Balas de plomo en el país del no me acuerdo
17.5.2017
En el juicio contra tres policías de la ex Metropolitana, acusados de herir con balas de plomo a tres personas (dos de ellas integrantes de la RNMA) durante el desalojo y represión en la Sala Alberdi, ya declararon prácticamente todos los testigos de las partes. Un efectivo de la ex fuerza ubicó a dos de los acusados en la esquina de Corrientes y Paraná, dónde fueron baleados los heridos. Para la audiencia de este miércoles se esperan los alegatos de la querella y la fiscalía, y el viernes será el turno de la defensa y es probable que también se conozca la sentencia.
El viernes 12, durante la segunda audiencia del juicio contra los policías Miguel Antonio Ledesma, Gabriel Pereira de la Rosa y Maximiliano Nelson Acosta, acusados de “homicidio reiterado (en tres oportunidades) en grado de tentativa agravado por su carácter de miembros de una fuerza policial, en concurso ideal con el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público”, por herir con balas de plomo a tres personas (dos de ellas comunicadores integrantes de la Red Nacional de Medios Alternativos) durante el desalojo de la Sala Alberdi, en marzo de 2013, se escucharon a varios testigos presentados por la querella que relataron lo sucedido aquella noche-madrugada.
Muchos son comunicadores populares de distintos medios alternativos, por lo que no solo brindaron testimonio con sus palabras sino también con su trabajo. A lo largo de la audiencia, se pudieron ver imágenes del avance de la policía contra los manifestantes y trabajadores de prensa e incluso los momentos concretos en que Esteban Ruffa (fotógrafo de Anred), Germán de los Santos (integrante de Dtl!) y Mario Fumaroni (miembro de una biblioteca popular) fueron heridos con balas de plomo.
Vanesa Spaccavento, comunicadora de Corriendo la Voz, relató cómo debió ingresar en un local de comidas al momento de la represión, desde donde vio la imagen de un “chico corriendo en una pata” (Ruffa), además de corridas, camiones hidrantes, móviles y personal policial. Contó que en la 9 de julio se realizó una asamblea donde se anotaron entre 63 y 68 heridos de bala de goma.
María Belén Revollo, por entonces comunicadora de En Movimiento TV, relató cómo una gran cantidad de policías avanzó por la Avenida Corrientes y luego se proyectaron las imágenes de lo que pudo llegar a filmar, entre los disparos.
Valeria Lachman, que estaba ese día en la Sala Alberdi, contó que recibió balazos de goma en las manos, espalda y pierna en diferentes momentos de la represión, y que todos los disparos provinieron de la Metropolitana. Recordó que ayudó a Ruffa a pararse ya que lo encontró tirado en el piso y sangrando.
María Tisminetzky estaba filmando en el lugar lo que sería un documental sobre el acampe cuando comenzó la represión, entre las imágenes que registró esa noche se ve el momento en que De los Santos recibe el disparo.
Luego fue el turno de los testigos solicitados por la fiscalía. Diego Castillo era inspector de la Metropolitana en 2013 y actualmente se desempeña como subcomisario de la Policía de la Ciudad. En la zona de la Sala Alberdi se presentó como jefe de Destacamento, en apoyo a los oficiales que estaban en el lugar, donde también estaban integrantes de la Brigada de Rápida Intervención (BRI) y el Destacamento de Intervenciones Complejas (DIC). Según relató, el armamento con el que contaban eran escopetas con calibre 1260 y cartuchos anti tumulto de baja velocidad, que se usa para la dispersión. Sin embargo, al responder las preguntas del fiscal, afirmó que cuando se le acabaron las municiones de goma, salieron a buscar P.G (Postas de Guerra). Al darse cuenta de lo dicho intentó corregirse, pero obviamente ya era tarde.
El fiscal también le consultó si todos los efectivos estaban igual de armados, a lo que Castillo respondió que algunos iban con escudos, otros con gas pimienta y otros con escopetas. “¿Si a esas escopetas se les pone cartuchos con balas de plomo, disparan igual?”, preguntó el funcionario judicial. A lo que el testigo respondió afirmativamente, asegurando que esas escopetas pueden disparar P.G (Postas de Guerra).
La abogada querellante, María del Carmen Verdú, quiso saber si hay diferencia en los cascos que usan las secciones BRI y DIC, y Castillo dijo que sí, que unos usan cascos anti disturbios, que el casco opaco es de protección balística y el brilloso es de antitumulto. Esto permite determinar si viendo el material de video presentado en el juicio se puede identificar por los cascos a las fuerzas actuantes.
Otros testigos de la fiscalía, como Johana Soledad Quiridi, por entonces policía, reiteraron una y otro vez no recordar en detalle lo sucedido esa noche, como quiénes daban las órdenes y qué armas se utilizaron.
De todos modos, se corroboró que quien estaba a cargo, al menos de la División de Intervenciones Complejas de la Metropolitana, era el oficial mayor Gabriel Gustavo Canabide, quien declaró también como testigo e indicó que no recordaba si se había cruzado a los acusados en algún momento de la noche del 12 y la madrugada del 13 de marzo de 2013.
Acompañamiento
En la audiencia del viernes 12 de mayo estuvieron presentes Nora Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora), Pablo Pimentel (APDH La Matanza), y Susana Ancarola (Encuentro Memoria Verdad y Justicia).
Al finalizar la segunda jornada del juicio, Pimentel destacó la importancia de conseguir una condena ejemplar para dar “un mensaje para el macrismo”: “que sepa que las reivindicaciones del pueblo no se resuelven con represión y mucho menos con balas de plomo”. Agregó que existen pruebas contundentes que demuestran “la fuerte represión y el armamento que tenían y también los videos muestran que había un grupo de chicos que se quería cubrir y el doble de policías que los están persiguiendo con bombas lacrimógenas, y por lo que se está demostrando con balas de plomo”.
En el mismo sentido, Nora Cortiñas se mostró expectante respecto a que “haya sentencia ejemplar contra la policía”: “hay que condenarla, porque es abuso de autoridad y más si hay heridos”.
Cortiñas también estuvo presente en la audiencia del lunes 15 de mayo, al igual que Ancarola. A su vez, asistieron Carlos “Sueco” Lordkipanidse (Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos) y Juan Carlos Giordano (diputado de Izquierda Socialista-FIT).
No sabe, no recuerda
En la audiencia de este lunes declararon testigos presentados por la defensa que, al igual que quienes testimoniaron en la jornada anterior, aseguraron no recordar nada, ni hechos ni nombres, algunos manifestaron no haber estado aquella noche en la zona del Centro Cultural San Martín y afirmaron no haber utilizado balas de plomo para reprimir.
Sin embargo, algunos brindaron, quizás sin quererlo, información determinante. Uno de los declarantes fue el oficial Gustavo Nicolás Nichea, quien manifestó que la noche del 12 de marzo de 2013 se encontraba en la base en Chacarita, donde Ledesma (uno de los imputados) tomó conocimiento de lo que sucedía en las inmediaciones de la Sala Alberdi. En ese momento, Ledesma separó dos escopetas calibre 12/70 y 4 cajas chicas de cartuchos AT (anti tumultos) de 25 cartuchos cada una, y repartió una a cada uno de los cuatro agentes que estaban allí (Morelia, Acosta, él y el propio Ledesma). Relató que se dirigieron a la zona del Teatro San Martín, caminaron por la calle Sarmiento hasta Montevideo, donde se encontraron con un comisionado de apellido Masulli, que les informó que estaba herido. Ante un nuevo pedido de apoyo, Ledesma fue hasta Montevideo y Corrientes. Luego, los cuatro se acoplaron a una formación integrada por dos sectores de la Metropolitana (la Brigada Rápida de Intervención y el Destacamento de Intervenciones Complejas) y avanzaron hasta llegar al cruce de Corrientes y Paraná. Nichea indicó que allí escuchó detonaciones. Si bien dijo que los disparos habrían provenido de agentes del DIC, recordó que Acosta y Ledesma tenían escopetas y que los había visto disparar.
Otro testigo del día, en este caso pedido por la Fiscalía, fue Juan José Ríos, por entonces comisario general de la Metropolitana, actual superintendente de la Policía de la Ciudad. Se le consultó sobre el armamento utilizado y explicó que su retiro es individual y que tanto el que recibe el arma como quien la otorga firman un acta. Sin embargo, el fiscal le mostró dos fojas donde figuran retiros grupales de armamento realizados en reiteradas oportunidades el día de la represión. Ríos dijo primero que eso es imposible pero ante las pruebas presentadas concluyó que esa jornada él se encontraba de licencia.
Complejidad
Los jueces Gustavo Rofrano, Gabriel Vega y Gustavo Valle, integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal N° 7, decidieron sumar nuevas audiencias ante lo que consideran “la complejidad del proceso”. Es por eso que este miércoles 17 de mayo, a partir de las 10, será el turno de declarar de dos testigos, de apellidos Islas y Morel, en caso de ser localizados; y luego iniciará el alegato de la querella, a cargo de María del Carmen Verdú. “Ahora tengo todo un día completo para demostrarle al tribunal nuestra denuncia”, remarcó la letrada al conocer el nuevo cronograma. Posteriormente será el alegato de la fiscalía; y el viernes 19 los de la defensa policial. Se espera que ese día se defina la posible fecha de sentencia.