Desde que se implementó el doble carril en las avenidas Pueyrredón y Santa Fé, innumerables perjuicios han sido ocasionados a los vecinos y comerciantes de la zona.

 

19.08.2010

 

En la zona de Plaza Italia han presentado un proyecto de ley que propone modificaciones y están redactando el segundo en el que plantean que el gobierno de la ciudad antes de iniciar una obra importante debe consultar a la población. Mientras tanto, desarrollaron la segunda jornada de protesta el sábado 17 a las 14 en Santa Fé y Borges.

Unas de las principales promesas de Mauricio Macri durante la campaña electoral fue la de ampliar las redes de subterráneos de la ciudad de Buenos Aires en “10 kilómetros por año”. Lejos de cumplir con su promesa, el ahora Jefe de gobierno se lanzó a modificar el sentido habitual de algunas avenidas en plan de ordenar el tránsito de la ciudad. Primero fue el turno de la Avenida Pueyrredón, y ahora le tocó a la Avenida Santa Fe. Pero lejos de solucionar el problema de la congestión del tránsito, estas medidas han ocasionado innumerables problemas para el transporte, los vecinos y comerciantes.

Hasta el momento cuatro peatones murieron al ser atropellados por autos y colectivos; tres a lo largo de la Avenida Pueyrredón y uno en Santa Fe y Laprida. Los vecinos y comerciantes de la primera avenida han llegado a movilizar a más de 500 personas y hoy continúan reclamando el cese del doble carril dado que a más de un año de haberse implementado todavía no tiene la aprobación de la Legislatura porteña.

En lo que se refiere a la Avenida Santa Fe, lo que se ha hecho con la implementación del doble carril que ahora corre desde Plaza Italia hasta la calle Anchorena, es retrasar los tiempos en los semáforos para las calles y avenidas que la cruzan. Esto provoca enormes congestionamientos con ruidos de bocinas que duran hasta altas horas de la noche. La gran cantidad de vehículos, que deben marchar y parar más de una vez en una misma cuadra, aumentan aún más la contaminación en el aire con la quema de sus combustibles. A estos problemas se suman las bajas en las ventas de los negocios en las calles por donde pasaban las líneas de colectivos cuyos recorridos fueron derivados a la Avenida Santa Fe.

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