La experiencia del Centro Educativo Isauro Arancibia

2.3.2020

Por Leonardo Marcote

“El Isauro”, como lo llaman sus trabajadores y alumnos abrió sus puertas en 1998 para enfrentar a las políticas neoliberales que el menemismo puso en marcha a comienzos de los años noventa y que estaban haciendo estragos en todo el país. Carlos Menen finalizaba su presidencia dejando un país desbastado, en la pobreza absoluta. Producto de ese capitalismo salvaje, el país quedo en una crisis política, económica, social e institucional que derivo en una revuelta popular en el caluroso diciembre de 2001, en el gobierno de la Alianza. Bajo ese contexto de avanzada del campo popular el Centro Educativo Isauro Arancibia daba sus primeros pasos y se convertiría en un ejemplo a seguir para todes los que luchan día a día por una educación pública, gratuita, y de calidad.
Desde que la escuela fue inaugurada por Susana Reyes, directora de esta experiencia inédita y revolucionaria, se convirtió en un espacio de contención y aprendizaje para muchas personas en situación de calle, siendo la única escuela de la Ciudad de Buenos Aires que tiene jornada extendida, desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde, para jóvenes y adultos. Dándoles la posibilidad a los trabajadores y alumnos de poder dejar a sus hijos en el jardín maternal que funciona dentro del mismo edificio. La escuela no solo es un lugar de aprendizaje, también es un lugar de resistencia y sus docentes y alumnos vienen librando batallas contra los distintos gobiernos de la Ciudad. A mediados del 2019, el gobierno de Rodríguez Larreta, amenazó con clausurar el jardín maternal al que asisten más de 50 niños y niñas, la mayoría hijos de estudiantes y de vecinos del barrio. “Hace 20 años nació nuestro jardín, un pilar fundamental de este proyecto pedagógico: un espacio abierto a toda la comunidad al que asisten más de 50 niñxs, desde los 45 días, hijos de estudiantes y de vecinos del barrio. Los ejes que nos guían son educación de calidad y para todxs: Ningún ninx puede quedarse afuera”, explicó la comunidad de la escuela en un comunicado.
Dentro del colegio los alumnos aprenden un oficio en los distintos talleres: panadería, costura, bicicletería, y desde hace 13 años, escriben en la revista que ellos mismo diseñan, “La realidad sin chamuyo”. De cada taller surge un emprendimiento que ellos mismos llevan adelante. Todes los que son parte del Isauro Arancibia, trabajadores, docentes, y alumnos están comprometidos con la educación pública. Haciendo honor a su nombre, siguen el ejemplo de Francisco Isauro Arancibia, maestro tucumano, dirigente sindical y militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), asesinado por la dictadura militar. Cómo activo militante de la educación pública Arancibia fue uno de los fundadores de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA). Su compromiso le costó la vida y fue asesinado junto a su hermano Arturo René, en las primeras horas del comienzo del Golpe de Estado, el 24 de marzo de 1976, mientras dormían en el local del sindicato docente tucumano. El hombre que, pese a hacer amenazado por la Triple A, decidió quedarse y continuar la lucha con sus compañeros fue encontrado con 120 balazos en su cuerpo. “Jugar, reír, escucharnos, reflexionar y emocionarnos”, son los deseos de la comunidad educativa del Arancibia que el próximo 16 de marzo comienza nuevamente un año más de esta experiencia educativa inédita en nuestro país y, desde su página de facebook, invitan a todes los que quieran ser parte de este proyecto a que se inscriban acercándose a la escuela ubicada en la Avenida Paseo Colón 1318, en el barrio

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