¿Militarización y detenciones como estrategia para enfrentar la pandemia en CABA?

11.5.2020

Se conocieron los escandalosos datos del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño durante la cuarentena obligatoria. Desde el 20 de marzo hasta hoy, 11 de mayo, suman 18.710 entre detenidos y demorados por violar el aislamiento. Mientras la salud está en crisis, las fuerzas represivas inundan la Ciudad.

En la Ciudad de Buenos Aires la tendencia al fortalecimiento policial como plan de acción se demuestra a través de los números que se dieron a conocer, y que hablan por si solos: de 18.710 personas, 1226 fueron detenidas y 17.484 demoradas, notificadas o trasladadas a sus domicilios.
En los operativos realizados en la calle, fueron secuestrados hasta esta mañana 276 vehículos, que según el informe eran conducidos por personas que no tenían permiso para circular. Y había a lo largo y ancho de los barrios porteños, 394 controles policiales, de los cuales 111 estaban ubicados en accesos a la Ciudad y 283 eran móviles y estaban divididos en tres turnos.
Además el gobierno porteño lanzó una campaña para denunciar por incumplimientos a través del número 147 y de esa manera reforzar la lógica de la “responsabilidad individual” como principales medidas. En total, hubo 21.337 llamados “para denunciar situaciones de incumplimiento del aislamiento obligatorio”, según informaron las fuentes. En la segunda fase de la cuarentena, cuando el 15 de abril se declaró obligatorio el uso de tapabocas en comercios y medios de transporte (medida que al igual que el aislamiento recae sobre la responsabilidad individual de cada persona), hubo 646 denuncias telefónicas. Las multas ascienden a 285.

Vigilar y castigar

Podemos ver que desde que comenzó la medida de aislamiento seguro, social y obligatorio como principal medida para hacer frente a la pandemia mundial de Covid-19, todos los gobiernos fortalecieron sus aparatos represivos para tratar de sostener la cuarentena. La campaña lanzada desde el Gobierno Nacional, los Gobiernos provinciales y el de la Ciudad de “Quedate en casa”, se sostuvo principalmente a través del rol que jugaron los principales medios mostrando operativos policiales y repitiendo hasta el hartazgo casos particulares como el del surfer, un joven adinerado que parecía que había bajado de la estratósfera.
Cuando en realidad la situación requiere de inversiones en el área de salud: entrega de elementos de protección personal como barbijos, alcohol en gel o guantes a trabajadores de la salud y aquellos denominados “esenciales”; hospitales en condiciones y con camas disponibles; y testeos masivos, en cambio la solución del gobierno porteño fue en sintonía con el resto: más policías en las calles, por ende, mayor control social. Además, de esta manera se eximen a los responsables de que la crisis se profundice: no solo se busca ocultar la falta de respuestas de los gobiernos, sino su responsabilidad junto con la de los grandes empresarios que buscan seguir ganando a costa de nuestras vidas, incluso en épocas como esta.
Sin embargo, la realidad habla por sí misma. Las denuncias del personal de salud que trabaja en condiciones deplorables y tiene uno de los primeros puestos en el triste ranking del porcentaje de trabajadoras y trabajadores de la salud contagiados a nivel mundial. Y numerosas denuncias de detenciones arbitrarias a lo largo de toda la Ciudad y el resto del país, por parte de las fuerzas represivas sobre todo a jóvenes trabajadores precarizados. Los empleos informales crecieron exponencialmente durante los últimos años, siendo además los más castigados en una situación de pandemia como esta.
Mientras veíamos como a los jóvenes en los barrios humildes los hacían hacer sentadillas o son sometidos a torturas, un empresario pasaba a su empleada doméstica adentro del baúl de su auto sin mucha repercusión. En las villas, donde los casos positivos aumentan exponencialmente debido a las condiciones deplorables de hacinamiento y falta de servicios esenciales como el agua, la solución durante los primeros días también fue el refuerzo del control policial. Recién en la última semana que salió a la luz el escándalo de la situación que viven en barrios como la Villa 31 o la 1-11-14, comenzaron a hacer algunos tests a quienes presentan síntomas.
En CABA, se denuncia un caso de violencia institucional diario, según el Ministerio de Defensa Público porteño. Esto no es casual, sino que es parte de un plan para que la crisis actual, y la que se venga, la sigamos pagando los de abajo. Ese es el motivo por el que necesitan invertir en policía, para que pase el ajuste que siguen aplicando sobre nuestros hombros.

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