COMUNICADO DE PRENSA

COMUNICADO DE PRENSA | Miércoles 25 de Abril de 2012

 

Barrio de lujo en la Ex Ciudad Boca Jr.

Irsa debe adecuarse a las necesidades de la Ciudad y no al revés

 

“Me parece muy difícil que podamos llegar a un acuerdo. El proyecto es incompatible con lo que muchos diputados queremos que es que ese sea un barrio de y para la Ciudad de Buenos Aires”, manifestó el legislador del Partido Socialista Auténtico, Adrián Camps, respecto al planteo del Gobierno porteño de elaborar un nuevo convenio que contemple todas las opiniones. “Ya tenemos un barrio de lujo que es Puerto Madero; se considera que aproximadamente el 60% está deshabitado y que es un lugar de especulación inmobiliaria. IRSA tiene que adecuarse a lo que la Ciudad necesita”, agregó.

 

Ayer, la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura realizó una reunión informativa a fin de escuchar las distintas opiniones acerca del proyecto enviado el año pasado por el Ejecutivo porteño que habilitaba a la empresa del grupo IRSA, Solares de Santa María, a construir un barrio de lujo en los terrenos de la ex Ciudad Deportiva Boca Js. Además, de los diputados integrantes de la comisión, participaron como oradores representantes de la Asociación Amigos de la Reserva Ecológica Costanera Sur y de los habitantes de la Villa Rodrigo Bueno, quienes plantearon los problemas que les genera este emprendimiento.

 

Durante la reunión, el diputado del PSA reafirmó su postura crítica frente al proyecto, en cuanto a los aspectos negativos, ambientales, sociales y jurídicos, que contiene. “El texto del proyecto incluye un decreto trucho, una ordenanza trucha y un estudio de impacto ambiental del año 2002, cuando el emprendimiento tenía torres de 90 y no de 160 metros de altura. Incluso la redacción es insalvable. Así como está no puede llevarse a votación”, aseguró el diputado Camps.

 

Además, advirtió que “se están invirtiendo los términos: La Cuidad debe ser planificada por sus representantes y no por las empresas. En este caso, IRSA planifica un emprendimiento y nos lo trae a los diputados para que lo aprobemos. Con el déficit habitacional que tiene Buenos Aires, tenemos que pensar en construcciones que puedan ser habitadas por el común de los porteños”.

 

“La empresa pretende construir torres de 160 metros de altura sobre un predio de 70 hectáreas, lo cual representa una fortuna en valor del metro cuadrado. Cualquier emprendedor quisiera que los legisladores los habiliten a construir edificios de 160 metros donde sólo pueden levantarse hasta 12 metros. Ellos pretenden hacer el negocio de sus vidas y  no está mal. El tema es que nosotros como diputados tenemos que legislar en función de las necesidades de la Ciudad de Buenos Aires y no de las empresas”, finalizó Adrián Camps.

 

Principales críticas al Proyecto

 

1. La redacción del proyecto es insalvable: a) Como antecedente favorable a la realización del emprendimiento, hace alusión a un decreto del Poder Ejecutivo de la época de Telerman -el 1584/07- que modifica el Código de Planeamiento Urbano favoreciendo a la empresa. Esto está prohibido por la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires y por eso fue invalidado por la Justicia. b) Para que el proyecto no sea girado a la Comisión de Presupuesto de la Legislatura, se hace mención a una ordenanza que habilita el ensanche de la Av. España. En realidad, la norma aludida no tiene nada que ver con eso, sino que se refiere a la recuperación de un predio que se había otorgado a la Marina.

 

2. Impacto negativo sobre el entorno. La Constitución de la Ciudad de Buenos Aires establece que se debe tender a un desarrollo armónico, que elimine las diferencias sociales; en este caso, se estaría votando una ley que ubica un barrio de alta categoría junto a una villa – la Rodrigo Bueno-, que tiene graves inconvenientes con el abastecimiento de agua, no posee centro de salud y los chicos que la habitan tienen problemas de escolarización porque no les paran los colectivos.

 

3. El proyecto no es de interés para la Ciudad de Buenos Aires. La Ciudad debe ser planificada por sus representantes y en este caso se están invirtiendo los roles: la empresa planifica un emprendimiento y se lo lleva a los diputados para que lo aprueben. Buenos Aires no necesita este tipo de barrios de lujo, sino construcciones que puedan ser habitadas por el común de los porteños. De aprobarse este proyecto, no se estaría legislando para todos los ciudadanos, sino para la empresa a la que le estaríamos generando un beneficio económico altísimo, del orden de los 230 millones de dólares.

4. Los problemas que le genera a la Reserva Ecológica. La empresa quiere utilizar el canal de la Reserva, que divide el predio del emprendimiento inmobiliario. Allí pretende establecer un sistema de compuertas levantando el nivel del agua e inundando un humedal que tiene una importantísima biodiversidad y que está protegido por una ley nacional de adhesión al Convenio de RAMSAR -de protección de humedales que rige para todo el planeta-.

 

5. Informe de impacto ambiental. Se pretende hacer pasar un informe de impacto ambiental del año 2002, cuando el proyecto presentado por Solares de Santa María incluía torres de 90 metros de altura; hoy son de 160 metros. Por tanto, las condiciones en que fue planteado el barrio en el 2002, no tienen nada que ver con las que existen en la actualidad. Al movimiento de transporte automotor que va a significar para la zona, hay que sumarle el impacto sonoro, lumínico y de contaminación ambiental que va a ejercer sobre la Reserva Costanera Sur.

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