Larreta ofrece dinero para hacer pasar las evaluaciones docentes
13.9.2016
Frente al rechazo a las evaluaciones externas estandarizadas el gobierno de Larreta promete hasta $2000 a los docentes que se presten a ser aplicadores del Operativo Aprender.
Congresal Unión de Trabajadores de la Educación (UTE)
Mediante la resolución número 20530568de este año, Tamara Vinacur, directora de la Unidad de Evaluación porteña, informó que se le transferirá entre $1.000 y $2.000 a aquellos docentes que sean aplicadores o veedores del Operativo Aprender. Se trata de un claro intento de dividir y quebrar la resistencia docente contra este tipo de evaluaciones, que en años anteriores han fracasado en la Ciudad de Buenos Aires.
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En medio de masivos paros y movilizaciones por reapertura de paritarias resulta sospechosamente oportuno el ofrecimiento de dinero a cambio de una tarea que se realizará dentro del horario laboral.
Con los medios, preparando el ataque
Esta avanzada contra la educación pública viene acompañada por sistemáticos ataques en los medios de comunicación. Por ejemplo, Clarín está desarrollando un claro periodismo de guerra contra los trabajadores de la educación sacando todos los días notas que actúan como voceros del plan de Macri contra la educación pública. Con este objetivo ponen titulares como “Sólo 2 de cada 10 docentes se capacita” o "El paro docente volvió a golpear a las escuelas públicas del país". En sintonía fina el ministro Esteban Bullrich repite en los medios de comunicación que "los docentes con sus paros le hacen daño a la educación estatal", e incluso propio Macri afirmó que "la educación cuando funciona es la principal herramienta para igualar oportunidades. Por eso hemos decidido evaluar y trabajar”.
Cabe señalar que el primer paso para implementar la evaluación es lograr cierto “consenso” en la sociedad, tras años de segmentarlos entre el que “falta a trabajar” y el que no. La descalificación constante del trabajo docente va en este sentido, a tono con una de las premisas del neoliberalismo: atacar los trabajos “más reconocidos” y así instalar la idea de que los docentes son vagos y, en última instancia, lo mejor es la escuela privada donde “no hay paros”. No es casualidad que el macrismo no hable del estudio que hizo su ex funcionaria, Silvia Montoya, en donde se reconocía que un tercio de la docencia porteña no se pide ni un día de licencia al año.
Contundente rechazo
Como la docencia conoce los objetivos de fondo, el rechazo a este tipo de evaluaciones es amplio y contundente. A principios de mes, más de 300 docentes la rechazaron en un plenario en la Matanza. En el mismo sentido se pronunció el plenario de delegados de Ensenada y el sindicato porteño Ademys. Incluso la conducción de CTERA tuvo que exigir la suspensión del Operativo Aprender.
Las críticas a estas evaluaciones no son solo por su carácter punitivo y antidemocrático sino esencialmente por los objetivos políticos que se plantean con ellas: atacar a la educación pública, pretendiendo restarle responsabilidad al Estado y depositando las culpas dentro de la escuela. Además, con estas metodologías de tipo competitivo no sólo favorecen la fragmentación del sistema educativo, en beneficio de la educación privada, sino que también se busca justificar los ataques a los derechos laborales docentes que, según recomendaciones del Banco Mundial, implicaría incluso la perdida de estabilidad, como está ocurriendo hoy en día en México.
Un proyecto del Banco Mundial
Este tipo de reformas basadas en evaluaciones externas vienen siendo impulsadas y aplicadas desde hace más de 10 años en toda América Latina. El Banco Mundial es su principal impulsor e ideólogo.Chile y México son los países en donde, luego de varios años de implementación, se encuentran más avanzadas las reformas educativas en base a evaluaciones externas.
Para una primera etapa los organismos de crédito internacional recomiendan evaluaciones a estudiantes para “introducir la cultura de la evaluación” y “concientizar” a la población para que “demande calidad educativa”. De esta forma buscan preparar el terreno para reformas laborales y educativas en plazos de 5 a 10 años.
Actualmente en Chile, los profesores que obtienen puntajes altos en las evaluaciones reciben bonificaciones, quedando aun más pauperizado el salario del resto. En el caso de México el avance de las políticas neoliberales con la evaluación sigue siendo resistido por el magisterio. La imposición de la reforma educativa generó una gran rebelión ya que implicó el despido de 3.300 docentes, e igual cantidad de familias sin sustento.
Abrir un verdadero debate sobre cómo mejorar la educación pública
A fin de cuentas, con estas políticas buscan, mediante el discurso de “mejorar la calidad educativa”, implementar medidas de mercado en la educación, como aumentar la “productividad” o mejorar el “desempeño”. Sin embargo, ninguna de las políticas impulsadas desde el gobierno apunta a los verdaderos problemas que atraviesa la educación pública, entre la desinversión pública y el empeoramiento de las condiciones de la vida en la escuela. Hay peores condiciones laborales, de enseñanza, para docentes y malas condiciones edilicias que afectan a todos los actores educativos.
Esta avanzada del gobierno plantea la posibilidad no solo de rechazar y resistir, sino también de repensar los objetivos de la educación pública, los planes de estudio, y la relación de sus contenidos con la sociedad que tenemos y la que queremos. Es decir, pelear por una educación pública al servicio de los trabajadores y el pueblo pobre. Que parta de arrancarle un aumento inmediato del presupuesto educativo hasta llegar 10% del PBI, reabrir paritarias, construir los jardines y escuelas que faltan, refaccionar los existentes y reformular la jornada laboral para garantizar buenas condiciones de enseñanza.