Myriam Bregman y una histórica elección del FIT Unidad a Diputados

30.10.2019

Por Ruth Werner y Federico Puy

Con una gran campaña militante, la candidata a diputada nacional por el Frente de Izquierda Unidad obtuvo el resultado más alto de la izquierda desde 2011. Por pocos votos no obtuvo una banca en el Congreso. Alejandrina Barry sumará otra banca al bloque en la Legislatura porteña.

Los 119.936 votos que obtuvo la candidata a diputada nacional por el Frente de Izquierda Unidad, Myriam Bregman, no alcanzarían -por menos de medio punto- para acceder a la banca, cuestión que se terminará de definir en el escrutinio definitivo. Sin embargo, estamos ante la mejor elección de la izquierda en la Ciudad en décadas.
En 2011 y en el rubro a diputados nacionales se obtuvo el 5,59 %, en 2013 el 5,64 %, en 2015 el 5,48 % y en 2017 el 5,79 %. En esta elección Bregman sacó
un 6,13 %, por encima de Marco Lavagna de Consenso Federal, siendo la tercera diputada más votada.
Myriam se ha transformando en una figura indiscutible de la izquierda anticapitalista en la Capital y a nivel nacional. Y esto no sólo se nota en la calle, lo confirman la inmensa cantidad de saludos recibidos, las múltiples felicitaciones que han transformado a Myriam en tendencia en las redes sociales este lunes por la enorme elección realizada.
La campaña del Frente de Izquierda Unidad en la Ciudad tuvo como eje la exigencia de que la crisis no la paguen los trabajadores, junto a la denuncia concreta de Nicolás del Caño y Myriam Bregman de que el que ajuste tuvo cómplices en sectores del peronismo y de Consenso Federal, que garantizaron en el Congreso las principales leyes antipopulares que necesitaba Mauricio Macri.
El FIT Unidad fue quien destacó que Sergio Massa iba a ser quien presidiera el Congreso en un futuro gobierno del Frente de Todos, el mismo que propuso sacar el Ejército a la calle y bajar la edad de imputabilidad. En este marco, el avance de Myriam fue un importante contrapeso al reflujo de los votos que la izquierda sufrió nacionalmente por la enorme polarización que favoreció al “mal menor” antimacrista.
La Ciudad de Buenos Aires fue una pieza clave de la estrategia de campaña de Cambiemos. No se trataba sólo de retener la jefatura de Gobierno sino por sobre todo de apuntalar a Cambiemos tras la crisis pos PASO y colaborar desde la Ciudad para que Cambiemos se convierta en la principal fuerza opositora al futuro gobierno peronista.
Mientras a nivel nacional Macri se dedicó a polarizar entre “peronismo y antiperonismo”, en la Ciudad de Buenos Aires Larreta y Juntos por el Cambio (la coalición que unió al PRO con los radicales de Lousteau) sumaron pos PASO a las
huestes de Espert (que bajó su lista de diputados) y con un discurso de “gestión” salieron a la cancha. A nivel presidencial Juntos por el Cambio sumó más de 6 puntos respecto a las PASO (52,38 %) y con el 55,90 % de los votos Larreta retuvo ampliamente la jefatura de Gobierno.
A diputados obtuvieron el 52,86 %, consiguiendo ocho bancas además de los dos senadores nacionales. La legislatura porteña volverá a contar con mayoría automática de Cambiemos.
El Frente de Todos obtuvo 35,63 % de los votos, un punto y medio más que en las PASO y una votación similar a las dos últimas elecciones a presidente en la Ciudad. La estrategia de elegir a Matías Lammens, el presidente del club San Lorenzo, como candidato a jefe de Gobierno, un “outsider” de la política que nunca fue opositor a Larreta, fue la peor opción.
En plena campaña llegó a declarar que quería a Larreta para su Ministerio de Obras Públicas y confesó haber votado a Lousteau en 2015. Tras el debate de los candidatos en la Ciudad, Lammens buscó mostrarse lo más parecido a Larreta aunque con menor solvencia y conocimiento.
No dijo una palabra del Subte privatizado que cobra tarifas impagables ni de la “exitosa” gestión larretista que compró vagones con asbesto cancerígeno, tampoco de los múltiples negociados a costa de rematar terrenos fiscales de la Ciudad.
Por el contrario las denuncias del candidato a jefe de Gobierno por el FIT, Gabriel Solano, fueron filosas y contundentes plantándose como el verdadero opositor a Larreta. Tras el debate quedó claro que el “Macri ya fue, si vos querés Larreta también” no tenía chances. Lammens obtuvo un 35,06 % de los votos, décimas abajo de lo que sacó la fórmula Fernández-Fernández en la Ciudad (35,63 %).

La elección del Frente de Izquierda en la ciudad

El Frente de Izquierda Unidad obtuvo en la Ciudad de Buenos Aires el 2,92 % a la fórmula presidencial, confirmándose en este terreno la misma dinámica que a nivel nacional, ya que se retrocedió respecto a las PASO un 1 %.
A jefe de Gobierno se sacó un 3,65 %, mientras en la categoría legislativa logró el ingreso de Alejandrina Barry, quien se sumará junto a la propia Bregman y a Gabriel Solano a la bancada que es rotativa.
Si a nivel nacional -en medio de una hiperpolarización- mirando la elección de conjunto, lo que incluye el retroceso en la fórmula presidencial y un crecimiento en la categoría de diputados y diputadas, podemos decir que “se confirma el apoyo político de un sector significativo de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud a una alternativa política claramente anticapitalista” en la Ciudad, esto cobra una nueva dimensión por la gran votación que recibió Myriam Bregman.
Con una gran campaña militante desplegada en toda la Ciudad, en los lugares de trabajo y estudio, en las calles y en cada barrio, acompañada por Nicolás del Caño, en los debates de la Ciudad junto a Gabriel Solano. Cerrando la campaña frente al Consulado de Chile en solidaridad con el pueblo chileno, que se levantó contra su gobierno, logramos poner en cuestión una Ciudad de las grandes desigualdades sociales en temas muy importantes como la educación, la salud, la vivienda y el trabajo, pero también la denuncia de que hubo cómplices durante estos más de 12 años de gestión del PRO en la Ciudad, como lo fue el peronismo en muchas oportunidades.
También contra la política represiva de Larreta y su Policía de la Ciudad, que pusimos en cuestión en más de una ocasión, desde la Comisión contra la Violencia Institucional de la Legislatura que preside la misma Bregman.
La candidatura logró interpelar no sólo a sectores de la izquierda sino del movimiento feminista, de la intelectualidad, de los abogados defensores de los derechos humanos, de los artistas progresistas, de los defensores del medio ambiente, así como de centenares de jóvenes, de trabajadores y de estudiantes, simpatizantes del FIT que constituyeron comités de apoyo así como de independientes, que se pusieron al hombro la pelea porque el Frente de Izquierda se fortaleciera en la Ciudad en medio de la polarización nacional.
Los dos debates presidenciales y las muy buenas intervenciones de Nicolás del Caño ante una audiencia de millones, contribuyeron a afianzar el voto de la izquierda en la Ciudad en el medio de la polarización nacional.
Sirvieron también para fortalecer con su denuncia al derechismo de Macri, las complicidades del peronismo, las reivindicaciones de las rebeliones en Ecuador y Chile así como su defensa del medio ambiente contra las multinacionales extractivistas, del derecho al aborto legal seguro y gratuito y de la ley de cupo trans, la simpatía que Myriam ya estaba cosechando entre franjas amplias del electorado progresista de la Ciudad.
Párrafo aparte merece la candidatura testimonial de Luis Zamora, que sacó un 1,18 % de los votos, unos 23 mil votos, menos incluso de la ya magra elección realizada en las PASO, de la que sólo quedó su candidatura, no pudiendo pasar en el resto de las categorías. Su mezquino rechazo a la política de unidad con el FIT Unidad impidió que la izquierda le ganara el diputado a Cambiemos. En esta elección no daba lo mismo. Algo similar podría decirse para el MAS que tampoco pasó las PASO y llamó a votar indistintamente a Zamora o al FIT.
Ver “festejar” a derechistas como Agustín Laje y otros tantos en redes nos hace reír un poco, “ladran Sancho”… Es justo decir que algunos peronistas también se hicieron eco de esta campaña, haciéndole el juego a la derecha.
El mensaje es claro, el día después de las elecciones todos y todas quieren bajar las expectativas y por sobre todo romper ese importante diálogo logrado con una franja muy grande que cortó boleta y eligió a los candidatos del FIT. No asombra que festejen que Dina Rezinovsky, la candidata evangélica y “PRO-vida” de Cambiemos vaya a ocupar una banca en vez de Myriam.
Sabemos que preferirían volver al siglo XIX antes que conceder a las mujeres el derecho a decidir y a no morir producto de la clandestinidad. Como decía la misma Bregman la noche en que se conocían los resultados: “esto no termina acá, recién empieza, los votos conseguidos reflejan sólo una parte de la enorme fuerza desarrollada, que no será en vano, la ponemos al servicio de reimpulsar la pelea y la movilización para que ya se comience a discutir cómo terminar con el aborto clandestino, que no haya una muerta más por ese motivo, #QueSeaLey”.

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