiat, CAF-GEE, Siemens, Nagoya, en techos del premetro y frenos de escaleras mecánicas de madera. No se trataba de una contaminación puntual: el asbesto, un mineral prohibido en el país desde 2001 por sus efectos cancerígenos, estaba presente en toda la red.
Con esta información, el 12 de abril de 2018, la AGTSyP presentó una Acción de Amparo y Medida Cautelar solicitando que el Gobierno de la Ciudad arbitre los medios para tomar muestras y que adopte las medidas necesarias de contención sobre los trenes sospechados de contaminación y que de confirmarse la presencia de asbesto se exija a Metrovías y SBASE disponer todas las medidas necesarios para liberar el ambiente de trabajo del contaminante. A raíz de esta medida, en agosto SBASE y Metrovías contratron a una empresa para iniciar el retiro, oclusión y disposición final de las piezas de la Flota CAF 5000.
Finalmente, el 17 de diciembre de 2018, a nueve meses de que el gremio denunciara públicamente la presencia de asbesto, declarara la huelga por salud y llevara a cabo una investigación propia para determinar la presencia de asbesto en el subte, SBASE y Metrovías reconocieron públicamente y declararon la presencia de asbesto en el Subte.
Casi tres años más tarde, el 30 de enero de 2021 falleció el trabajador jubilado Juan Carlos Palmisciano a causa de un cáncer de pulmón por exposición al asbesto. El 21 de marzo falleció el trabajador, auxiliar de estaciones, Jorge Gabriel Pacci a causa de un mesotelioma pleural producido por exposición al asbesto. Para la misma época ya eran 42 los afectados con Neumoconiosis por exposición al asbesto detectados, cifra oficial ante la Secretaría de Riesgos del Trabajo.

Acción de clase

El 17 de noviembre de 2019 la AGTSyP presentó un Amparo Ambiental, Acción de Clase, en el Juzgado Contencioso Administrativo y Tributario Nº 12 CABA, aportando toda la documentación recolectada en la investigación realizada por la Secretaría de Salud Laboral de la AGTSyP.
Esta semana el Juzgado ordenó a Metrovías y a SBASE publicar información del amparo ambiental en estaciones de cabecera y en las comunas para que los usuarios y todos aquellos que se consideren afectados se sumen al amparo colectivo.
La acción de clase o “acción colectiva” supone que la resolución judicial tiene un alcance general para todas las personas que se vean afectadas en un mismo derecho. En la presentación de la AGTSyP se exige:
* Se garanticen estudios médicos periódicos a todos los afectados comprendidos en la acción colectiva.
* Resarcir a todos los comprendidos en la acción legal.
* Garantizar el tratamiento médico de aquellas afecciones que se detecten en cada individuo.
* Financiar un Instituto para la Prevención, Capacitación y Tratamiento del Asbesto.
Los trabajadores y trabajadoras de la AGTSyP lanzaron esta semana una campaña de información para que se conozca la acción de clase y la problemática del asbesto. Podés acceder a información sobre la misma en https://asbestoenelsubte.com.ar/

Estudiante del Bajo Flores: Profe… ¡entonces en la villa vivimos cómo vivían los obreros en la revolución industrial!

21.9.2021

Por José Muralla

La conversación tuvo lugar en mi clase de Historia de segundo año en el Bajo Flores, mientras hablábamos del hacinamiento en que vivían los obreros en aquel siglo XVIII. “Entonces no cambió nada, profe”, completó el mismo estudiante. Cuando los ojos de la juventud ven claramente lo que los gobernantes dicen no ver.

Parece hace mucho, pero hace relativamente poco que volvimos a la presencialidad. Entre docentes, estudiantes y no docentes ponemos nuestro esfuerzo y cariño para recuperar la relación, nuestros espacios y aprender todo lo que podamos.
En el curso de Historia ya habíamos pasado por el feudalismo, aquella época dónde quiénes tenían el monopolio de la “palabra de Dios”, tenían también el monopolio sobre la palabra, sobre el pensamiento, sobre los campos, los recursos, las vidas y hasta sobre el deseo. Llegamos al momento del progreso de las ciencias y los cambios en la producción que cambiarían el mundo para siempre, la etapa conocida como la Revolución Industrial.
Algún que otro bullicio o interrupciones, tratar de lograr que todos se interesen y presten atención, y la clase continuaba. Habíamos llegado a la parte en la que “las ovejas comían hombres”. Aquella historia escrita con sangre y lodo de cuando la tierra dejó de ser un medio de subsistencia y pasó a ser un medio de ganancia. Entonces los campesinos, la amplísima mayoría de la población, empezaron a sobrar. Porque su tierra era ahora para las ovejas qué proveían de lana a las insaciables hilanderías de Manchester.
Fábricas textiles que también necesitaban brazos libres. Y que la expulsión de los campesinos que habían quedado en la nada había preparado para su digestión. Como brillantemente lo describe Marx en su capítulo 24 del tomo I de El Capital, “la llamada acumulación originaria”.
Mientras investigábamos, intercambiábamos y leíamos un poco pregunté por las condiciones en qué vivían aquellos ex campesinos devenidos a la fuerza en obreros.
Leemos en el libro: “hacinados, varias familias amontonadas en la misma habitación sucia, llena de humedad, sin dónde ir al baño, sin los menores servicios ni comodidades. Cobrando jornales que no compraban ni el pan”. Y yo sigo: “ya no tenían de qué vivir donde habían nacido. Fueron expulsados y fueron, con nada más que sus manos útiles para el trabajo, a parar al único lugar dónde podrían encontrar algo: las ciudades”.
En ese momento uno de los estudiantes levanta la vista y me dice: “profe vivían como nosotros vivimos en la villa”. Y sigue: “acá (y señala para el lado de la villa) vive toda gente que se tuvo que ir por hambre de donde estaba, buscando algo un poco mejor”. Y concluye: “pasaron tres siglos y no cambió nada”.
Debo reconocer qué no me la esperaba. El frío por la espalda me dejó sin palabras por un rato. Me repongo y le digo: “pero algunas cosas cambiaron: conseguimos las 8 horas… Aunque ahora con lo que pagan por 8 horas no alcanza. Conseguimos el derecho a tener sindicatos para defendernos aunque los burgueses no querían. Pero luego encontraron la forma de ponerlos a su servicio, comprando a los dirigentes que viven como empresarios por entregar las condiciones de vida de los trabajadores”, intentando subir escalones desde los cuales seguir avanzando.
“Sigue igual profe”, me vuelve a decir. Y no me queda otra que contestarle “sí, en lo fundamental sigue igual: una mayoría apenas sobreviviendo y una minoría que vive en la opulencia con el trabajo de esas mayorías”.
La hora ya estaba terminando y sentía que no podía quedar en desazón. Y digo: “¿se imaginan si todos esos avances tecnológicos hubiesen sido para que la mayoría viva mejor y no para que unos pocos se hagan ricos?”. “Eso estaría buenísimo”, me dice. Y finalizo “bueno, lo vemos la próxima clase”.
Firmo el libro de salida y me voy a esperar el 46 en la garita sobre Perito Moreno para volver a casa. Mientras veo pasar el Belgrano Sur traqueteando sobre el viejo puente de hierro me surgen mil reflexiones.
Pensar qué la miseria que ven pibes de 16 años con su sencillez, a los poderosos que gobiernan se lo tienen que escupir en la cara con un mal resultado electoral para que lo vean. Pensar que Braian me dijo: “vivimos cómo hace 300 años” mientras que un sector pide retroceder aún más, con sus reformas laborales. Que los que acaban de darse cuenta de qué hay una pobreza que no se aguanta más, en vez de avanzar en poner la tecnología al servicio de que todos trabajemos menos y vivamos mejor, “avanzan” en poner señores feudales en su gabinete.
Pero también qué somos la mayoría los que vemos esa situación. Qué hay otros qué expresan con la sencillez de Brian sus ideas. De hecho pensaba en uno en particular. Uno entre tantos en Jujuy. Un obrero de la recolección de residuos, coya de origen y de la piel del mismo color que Braian. Alejandro Vilca, referente del Frente de Izquierda y que acaba de sacar el 23% de los votos en su provincia. Los votos de los que se representan en “uno como nosotros”.
Y que invita a pelear juntos porque el mundo lo gobernemos quienes lo hacemos mover cada día con nuestros músculos, y no los que se apropian de nuestro esfuerzo y nos tiran las migajas. Un mundo donde la tecnología existente nos permita trabajar menos y vivir bien, teniendo tiempo de sobra para disfrutar. Para vivir, en vez de sobrevivir. Porque nuestras vidas valen más que sus ganancias.

CABA: Atentados, pintadas y otras agresiones fascistas inquietan el barrio de Almagro

20.9.2021

Por Emiliano Gullo

Desde el inicio de la pandemia, la Comuna 5 acumula al menos doce ataques contra centros culturales, unidades básicas y colegios. Los colectivos alertan: “Hay un odio exacerbado”.

Lo que recorre estos días el barrio porteño de Almagro no tiene nada de fantasmal. Cuatro centros culturales –pertenecientes a organizaciones sociales y políticas– fueron atacados por grupos organizados que repitieron el mismo patrón de amenazas. Pintadas con aerosol que decían, entre otras cosas, “Fuera feminazis” o “Chorros K”. Desde mayo de 2020, la Comuna 5 acumula al menos doce ataques a centros culturales, a unidades básicas y a varios colegios que, en algunos casos, incluyeron explosiones de bombas molotov, intentos de incendio y rotura de instalaciones. A pesar de las cámaras de seguridad y del patrulleo constante de la Policía de la Ciudad, todavía no hay ningún detenido por los casos de vandalismo. En tanto, el último miércoles la misma policía detuvo a un grupo de militantes que realizaban pintadas sobre la avenida Díaz Vélez por el 45° aniversario de La Noche de los Lápices.
Las paredes del Centro Cultural “La Casa de Teresa”, en Francisco Acuña de Figueroa y Humahuaca, convocan a la unidad latinoamericana. Evocan la revolución cubana. Al Che Guevara. Al Partido Comunista. A Teresa Israel, detenida desaparecida por la última dictadura militar. Teresa tenía 25 años y militaba en la FEDE cuando la secuestró una patota. En el mural que la recuerda sobre Acuña de Figueroa, un aerosol rojo dice: “Para todes el pan, para todes la belleza, para todes todo”.
El sábado 11 de septiembre, alguien, –o algunos, eso todavía no está claro– tapó la frase con un aerosol en negro para escribir “genocidas”. Fue la última agresión de una historia recurrente pero que se aceleró a partir del 8 de mayo de 2020, en plena cuarentena, cuando sintetizaron la amenaza con una pintada: “Videla”. Comenzaba una escalada de violencia por toda la comuna en la que intervino –sin resultados– la Fiscalía 20 a cargo de Juan Ernesto Rozas.
“Estamos preocupados porque no suceden solo en un contexto electoral sino que vienen del año pasado. Y no son sectores marginales, nostálgicos de la dictadura, sino que empiezan a tener representación electoral y están calando en los jóvenes con un discurso de odio. Por eso es importante que sigamos dando la disputa sobre qué fue lo que pasó en la dictadura pero también sobre la sociedad que queremos construir”, dice Roberto, militante de la Casa de Teresa.
El viernes 27 de agosto de este año, el Centro Cultural “Esquina Rebelde”, ubicado en Tucumán y Gallo y vinculado a la organización Marabunta, sufrió un ataque similar. Cuando una militante llegó al local para comenzar una jornada de actividades se encontró con un mensaje en la vereda que decía: “Fuera feminazis”.
Florencia, militante de Esquina Rebelde, cuenta: “Estamos muy shockeades porque estamos en el barrio desde 2016 y nunca habíamos recibido una agresión fascista de estas características”. Como en el caso del Teresa, las cámaras de la zona tampoco funcionaban o justo no daban con el ángulo de alcance. Al sábado siguiente, la organización realizó una jornada de repudio. Convocaron a los vecinos, hicieron una radio abierta e intervinieron la pintada para transformar la frase de la amenaza en “Fuerza feminista”. El lunes se encontraron con una nueva agresión. Habían vuelto a pintar la misma amenaza, exactamente debajo de la anterior.
“Nos hace pensar que son personas organizadas que siguen nuestra actividad; y por el tipo de agresiones son grupos ligados a la ultraderecha, los que hoy representa (Javier) Milei y que tienen una cuestión exacerbada de odio”, dice Florencia.
En ambos casos, los militantes coinciden en la inutilidad de realizar las denuncias en las comisarías de la zona. De todas maneras, los comisarios están al tanto de la situación. Así lo explica Hernán Gorreta, comunero del Frente de Todos: “Expresamos nuestras preocupaciones durante las reuniones de Junta cuando sucedieron los hechos del año pasado. Y con los comisarios tenemos reuniones todos los meses y les planteamos las preocupaciones por los ataques y por el hecho de que no haya ningún detenido”.
A cuatro cuadras de Esquina Rebelde y en la misma fecha –entre el 29 de agosto y el 3 de septiembre–, el “Espacio Mayo” y la “Casa del Frente Movemos” también recibieron amenazas con pintadas que decían “chorros K” y “chorros” a secas. En ambos casos se cursaron denuncias por vandalismo al Ministerio Público Fiscal de la Ciudad.
Un local de Nueva Mayoría, ubicado en México y Quintino Bocayuva, había sufrido un ataque más violento el 23 de abril pasado, cuando una patota de desconocidos le rompió los vidrios.
Hoy, los espacios políticos y culturales agrupados en la Red Almagro se encuentran en estado de alerta. Y los militantes de Movemos que el miércoles pintaron recordatorios de la Noche de los Lápices fueron liberados luego de la intervención de los comuneros del Frente de Todos.

Antecedentes oscuros en el barrio

En mayo de 2020, destruyeron las baldosas de la Memoria en las puertas del Comercial 25, el Comercial 8 y el Normal 7, donde tacharon el mural que recuerda a los estudiantes desaparecidos del colegio, entre ellos Teresa Israel. En la pared del Polideportivo escribieron “zurdos”; y pintaron “Videla” en la pared de la Casa de Teresa.
La familia de Teresa Israel elevó una denuncia a la Fiscalía 20: la causa se cerró, no se identificaron sospechosos.
También intentaron incendiar el local del Partido Obrero sobre la avenida Díaz Vélez, y arrojaron una bomba molotov al local de FORJA.
A fines de 2020, la Unidad Básica CFK del vecino barrio de Boedo sufrió la rotura de vidrios.

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