Hogar de adultos mayores muestra la peor cara de la pandemia y la precarización laboral

17.1.2022

Por Julieta Lalama

Es el Hogar San Martín, donde trabajan unas 300 profesionales de la salud, entre ellas muchas trabajadoras. Cobran salarios de indigencia y tienen consecuencias físicas por sobrecarga de trabajo ante la falta de personal.

El “Servicio de Asistente Gerontológico Domiciliario y Hospitalario” es un programa orientado a destinar atención a adultos/as mayores que se encuentren en situación de vulnerabilidad social. Está compuesto por trabajadoras/es precarizadas/as que realizan jornadas extenuantes, como sucede en el Hogar San Martín, una residencia permanente para adultos/as que depende del Gobierno de Larreta. Allí, las trabajadoras denuncian la brutal precarización que las atraviesa. Cobrando 35 mil pesos, han sido parte de la primera línea durante toda la pandemia, exponiéndose a condiciones de riesgo y, lejos de reconocer su tarea, son parte de la política de descarte del Gobierno de la Ciudad. Cobran su salario con depósito de un cheque, ni siquiera están registradas, una escalada más en la precarización a la que nos tiene acostumbrados Larreta. Trabajan en turnos de 6 a 12 hs, realizando tareas que implican poner su cuerpo y sobrecarga física, ya que muchas de ellas brindan atención a personas con movilidad reducida y/o sobrepeso.
Alejandrina Barry, legisladora porteña por el PTS Fit Unidad, se presentó en el lugar para conversar con ellas y llevar su solidaridad, apoyando su pelea y su demanda por ser reconocidas y acceder a derechos básicos que hoy no tienen, como vacaciones, aguinaldo, cobertura médica, entre otros.
Este ataque a la salud de las y los trabajadores es generalizado, ya que a partir del 1 de enero el gobierno nacional decidió dejar sin vigencia la norma que obligaba a las ART a presumir que la infección por coronavirus era una enfermedad profesional, por lo que debía ser cubierta por las aseguradoras.
Esta realidad atraviesa a muchas/os trabajadoras/as de la ciudad, donde la precarización es cada vez más alarmante. Mientras tanto, buscan formas cada vez más denigrantes para hacerse de “mano de obra barata”, para que los servicios y programas sigan funcionando y que las consecuencias de la crisis en curso recaiga sobre las espaldas de las y los trabajadores.
Por esto acompañamos su pelea por las siguientes demandas:
• Reconocimiento del trabajo, considerado esencial desde el principio de la emergencia sanitaria.
• A Igual trabajo, igual salario.
• Pase a planta y salarios acordes a la canasta básica
Reproducimos la declaración de los/as trabajadores/as:
“Hemos sido convocados de manera extraordinaria en el marco de la emergencia sanitaria decretada en marzo de 2020 y hemos aportado todo nuestro esfuerzo y conocimientos al servicio de los adultos mayores que residen en el Hogar San Martín durante todo este tiempo, esperando que nuestro compromiso al servicio fuese valorado en igual medida por las directivas del hogar como por quienes llevan las riendas del programa desde el Gobierno de la ciudad. Pero después de tanto esfuerzo hemos visto cómo tanto la institución, exceptuando el departamento de sociales quienes hacen lo que está a su alcance, pero desde la dirección tanto como desde el programa nos mantiene desprotegidos, recibiendo la mitad del salario que el personal de planta, sin recibo, sin bonos ni aguinaldos ni acceso a la ART y sin embargo nos exigen compromiso de nuestra parte, cuando ellos de ninguna forma nos apoyan, y evaden cualquier avance en las mejoras de nuestras condiciones de trabajo, en salas donde hay en entre 25 y 80 personas y nos pagan como cuidadores domiciliarios como si tuviésemos a cargo solo 3 residentes cuando en realidad se atiende a la sala en general, mientras que en otras instituciones como el Rawson entraron en planta transitoria desde el inicio de su vinculación. En el Hogar San Martín no se hicieron contratos y la explicación, NO LA HAY. Cuando sin temor a equivocarnos, sabemos que hemos entregado cuerpo y alma durante este año y 10 meses, primero por el bienestar de los adultos y segundo por nuestra anhelada estabilidad laboral, para que nuestra mente y cuerpo puedan seguir aportando día a día lo mejor, pues el tiempo pasa y sin mejoras en nuestra situación menguan las fuerzas y apremian las responsabilidades y ni qué decir del estado de abandono de algunas de las instalaciones en las que deben habitar indignamente los adultos mayores, quienes deben resistir la incertidumbre así como nosotros del día a día en el Hogar San Martín.”

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