Los juegos del hambre: llega el nuevo menú a los comedores escolares

30.8.2019

Por Lorena Sokol

Por la inflación y aumento de precios el Gobierno bajó la calidad del menú de los comedores escolares. El Frente de Izquierda presentó un proyecto para dar respuesta a esta situación.

El Gobierno de la Ciudad sigue especulando con la comida de nuestros pibes y pibas. No sólo llegan a las escuelas pequeñas raciones en las viandas, alimentos en mal estado, ahora se sumaron los “reemplazos” en los almuerzos que se sirven en los comedores.

Por el aumento de precios todo tipo de verdura incluida, en el menú es reemplazado todo por zanahoria. De esa manera, en las escuelas porteñas, el menú que incluía pollo, tomate, lechuga o zapallitos ahora se reduce a arroz con zanahoria y trocitos de pollo.

El almuerzo en la escuela es, al igual que en muchos lugares del país, una de las principales comidas que recibirán en el día muchos chicos y chicas, o incluso la única. El colmo de la situación es que mientras se conocen los altos índices de pobreza que atacan a las familias que envían a sus hijos a la escuela pública, el gobierno de la Ciudad entrega comida en mal estado y en muchos casos les exige a las familias que paguen por el servicio de comedor escolar.

Contra esta situación Myriam Bregman del PTS-Frente de Izquierda presentó un proyecto que da una respuesta para terminar con el negocio de las concesionarias y plantea la universalización del servicio de comedores escolares. Garantizar el alimento que corresponde, en esta profunda crisis económica.

El IPC-CABA reconoce que la inflación interanual en alimentos creció un 60 %, sin contar la devaluación de agosto, el monto destinado a cada ración en los comedores escolares permanece congelado desde el 2018.

Así, el Ministerio de Educación autoriza los reemplazos y eliminaciones de todo aquello que no se puede seguir comprando con el devaluado presupuesto. Es decir, agrava el ajuste en la alimentación de los estudiantes.

La situación en los comedores escolares de la Ciudad sigue generando preocupación. A los crecientes impedimentos para que los chicos reciban su ración, ahora se le sumó el deterioro en la calidad de alimentos.

Ante esto las principales fuerzas opositoras no salen de la inacción. Quienes son parte de las listas de Lavagna, que en tono puramente electoral habla de emergencia alimentaria poniendo el ejemplo de la comida de los niños en la escuela pública, siempre apoyaron con el voto de su bloque en la legislatura todos los presupuestos propuestos por el macrismo, que hoy se traducen en la falta de presupuesto.

Por otro lado la dirección de los sindicatos docentes, en especial de UTE, no pasa del discurso contra Horacio Rodríguez Larreta mientras sigue llamando a “votar bien” en octubre apoyando al Alberto Fernández; dejando pasar todo el ajuste hoy.

Desde el Cuerpo de Delegados de Cooperadoras Escolares de la ciudad de Buenos Aires denuncian “la gravísima situación y exigen la urgente intervención de todas las áreas del gobierno”.

Esta medida de Larreta y su ministra de Educación, Soledad Acuña, muestra el desinterés por la educación pública, más allá de los discursos de campaña. Su objetivo es ajustar para cumplir con las metas impuestas por el Fondo Monetario Internacional, incluso poniendo en peligro la salud de niños, niñas y docentes. Hay que dar vuelta las prioridades, indudablemente.

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