CABA: beneficios a empresarios, recortes en vivienda y alto endeudamiento

14.11.2017

PRESUPUESTO 2018

Pablo Anino y Guadalupe Bravo

 

En estos días el macrismo defiende su proyecto de Presupuesto 2018 en la Legislatura porteña.

 

Los recursos totales que espera recaudar la Ciudad en 2018 ascienden a $ 222.382 millones, lo cual implica un aumento del 20 %.

El sistema tributario de la Ciudad sigue el mismo patrón regresivo que el nacional. Hacia el año próximo el esquema de ingresos evolucionará en función de las dudosas previsiones de crecimiento económico e inflación nacionales.

La mayor recaudación provendrá de los ingresos brutos que las empresas vuelcan sobre los precios que pagan los consumidores: el Impuesto sobre los Ingresos Brutos (ISIB) contribuirá el 55 % de los ingresos totales en 2018 (es decir de ingresos propios más los enviados por Nación).

El Gobierno de la Ciudad acordó con el Nacional una reducción de las alícuotas del ISIB para industriales radicados en otras jurisdicciones: pasarán de un rango de entre 3 % y 4 % actualmente, a bajar al 2 % en 2018, 1,5 % en 2019 y 1 % en 2010.

Además, el Presupuesto establece ampliar la exención del ISIB de $24 millones a $75 millones a las micro y pequeñas empresas industriales, permitiendo incluso una exención total.

Por estos cambios, según Ambito Financiero, durante 2018 la Ciudad dejará de recaudar por el ISIB $ 3.800 millones en beneficio de las empresas.

No sólo eso. El presupuesto estima además una pérdida de recursos tributarios en concepto de ISIB de por lo menos $ 1.600 millones debido a la promoción de actividades económicas (Distrito Tecnológico, Distrito Audiovisual, entre otros) y a la Ley de Mecenazgo.

En la recaudación le siguen al ISIB los recursos obtenidos por Alumbrado Barrido y Limpieza (ABL) con el 8 % y por patentes de vehículos con el 5 %. El Impuesto de Sellos aportará el 9%. Luego existen otras imposiciones menores.

Por último, la Coparticipación Federal brindará el 23 % del total de ingresos. El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta se viene beneficiado por los envíos de recursos nacionales que pasaron de explicar el 10 % de los ingresos totales en 2015 al 23 % que aportarán en 2018.

El ABL tendrá un tope de incremento de hasta el 23,4 %, es decir más de 11 puntos porcentuales por encima de la inflación que estima el oficialismo para 2018.

En una Ciudad copada por los negocios financieros, servicios empresarios, inmobiliarios, el comercio en shoppings e hipermercados, los impuestos que gravan el consumo popular son la principal fuente de ingreso mientras la gran propiedad inmueble paga como cualquier vecino el ABL.

 

Bajos salarios, vaciamiento y recorte en vivienda

 

La estimación del gobierno porteño en concepto de gasto público para 2018 asciende a la cifra de $ 222.382 millones, en tanto que el gasto primario es proyectado en $212.396 millones.

La remuneración de personal, es decir los recursos dedicados a la paga de trabajadores y trabajadoras estatales porteños, para 2018 representa el 46,3 % del gasto primario total, y el promedio de aumento previsto será de apenas el 13,6 %, lo cual solo puede leerse de manera positiva si se cree en la ficción de pauta inflacionaria que establece el presupuesto del 12 %.

Cierto es que en las paritarias de los últimos años el oficialismo porteño utilizó la pauta del Presupuesto como base para comenzar la negociación, que finalmente resulta en un aumento salarial mayor. No obstante, esa práctica busca bajar las expectativas y fue erosionando el poder adquisitivo del empleo público.

En una breve desagregación del gasto por funcionalidad se observa la siguiente asignación: 52,9 % para servicios sociales; 15,6 % para seguridad; 14,3 % destinados a servicios económicos, tales como los subsidios al Subte; 12.5 % para el funcionamiento de la administración gubernamental; y 4,7 % se llevará el pago de los intereses de la deuda pública.

Los últimos días trabajadoras y trabajadores de ATE de Promoción Social de la ciudad difundieron un video que denuncia el vaciamiento del área con altísimas transferencias al sector privado para gastos corrientes. Mientras quedan desamparados chicas y chicos, adolescentes mujeres víctimas de violencia y se reduce el personal.

Los recursos destinados a educación representan el 18,4 % del gasto total, y comprende un incremento de $ 4.698 millones respecto a 2017, es decir, apenas un 12,94%. Por su parte, el gasto en salud para 2018 representará el 15,7 % del total, con una suba del 13 %, que alcanza los $ 4004,9 millones.

Al igual que con la suba de salarios, los incrementos en educación y salud se ubican muy cerca de la ficcional pauta inflacionaria proyectada por el Gobierno Nacional.

Es decir, que podrían erosionarse en términos reales frente a una inflación que bien podría ser muy superior a las metas del Banco Central para 2018.

Como es recurrente en las prioridades del macrismo porteño, no está la atención del déficit de vivienda como una preocupación. En el primer semestre de 2017, se observa una notable sub ejecución en relación a los fondos destinados a vivienda, agua potable y alcantarillado.

Para el año 2018 directamente se prevé una caída: habrá $ 1.660 millones menos para vivienda y de $ 159 menos para agua potable y alcantarillado. Es decir, un brutal recorte del 15 %.

Hacia el año próximo, excepto por obras en la urbanización de la Villa 31 de Retiro, el oficialismo no prevé el desarrollo de infraestructuras significativas para los sectores más vulnerables de la Ciudad. La prioridad será el Paseo del Bajo.

El legislador porteño del PTS en el Frente de Izquierda, Patricio Del Corro, denunció que el “macrismo entrega el suelo porteño para los grandes desarrollos inmobiliarios al mismo tiempo que vacía los programas sociales”.

 

Escalada de endeudamiento

 

Si bien las cuentas públicas de la Ciudad tienen superávit primario y equilibrio financiero, además que el oficialismo porteño cuenta con mejores indicadores de deuda que el nacional, el uso del crédito público está en escalada en consonancia con el festival de deuda pública del país: para el año que viene la ciudad tomará deuda por unos $ 17.000 millones.

Pero las condiciones de financiamiento de la Ciudad no son autónomas de la grave escalada de endeudamiento nacional. Días atrás, Standard & Poors colocó a la Argentina entre los cinco países del mundo más vulnerables frente a posibles subas de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos.

En 2017, con $ 6.583 millones, los intereses de deuda de la Ciudad representan casi el 3,6 % del presupuesto. Para 2018, ese gasto crecerá un exorbitante 58 %, pasando a ser $ 10.406 millones y casi el 5 % del total del presupuesto.

De este modo, los intereses de la deuda pública crecen en términos absolutos más que el incremento de los desembolsos destinados a promoción y acción social. También superan el alza del presupuesto de cultura.

Así, el gobierno porteño va construyendo su propia vulnerabilidad a cambios en las condiciones mundiales de endeudamiento.

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