Aumentan los colegios tomados

 

Aumentan los colegios tomados

4.10.2012

 

En la Ciudad de Buenos Aires, hay más de 30 escuelas secundarias tomadas. El reclamo de los jóvenes, acompañado por muchos de sus profesores, es la resistencia al cambio curricular; es decir que se resisten a cambiar las materias que se dictan en las escuelas, exigencia que viene del Consejo Federal de Educación. Los pibes no quieren que en la Ciudad de Bs. As. se nivele para abajo. Esto es, que se quiten materias de técnica, artística y que se eliminen modalidades u orientaciones que vienen funcionando desde hace muchos años. El Consejo Federal de Educación dictó estas resoluciones para que exista un sistema educativo nacional, obligando al achique y ajuste en Capital Federal. Porque en el resto del país la Ley Federal destruyó las escuelas y las especialidades, y en lugar de invertir en la mejora del resto del país piden que nos ajustemos.

Haciendo un poco de historia, en los 90 a través de la Ley Federal de Educación, se destruyó el sistema educativo del país. Se descentralizó la educación, provincializó el sistema y modificó la estructura. En todas las provincias, salvo Capital Federal y Neuquén, se destruyeron las escuelas técnicas. Al destruir el modelo productivo nacional, las escuelas técnicas que fueron creadas para sostener las industrias nacionales, dejaron de tener sentido. Perder las especialidades técnicas fue negarse a la posibilidad de tener profesionales técnicos preparados y así destruir los polos industriales y permitir la exportación de materias primas sin valor agregado. Es más, en esos años se eliminó el impuesto a las industrias destinado a las Educación Técnica y que era la forma de que el Estado obtuviera recursos para sostener una educación que garantizara el modelo de país.

Tras la destrucción de la escuela técnica, la formación docente, las escuelas artísticas y la educación especial corrieron la misma suerte. En cambio, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en Neuquén, gracias a la lucha sostenida de las comunidades educativas, se logró resistir al cambio de estructura y a la implementación de la Ley Federal. Si bien desde la Promulgación de la Ley Nacional de Educación en el 2006, el Gobierno Nacional intenta unificar el sistema y recuperar la centralidad de la educación, muchas de las resoluciones del Consejo Federal  de Educación, distan de alcanzar el objetivo.

El Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, en lugar de defender el sistema que tenemos, promueve el ajuste y achicamiento educativo mediante el cercenamiento de materias y adecuaciones a las resoluciones del Consejo federal de Educación. Esto lo hace sin haber convocado a discusiones, consultas ni a la participación tanto de de la Comunidad Educativa como de la Comisión de Educación de la Legislatura. Pero  también sucede ante la complacencia de distintos sectores sindicales y políticos, que no levantan su voz para no enojar al Gobierno Nacional. Porque les cuesta decir que estas resoluciones están tirando abajo las luchas que mantuvimos en los años 90 cuando resistimos la Ley Federal de Educación. Y esto le sirve indudablemente al macrismo.

El Ministerio de Educación puede frenar esta situación si realmente tuviera la intención de no destruir más la educación pública, firmando una resolución que suspenda esta reforma hasta 2014 y convocando al diálogo.

Los jóvenes de las escuelas tomaron literalmente el tema en sus manos ante la falta de diálogo y de respuestas claras. Ellos saben que no pueden discutir solos los diseños curriculares. Ellos saben que son los adultos los que deben sentarse a trabajar, estudiar y consensuar estos diseños. Y ellos también saben que quieren discutir y ser parte del modelo de escuela que tienen y que tendrán. Quieren que los tengan en cuenta, que los dejen expresarse, opinar y ser escuchados. Porque ellos tienen mucho para decir sobre cómo debe ser la escuela para los próximos 20 años.

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