En las escuelas públicas los techos se caen y la plata se va a las privadas – Breve informe de los problemas de infraestructura en el Distrito Escolar 7

16.11.2014

A unos pocos días de que se apruebe el presupuesto 2015 donde los subsidios para las escuelas privadas representan 38,5%, más que para el 2014; la situación edilicia en muchas escuelas públicas de la Ciudad es un peligro. Techos que se caen, filtraciones, aulas inundadas, ratas, paredes electrificadas son solo algunas de las situaciones que los maestros y los alumnos de las escuelas públicas soportamos a diario. Hace una semana Ademys acompañó a los docentes de Lugano en la denuncia por serios problemas de infraestructura en la escuela 18 y otras escuelas del distrito. En los últimos días, en escuelas vecinas al distrito como el Normal 4 se cayó una puerta lastimando a una docente y en el edificio del Normal 7 dos chicos resultaron heridos por la caída de un ventilador.
En el Distrito 7° el problema no es de ahora y ya tuvo consecuencias irreparables: el año pasado el obrero Gerardo Rodriguez murió luego de caer en medio de un patio, en el que había alumnos teniendo su clase de Educación Física, desde el techo que estaba inspeccionando en la escuela N°17 y una rama cayó sobre la cabeza de dos maestras en la escuela N°3 dejando a una de ellas en terapia intensiva durante varios días.
En la actualidad la escuela Nº 21 se encuentra, después de varios días sin clases, con la mitad de sus grados vacíos/clausurados y los chicos en una escuela cercana, ya que al techo de quinto grado que se había caído, se sumaron los techos de otras dos aulas. Esto se da tras varios meses de convivencia con el ruido, el polvo, la circulación de materiales y personas durante el horario de clases, sumado a esto, las presiones para que los docentes no denuncien públicamente lo que ocurría.
Se llega a esta situación luego de varios pedidos de que las obras se realizaran fuera del horario escolar y de que se observaran irregularidades de parte de la empresa Mantenimiento Hospitalario S.A. Esta situación de emergencia que atraviesa la escuela trae enormes dificultades para la vida institucional, los chicos perdieron su rutina para acoplarse a otra institución, con otros chicos, en otro espacio y todo parece indicar que no podrán terminar las clases en su escuela.
En la escuela N° 8 la obra que debía finalizar en mayo, continúa al mes de noviembre y no se sabe hasta cuándo. Un arreglo en el patio para arreglar la filtración al gimnasio que se encuentra en el subsuelo terminó sin resolver el problema, a pesar de que se sacaron y pusieron baldosas varias veces. La obra transcurre en paralelo a los recreos y la circulación de chicos.
En la escuela N°2 se vieron ratas en varias oportunidades, como respuesta se pusieron cebos en el aula de primero con los niños adentro sin dar aviso a la conducción de esto y en jardín los chicos estuvieron en el patio para no correr riesgos. Desde las oficinas del gobierno se presiona para que no se suspendan las clases a pesar de que días antes, a pocas cuadras, en la escuela N°16 unos chicos encontraron dos bolsitas con cebos para ratas que había olvidado la empresa fumigadora en el comedor.
La empresa que subcontrata para la desratización también es Mantenimiento Hospitalario S.A, la misma que trabajaba en la escuela 17 con la muerte de Gerardo y en la 21 con los techos caídos.
El gobierno parece desconocer cómo funcionan las escuelas y qué es lo que hacemos en ellas niños y docentes. Sabemos que no es desconocimiento sino una política de abandono de lo público. En la Ciudad se pasa de la falta de escuelas o la ausencia de obras y mantenimiento al anuncio de ascensores en escuelas de un piso, sobrefacturación, trabajos que se superponen y empresas que coexisten en la misma escuela. Obras eternas, trabajo en horario de clases, herramientas y cables por los pasillos son algunas de las cosas que suceden. Allí donde deberían escucharse cuentos, chicos jugando, clases de música… tenemos polvo y ruido.

En la escuela 14 ya hay problemas con el patio que se hizo a nuevo hace dos años, a eso se suman problemas de filtraciones mal resueltos, ventiladores que no funcionan y pedidos sin respuesta o arreglos tan provisorios que duran muy poco.
En la escuela 3 hace varios años vienen pidiendo el arreglo de las filtraciones que están arruinando los techos del primer piso. Cabe destacar que hace un año, cuando caía la rama sobre la cabeza de la maestra, llegaron apurados a realizar la poda que la escuela pedía hacía tiempo, puede ser que ahora estén esperando que caiga el techo sobre algún chico.
Los tiempos de la escuela, otra vez, no importan. Pero que no se diga que nada se hace, llevan más de un mes de trabajo para finalizar dos rampas. Algo similar sucede en la escuela 23 donde el tiempo que lleva hacer un lugar para guardar los materiales de educación física parece no tener fin. Mientras tanto los chicos pierden el patio y soportan el ruido y las maestras trabajan en esas condiciones.
En la escuela 24 hay un gimnasio con armarios y duchas para los chicos terminado desde el 2009 y que no se habilitó aún. En el mismo piso se encuentran el laboratorio y la sala de plástica a las que se les cayó el entretecho hace unos tres años. Lo estaban arreglando y se terminaba para mayo pero la obra se detuvo y así quedó.
En esta escuela, docentes que hacían el curso de ascenso de CePA durante este año, vieron como un docente y un auxiliar cazaban una rata en el pasillo de jardín, hecho que hizo que se desratizara la escuela.
En la escuela 17 la obra grande que se necesitaba empezó en abril cuando debía hacerlo en diciembre de 2013 perdiendo un valioso período sin chicos circulando. Para organizarlo -con los antecedentes terribles que dejó el año anterior- se van cerrando por pasillos algunas partes de la escuela aislando el trabajo de los obreros que solo salen para mover materiales y escombros. Sin embargo el ruido y el polvo son constantes. A esto se suma que el patio está clausurado preventivamente porque hay riesgos con las chapas del tinglado; es una decisión que toma la conducción en forma preventiva y que ya lleva dos semanas sin respuesta a pesar de los reclamos. En las aulas que ya están terminadas comenzó a saltarse la pintura en varios lugares, en una de las salas de jardín estrenadas en agosto se cayó uno de los paneles de durlock y fibra de vidrio que se colocaron cuando se bajaron los techos, aún nadie lo vino a recolocar ni se dio una explicación lógica de por qué se cayó. Aún están en garantía, pero ninguna de las empresas que trabajan actualmente en la escuela se hace responsable. 
Para la variedad de problemas hay una constante: el gobierno da respuesta sólo cuando la situación es crítica, se suspenden las clases u ocurre una tragedia, en ese momento se desvinculan de los problemas culpando al personal de la escuela y a los mismos afectados. Parece natural que las escuelas deban funcionar con materiales, herramientas, trabajadores y parece que debe agradecerse la obra y soportar las condiciones que se presentan.
Si en el 2014 tuvimos estos problemas en el 2015 los problemas se agravarán con un presupuesto para educación que disminuye con respecto al 2014 llegando al mínimo histórico de 20,56% del presupuesto total y un presupuesto para infraestructura que lejos de aumentar, se reduce un 0,53%. Por el contrario mientras en el 2014 los subsidios a las empresas privadas se llevaron el 15,94% del presupuesto educativo, este año próximo se llevarán un 16,21% llegando a los $2.837.974.542.
Exigimos una política de gobierno que priorice la actividad escolar y el cuidado de las personas que formamos parte de la escuela, que planifique las obras en los momentos de receso escolar y en los días y horarios donde no hay chicos, que priorice los trabajos a realizarse sin superponerlos, que extreme las medidas de seguridad y que no funcione con una lógica mercantil.

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