¡NO A LAS EVALUACIONES EXTERNAS!

28.9.2017

Estudio TALIS: Una encuesta que busca legitimar el ajuste

La docencia bajo la lupa (de los que destruyen la escuela pública)

Dentro de la batería de más de una docena de exámenes locales, nacionales e internacionales con los que el gobierno porteño va minando de manera externa la agenda educativa, se halla la “encuesta” TALIS (Teaching and Learning International Survey, por su sigla en inglés). Este examen, al igual que las pruebas PISA, proviene de la OCDE, organización multilateral capitaneada por los países más poderosos de occidente que desde hace medio siglo promueve reformas y políticas de ajuste sobre los y las trabajadores a escala global. La encuesta TALIS se centra sobre “prácticas y percepciones” de docentes y directivos, y se realiza con una periodicidad de tres o cuatro años desde 2008. La muestra de este año para nuestra ciudad prevé aplicar la encuesta en 200 escuelas primarias (docentes de 1º a 6º grado y directivos) y 150 escuelas medias (docentes de 1º y 2º año, y directivos) de establecimientos públicos y privados entre el 2 y el 13 de octubre. Este año “participan de esta edición del estudio 43 países, tres ciudades (Buenos Aires, Shangai y Taipei) y una provincia (Alberta, Canadá).

Dentro de la región, también forman parte del estudio Brasil, Chile, Colombia y México.” http://www.buenosaires.gob.ar/calidadyequidadeducativa/evaluacion/talis

Como puede apreciarse, los países latinoamericanos que participan de ella son pioneros en el desguace y reorientación en un sentido empresarial de sus sistemas públicos de enseñanza.

Al igual que en otros dispositivos, la prueba consta de formularios en los que suelen incluirse en preguntas sobre la cantidad de tiempo neto de clases por cada hora cátedra, la capacitación y formación, o sobre la preparación de las clases y el uso de nuevas tecnologías. Su perspectiva, tal como la del Operativo Aprender o tantos otros similares, es identificar a las y los trabajadores como responsables de la crisis estructural de nuestros sistemas educativos. Se trata de una prueba concebida como un instrumento de recolección de datos para acreditar cierto sustento técnico y estadístico hacia las políticas de ajuste, a la vez que es un intento de simular participación de la docencia en decisiones que estaban previamente tomadas. Tal como ocurrió con los resultados del Operativo Aprender 2016, utilizados por el gobierno en plena negociación salarial para deslegitimar a la docencia, el uso de estos exámenes busca cuestionar las prácticas docentes, sin asumir la responsabilidad que poseen los funcionarios y gobiernos que vienen vaciando la educación pública desde hace décadas.

 

Si jugás, ya sos perdedor

 

Al presentar los propósitos de la encuesta TALIS, desde la oficina de la OCDE en México se señala que “su objetivo es llenar las importantes lagunas de información en las comparaciones internacionales de los sistemas educativos”. Una lectura de las perspectivas de la OCDE en educación y de la propia prueba TALIS demuestra que la “encuesta” no es ni neutral ni inocente. Enuncian sus promotores que “la investigación ha demostrado la importante influencia que el liderazgo de las escuelas puede tener en los resultados educativos de los estudiantes. El TALIS proporcionará un perfil de liderazgo escolar dentro de los países y mostrará cómo este perfil varía entre las escuelas de los países y en diferentes contextos. El enfoque de los directores escolares hacía el liderazgo y el manejo se resumirán con respecto a la extensión de las diversas actividades realizadas.”

http://www.oecd.org/centrodemexico/encuestainternacionalsobredocenciayaprendizajetalis.htm

Como se lee, y más allá de la pobreza léxica del texto original, la idea del directivo como “líder”, tomada del discurso empresarial que asocia sus funciones a las de un gerente más que a las de un educador, es uno de los ejes que la OCDE promueve de manera insistente.

Los datos y respuestas que brinden los docentes que realicen estos exámenes, independientemente de su intención, serán utilizados para brindar una apariencia de “consenso” acerca de las políticas que la OCDE y muchos gobiernos impulsan. En su reciente visita a nuestro país, la OCDE elogió el rumbo económico del actual gobierno, a la par que recomendó elevar la edad jubilatoria de mujeres a la par de los varones, eliminar el subsidio al consumo energético y avanzar en la reforma educativa y tributaria, entre otras. Ese mismo organismo es el que promueve estas encuestas.

 

Ser encuestado no es participar. El ajuste no tendrá nuestro consentimiento.

 

Sostiene la web del gobierno porteño: “¿Cómo participan los docentes? Los docentes seleccionados deberán responder un cuestionario auto administrado que requiere entre 45 y 60 minutos.”

http://www.buenosaires.gob.ar/calidadyequidadeducativa/evaluacion/talis

La prueba TALIS apunta a una formal y limitada gestión del consenso. Propone una simulación de participación mediante un formulario suministrado por un “aplicador” externo, algo muy distante de la participación real. Se trata de la misma diferencia que existe entre ser encuestado y poder tener voz y voto. La docencia debe rechazar estos mecanismos de manipulación.

 

No completemos la encuesta TALIS

 

Así como estudiantes, docentes y comunidad educativa rechazamos activamente la reforma en las escuelas medias; así como las y los trabajadores de la educación impulsamos diversas medidas en respuesta al avance del gobierno sobre nuestro estatuto, es indispensable continuar oponiéndonos a ésta y cualquier evaluación externa y estandarizada promovida por quienes conciben a la educación como un negocio. Desde Ademys, llamamos a no participar de este examen. No completemos las encuestas TALIS. No brindemos nuestro consentimiento para que se implementen políticas de ajuste.

ADEMYS

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