Defensoría del Pueblo porteña presenta informe

 

Defensoría del Pueblo porteña presenta informe

19.11.2010

 

En la Defensoría del Pueblo porteña presentaron un informe que "destaca la excesiva cantidad de obras de construcción inconclusas en la Ciudad de Buenos Aires que son tomadas como vivienda por quienes atraviesan una situación de emergencia habitacional".

 

En el informe expresa "Las personas que acceden a estos edificios sin terminar se encuentran en un grave estado de hacinamiento y precariedad, al punto de poner en riesgo sus vidas. Uno de los casos detectados por la Defensoría es el de más de 40 familias, entre los que se cuentan al menos 60 niños, que viven en una obra paralizada conformada por una planta baja y siete pisos, ubicada en las calles Yerbal y Campana, en el barrio de Floresta y advirtió que "el lugar no reúne las condiciones mínimas de habitabilidad, y que la estructura edilicia carece de cerramientos y de protección en escaleras, balcones, etc.".

La Defensoría del Pueblo determinó que "para resguardar la seguridad de las familias que residen en el edificio de Yerbal e investigar los numerosos casos de ocupación de viviendas, as autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que se cumpla con la normativa vigente (Ley 739), que establece “la creación de un Registro Único de Obras Paralizadas y sin Certificado Final de Obra para aquellas construcciones que por diferentes causas fueran interrumpidas…”; y que se recaude la información necesaria que permita diseñar una propuesta sustentable frente a la problemática planteada". 

Por otro lado, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires denunció por "vejaciones y apremios ilegales al personal de la División Roca de la Policía Federal Argentina por el violento desalojo que se realizó en el asentamiento de Av. Vélez Sársfield y las vías del ferrocarril, ubicado en la Villa 21. 24, el pasado 10 de noviembre".

 

En un comunicado advierte que "Las personas que residían en ese predio manifestaron ante la Defensoría del Pueblo porteña haber sido víctimas de violencia y abuso por parte de los efectivos de la Policía Federal que intervinieron en el desalojo".

La Defensora del Pueblo Alicia Pierini, señala que “estamos frente a la criminalización de la usurpación y desalojo compulsivo por medio de la violencia, apremios ilegales, topadoras y picana”, y que: “El Estado debe adoptar las medidas acertadas para proveer de seguridad a quienes viven en los asentamientos urbanos”. A raíz de estos actos de violencia que también sufrieron mujeres con sus bebés en brazos, se destaca que “los niños y adolescentes constituyen un grupo que debe ser protegido especialmente ante situaciones como las denunciadas”.

 

En ese sentido puntualizaron "la brutalidad en el accionar de los policías, a la falta de uniforme o identificación de la mayoría de ellos y a la portación visible y uso de picanas eléctricas".


Además de una serie de irregularidades, entre las que figuran la orden de desalojo y demolición de las viviendas en el mismo procedimiento no fue comunicada con la anticipación necesaria a las familias afectadas para que puedan resguardar sus bienes. Es por eso que explican "los efectivos policiales irrumpieron en el lugar y retiraron sin el más mínimo cuidado todos los elementos que se encontraban dentro de las casillas, tiraron abajo las viviendas con palas mecánicas y luego cargaron lo colectado en una formación del ferrocarril".

Para ejemplificar, uno de los testimonios manifiesta que “En un momento, un agente, vestido con un chaleco verde, se acercó a mi marido y lo quiso sacar por la fuerza. Mi marido se resistió y el agente sacó algo parecido a un fierro redondo y delgado. El agente tocó un botón de ese aparato y salió otro fierro más largo (…) pude ver que el agente arrinconó a mi marido contra un rincón y le ponía ese aparato en el cuello, dejándole una marca circular con sangre. Vi que mi marido perdía el equilibrio mientras se agarraba el cuello con ambas manos. Entonces, me acerqué al policía y lo empujé para que lo deje en paz. En ese momento, entraron en la casa otros diez (10) policías, lo agarraron del cuello a mi marido y lo sacaron de la casa. Yo estaba con mi bebé en brazos pero agarré a mi marido, tironeándolo de la campera para evitar que se lo lleven. En ese momento se acercó otro agente, alto morocho, con bigotes y barba, robusto y de pelo largo con rulos que me empujó y otro agente más que me agarró del brazo izquierdo y, con fuerza también, me empujó y me tiró al piso, donde caigo con mi bebé en brazos, por lo que tuve que soltar a mi marido. Desde el piso pude ver que, en la entrada de mi casa, del lado de afuera, mi marido estaba tirado en el suelo, rodeado por un montón de agentes de policía que lo estaban golpeando. Como consecuencia de esos golpes, mi marido tuvo lesiones en el ojo, en el cuello y en la espalda.”. Dos placas radiográficas y una constancia extendida por el médico explica que: “El joven Soto Leonel fue atendido el día de la fecha por presentar traumatismo facial y toráxico”. 
Catalina Raquel Ortigoza de Pérez relató que “… en ese momento veo como a la vecina de la casilla 12 la estaban sacando por la fuerza aproximadamente 10 oficiales, que la empujaban con el bebé en brazos, hasta que cayó al suelo, el marido de la mujer quien también cayó al suelo, intentó levantarse para defenderse pero aún en el suelo lo golpearon duramente hasta que el cuerpo tembló bruscamente como si le hubieran dado un impulso eléctrico, al mismo tiempo veo a mi hija que sale de su casilla, la empujan con su bebé en los brazos y un embarazo de seis meses, yo con mi hija menor (M.O. de 1 año de edad) también en brazos les digo que no nos agredan … pero me agarran del brazo derecho con mucha fuerza hasta dejarme marcas y me golpean contra la pared incluso lastimando en un ojo al bebé (…) Mientras guardábamos las cosas veíamos muchas escenas de violencia, policías golpeando, empujando, agrediendo verbalmente a mujeres con chicos, abuelos, jóvenes…”. 

Denuncia penal por los siguientes delitos de: 

Vejaciones y apremios ilegales
Las conductas desplegadas por los agentes policiales se encuadran en los delitos de vejaciones y apremios ilegales. 

Tortura
Los testimonios recibidos advierten sobre la portación visible y uso de picanas eléctricas por parte del personal policial interviniente. 
Especial atención merece una de las víctimas, a quien personal policial le habría aplicado en su cuerpo descargas eléctricas. 

Lesiones
Quienes prestaran declaración ante esta Defensoría del Pueblo han denunciado haber sufrido lesiones como consecuencia de la violencia ejercida por los efectivos intervinientes en el procedimiento. 

Incumplimiento de los deberes de funcionario público. 
Surge de los testimonios recibidos que los efectivos policiales intervinientes no permitieron a las familias adoptar medida alguna en resguardo de sus bienes, retiraron sin el más mínimo recaudo para su posterior identificación todo lo que se encontraba dentro de las casillas, tiraron abajo las viviendas con palas mecánicas y todo lo colectado fue subido a una formación del ferrocarril que a esos fines se había dispuesto. 

Daño
Podría sostenerse válidamente que la orden de desalojo y de restitución del predio dictada por el juez competente llevaba implícita la orden de secuestrar todos los elementos enclavados y/o adheridos al suelo pero en modo alguno puede admitirse que ella autorizara a dañar y a inutilizar los mismos cuando ello no resultara estrictamente inevitable.

Resulta difícil imaginar, además, que la restitución de los bienes sea factible por cuanto los afectados denunciaron que el personal interviniente no efectuó inventario alguno en el marco del procedimiento. 

Protección especial de niños, niñas y adolescentes
Los niños, niñas y adolescentes constituyen un grupo de especial protección que debe ser preservado con especial empeño de situaciones como las aquí denunciadas.


 

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