Familiares de víctimas de Cromañón ante la vuelta de Callejeros: No en nuestro nombre
12.6.2018
El 21 de septiembre de 2006, en Córdoba, volvió Callejeros. Este año se repetirá.
Sobrevivientes, familiares y amigos de víctimas de la Masacre de Cromañon repudiaron la vuelta de la banda Callejeros. “No les diremos ‘asesinos’, pero sí irresponsables – remarcaron – Traicionaron de muchas maneras a su propio público. Uno de sus argumentos fue que habían sido “engañados” por empresarios inescrupulosos. Ahora, en la vuelta de algunos integrantes al escenario, lo hacen de la mano del empresario Palazzo, quien estuvo en el ojo del huracán por la muerte de Ismael Sosa, de 24 años, durante un recital producido por este empresario cordobés. Fueron sus vínculos con la política, como los tenía Chabán (Aníbal Ibarra y sus secuaces), los que permitieron a Palazzo no sólo realizar decenas de recitales con habilitaciones provisorias en la ciudad de Córdoba sino también alzarse con leyes que incrementaron sus ingresos. Los ex Callejeros no pueden volver a aducir que “fueron engañados”. Sabían en Cromañón, y saben ahora, con quiénes, por qué y cómo se juntan. Lo lamentamos profundamente por su público. Exigimos que, cuando toquen, no lo hagan en nuestro nombre ni de las víctimas de la masacre”.
Difundimos comunicado:
Ante la vuelta a los escenarios de ex “Callejeros”: NO en nuestro nombre
Justicia por la Masacre de Cromañón
Documento de sobrevivientes, familiares y amigos de las víctimas
En breve, ex integrantes de Callejeros volverán a tocar. No es nuestra intención impedirlo, pero sí aportar reflexiones a su público potencial y hacer memoria junto a nuestro pueblo. Pedimos que NO nombren a nuestros chicos y chicas, ni individual, ni colectivamente. El homenaje a quienes no están no es un recital comercial, sino la lucha por justicia. NO son “invisibles”, los recordamos cotidianamente y por ellxs luchamos.
Ocurrido el hecho más terrible –y evitable- para nuestras vidas, donde perdimos lo más preciado – 194 personas – y quedaron heridas difíciles de saldar en miles de sobrevivientes y familiares, dedicamos gran parte de nuestras energías a luchar por memoria, verdad y justicia, logrando junto a las organizaciones que nos acompañaron, la justa destitución del ex jefe de Gobierno, Ibarra y la concreción de juicios penales donde fueron castigados algunos de los responsables (entre ellos Chabán, su mano derecha, funcionarios políticos y el dueño del boliche, Levy). En esa conjunción de responsabilidades, el grupo Callejeros tuvo un lugar.
No les diremos “asesinos”, pero sí les decimos irresponsables. Y sí afirmamos que traicionaron de muchas maneras a su propio público, como quedó evidenciado en numerosos testimonios (tanto de la causa penal como de medios de comunicación):
– Conocían el boliche y sus condiciones dado que ya habían tocado anteriormente. Esto incluye saber de la puerta cerrada con candado, trampa mortal para las víctimas, que NO estuvo sólo esa noche, sino en la recorrida previa que todo grupo realiza para ver el lugar.
– NO eran ya una bandita de barrio sino que manejaban marca, merchandising, control de entradas y de la seguridad, que ponían ellos; por tanto, tenían responsabilidades empresariales.
– Volvieron a tocar en Cromañón, un local clase C, donde los inspectores estaban “untados” para mirar hacia otro lado, para evitar controles sobre la pirotecnia y otras irregularidades, ya que se enorgullecían una y otra vez de la “fiesta de bengalas”. Ya en la actuación en Excursionistas se descubrió el bolso de artefactos pirotécnicos en el backstage y se impuso una multa a la banda. Por eso, Fontanet dijo en Obras, que “cuando estemos en otro lugar, (ya) vamos a poder hacer todo lo que queramos”. Las bengalas fueron ingresadas el 30 de diciembre por sus familiares y amigos. Incluso, habían promocionado esos conciertos como “festival de bengalas”.
– Estaban a cargo de la venta de entradas, cuya cantidad superó ampliamente la capacidad del local (1031 según habilitación), priorizando el negocio antes que la posibilidad de respirar de sus propios seguidores. Sólo en la venta anticipada hubo 3000 entradas vendidas. Sumadas a la venta en el lugar. ¡En el recital, Chabán repitió varias veces que había 6.000 personas!
– Sabían que en ocasión anterior (25 de diciembre), mientras tocaba otra banda, se había producido un incendio de menor magnitud en el mismo local que logró terminar sin víctimas fatales. Una clave: la interrupción del recital por parte de la banda, así como la cantidad de público mucho menor.
– Al menos Fontanet, fue cómplice de las coimas que se pagaron a corruptos policías federales para que miraran para otro lado. Junto a Argañaraz (ex mánager) anotaban el pago de coimas en un cuaderno, como “gastos de producción”.
Hasta aquí algunos de los numerosos hechos que quedaron desnudados durante las audiencias del Juicio Cromañón.
En el post Cromañón, la banda se dedicó a victimizarse, olvidando quiénes fueron las verdaderas víctimas y damnificados, y jamás acompañaron los reclamos contra funcionarios y contra el empresario Chabán.
En ocasiones, han participado de marchas donde exigíamos CARCEL A IBARRA Y CHABAN, pero con su cartel propio: BASTA DE CULPAR A CALLEJEROS. Es decir, hacían una marcha contra familiares y sobrevivientes en lucha, dentro de nuestra propia marcha.
En el post Cromañón, llegaron a echar la culpa a sus propias víctimas, centrando en el uso de las bengalas que ellos mismos entraron y promovieron, en un nivel de cinismo incomparable.
En el post Cromañon, no podemos dejar de preguntarnos acerca de los constantes privilegios y facilidades de que ha gozado Fontanet en la cárcel (inclusive los cursos – desvinculados de la música – que han permitido su libertad recientemente) tan alejados de las condiciones que sufren muchos presos pobres, sin recursos, sin costosos abogados (como el del caso Dalmasso, defensor también de Fontanet en Córdoba). Condiciones de las cuales gozan quienes están cerca del poder. No podemos dejar de notar la terrible disparidad de sus condiciones de detención, frente a las que provocaron la muerte evitable, el 2 de marzo de 2017, de 7 jóvenes internos hacinados y maltratados en la comisaría de Pergamino.
En el post Cromañón, jamás hicieron un acto de autocrítica, sino que se presentaron como víctimas de “… oscuras adversidades que tragan realidades” contra “corrientes perversas que intentaron e intentan sin descanso adoctrinar razones”.Estas declaraciones, ¿se refieren a los familiares, sobrevivientes y amigos en lucha? Si, se refieren a quienes desde nuestro infinito dolor, tuvimos que levantarnos y luchar incansablemente por memoria, verdad y justicia.
En el post Cromañón, Fontanet se refirió al femicida Vázquez, ex baterista del grupo, como alguien que “está pasando un mal momento”. Otra vez se oculta la ausencia irreparable de la víctima Wanda Taddei, asesinada por Vázquez, quemado su cuerpo el 10 de febrero de 2010.
En el post Cromañón, uno de los argumentos de los integrantes de la banda, fue que habían sido “engañados” por empresarios inescrupulosos. Ahora, en la vuelta de algunos integrantes al escenario, lo hacen de la mano del empresario Palazzo. ¿Quién es Palazzo, llamado tristemente en Córdoba, “el nuevo Chabán”? A muy poco de leer, nos enteramos que Palazzo estuvo en el ojo del huracán por la muerte de Ismael Sosa, de 24 años, durante un recital producido por este empresario cordobés.
Además, sabemos de los vínculos de su familia con el genocida Luciano Benjamín Menéndez. Para lograr la vuelta de los ex Callejeros, Palazzo contó con el apoyo de Luis Juez, por entonces intendente de la ciudad de Córdoba, y del gobernador y precandidato a presidente José Manuel de la Sota, dos acérrimos enemigos políticos que en esto fue en lo único que coincidieron. Fueron sus vínculos con la política, como los tenía Chabán (Aníbal Ibarra y sus secuaces), los que permitieron a Palazzo no sólo realizar decenas de recitales con habilitaciones provisorias en la ciudad de Córdoba, ante protestas de los vecinos, sino también alzarse con leyes que incrementaron sus ingresos.
Fueron las leyes provinciales Nº 10.036 y 10.037, aprobadas por la Legislatura a fines del 2011, controlada por el delasotismo, mediante la cual se eximió del pago de los impuestos a los ingresos brutos y a los sellos a todos aquellos espectáculos que incorporen artistas locales. Cosa que Palazzo hace pero no les paga un peso.
A ello se le añadió, a mediados del 2012, la controvertida concesión del edificio La Plaza de la Música, mediante una iniciativa privada presentada por el propio Palazzo, y donde hoy el empresario, con su nueva productora, Nueva Era Producciones, hace sus recitales y tiene sus radios.
Los ex Callejeros no pueden decir – esta vez – que NO conocen a Palazzo, no pueden volver a aducir que “fueron engañados”. Sabían, en Cromañón, y saben ahora, con quiénes, por qué y cómo se juntan. Lo lamentamos profundamente por su público. Lo lamentamos por la desmemoria. Exigimos que, cuando toquen, no lo hagan en nuestro nombre ni de las víctimas de la masacre. No con nuestras zapatillas, no nombrando a las víctimas que, por corruptos e irresponsables, contribuyeron a crear.
La música no mata. La corrupción sí.
Lxs pibes de Cromañón presentes ahora y siempre.
Firmamos:
Articulación de grupos: Sobrevivientes, familiares y amigos autoconvocados, grupo Que No Se Repita, y grupo Memoria y Justicia por Nuestros Pibes.