La olla popular de El Perro y Che Adelita debutó en el barrio de Chacarita

23.6.2020

Las ollas populares siguen sembrándose por todo el ámbito del Gran Buenos Aires y la propia Capital porteña. No es para menos, el hambre abunda y no figura ni en las estadísticas ni en los partes diarios que nos hablan del Covid y sus consecuencias dolorosas. Pero el hambre es mucho más difícil de soportar en un país donde sobran alimentos pero nunca llegan en la cantidad necesaria a la boca de los más humildes. También sobra dinero, si pensamos en esa cantidad de multimillonarios a los que nunca se les toca el bolsillo, y que ni en estas circunstancias límite quienes debieran atreverse a dar el paso, no lo hacen.
Por eso las ollas populares aquí o las ollas comunes en Chile, porque significan un pequeño paliativo en lo concreto pero un inmenso acto de solidaridad de la militancia social y política que trabaja en las barriadas.
De allí que la olla que este martes nublado y frío debutó en el barrio de Chacarita, es otro mojón necesario para demostrar que solo el pueblo salva al pueblo. Lo demás son espejitos de colores y palabrerío. Por eso los vecinos que se acercaron a comer una rica y nutritiva comida preparada por dos compañeras y un compañero se fueron agradecidos, no sin antes compartir opiniones sobre «lo mal que viene la mano para nosotros los pobres» o «está llegando la hora de que dejemos de comer vidrio y defendamos lo nuestro». Dos frases sintetizadoras de que en el abajo las mentiras no calan tan hondo, y que entre guiso y guiso, y un buenísimo pan casero, la gente no solo mata un poco el hambre sino también se atreve a imaginarse un futuro distinto.
La movida de la que hablamos se repetirá todos los martes a la una de la tarde y la llevan adelante jóvenes del Teatro El Perro y el Frente Cultural Che Adelita, en la esquina del propio teatro, en Bompland y Vera.

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