La educación villera no se rinde

2.1.2019

En la Villa 20 de Lugano hay un centro de apoyo escolar que como una gota, por su constancia, logra romper con todo lo establecido para seguir abriendo nuevos caminos. “La Gota” funciona todos los sábados desde hace 2 años, fue creado íntegramente por vecinas y vecinos cuya crianza fue forjada en comedores y centros comunitarios de nuestro barrio. Romina Muñoz, Mauricio Burgos, Javier Hervas, Hugo D´acosta y Rubén Muñoz son vecinos que además de tener sus trabajos y familias le ponen mucha dedicación y tiempo porque entienden la importancia de crear espacios de contención para nuestros pibes y pibas. Romina nos cuenta que “No fue fácil nuestra niñez pero estos espacios permitieron que los sueños no se contaminen con nada. Hoy en día tenemos este espacio parado, no porque nos sobre tiempo, ni porque sobre plata, ni por votos… Lo hacemos porque lo sentimos”.

El domingo 23 de diciembre, con la ayuda de familiares, amigos del barrio y compañeros de otros establecimientos educativos que aportaron lo necesario “La Gota” festejó el cierre de año, la navidad y el amor por la educación popular. Algunos papás pusieron para la merienda, otros baldearon el pasillo. Hubo juegos, metegol, música en vivo y una murga vestida con trajes especiales: guardapolvos intervenidos por los mismos pibes y pibas.
Mauricio nos dice: “Festejamos que los chicos hayan pasado de grado, que pudieron seguir estudiando. Hacemos un cierre que es un premio para ellos y para nosotros un logro, el de poder brindarles esto autogestivamente. Fue un festejo en familia. Yo soy docente en la villa, estudié en la escuela pública, también fui a comedores y me dieron esto mismo, o sea que es una devolución de aquello que aprendí”.

Mientras el Ministerio de Educación se empeña en cerrar establecimientos para jóvenes y adolescentes, sin importarle las dificultades que tenemos para acceder a la escuela o para retomarla, desprestigiando el trabajo de docentes que se ponen al frente de estas aulas, nosotros estaremos para defenderlos y resaltar su trabajo. Para Mauricio “Los docentes que deciden trabajar cerca de las villas son los que verdaderamente ponen todo. Porque trabajar sin internet, sin herramientas, con un montón de matrículas y con chicos que realmente necesitan, es muy  difícil. Le ponen toda la garra a pesar de que faltan un montón de recursos de parte del Estado, de parte de las familias, porque algunas están ausentes por problemas económicos. Se puede esperar más, por supuesto que necesitamos una mejor educación, pero no cualquiera viene a enseñar acá”.

Seguros de que el conocimiento es la herramienta que nos dará el poder para ser libres, Romina agrega, “Sabemos que la educación nos abre puertas, a las que queremos guiar a nuestros niños. Ellos contagian su magia, nos transforman y nos devuelven un poco de eso que vamos perdiendo con los años.

Cuanto más los Gobiernos se nieguen a brindarnos apoyo, nosotros crearemos los propios. Acá no se rinde nadie”.

 

* Por el espacio de comunicación de La Poderosa Asamblea de Villa 20.

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