Crónica de un domingo soleado en el Borda

Crónica de un domingo soleado en el Borda

23.4.2012

Liliana Giambelluca

 

Domingo soleado y cálido de abril. En las primeras horas de la tarde, un patio del Hospital Borda se transforma radicalmente. Una larga calle interna, rodeada en sus laterales de inmensos pabellones, conduce al centro del festival y cambia todo el panorama. También lo cambia la cordialidad y dulzura de internos sonrientes que a modo de bienvenida saludan: "¿Qué tal?" O "Buenas tardes". En grupos o solos, están sentados en muros bajos que ofician de bancos. Otros están parados y conversan. Uno de ellos se acerca y aclara: "Quiero decirte una cosa: el loco no es loco mientras piensa y razona. Los locos están afuera". Y se aleja para reunirse con sus compañeros. Su nombre es Ariel.

Debajo de un gran árbol había un escenario montado y los músicos preparaban sus instrumentos y sonido. A un costado, un colorido cartel del Frente de Artistas del Borda proponía "Arte, lucha y resistencia".

A cada paso, el concepto de Ariel se hacía presente. Artes plásticas y mensajes escritos por los internos invitaban a una reflexión colectiva y a un diálogo social diferente.

El Taller de Periodismo y Comunicación hizo honor a su disciplina y combinó la creatividad con la profundidad de los mensajes. Construyó una muestra con varias máquinas de escribir antiguas, rescatadas del abandono, que lucían diseños multicolores y del rodillo colgaba una hoja tipeada en letras grandes. Uno de los mensajes decía: "La libertad personal se compone de tener acceso a una vida digna. La expulsión del sistema social en instituciones represivas no confiere las condiciones mínimas para esto. Allí están marginados de los derechos elementales que merece cualquier persona".

De las ramas de los árboles colgaron jaulas pintadas de rojo, con mensajes dentro: "¿Por qué existen? ¿Para qué existen? ¿Cuál es su fin? ¿Quién las creó?". Nada era casual: las jaulas no tenían puertas.

El panel de denuncias se tituló "Ardió el Borda" y relataba que en el Servicio 8 y en la Unidad 20 murieron internos a causa de incendios nunca esclarecidos. Otra nota, firmada por Cristian Javier Ruggeri, cuyo título era "Otra vez negocios…", informaba que "El gobierno de la ciudad de Buenos Aires, nuevamente quiere hacer negocios sin importarle la salud de los internos de los hospitales Borda y Moyano. En vez de trabajar para la salud de los pacientes, esta vez, a través de la Resolución Nº 52, destina fondos para internaciones prolongadas en clínicas privadas por un monto de 12 millones de pesos. Con ese dinero se podrían hacer, entre otras cosas, casas de medio camino".

El médico y la medicalización se simbolizaron con un maniquí que tenía un orificio en la cabeza y dentro una caja de pastillas. El guardapolvo tenía los bolsillos llenos de cajas de medicamentos. El modelo de salud hegemónico fue desafiado con un mensaje: "Si hay sentido común, hay otros sentidos posibles".

Otro cartel colgado de un árbol denunciaba que "Desapareció el gas en el Borda" y un muñeco de cartón estaba cubierto de un texto que advertía a los pasivos que "La indiferencia es complicidad", e invitaba: "Metete. Transformá".

En otro sector se exhibían cuadros y coloridas bolsitas de distintos tamaños realizadas por los internos. En tanto en el escenario se leían poesías y luego en el centro del patio, un grupo de actores representó "El que pregunta", una construcción colectiva satírica. El preguntón hacía "preguntas que nos desgarran" para ridiculizar la realidad y a la vez criticarla: "¿Está de acuerdo con el cierre del Hospital Borda? ¿Está de acuerdo con las pastillas? ¿Se aplica la ley 448? ¿El Borda es una casa? ¿Hay gas en el hospital? Lo inclusivo, ¿incluye? ¿Qué es el centro cívico? ¿Qué es la salud?". Entretenida y bien actuada, la obra invitaba a la risa pero también a la reflexión.

Las paredes externas de los talleres lucen murales y mensajes de los artistas plásticos: "Algunos sólo amasan riquezas. Otros amasamos esperanza".

A cada paso aparecía el arte y la comunicación liberadora como respuesta al encierro impuesto. Los artistas del Borda se visibilizan a través de su arte, a la vez que interpelan a la sociedad. Sin embargo, alguien ejerce el dominio y la autoridad para juzgar su locura o cordura. Para atarlos o liberarlos.

 

Espacios alternativos del Borda

 

El Frente de Artistas del Borda (FAB) surge a fines de 1984 con el objetivo de producir arte como herramienta de denuncia y de transformación social. Se pronuncia por un cambio en el sistema de salud mental y lo integran internos, psicólogos y artistas. Veintiocho años después de su creación, resisten y luchan para que la Constitución Nacional y las leyes de salud mental no sean letra muerta.

 

 

"La lógica manicomial del hospital psiquiátrico es de castigo, no es para curar"

 

Alberto Sava, psicólogo social, artista y creador del FAB, manifestó a AW que aceptan el hospital público pero no el manicomio. "Nuestra idea de desmanicomialización es que en cada hospital general haya un servicio de salud mental porque no es necesaria la internación prolongada". Con el festival "se buscó la participación de la gente y concientizar que el manicomio no debe existir porque es un lugar de violación de los derechos humanos. Es un campo de concentración de personas. Alguien dijo que en todos los hospitales psiquiátricos, públicos y privados, hay alrededor de 30 mil internados, para mí son 30 mil detenidos desaparecidos. Acá se come mal, se viste mal, se sobremedica, se castiga física y psíquicamente y no hay libertad.


¿Por qué se castiga?
Porque la lógica manicomial del hospital psiquiátrico es de castigo, no es para curar. Nosotros estamos en contra de esas prácticas y bregamos para que el manicomio no exista más. El Estado debe garantizar la vivienda, la salud y el trabajo de la gente que vive acá, pero ni Macri ni este gobierno lo hacen. Podrían hacerlo con los recursos económicos y humanos actuales porque cada paciente implica alrededor de 10.000 y 12.000 pesos por mes, con esa cifra, el interno puede tener su vivienda, insertarse en cooperativas de trabajo y vivir dignamente.


¿Cómo evalúa las obras que empezó el Gobierno de la ciudad en el hospital?
Estamos en contra de la política de Macri, a él no le interesa el hospital público, sólo quiere privatizar el sistema de salud. Creo que hay un acuerdo entre el gobierno, los sindicatos y la dirección del hospital de no cerrar el manicomio y destruir el sector de atrás para hacer un negocio inmobiliario con la construcción de un centro cívico. Una especie de Puerto Madero en la zona sur.


No desmanicomializar es incumplir con las leyes de salud mental.
Así es. La ley nacional y de la ciudad dicen que estos lugares no tienen que existir más y progresivamente deben ser superados por alternativas. Nadie se va a quedar sin trabajo si se cumple la ley; al revés, las experiencias en otros países requieren de más personal.

 

"El psicofármaco es más estético que el electroshock, pero las consecuencias son las mismas: el silencio"

 

El psicólogo social Alfredo Moffatt, fundador de Cooperanza en el Hospital Borda, de la Escuela de Psicología Argentina, El Bancadero en el barrio de Once y Las Oyitas en La Matanza, dijo que el emprendimiento inmobiliario en la zona que propone el gobierno de la ciudad, "no es un proyecto porque hay destrucción. Los proyectos son para la vida y lo que el gobierno porteño propone es para la muerte. Ellos quieren los terrenos del Borda para levantar un negocio inmobiliario. Macri es una persona muy cruel. Los muchachos hace casi un año que están sin gas, además de sufrir el encierro, y muchas veces injustamente acusados de locos. Eso es crueldad.

 


¿Cree que con lucha esta medida del centro cívico podrá revertirse?
La lucha es necesaria, es la única salida para evitar la muerte, además se expande, contagia. En nuestro país cada vez hay más pobreza, más gente viviendo en la calle y eso se revierte con lucha. Cuando las sociedades están enfermas, la temperatura se levanta y se quema la infección, que es la corrupción y la injusticia social. La temperatura son las barricadas y el humo que expanden. A los explotadores les da miedo el humo porque se viene el cambio.


¿Qué siente que el Borda esté pasando por esta situación?
Me da indignación y ganas de luchar, pero también esperanza porque los humanos no nos hemos extinguido. Cuando hay situaciones de mucha brutalidad y exterminio la cosa se da vuelta. Después de grandes crisis vienen los momentos de justicia, de distribución de los bienes. ¿Cómo puede ser que en el granero del mundo haya niños con hambre? Además, caminás tres cuadras por Buenos Aires y encontrás dos familias viviendo en la calle. Eso no puede ser. Hay un punto donde la angustia de un pueblo desesperado cambia la historia. Esto es lindo, mirá toda la gente sensible y movilizada que vino hoy para apoyar a las personas con problemas psicológicos. La mayoría de estos problemas provienen de estas crisis que generan trastornos de identidad, a veces severos y entonces se empieza a tomar psicofármacos. Pero el psicofármaco tapa el problema, no lo soluciona. Es mejor que el electroshock, es más estético, pero las consecuencias son las mismas: el silencio.

 

"El manicomio no sólo está en la institución, sino en la cabeza de las personas"

 

El coordinador del Frente de Artistas del Borda, Oscar Ciancio, se manifiesta satisfecho por la convocatoria de la jornada: "Estoy muy contento de ver la respuesta de la gente porque intentamos romper con el imaginario de la supuesta peligrosidad que acecha en un hospital mental. En todo caso, el peligro está en la condición humana que circula por la sociedad, donde es posible que una persona tenga un brote en cualquier momento y lugar. Veo llegar muchos jóvenes, y ellos deben ser conscientes de esta realidad para que produzcan los cambios. Con placer veo que ingresa una señora con dos niños, nos costó mucho lograr que nos dieran permiso para que ellos entraran".

 


¿Cuál es la propuesta del FAB a los internos?
Cuando un hombre ingresa al Borda le quitan el documento y pasa a ser una historia clínica, pierde su condición de persona. En los espacios como el FAB, Cooperanza y La Colifata, se intenta que los internos recuperen vínculos, que se reencuentren con ellos mismos y con la sociedad a partir del arte. En el FAB hacemos espectáculos, obras de teatro, exposiciones de pintura, donde sacamos la obra del hospital hacia afuera. Con la obra sale el artista. Hoy hicimos el festival dentro del Borda para que la gente se entere qué pasa con el hospital público en salud mental, donde convive la práctica manicomial y la hospitalaria. La primera es el encierro y la falta de respeto a las personas. La hospitalaria es la atención. Nuestra idea es que se transforme en un hospital con una atención pública adecuada.


Una atención adecuada que hoy es inexistente.
Así es. Es una atención que depende mucho de la voluntad de buenos profesionales de la salud y de la gente que trabaja ad honorem en el hospital. Sería interesante que se cumpla con la Ley Nacional de Salud Mental 26.657 y la local 448, que apuntan a la desmanicomialización. A la vez consideramos que la reforma de la salud mental debe hacerse con la participación de los internados, de su familia, de los profesionales de la salud y de la sociedad. Pero para transformar la realidad, primero debe transformarse la persona. Por eso decimos que la desmanicomialización no sólo está en las instituciones sino en la misma persona.

 

"Nos piden muchas obligaciones pero perdemos los derechos constitucionales"

 

Ángel Belmond escribe poesías y participa del espacio Cooperanza dentro del hospital. Dice que "Todo lo concerniente a la defensa de los derechos del hospital público y la integración de las personas con necesidades especiales de cualquier índole es valedero. Creo que debe aplicarse la ley y tenerse en cuenta que las políticas sociales que imperaron en los últimos tiempos no tuvieron una visión de futuro en la defensa de los derechos de los muchachos internados en este hospital. Los integrantes de Cooperanza trabajamos en defensa del hospital público y de los derechos de los pacientes. Creo que ahora que está en vigencia la ley de salud mental a nivel nacional, y que la refrenda la 448 de la ciudad de Buenos Aires, más otros tratados y convenios internacionales, es la obligación del ciudadano de mirarse al espejo porque no están exentos de que en algún momento pasen por acá. Estos festivales y otros en defensa del arte son muy importantes para todos nosotros. Cuando vengo a trabajar acá todos los días, me interno, me transformo en uno de ellos. Es necesario convertirse en uno de ellos, cosa que cuando sales a la calle, asumes tu propio papel. No te despersonalizas sino que sigues siendo la misma persona que está acá. Cuando ellos entraron, acá los despersonalizaron. Las nuevas leyes los asumieron como personas sociales y están tratando de llevar a cabo políticas de rehabilitación y socialización en el área del deporte y de la cultura, que no se han implementado plenamente por falta de medios o porque no se les da la gana a las autoridades de turno. No puedo expresarte nada más".


¿Estuviste internado y continuás participando en Cooperanza?
No. Nunca estuve internado. Las veces que estuve acá, trabajé. No considero una internación estando detenido desaparecido.


Acá te expresás mediante los poemas, ¿verdad?
No. No. Pienso que toda persona debe asumir la visión que más allá que pierda su libertad individual, que esté apresado, su espíritu es libre y sus pensamientos jamás se quiebran. Los detenidos desaparecidos y los veteranos de guerra cuando regresaron tuvieron algunas falencias mentales que persisten todavía en la aplicación de las normas y las leyes, porque aquellos muchachos que en la década del 70 supuestamente tenían una visión de futuro y defendían la libertad individual, ahora aplican leyes para quitar esas libertades, la libertad de expresión y tener los medios bajo su óptica, entonces se pierde todo lo establecido en los derechos constitucionales. Nos piden muchas obligaciones pero perdemos los derechos constitucionales.

 

Música en movimiento

 

El festival comenzó a las 15 y finalizó a las 22. Desde la solidaridad y con mucho entusiasmo actuaron los grupos musicales Escuela de la Calle, Jamaicaderos Sanación, Chango Psicoactivo, Los Valores de mi Mono, La Brizuela Méndez, Los Umbanda y Karamelo Santo-Akustico. La gente acompañó con palmas y baile cada intervención.

 

 

"El gobierno de Macri privilegia los negocios y arrasa con la cultura y el derecho a la salud"

 

El saxofonista Alejandro Cabrera Britos, quien siempre está presente en jornadas solidarias con el grupo Jamaicaderos Sanación, dijo a AW que el festival "intenta visibilizar a los hermanos y concientizar a muchas personas del conflicto con el Borda y el despojo que se quiere hacer para llevar adelante un negociado inmobiliario del Gobierno de la ciudad. Algunos de sus funcionarios, de alguna manera proponen el abandono de persona. El año pasado no tuvieron gas, hace un mes las topadoras comenzaron a derribar el sector del Pan del Borda, de modo que la violencia y el autoritarismo se están acrecentando. Hace falta visibilizar el genocidio silencioso planteado por el Gobierno de Macri, que privilegia los negocios y arrasa con la cultura y el derecho a la salud".

 

"El Gobierno de la Ciudad y el nacional defienden los intereses del negocio inmobiliario y de la salud privada"

 

También se hizo presente en el Festival Agite del Borda la presidenta del Centro de Estudiantes de la carrera de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, Luisina Montenegro. Manifestó que "esta es una jornada más en el marco de la lucha para defender el hospital y condenar el proceso de vaciamiento que se está dando en el último tiempo y que tiene como principales víctimas a los pacientes, los trabajadores y los voluntarios. El Gobierno de la ciudad apunta al cierre del hospital y a la desmanicomialización pero en el presupuesto no incluye el desarrollo de las casas a medio camino y todo lo necesario que otorgue a los pacientes una alternativa para abordar su problemática. También denunciamos que las obras iniciadas en el hospital son una medida antipopular y en favor de un negocio inmobiliario, como es la construcción del centro cívico, que también traerá consecuencias al barrio.


¿Cree que este emprendimiento inmobiliario podrá frenarse con la protesta social?
La semana pasada hubo un abrazo simbólico al hospital por parte de trabajadores autoconvocados, dispositivos de rehabilitación y centro de estudiantes donde planteamos que no se construya el centro cívico acá. Lógicamente que pedimos una transformación del hospital pero no el cierre en favor de un negocio inmobiliario y de la privatización de la salud. Hay pacientes que han sido llevados a clínicas privadas, donde tienen lógicas más manicomiales que las que se desarrollan en el Borda. Existe un problema de fondo vinculado al interés social que se está defendiendo a la hora de cerrar un hospital público, y no sólo el Borda, en varios hospitales de la ciudad de Buenos Aires hay situaciones similares. Desde el Centro de Estudiantes y sectores de la salud hoy nos plantamos para decir no al vaciamiento y cierre de los hospitales públicos, y que la salud esté al servicio de quienes necesitan una atención pública de calidad y gratuita.


¿Del gobierno porteño los han recibido para escuchar las demandas?
Sé que hubo una reunión de María Eugenia Vidal [vicejefa del Gobierno porteño] con los gremios del hospital para hablar de la construcción del centro cívico. Se acordó entregar una parte del Borda para este emprendimiento a cambio de algunos arreglos en ciertos lugares del hospital. Creer que ese acuerdo representa la defensa de la institución es una ingenuidad, o pasar por alto que el gobierno de la ciudad y nacional defienden los intereses del negocio inmobiliario y de la salud privada.

 

En una ocasión, un tallerista del Frente de Artistas del Borda dijo: "Desmanicomializar. Diecisiete letras, las conté. Una palabra larga y difícil de pronunciar. Es más rápido decir «No temas o hacéte cargo»".

 

Fotos: Reinaldo Ortega y Leonardo Pace
Buenos Aires, abril de 2012

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